No más corazones manipulados: El gaslighting en el amor

Un poco de historia

El término gaslighting procede de un guión de Patrick Hamilton, Gas Light, que fue adaptado al cine. La historia de Hamilton presenta a un marido maltratador (Sergis Bauer) que intenta convencer a su esposa de que está loca y, por tanto, corre el riesgo de ser internada. El objetivo de Sergis es controlar el comportamiento de su esposa el tiempo suficiente para poder localizar unas joyas preciosas que, sin que ella lo sepa, se encuentran en el desván de la casa familiar. Por la noche, Sergis busca en el desván, pero su uso de las luces de gas del desván hace que la iluminación de toda la casa se atenúe y parpadee, lo que alerta a su esposa sobre el engaño de Sergis. En referencia a las diversas formas de abuso que aparecen en la historia de Hamilton y en la película, el gaslighting se ha convertido en un término utilizado para denotar el intento de convencer o manipular a alguien con falsos pretextos o escenarios para lograr su objetivo. 

¿Qué es gaslighting

Según García (2024), el gaslighting es un tipo de violencia que consiste en manipular a una persona hasta hacerla dudar de sus percepciones, opiniones o recuerdos. Con frecuencia se oculta mediante gestos de amor, para confundir y disimular el maltrato. Es importante mencionar que no únicamente ocurre en relaciones de pareja, sino también en amistades, entornos laborales o académicos. 

En este artículo nos adentraremos en el ámbito amoroso, con el apoyo de testimonios de personas víctimas de este tipo de violencia, a modo de comprender de mejor manera el tema. 

Conductas del gaslighting

  • Insultos y acusaciones: con frecuencia, los agresores catalogan a las víctimas como «locas», «demasiado reactivas», «demasiado emocionales» o «demasiado sensibles» para culpar o justificar su mal comportamiento. Los insultos y las acusaciones contribuyen a la degradación de la percepción o creencia de la persona, lo que la deja vulnerable a aceptar las acusaciones.
  • Culpabilización: los agresores suelen culpar a las víctimas de cosas que no son culpa suya, o de las propias acciones para tratar de evitar la rendición de cuentas. 
  • Confusión: las víctimas se sienten confundidas acerca de lo que pueden lograr y de lo que son responsables, lo que provoca la confusión y la duda sobre sí mismos.  
  • Manipulación: al hacer creer a la víctima que está perdiendo el amor de su pareja por sus errores.
  • Alejamiento/aislamiento de su círculo cercano.
  • Minimización o invalidación de los sentimientos: dañando la autoestima, y haciéndola insegura y dependiente de la aceptación ajena.

Aquí tienen algunos testimonios que nos permitirán identificar las conductas del gaslighting:

Testimonio anónimo 1: Una vez con mi pareja discutimos porque le comenté que me sentía insegura sobre su relación con una amiga cercana, y honestamente no sabía cómo reaccionar, le traté de dar mis razones y, de un momento a otro, simplemente lloré, y él me dijo esto: ¿Por eso vas a llorar?, ¿te das cuenta de lo que dices? Por eso nadie te quiere. Deberías estar agradecida de estar con alguien como yo. Háblame cuando se te pase. 

Testimonio anónimo 2: Recuerdo que con frecuencia me disculpaba por cosas por las que simplemente no eran mi culpa, es terrible tener que hacerlo. Ahora me doy cuenta de muchas cosas, pero en ese momento me sentía rota y necesitaba de su compañía, soportaba muchas cosas por él. 

Motivaciones del gaslighting

La motivación más común para el gaslighting es el deseo de evitar la responsabilidad por las acciones, en esta línea, la infidelidad la transgresión más común:

Testimonio anónimo 3: Mi última relación fue bastante compleja porque hubo una infidelidad por parte de mi pareja, ella me dijo que era mi culpa por irme de viaje. Ese viaje fue por una beca, y se lo comenté pero ella insistía en que era mi culpa por priorizar irme a estudiar sobre nuestra relación. Fue frustrante y, en ese momento, créanme que me sentí muy culpable y enojado conmigo mismo, hasta me disculpé.

Los agresores también utilizan el gaslighting para eludir la responsabilidad de deberes que son parte habitual de una relación sana:

Testimonio anónimo 4: Yo pedía más ayuda con nuestros hijos y me enfadaba porque él creía que con trabajar para ganar dinero y proveer era suficiente. Me decía que estaba loca, que era desorganizada y que no me tomaba mi trabajo de madre lo suficientemente en serio porque necesitaba ayuda. Con frecuencia me insultaba.

Otra motivación común para el gaslighting es el deseo de controlar los comportamientos de las víctimas: 

Testimonio anónimo 5: Cuando no me comportaba o decía lo que él quería que dijera, [cuando] quería que actuara de cierta manera, [o] cuando no le gustaba lo que salía de mi boca o lo que hacía, me insultaba o me hacía sentir mal.

Una última motivación de los agresores a realizar gaslighting es limitar la capacidad de las supervivientes para lograr objetivos externos a la relación: 

Testimonio anónimo 6: Mi ex saboteó a propósito mi ingreso a la Facultad de Medicina durante muchos meses, me dijo que no debía elegir esa carrera por muchas razones, empezando por el dinero, que no estaba hecha para ello o que no era lo suficientemente lista. Me menospreciaba, y a veces me tachaba de insensible y poco empática, incluso me habló de otras carreras para las que yo era “más apta”.

Consecuencias en las víctimas 

Disminución del sentido de sí mismo, dependencia, sentimientos de inutilidad y confusión. 

Testimonio anónimo 7: Al final de nuestra relación, me sentí absolutamente destruida. Sentía que el mundo se había vuelto negro y que no quedaba nada para mí. A pesar de tener una familia amorosa, amigos increíbles y un camino exitoso hacia adelante, no sabía qué haría sin él. Me sentía muy confusa, sin valor, sin amor y rota.

Precaución y desconfianza en las relaciones futuras y, en algunos casos, el aislamiento sostenido tras la ruptura.

Continuación del testimonio anónimo 7: Tras la ruptura he permanecido relativamente aislada durante años, prefiero evitar el contacto social… A veces, pienso que la gente intenta mentirme o hacerme daño, siento que me harán sentir menos por mis sentimientos o por ser yo misma. 

Recuperación y crecimiento postraumático, algunas víctimas han revelado no haberse recuperado de sus relaciones de gaslighting. Otras, sin embargo, informaron que tuvieron algún grado de recuperación, y sugirieron algunos temas clave que los ayudó a superar y recuperarse. En primer lugar, para muchos supervivientes, terminar la relación con el agresor y pasar tiempo con otras personas supuso un alivio inmediato de los efectos del gaslighting

Testimonio anónimo 8: Cuando las cosas terminaron, recuperé con el tiempo la confianza en mí misma y en otras personas que deseaban conocerme. Fue de mucha ayuda contar con el apoyo de mi familia, amigos pero también de ir a terapia. 

Aunque el simple hecho de poner fin a la relación se asocia con la recuperación para algunos, existen muchas otras actividades que desempeñan un papel en la recuperación. Klein et al. (2023) sugieren las siguientes: 

  • Pasar tiempo con los demás, desde conversaciones informales, jugar a juegos de mesa, hasta aficiones más activas como el deporte, el baile o la música. 
  • Actividades de reencarnación, es decir, aficiones y actividades, como el yoga, la meditación, la cocina, el deporte, la escritura o crear arte, entre otras, pueden ayudar a los supervivientes a expresarse y a aclarar aspectos de la autoidentidad. 

Por último, me gustaría añadir que además de pasar tiempo con las personas que amamos o tenemos afinidad, y de las actividades de reencarnación, es importante que aceptemos que necesitamos ayuda, y considerar la opción de asistir a terapia, pues es una opción válida y valiosa que puede ayudarnos mucho en el proceso de recuperación.

Recomendaciones de vídeos relacionados al gaslighting

Referencias

Klein, W., Li, S., y Wood, S. (2023). Análisis cualitativo del gaslighting en relaciones amorosas. Personal Relationships, 30(4), 1135 – 1448. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/pere.12510

Herrera, P. (2024). Gaslighting: cuando el amor disfraza el maltrato. UNAM Global revista. https://unamglobal.unam.mx/global_revista/gaslighting-cuando-el-amor-disfraza-el-maltrato/

Carta de compasión: Un viaje hacia el amor propio

Carta de compasión: un viaje hacia el amor propio

Durante el transcurso de mi experiencia en la vida, he sido testigo de la tremenda carga emocional que el amor puede acarrear para muchas personas. Si te encuentras entre aquellos que han sentido la pesadez de esta carga, te invito a detenerte un momento y permíteme compartir contigo las siguientes palabras, que quizás puedan brindarte un poco de consuelo y claridad.

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“Querida persona, 

Es posible que en algún momento de tu viaje por la vida hayas sentido la sensación pesada y abrumadora de que el amor solo acarrea desdicha y sufrimiento, y que esa creencia haya sido por la cual has invertido tiempo y energía a relaciones en el ciclo infinito de buscar una validación constante. Entiendo perfectamente que cuando eso ocurre, caer en la desesperación y confusión es fácil, se pierde de vista lo que realmente importa, y empieza una distancia entre mente y corazón, con una sensación de vacío de por medio. 

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Por lo tanto, en ocasiones se busca llenar ese vacío con la presencia de otra persona, permitiendo que sus acciones e inacciones dicten tu estado emocional. Nos obsesionamos con la idea de que nos falta algo para ser dignos de su amor. Al enfocarnos en estas preguntas, perdemos de vista lo que realmente importa: la vida. El único recurso irreemplazable, es el tiempo, el reloj no vuelve atrás; regalar días y noches a la duda sobre nuestra propia valía resulta injusto para con nosotros mismos. 

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Estoy segura de que tú sabes exactamente lo que vales y mereces, solo que para verlo, tienes que ser capaz de hacer ese viaje introspectivo, reconocerlo, sentir tus emociones en lo más profundo de tu ser y crear la visión de cómo quieres percibirte a ti mismo. Tienes el poder de controlar tus pensamientos y poder forjar la visión que realmente mereces ver. La única persona capaz de reconocer plenamente tu propio valor eres tú, y una vez que lo hagas, los demás también lo reconocerán, pues todo comienza en el interior de uno mismo. 

Si bien equilibrar la mente y el corazón puede resultar complicado, la búsqueda de validación externa no es la respuesta. Solo tú eres dueño de tu propia verdad e iluminación, ¿por qué no confiar en ti mismo?, ¿qué te impide encontrar la felicidad dentro de ti mismo? Las respuestas a esas preguntas se encuentran en tu interior. Quizás lo que te detiene es el miedo a enfrentarte a ciertos aspectos tuyos, que aún no has sido capaz de reconocer, ¿qué te da miedo ver de ti mismo? 

Solo tú eres dueño de tu vida, y tienes el derecho y deber de vivirla plenamente. La vida no se limita a momentos de alegría y risas, también comprende el sufrimiento, que es una parte natural de la existencia humana. Reconoce que la persona más importante en tu vida eres tú mismo. Acepta y abraza todas las facetas de tu ser, con sus luces y sus sombras. Eres humano, no perfecto, y eso está bien.

Confía en ti mismo y atrévete a embarcarte en el viaje de amarte. A veces, los tropiezos son necesarios para aprender y crecer, pero recuerda, el hecho de que hayas cometido errores no significa que merezcas sufrir. Cada experiencia (incluso las más difíciles) te ofrece la oportunidad de aprender a amarte en cada momento de tu existencia”. 

Atentamente: Winnie Medina, con mucha compasión de corazón a corazón.

Qué es el amor propio y cómo fortalecerlo? - Blog

Entre lo que se dice y se hace: Lenguajes del amor

Francés, inglés, español, alemán y chino, si escuchamos hablar a alguien en un idioma completamente diferente al nuestro, probablemente no entenderemos lo que nos quieren comentar, ni tampoco podremos devolver una respuesta clara o que se pueda comprender en su totalidad.

Cuando nos encontramos dentro de una relación de pareja, nuestra forma de demostrar afecto y brindar importancia a la relación, tiende a ser particular de cada quien; a muchos les habrán preguntado: ¿Qué tipo de persona buscas como pareja?, algunos habrán respondido: «busco una persona que sepa escuchar y sea atento/a», otros: «alguien con quien pueda pasar el rato y sentirme a gusto», y otros: «¡alguien que me de regalos y detalles por montón!».

En los primeros compases del enamoramiento, la persona suele parecernos de lo más perfecta, nuestros ojos no pueden ver más allá del velo de idealismo que nosotros mismos hemos construido, además, creemos que si la relación no está en una perfecta estabilidad, no demorará mucho en alcanzarla, sin embargo, cuando las cosas empiezan a avanzar, este velo cae inevitablemente y los problemas aparecen, dejando al descubierto los defectos de nuestra media naranja. 

Gary Chapman (1996) se refiere a los lenguajes del amor como lo que satisface la necesidad de sentirse amado; estos tienen como finalidad la interpretación de acciones dentro de la relación que nos hacen sentir apreciados y queridos, así como, expresar nuestros sentimientos por el otro. 

Según Chapman, los lenguajes del amor son cinco:

El primero son las palabras, se trata de expresar nuestro amor de forma verbal, con palabras de amor, apoyo, ánimo, halagos, amabilidad, humildad, etc. No todas las parejas conocen el poder de este lenguaje, no se trata de hablar únicamente, si no de expresar lo que sentimos de acuerdo a lo que hemos observado que nuestra pareja necesita escuchar, se necesita observación, empatía y paciencia; para las personas de pocas palabras, el tema de la comunicación presenta algunas dificultades, pero no hay necesidad de dar frases complicadas o rebuscadas, un “ hoy te ves muy bien” podría hacer una gran diferencia. 

Buscando una mirada a la exquisita experiencia de encontrarse el uno al otro, se presenta el tiempo de calidad, lo que abre paso a la atención entre la pareja, este lenguaje se trata de pasar tiempo juntos, conociéndose y compartiendo, así como darse ese espacio sin distracciones del entorno, por ejemplo: ir a cenar y poder conversar abiertamente de temas importantes para cada quien y para la relación. Cada vez se ha hecho menos frecuente este tipo de lenguaje, ya que, en en la actualidad, las distracciones y las necesidades materiales se han sobrepuesto a ello. 

Tratando de volver al amor en algo un poco más tangible, nos encontramos con los regalos, un detalle de este tipo es algo que podemos mostrar a los demás para decir: “Mira, estaba pensando en tí”; sin embargo, no es tan simple como parece, las personas le dan diferentes significados y esperan regalos de tipos variados, algunos, manualidades, otros, presentes costosos y otros, regalos que sean afines a sus gustos, independientemente del precio. 

Cuando le sirves una taza de café al regresar del trabajo por la noche, cuando le compras su postre favorito, cuando la/le ayudas en algo que es importante para ella/él… Todas estas demostraciones de afecto se traducen como actos de servicio, se trata de acciones que favorezcan a la otra persona, como diría Chapman: «No es una necesidad ni una obligación, sino algo que se hace de manera generosa para ayudar al otro». 

Considerada la forma de comunicación más directa y sencilla, esta el contacto físico, no todos tenemos la propensión a un contacto físico prolongado, sin embargo, en otros casos, este lenguaje es el principal, por lo que es importante fijar el tipo de contacto dentro de la relación y los momentos en los que se da, normalmente, esto ocurre de una manera implícita. Champan considera que el contacto físico puede producir o romper una relación, ya que permite comunicar amor u odio.

Si algo ha quedado claro es que, al iniciar una relación, es importante comunicar, escuchar y observar, al entender el lenguaje de las dos partes (el propio y el de nuestra pareja) y poder compenetrar estas necesidades, se dará un entendimiento que probablemente lleve la relación hacia el éxito. 

Referencias

Chapman, G (1996). Los lenguajes del amor. Florida: Editorial Unilit.

Navarro Sánchez, M. E. (2015). Los 5 lenguajes del amor: ¿cuál es el tuyo?. Psicología y mente. https://psicologiaymente.com/pareja/5-lenguajes-del-amor

¿Amo demasiado o soy dependiente?

Amar, sentir y querer, es una rama de sentimientos que nos permite saber que estamos vivos, por medio de emociones desatadas a través de una persona. Todos hemos tenido una persona, o más, que nos haya hecho sentir “mariposas en el estómago”, que es un sentimiento hermoso donde la dopamina; a nivel neurológico, nos gobierna, al nublar nuestro juicio y raciocinio, volviéndonos vulnerables. 

Las fases del enamoramiento son el conocerse, salir , enamorar, ser novios, y después, viene una etapa estigmatizada llamada matrimonio, donde puede (o no) que tengamos buena referencia sobre el mismo, pero lo cierto es que cuando nos enamoramos no vemos un final con esa persona. 

Dicho esto, ¿qué pasa cuando llegamos a un punto donde ya nos acostumbramos tanto a esa persona y no podemos ser capaces de vivir sin ella? Cuando necesitas sentirte parte de su día a día, para sentirte bien, cuando necesitas de él para hacer cosas, cuando no ves un plan donde él no esté. ¿Es correcto?, ¿eso es el amor?

Según de la Villa et al. (2018), la dependencia emocional es una distorsión del amor que se manifiesta mediante la necesidad constante por el otro, que nos vuelve incapaces de estar sin la otra persona, por medio de un gran temor y pánico por una separación, donde la sintomatología se presenta como excesiva necesidad del otro, no poder ser autónomos a nivel personal, síntomas de abstinencia y no poder vivir de la misma forma las experiencias (p. 157).

Entonces, la dependencia emocional se manifiesta en una conducta repetitiva de necesidad y miedo al abandono, lo cual es un sufrimiento para ambas partes. Es importante identificar cuando una relación anda mal y cuando ya se encuentra mal, para poder hacer algo si aún se está a tiempo, pero esto tiene que ser por ambas partes. El desgaste constante que implica el mantener una relación así, es perjudicial para nuestra salud mental y física, por lo que afecta distintos planos de nuestra vida diaria, como los estudios, el trabajo y las relaciones amicales o familiares; ante todos los sentimientos dañinos que sientes cada día. Tal vez tuviste una relación sana que se volvió «tóxica» o, simplemente, siempre fue así, recordemos que las relaciones son «subes y bajas», pero no intentemos justificarlo con eso, cuando esto comienza a alterar tu sistema nervioso por la presión y frustración excesiva, es necesario pensar si debemos seguir. 

Silvia Congost, en su exposición sobre dependencia emocional, expresa que hay tres tipos de relaciones de pareja: La primera es la sana, la cual es funcional, presenta admiración por el otro, te sientes a gusto y en paz, tienen el mismo proyecto de vida y los conflictos tienen soluciones constructivas. El otro tipo es una relación sana que se vuelve «tóxica», donde la admiración se va y nace el instinto por otras personas, sienten incertidumbre, aparecen los castigos que son un tipo de maltrato psicológico, y ambos permanecen en un constante sufrimiento. Y finalmente, una relación completamente «tóxica».

El punto es saber dónde nos encontramos ahora, puede que sepamos conscientemente y decidamos continuar. ¿Estamos dispuestos a seguir con esa persona?, ¿estamos dispuestos a seguir sufriendo?, ¿o tal vez ocurre que solo amamos demasiado? El término “amar” es una palabra que posiblemente no esté siendo bien utilizada, ya que el amor es un constructo constante de aceptación y decisión por la otra persona, a sabiendas de lo bueno y malo del otro. El amor no es algo simple, es materia de estudio científico hasta la actualidad, para descubrir el trasfondo de esta palabra, pero te aseguro que no es algo de días, ni de semanas, es algo que perdura y no duele.

El libro Las mujeres que aman demasiado de Robin Norwood, nos explica que cuando “el amor significa sufrir es que estamos amando demasiado”, pero el trasfondo nos remonta a que permitimos ese trato nocivo hacía nosotros por un sistema de creencias o sucesos de la infancia, que fueron reforzados por nuestro medio social. Este libro es una muestra de lo que estamos dispuestos a aceptar por un poco de amor, y que en realidad no sabemos si se quedará y tendrá un final. Por ejemplo: esperar mensajes, llamadas y detalles, o aguantar castigos, insultos, comentarios hirientes y seguir con esa persona.

Nos olvidamos de algo clave, la otra persona, es esa persona que estamos dañando y que nos está dañando al mismo tiempo, puede ser que muchas de las actitudes que tenga no sean adrede, pero eso no justifica que es consciente de que nos está haciendo daño. Él o ella también tuvo un pasado, tiene traumas, recuerdos dolorosos, él también es un ser humano, y él también es dependiente de ti. 

La dependencia emocional es una palabra fuerte y que da miedo reconocerlo, porque representa vulnerabilidad, representa que algo está mal, representa que estamos mal. Sin embargo, como cualquier otro problema, tiene solución; si bien requiere de ayuda terapéutica —que sería lo mejor—, hay veces que no asistimos por diversos factores, pero podemos ayudarnos a mejorar, con los siguientes pasos:

  1. Reconocer el problema: Para poder salir de un problema es importante reconocer el problema y poder aceptar que necesitamos ayuda.
  2. Adquirir información: Educarnos nos da las herramientas para poder tener la valentía y la voluntad de tomar decisiones.
  3. Identificar las cosas, actitudes y comportamientos que nos causan daño: Tener conocimiento de qué cosas están perjudicando nuestra tranquilidad, nos ayudará a evitarlas o detenerlas.
  4. Trabajar la autoestima: Comenzar o reforzar las habilidades y hábitos que nos gustan. Pensar de forma positiva sobre nuestro cuerpo, sentimientos y capacidades, nos hará sentirnos más amados por nosotros mismos. 
  5. Aprender a estar solo: El encontrar espacios para que nosotros podamos ser como somos y podamos distraernos, nos ayudará a reconocer que tenemos un espacio en donde nos podemos sentir bien.
  6. Refuerza tu red de apoyo: Encontrar o reforzar la relación con personas que nos quieren, nos ayudará a saber que no estamos solos.
  7. Agradece y da un paso adelante: En este paso podrás mirar atrás y recordar los momentos buenos y malos, con un “gracias”, entonces, serás capaz de mirar hacia delante.

Ahora sabemos que todos podemos salir de una relación con dependencia emocional. El tomar la decisión de terminar con eso es lo mejor, pero no es fácil, por lo contrario, aceptar que algo está mal y que necesitamos mejorar es un gran paso que poco a poco, según el proceso de cada uno, se irá conduciendo hacia una mejoría. Donde tengamos paz y tranquilidad, y donde podremos crecer personalmente solos. Si ya tomaste la decisión de dejar aquella relación, es importante que te permitas sanar y recordar quién eras antes de entrar a una nueva relación, porque corremos el riesgo de entrar a un bucle de dependencias.

Por eso, ahora, lo mejor es priorizarte a ti mismo; verás que  todo lo que pasó fue un aprendizaje, para llegar al punto donde sepamos amarnos y ser fieles a nuestros principios e ideales, y que cuando llegue el momento para dejar entrar a alguien a nuestro corazón, estemos preparados.

Referencias

De la Villa-Moral, M., Sirvent, C., Ovejero, A., & Cuetos, G. (2018). Dependencia emocional en las relaciones de pareja como Síndrome de Artemisa: modelo explicativo. Terapia psicológica, 36(3), 156-166.

Norwood, R. (1985). Las mujeres aman demasiado. Titivillus.

TEDxReus. (2023). Dependencia emocional en la pareja/Silvia Congost [Archivo de Video]. https://www.youtube.com/watch?v=aqo4_BlMIbw

Intimidad versus aislamiento: Virtud, el amor, un mirar en pleno Siglo XXI

En 1950, el psicoanalista estadounidense Erik Erikson, planteó la teoría del Desarrollo Psicosocial. En ella, identifica estadios de tiempo en los cuales se presentan peculiares conflictos internos que van de acuerdo a la edad y etapa de desarrollo en que la persona se encuentre. Estos conflictos surgen de fuerzas intrapsíquicas que se contraponen, generando una crisis que, si es superada, desarrollará una virtud o, de no ser superada, producirá un estancamiento. 

Aquí, un cuadro de las etapas:

Fuente: UNED, Universidad Nacional de Educación a Distancia

Para Erickson, en la etapa seis, comprendida entre los 20 a los 40 años de edad, la prioridad de la persona consiste en cumplir con su entorno, dicho de otra forma, su prioridad está en encajar y también afianzar su identidad a través de poner ciertos límites que no está dispuesto a negociar, ceder, ni contentar. Esto no debe ser visto como una rebeldía para diferenciarse del otro, como sucede en la adolescencia (etapa anterior), más bien, como un hecho activo que afianza su «yo» o su self (1950).

Este adulto joven, cuando logra establecer su identidad (su self), se encontrará listo para el compromiso, para formar relaciones íntimas y recíprocas. Así, estará dispuesto a adquirir responsabilidades y deberes que requieran sacrificios. Sin embargo, si no alcanzara esta capacidad, el resultado de la crisis sería el aislamiento. Por tanto, superada la crisis, el fruto sería el “amor”.

Han pasado más de setenta años y con los avances tecnológicos, surge la ocasión de que cuestionemos la vigencia de esta vieja teoría y busquemos nuevas respuestas a la crisis de identidad y al hedonismo social actual.  Sociólogos, filósofos, psicólogos y pensadores contemporáneos ven, en los adultos jóvenes, una serie de cambios en su cosmovisión y los perciben con un padecimiento existencial. 

Zygmunt Bauman, fot. M. Oliva Soto | European Culture Congre… | Flickr
Zygmunt Bauman fue un destacado sociólogo y filósofo

Zygmunt Bauman (2002) acuñó el término de modernidad líquida a los tiempos contemporáneos. Bauman explica que vivimos una época de constante cambio, donde lo líquido hace referencia a algo que corre fácilmente y no se detiene, que es maleable y escurridizo. Expresa que el mundo acelerado que se vive, se asemeja a una costra volcánica que se endurece, para luego fundirse y cambiar de forma en comparación con la solidez de la vida pasada, de décadas atrás,  que era más predecible y controlable.  

Así mismo, critica la modernidad y plantea que, bajo este escenario, el sujeto se vuelca en una búsqueda de identidad y su tarea es construirse para poder integrarse a un mundo global, cambiante y maleable, en donde debe inventarse y moldearse a partir de máscaras para sobrevivir, por lo tanto, ya no existe una visión colectiva, un sentido de pertenencia, sino una notoria individualidad. 

En esa línea, las relaciones interpersonales que predominan en esta “modernidad líquida”, las llama “amor líquido” y tienen algunas características como el hedonismo, la satisfacción inmediata y una búsqueda insaciable de goce. 

Este “amor líquido” es superficial y frágil, idealizado, afectado por la insatisfacción e individualidad, siendo un amor efímero, algo así como simples conexiones y vínculos superficiales (Bauman, 2005). La posibilidad de casarse, tener hijos, o crear compromisos sobre el otro son reemplazados por vitrinas de consumo, no hay cabida para el sacrificio o la frustración.

A partir de esto, ¿qué podría decir como profesional de la salud mental? ¿Está vigente aquella etapa específica del desarrollo psicosocial en tiempos de crisis y caos? ¿Puede un joven en esta etapa de su vida vivir según la virtud del amor y darle un lugar protagónico? O más bien, ¿se resistirá a la intimidad, al relacionamiento significativo con el otro y a forjar relaciones duraderas?

La falta de compromiso se ve en diferentes esferas, en lo laboral: alta rotación de trabajadores; en lo personal: el embarazo se aplaza o desestima cada vez más; en la pareja: la vivienda pasa a ser parte del ajuar de novios o la dote del matrimonio. Sin embargo, concuerdo en que la teoría de Erikson sigue siendo significativa y vigente, a pesar de la realidad actual. La intimidad vista como el relacionamiento con uno mismo y con los demás, debe ser rescatada y fomentada, además de que es un factor de protección frente a otras aflicciones. 

Grupo De Manos

Bauman propone, en la persona, lograr constituirse bajo una responsabilidad reflexiva y autónoma frente al otro, dirigida a la inclusión y la autorrealización, en contraposición con el aislamiento que sería la carencia de intimidad que produce una sensación de estancamiento o de no poder avanzar.

Byung-Chul Han (2023), filósofo contemporáneo, sugiere abandonar la hiperactividad de la época y recuperar el sentido, el equilibrio y la vida interior. Incluir momentos contemplativos en el día a día que faciliten esta tarea.  

Entender la intimidad y procurarla, dará como fruto al “amor”, esto no cambia a pesar de los tiempos, y le da vigencia a esta teoría, específicamente, en esta etapa del desarrollo psicosocial. Tener intimidad con uno mismo es darse el tiempo para cultivar una relación vigorosa y sana con uno mismo, con los demás, y, si eres creyente, con Dios.

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Referencias

Bauman, Z. (2002). Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica.

Bauman, Z. (2005). Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Madrid: Fondo de Cultura Económica.

Erikson, E. (2000). El ciclo vital completado. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica.

HAN, B. C. (2023). VIDA CONTEMPLATIVA, ELOGIO DE LA INACTIVIDAD. ESPAÑA: TAURUS.

Hernández Moreno, J. (2016). La modernidad líquida. Política y cultura, (45), 279-282. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-77422016000100279&lng=es&tlng=es.

Universidad Nacional del Nordeste. (2014). CORRIENTES DEL PENSAMIENTO. CUADERNO DE CÁTEDRA, 93-98. https://hum.unne.edu.ar/academica/departamentos/educa/catedras/cpc.htm

Soltero feliz o soltero desolado

Feliz San Valentín! Las 20 mejores frases para felicitar por WhatsApp el  día de los enamorados

Hace un par de semanas fue el Día de San Valentín o el Día del Amor. Cuando iba camino al consultorio, pude visualizar en las calles una gran cantidad de comercios que vendían objetos relacionados a esta fecha, como globos, flores, chocolates, peluches, entre otras cosas. También vi parejas de enamorados que se hacían más “visuales” en este día. Además de los especiales que había tanto en la televisión como en plataformas digitales, todo lleno de películas románticas o las romcoms clásicas y nuevas, todas alusivas al amor romántico o de pareja. Todo esto me hizo pensar en cómo pueden llegar a vivir esta fecha las personas solteras (que no quieren estarlo), algo que puede llegar a ser difícil y que, personalmente, conozco.  

Llevo soltera un aproximado de cuatro años, de los cuales los tres primeros realmente quería estar en una relación, lo cual obviamente no se dio. Fue en el último año —o incluso en los últimos meses— que empecé a “amistarme” con la idea de estar soltera; y es algo que ahora me llena de paz y tranquilidad, llegando a amar mi soltería y mi espacio. Más tuvieron que pasar tres años para poder sentir esa paz que tanto anhelaba, y, en un momento, pensé que una pareja me podía o tenía que dar, porque realmente existe diferencia entre estar soltero y feliz a estar soltero y sentirse desolado.

En alguna oportunidad, en una reunión entre amigos, recuerdo una frase que alguien dijo: “pero bueno, algún día me tendré que enamorar, no puedo ser feliz para siempre”, en su momento todos rieron. Ahora analizo un poco más a fondo esa frase, y, en realidad, esta persona estaría diciendo, de manera objetiva, que estar enamorado es ser infeliz y estar soltero es estar feliz, como si fuera una regla. Claro que hay personas que estando en pareja son infelices y personas solteras que son felices, como también lo contrario, es decir, el estar en pareja o estar solteros no nos garantiza la felicidad, sino desde qué punto nosotros decidimos relacionarnos.

Retomando lo anterior, la diferencia más grande que viene entre la desolación en la soltería y una soltería feliz, es pretender que necesitamos una pareja. Entendamos “necesidad” como “algo que el ser humano requiere de manera indispensable para permanecer vivo” (Dorsch, 1991), como lo sería el respirar, el comer o el dormir. Muchas personas sienten que necesitan a una pareja para ser felices; incluso nos han vendido el cuento de “la media naranja” o “el alma gemela”, y que, si no lo conseguimos o no lo encontramos, estamos incompletos, y no hay peor mentira que ello. 

Absolutamente todo sobre el amor romántico que se nos vende en la televisión, películas, canciones, poemas, etc., nos lo muestran con un matiz muy grande de drama; y lo peor de todo es que varios de nosotros nos hemos comprado ese cuento sobre el amor de pareja, e incluso aspiramos a tenerlo.

25 películas con escenas que la gente piensa que son tremendamente  problemáticas
Diario de una pasión (2004). New Line Cinema.

Por ejemplo, en la película, Diario de una pasión o El diario de Noah, nos presentan a Noah como un joven que se enamora de Allie, y hace de todo para conseguir su atención y amor, cuando, en realidad, la manipula. Por ejemplo, en la escena en la que se queda colgado de una rueda de la fortuna, amenazando con lanzarse si ella no acepta salir con él.

Entonces, la primera cita que ellos tienen fue porque Allie fue coaccionada y no porque fuera 100 % consensuada. Después en la película, se ven bastantes discusiones, drama y mucha pero mucha manipulación. Un gran número de personas piensan que el amor de pareja realmente es así, y como dije anteriormente, no hay nada más alejado de lo que es un amor sano a eso que nos pintan. 

Una escena de campo de batalla con una nube y un cielo oscuro con las  palabras campos de batalla. | Foto Premium

La canción de Pat Benatar, Love is a Battlefield (El amor es un campo de batalla), literalmente dice que el amor es luchar, y, por cultura general, sabemos que una lucha o una batalla conlleva pérdidas y posibles muertes. Incluso hay frases como esta: “si amas a esa persona, lucha por ella”. Dicha expresión nos haría tergiversar lo que sería estar en una relación sana, porque, a veces, ese “luchar” involucraría perdernos a nosotros mismos para amar a la otra persona, entonces, ¿por qué tendríamos que “luchar” por alguien? Sería más sano el poder trabajar por una relación de pareja en la base del respeto, compasión y límites saludables. Porque, en efecto, una relación sana necesita de límites claros para poder respetar la autonomía, valores e integridad de cada individuo dentro del vínculo de pareja. 

Por otra parte, nos pintan también la idea de que, para poder tener una relación sana, tenemos que “sí o sí” amarnos a nosotros mismos, nuevamente, como si esto fuera una regla. Si bien es cierto que el amor propio constituye uno de los fundamentos de una relación de pareja sana y sólida, no es un lugar o una meta a la cual se llega, sino que es el camino que día a día transitamos, es decir, hay que entender que incluso amarnos a nosotros mismos de manera incondicional, a veces, es complicado, y, más allá de aceptarnos incondicionalmente, se trata de ser compasivos y respetuosos con nosotros mismos y con nuestros procesos; y, adicional a ello, también hay que saber que, independientemente del camino del amor propio en donde nos encontremos, merecemos ser amados, pero nadie puede dar lo que no tiene. 

Enséñale al otro cómo merecer tu amor - Psicologos.com.co

Si nuestra búsqueda de pareja se da desde la necesidad, hay que tener por asegurado que vamos a sufrir, es dar un paso hacia ser dependientes emocionalmente de otra persona, y caer en un ciclo eterno de manipulación. Más si decidimos relacionarnos desde la madurez, porque la otra persona nos motiva y nos inspira, la probabilidad de que esa relación sea sana y fructífera será mucho mayor, claro que se necesita trabajo, puesto que el amor no se encuentra por arte de magia, sino que se construye.

El deseo de estar en una relación de pareja es algo completamente válido, pero tenemos que empezar a cuestionarnos desde qué punto queremos estar con alguien, ¿cuál sería el objetivo de estar en pareja?

Referencia: Dorsch, F. (1991). Diccionario de psicología. Barcelona: Herder.

El verdadero amor: Quien no conoce, no ama

Las relaciones románticas se conocen simplemente como aquellas relaciones en las que existe un interés y acuerdo mutuo entre dos personas. Se caracterizan porque son elegidas voluntariamente, porque existe algún tipo de atracción, ya sea basada en la apariencia física, intereses, habilidades de la persona o en su personalidad, y por último, porque implican expresiones de intimidad, protección y apoyo. Pero… ¿Qué se cumplan estos requisitos es hablar de amor? La respuesta corta es que ¡no!, vamos a profundizar a continuación.

¿Qué requiere el “verdadero” amor?

Creo que la literatura es el arte más hermoso para explicar cosas complejas, por ello, evocaré a la obra El Principito, escrito por el autor Antoine de Saint Exupéry. En un extracto del libro, donde interactúan los personajes del principito y el zorro del desierto, se explica algo que, en términos más complejos, encontramos en el libro de Erich Fromm, El Arte de Amar, este episodio nos explica la parte esforzada de un amor que va más allá de una atracción hormonal y de procesos neuroquímicos, que algunos confunden con el amor a primera vista o con los llamados flechazos. Habla en cambio de lo que algunos conocemos como amor fatuo (de amigos y compañeros) o amor de construcción (de pareja), en el caso del público general lo que conocen como “amor verdadero”, que, en sentido amplio, ellos asocian a la durabilidad de una relación, a estar juntos a pesar de los problemas y, en el mejor de los casos, lo asocian a una relación tranquila y equilibrada, en el marco de la pareja.

El principito quería ser amigo de un zorro del desierto, este le dijo «¡ven a jugar conmigo!, estoy tan triste».

EL zorro le dijo: «No puedo jugar contigo, no estamos familiarizados».

«¿Qué significa familiarizar?», pregunta el niño.

El zorro contesta, «es una cosa demasiado olvidada, significa crear lazos. Para mí no eres todavía más que un muchachito parecido a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a cien mil zorros. Pero, si nos conocemos, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo…».

«¿Cómo nos conocemos?», dijo el principito.

«Hay que ser muy paciente», contesta el zorro, «te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo, pero cada día podrás sentarte un poco más cerca…».

Al día siguiente volvió el principito.

«Hubiese sido mejor regresar a la misma hora», dijo el zorro. «Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a estar feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro, estaré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón… Los ritos son importantes. Solo se conocen las cosas a las que dedicas tiempo, los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada, compran las cosas hechas a los mercaderes, pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. ¡Si quieres un amigo, conóceme!», dice el zorro.

En conclusión, las relaciones que creamos con las personas requieren el conocimiento del otro, si realmente queremos que no sean superficiales es necesario dedicar tiempo para conocer. También requieren de paciencia y de constancia, no basta con hacer algo por otro un día o hacerlo unos días sí y otros no, hay que ser constantes en el cariño, en la búsqueda de frecuentar la compañía, en la escucha hacia el otro. Los ritos son importantes porque nos hablan de hacer ciertos actos permanentemente, de tener designados un tiempo y esfuerzo para los mismos.

Indica acertadamente Erich Fromm que el amor implica cuidado. Por ejemplo, es especialmente evidente en el amor de una madre por su hijo que ninguna declaración de amor por su parte nos parecería sincera si viéramos que descuida al niño, si deja de alimentarlo, de bañarlo, de proporcionarle bienestar físico; y creemos en su amor si vemos que cuida a la criatura. Lo mismo ocurre incluso con el amor a los animales y las flores: si una mujer nos dijera que ama las flores, y viéramos que se olvida de regarlas, no creeríamos en su «amor» a las flores. El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos. Cuando falta tal preocupación activa, no hay amor. Entonces también vemos (si reflexionamos en el primer ejemplo), que en el amor esta presente el valor de la responsabilidad de la madre a su hijo, ya que forma parte del amor el atender las necesidades de su pequeño. Asimismo, en el amor entre adultos, se ve la responsabilidad al cuidar las necesidades psíquicas de la otra persona.

La responsabilidad podría degenerar fácilmente en dominación y posesividad, si no fuera por un tercer componente del amor, el respeto. Respeto no significa temor y sumisa reverencia; denota, de acuerdo con la raíz de la palabra (respicere = mirar), la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única. Respetar significa preocuparse por que la otra persona crezca y se desarrolle tal como es, de ese modo, el respeto implica la ausencia de explotación. Quiero que la persona amada crezca y se desarrolle por sí misma, en la forma que le es propia, y no para servirme.

El respeto solo existe sobre la base de la libertad; el amor es hijo de la libertad, nunca de la dominación. Respetar a una persona sin conocerla, no es posible; el cuidado y la responsabilidad serían ciegos si no los guía el conocimiento. El conocimiento estaría vacío si no lo motivara la preocupación, la empatía.

Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve… Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor… Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo, nada sabe acerca de las uvas.

Paracelso

Después de todas estas reflexiones, seguramente notaremos que muchas de las relaciones que vemos en nuestro entorno no son de amor, pues muchas veces hay ausencia de valores en los individuos, y, por tanto, en las relaciones que conforman. Hay muchos factores que pueden volver a una relación malsana, y no hay que olvidar que, en cada caso, veremos que una o ambas personas tienen conductas o muestran patrones de comportamiento «tóxicos» en mayor o menor medida, según sea el caso.

Las «relaciones tóxicas» son relaciones con comportamientos disfuncionales, entendidos como aquellos que no permiten, o cohíben el crecimiento individual, inhiben la expresión psicoafectiva, lo cual afecta a las emociones, conductas y cogniciones de las personas que forman parte de la relación. En sí, la relación tóxica hace que una persona sea un amo y el otro un esclavo; en las relaciones de maltrato, esta dinámica se mantendrá con la sumisión o el vínculo traumático de uno de los lados. En otros casos, habrá una lucha de poder, es decir, habrá reclamos mutuos, cargados de manipulación, de culpabilizar al otro, de insultos o más (violencia), todo esto con el fin de que el otro se someta,

Es bueno entender qué es el verdadero amor, pues cuando escuchamos que otros están pasando por un problema o decepción, o cuando nosotros mismo nos desilusionamos, empezamos a satanizar al amor o a acusarlo de ser muy complicado por asociarlo al maltrato o a estas luchas de poder, a estas relaciones que no son de amor, y que no deberíamos aceptarlas en nuestra vida. El amor es complicado por otras razones, pues ser una persona de valores y con principios requiere de madurez y de estoicismo, es complicado porque el tiempo y la dedicación amerita que estemos presentes, que escuchemos activamente, y que comuniquemos. Hablar con los otros de forma tranquila, en el tono de voz adecuado, con las palabras correctas, ello significa que tenemos la capacidad de ser asertivos.

Debemos poner en practica todo lo mencionado, no solo en los días bonitos, no solo mientras dura el enamoramiento (y no deberíamos confundir estar enamorados con amar). Es complicado por los días donde tenemos poco tiempo, cero ganas de conversar, los días donde algo nos puso de mal humor y entonces debemos poner un esfuerzo extra, días donde debemos darnos un momento para gestionar esas emociones con las que venimos cargados, gestionarlas con un paseo a solas, con respiración diafragmática, con una ducha u otras formas, y tomar aire para ser esas personas que respetan, que son responsables y cuidadosas, que se alegran por las alegrías del otro y sufren con su sufrimiento. Debemos estar listos para una conversación o un abrazo con ese ser humano que tenemos delante… Listos para ser esas personas que saben amar.

Por supuesto, este amor de calidad es real, se extiende a todos nuestros seres queridos, a la humanidad y la naturaleza, porque si hemos llegado a este punto de la lectura y vimos todos los valores que rodean al amor, nos daremos cuenta de que amar es más que lo que sentimos por un solo ser humano, es una capacidad que poseemos, la cual puede estar estropeada o nutrida, depende de qué tanto pongamos en práctica los valores mencionados en nuestra vida diaria. No siempre es sencillo pero qué bello y qué grande es poder decir: yo amo.

Referencias

Fromm, E. (1977). El Arte de Amar, una Investigación sobre la Naturaleza del Amor. Buenos Aires: Paidos.

Saint – Exupéry, A. d. (2004). El Principito. México D.F.: Publimexi

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El espíritu de la Navidad

Una de las cosas que más marca la temporada de fiestas navideñas es el exagerado consumismo que vemos en los negocios, centros comerciales y en todo lugar; así como las grandes diferencias de aquellos que lo tienen todo (o al menos más que los demás) y de quienes no tienen nada; lo que genera un caos total que eleva en cada ser, emociones intensas que conducen a algunos a amar estas fiestas, y a otros, a detestarlas, a sublimar o deprimirse. 

Galletas fáciles de Navidad | Me gustan estas galletas fácil… | Flickr

Aquellos que tienen familias grandes, se vuelven creativos para cubrir las expectativas familiares; y aquellos que no las tienen, sienten el temor a la soledad y al olvido, se llenan de nostalgia, de recuerdos que un día fueron y hoy no están, o de ansiedad por lo que les hubiese gustado tener, y no tienen.

Basset Hound Marrón Y Blanco Cerca Del árbol De Navidad · Foto de ...

Esto pareciera un estado alterado y frenético, por dejar una “huella de amor” y de presencia en el otro, con una acción, un regalo, una obra de caridad, etc. Los más exigentes esperarán que no falte ningún miembro de la familia antes de las doce, y los más relajados estarán más atentos a cubrir las fantasías de aquellos que todavía creen en “la magia de la navidad”.

Papá Noel en trineo Stock de Foto gratis - Public Domain Pictures

Lo cierto es que dentro de cada persona, hay un mover que se manifiesta en presiones, pasiones, deseos, compromisos, expectativas, temores, etc. Las personas se conducen compulsivamente por las calles, con el anhelo de poder dar a sus seres queridos lo que sus propios deseos y anhelos los motiva a dar.

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Ese mover en cada persona, es, en esencia, “el Espíritu de la Navidad” que nos toma y nos acoge. Para quienes somos creyentes, celebramos la venida de Cristo, quien simboliza el amor perfecto y la posibilidad de una vida eterna. Para aquellos que no son creyentes, es un tiempo de celebración en familia, de unión y de hermandad. “El Espíritu de la Navidad” es aquel que nos invade de un amor perfecto, que construye y no destruye, que aprecia y no desprecia, que incluye y no excluye. 

Quizás, solo por eso, hoy me permita celebrar el caos, la locura por las compras, la alegría en las calles invadidas de villancicos, luces, árboles y nacimientos. Aunque sea una expresión efímera y pasajera “el Espíritu de la Navidad”, llevado en un recto sentido, nos envuelve, y nos aleja de lo violento. 

Agradezco y celebro el esfuerzo de cada uno por llevar lo mejor de sí a sus hogares, aun cuando esto sea algo comprado o donado, algo nuevo o de segundo uso, algo de una marca reconocida o algo artesanal, o simplemente una banalidad, qué importa, si brinda alegría y satisfacción. 

En este sentido, con una taza de chocolate caliente, escuchando una de mis canciones y películas favoritas de navidad, Last Christmas en la versión de Jada Facer y Alex Alexander, termino con la imagen de mi más preciado regalo, celebro “el Espíritu de la Navidad” y deseo para todos una ¡Feliz Navudad!…

Belén de Navidad Stock de Foto gratis - Public Domain Pictures

Los “casi algo”, ¿por qué duelen tanto?

¿Por qué mi última experiencia en el plano amoroso (que fue un «casi algo») me causo tanto dolor, casi como la ruptura de mi primer amor? Esa es la pregunta que constantemente ha resonado en mis pensamientos, sobre todo, porque la relación no se concretó, fue de corta duración y no hubo intimidad emocional.

Últimamente, he estado leyendo y escuchando bastante sobre este término los “casi algo”, y, realmente, muchas personas hablan del tema, sobre todo en las redes sociales.

Es cierto que el término “casi algo”, al menos en el campo de la psicología, no tiene una definición concreta, sin embargo, ha recibido mucha acogida en el habla popular, recientemente, y múltiples profesionales lo han definido de distintas maneras.

Por ejemplo, se llama “casi algo” al tipo de relación que no tiene un título formal, cuando dos personas están en la etapa de enamoramiento, entiéndase un vínculo en el que realizan todas las actividades de una pareja, pero no llegan a consolidarse como tal. En un “casi algo”, uno de los dos involucrados en el vínculo, que desea o idealiza que suceda algo más, mientras que el otro no. Si has vivenciado un “casi algo”, esta información te puede interesar.

¿Cómo son los «casi algo»?

Es importante aclarar que puede haber otras características, esto dependerá de tú situación y contexto personal. Por lo general, un “casi algo”, tiene las siguientes características:

  • No hay intimidad emocional, o por lo menos, no es tan profunda, es probable que aún no se conozcan realmente el uno al otro (emocionalmente), es posible que todavía no hayan conversado de temas profundos y personales.
  • No se proyectan a futuro, por el contrario, es probable que la necesidad del otro sea solo “fluir”, por lo tanto, no se planifica un proyecto ni a corto ni a largo plazo.
  • Encuentros improvisados: por lo general las citas son casuales, se dan cuando uno o ambos están libres.
  • No han conocido amigos ni familiares, ni se planifica hacerlo, ya que los encuentros son esporádicos.
  • No hay compromiso, ya sea para hacerse cargo de una acción o para participar en un acontecimiento importante de la otra persona.

¿Por qué duele tanto la ruptura de los “casi algo”?

Cualquiera que se haya enamorado, por lo menos una vez en la vida, sabe que esto trae consigo un conjunto de sentimientos intensos. No hay nada como estar enamorado, uno se siente con mayor motivación, energía y experimentas todos aquellos síntomas típicos, como la aceleración de los latidos del corazón, “mariposas en el estómago”, pequeños vértigos, sudoración en las manos, sonrisas nerviosas cuando observamos a esa persona durante más de cinco segundos, ¿qué tiene que ver esto con los “casi algo”?

El cerebro, entiende al “casi algo” como una pareja romántica y “concreta”, es así que se inicia el proceso fisiológico, y el enamoramiento. Entonces, dicho órgano segrega una variante de neurotransmisores que nos hacen sentir bien, entre ellas la dopamina, la causante del placer y euforia; y la oxitocina y serotonina, mediadoras del apego y felicidad.

Cuando el vínculo del “casi algo” termina, estos neurotransmisores se van a pique, en bajada, y es normal que sintamos tristeza, obsesión, frustración, necesidad, ansiedad, entre otros. La necesidad de volver a segregar estos neurotransmisores de placer son la razón por la que se vuelve con el “casi algo” o con la expareja. Esta es la razón principal del porqué sentimos tanto dolor, el cerebro anda en un periodo de síndrome de abstinencia hormonal, necesita volver a aquellos niveles altos de dopamina.

Jorge Castelló (2005), en su teoría de dependencia emocional, menciona la etapa de la relación de pareja llamada idealización. Para el autor, el dependiente sobrevalora las cualidades de la pareja, por lo tanto, tiende a no ver las llamadas red flags (características alarmantes que causan conflicto). En el caso del “casi algo”, lo que evidencia que, en cierta parte, este tipo de vínculo está basado en una creencia, ya que generamos expectativas individuales. Asimismo, Riso (2023) menciona que, como cualquier etapa, solo dura un tiempo determinado y surge otra etapa llamada amor maduro, o en el caso de un “casi algo”, desidealización, donde conoces con mayor intimidad a la otra persona, y podrían surgir sentimientos de ansiedad y frustración, al esperar algo que quizá no es y no ocurre.

Ya sea porque te das cuenta de que la relación no funciona, no es estable, que se presenta el ghosting (desaparecer e ignorar sin explicación alguna), o incluso de que se decida ya no continuar con la relación. Percatarse de que no fue lo que pensaste, soltar la ilusión y la proyección, tomar conciencia de todo lo que se invirtió: tiempo, emociones, dinero, entre otros, sin un objetivo concreto, es el momento que causa mucho dolor. Los sentimientos que por lo general se experimentan son la frustración, ansiedad, tensión, tristeza, ira, incertidumbre, desilusión, etc.

Pero entonces, ¿son malos los “casi algo”?

Es de conocimiento que las relaciones interpersonales son parte de nuestro desarrollo humano y del aprendizaje, por ello, puede que se compliquen bastante. Amigos, enamorados, “amigos con derechos”, “salientes”, “casi algo”, “no sé qué somos”, “andamos fluyendo”, etc. Cualquier tipo de relación que mantengas podría ser funcional, esto depende de la etapa en la que te encuentres, de tus objetivos, de qué es lo que tú quieres y esperas de un vínculo emocional.

No existe una definición concreta, porque somos seres muy complejos e intensos, con distintas experiencias y diferentes intereses. Ya sea que decidas terminar con el vínculo del “casi algo”, que desees algo serio, o que quieras continuar con la situación actual, es importante que te comuniques de forma honesta y asertiva con la otra persona involucrada.

A tomar en cuenta sobre los “casi algo” que se terminaron:

Como ya lo he mencionado, muchos procesos se ven inmersas en un “casi algo”, tanto neuronal como emocionalmente. Es importante que se entienda que la ruptura de un “casi algo” es tan importante como la finalización de cualquier otro vínculo más estable. Incluso en muchos casos, estas rupturas se afrontan como un duelo, porque se pierde un vínculo y se suelta una ilusión. Te dejo algunas recomendaciones a tener en cuenta para afrontar la ruptura de un “casi algo”:

  • Identifica tus emociones, habla de lo que sientes, válida y dale importancia a la ruptura.
  • Determinar qué es lo que quieres y lo que no quieres en una relación afectiva, de esta forma replanteas tus límites, adquieres conciencia de la idealización y evitas caer nuevamente en el vínculo.
  • Apóyate en tu red de apoyo más cercana y segura, contar con la familia y amigos hará el proceso mucho más llevadero.
  • Si lo requiriera tu situación, busca ayuda profesional para sobrellevar la ruptura.

El amor es un sentimiento que avala la capacidad para disfrutar juntos de las cosas, y no una medida de cuánto estoy dispuesto a sufrir por ti, o cuánto soy capaz de renunciar a mí.

Jorge Bucay

Referencias

Aprendemos Juntos 2030. (2023). V. completa. ¿Por qué nos equivocamos tanto en el amor? Walter Riso, doctor en psicología y escritor [Vídeo]. https://www.youtube.com/watch?v=u4duNKPm9cM

Castelló, J. (2005). Dependencia emocional: Características y tratamiento. Madrid: Alianza Editorial.

Producción Videográfica y Sonorización. (2017). LA NEUROBIOLOGÍA DEL AMOR, DR. EDUARDO CALIXTO GONZÁLEZ UAMX [Vídeo]. https://www.youtube.com/watch?v=mKiVe7Hb-Hc

Infidelidad: ¿Por qué se es infiel?

Estamos en la mejor etapa de nuestra relación con la persona que amamos, con la que tuvimos un prototipo de futuro. Con quien soñamos casarnos —o ya estamos casados— y al pasar el tiempo, esa sensación que sentimos ya no es la misma, empiezan las inseguridades, diferencias, la rutina etc. Y con tantos factores negativos llegan los malentendidos y, como salida, se busca huir de ese inconveniente. 

Entonces, cuando se habla de la fidelidad no se habla lo suficiente de nuestra necesidad de validación, de sentirnos admirados o halagados por otras personas. Esta es una necesidad natural que se mezcla con un contexto en el que crecemos creyendo que nuestra validez se define por cómo nos ven las demás personas. 

Y una forma de sentirnos validados es a través del deseo, sentirnos que los demás nos desean. Nos encanta.  El problema es que cuando tenemos una pareja cerrada o con límites bien marcados, es muy complicado experimentarlo, porque no nos mostramos accesibles para ello.

El deseo es natural en el ser humano, el problema es que se desea lo que no se tiene. Lacan decía que: “El deseo siempre está relacionado con la falta. Porque solo se desea lo que no se tiene, una vez que lo tienes, lo dejas de desear, y entonces, vas en búsqueda de otra cosa que, cuando la consigues, vas por otra, y así sucesivamente”. 

¿Qué nos estamos haciendo? ¿Nunca vamos a dejar de desear? Pues no. Entonces, ¿estamos condenados a ser infieles? Por supuesto que no. La clave está en que sólo desees algo que es sumamente valioso para ti, de manera que ser fiel va a depender del valor que tú le des a tu pareja, a la relación y a lo que hayan construido juntos, si tiene tanto valor para ti no vas a querer dañarlo, ni te arriesgarás a perderlo, lo que harás es cuidarlo, invertirás tiempo y esfuerzo para conservar ese valor o incluso aumentarlo. ¿Es fácil? No. ¿Es simple? Sí, definitivamente. 

Los hombres son más propensos a tener aventuras que las mujeres y, a menudo, buscan más sexo o atención

Wang, en La Mente es Maravillosa (2020)

Las personas infieles podrían tener una personalidad narcisista, eso quiere decir que se dejan llevar por sus instintos primarios, tales como el poder, la posesión y el placer. Estos les genera la suficiente adrenalina y dopamina para mantenerlos extasiados y querer más. 

Algunos factores que predicen la infidelidad son:

  • Realizar actividades sexuales nunca realizas con tu pareja.
  • Deseo sexual personal.
  • Baja satisfacción en la relación. 
  • Bajos niveles de romanticismo.
  • Venganza personal.
  • Búsqueda de atención. 
  • Consumo de sustancias.

Factor neurológico

La doctora Sari van Anders, psicóloga clínica de la Universidad de Michigan, ha realizado fascinantes evaluaciones de los niveles de T (testosterona) tanto en hombres y mujeres. Descubrió que mientras más altos eran los niveles de esta hormona, mayor era el deseo de buscar otros compañeros sexuales.

Y cuando las mujeres engañan, a menudo intentan llenar un vacío emocional.

Tsapelas, Fisher y Aron, en La Mente es Maravillosa (2020)

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“La lealtad y el respeto se demuestra estando o no frente a la pareja. La lealtad no se trata de las personas que actúan fieles a asu pareja, sino de aquellas que permanecen fieles a sus espaldas. Hay quienes piensan que, no teniendo sexo con otras personas, ya con eso son fieles y leales, y se les olvida que el sexo no es la única forma en la que se manifiesta la infidelidad o la traición en una relación. Aceptarles coqueteos a desconocidos también es un acto de infidelidad. Omitir donde estas o con quien estas (porque sabes que no estas haciendo algo correcto) también es un acto de infidelidad. Recuerda esto: El amor que dices tener por tu pareja no se basa en el respeto que le tienes cuando está frente a ti, sino también en el respeto que le tienes cuando no te ve”. (González, 2022)

¿Se puede ser infiel a tu pareja y amarla al mismo tiempo?

Es absolutamente imposible. Ser fiel es un indicador elemental de que uno ama a su pareja, y si no lo eres, quiere decir que, sientes cariño, amistad por la otra persona, pero no amor (Quintino, en EL TIEMPO, 2010).

Referencias

EL TIEMPO (2010). Es absolutamente imposible ser infiel y amar al mismo tiempo. https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-7624828

Equipo editorial (20220). ¿Qué dice la psicología sobre la infidelidad? https://lamenteesmaravillosa.com/que-dice-la-psicologia-sobre-la-infidelidad/

González, B. (2018). Infidelidad: causas, tipos y soluciones. https://www.somospsicologos.es/blog/infidelidad/

González, H. (2022). Desenmascarando el Amor. Argentina: Editorial Hojas del Sur.

Jauregui, I. (s/f). La figura de la persona amante en la infidelidad: la otra cara del narcisismo. http://www.eepsys.com/es/la-figura-de-la-persona-amante-en-la-infidelidad-la-otra-cara-del-narcisismo/