Hace un par de semanas fue el Día de San Valentín o el Día del Amor. Cuando iba camino al consultorio, pude visualizar en las calles una gran cantidad de comercios que vendían objetos relacionados a esta fecha, como globos, flores, chocolates, peluches, entre otras cosas. También vi parejas de enamorados que se hacían más “visuales” en este día. Además de los especiales que había tanto en la televisión como en plataformas digitales, todo lleno de películas románticas o las romcoms clásicas y nuevas, todas alusivas al amor romántico o de pareja. Todo esto me hizo pensar en cómo pueden llegar a vivir esta fecha las personas solteras (que no quieren estarlo), algo que puede llegar a ser difícil y que, personalmente, conozco.
Llevo soltera un aproximado de cuatro años, de los cuales los tres primeros realmente quería estar en una relación, lo cual obviamente no se dio. Fue en el último año —o incluso en los últimos meses— que empecé a “amistarme” con la idea de estar soltera; y es algo que ahora me llena de paz y tranquilidad, llegando a amar mi soltería y mi espacio. Más tuvieron que pasar tres años para poder sentir esa paz que tanto anhelaba, y, en un momento, pensé que una pareja me podía o tenía que dar, porque realmente existe diferencia entre estar soltero y feliz a estar soltero y sentirse desolado.
En alguna oportunidad, en una reunión entre amigos, recuerdo una frase que alguien dijo: “pero bueno, algún día me tendré que enamorar, no puedo ser feliz para siempre”, en su momento todos rieron. Ahora analizo un poco más a fondo esa frase, y, en realidad, esta persona estaría diciendo, de manera objetiva, que estar enamorado es ser infeliz y estar soltero es estar feliz, como si fuera una regla. Claro que hay personas que estando en pareja son infelices y personas solteras que son felices, como también lo contrario, es decir, el estar en pareja o estar solteros no nos garantiza la felicidad, sino desde qué punto nosotros decidimos relacionarnos.
Retomando lo anterior, la diferencia más grande que viene entre la desolación en la soltería y una soltería feliz, es pretender que necesitamos una pareja. Entendamos “necesidad” como “algo que el ser humano requiere de manera indispensable para permanecer vivo” (Dorsch, 1991), como lo sería el respirar, el comer o el dormir. Muchas personas sienten que necesitan a una pareja para ser felices; incluso nos han vendido el cuento de “la media naranja” o “el alma gemela”, y que, si no lo conseguimos o no lo encontramos, estamos incompletos, y no hay peor mentira que ello.
Absolutamente todo sobre el amor romántico que se nos vende en la televisión, películas, canciones, poemas, etc., nos lo muestran con un matiz muy grande de drama; y lo peor de todo es que varios de nosotros nos hemos comprado ese cuento sobre el amor de pareja, e incluso aspiramos a tenerlo.
Por ejemplo, en la película, Diario de una pasión o El diario de Noah, nos presentan a Noah como un joven que se enamora de Allie, y hace de todo para conseguir su atención y amor, cuando, en realidad, la manipula. Por ejemplo, en la escena en la que se queda colgado de una rueda de la fortuna, amenazando con lanzarse si ella no acepta salir con él.
Entonces, la primera cita que ellos tienen fue porque Allie fue coaccionada y no porque fuera 100 % consensuada. Después en la película, se ven bastantes discusiones, drama y mucha pero mucha manipulación. Un gran número de personas piensan que el amor de pareja realmente es así, y como dije anteriormente, no hay nada más alejado de lo que es un amor sano a eso que nos pintan.
La canción de Pat Benatar, Love is a Battlefield (El amor es un campo de batalla), literalmente dice que el amor es luchar, y, por cultura general, sabemos que una lucha o una batalla conlleva pérdidas y posibles muertes. Incluso hay frases como esta: “si amas a esa persona, lucha por ella”. Dicha expresión nos haría tergiversar lo que sería estar en una relación sana, porque, a veces, ese “luchar” involucraría perdernos a nosotros mismos para amar a la otra persona, entonces, ¿por qué tendríamos que “luchar” por alguien? Sería más sano el poder trabajar por una relación de pareja en la base del respeto, compasión y límites saludables. Porque, en efecto, una relación sana necesita de límites claros para poder respetar la autonomía, valores e integridad de cada individuo dentro del vínculo de pareja.
Por otra parte, nos pintan también la idea de que, para poder tener una relación sana, tenemos que “sí o sí” amarnos a nosotros mismos, nuevamente, como si esto fuera una regla. Si bien es cierto que el amor propio constituye uno de los fundamentos de una relación de pareja sana y sólida, no es un lugar o una meta a la cual se llega, sino que es el camino que día a día transitamos, es decir, hay que entender que incluso amarnos a nosotros mismos de manera incondicional, a veces, es complicado, y, más allá de aceptarnos incondicionalmente, se trata de ser compasivos y respetuosos con nosotros mismos y con nuestros procesos; y, adicional a ello, también hay que saber que, independientemente del camino del amor propio en donde nos encontremos, merecemos ser amados, pero nadie puede dar lo que no tiene.
Si nuestra búsqueda de pareja se da desde la necesidad, hay que tener por asegurado que vamos a sufrir, es dar un paso hacia ser dependientes emocionalmente de otra persona, y caer en un ciclo eterno de manipulación. Más si decidimos relacionarnos desde la madurez, porque la otra persona nos motiva y nos inspira, la probabilidad de que esa relación sea sana y fructífera será mucho mayor, claro que se necesita trabajo, puesto que el amor no se encuentra por arte de magia, sino que se construye.
El deseo de estar en una relación de pareja es algo completamente válido, pero tenemos que empezar a cuestionarnos desde qué punto queremos estar con alguien, ¿cuál sería el objetivo de estar en pareja?
Referencia: Dorsch, F. (1991). Diccionario de psicología. Barcelona: Herder.
Una gran problemática y que aún se mantiene vigente tanto en niños y adolescentes es el suicidio, el cual es la principal causa de muerte en esta etapa de la vida. Poder identificar los factores de riesgo y también —a su momento— un tratamiento efectivo, es lo más preocupante dentro de las políticas de salud.
La suicidalidad nos refiere y da grandes luces frente a las actividades bajo este contexto, incluyendo los pensamientos, acciones u omisiones de las mismas. Esto nos ayuda a entender las cogniciones por las cuales atraviesa la persona que tiene esta conducta.
Suicidio
Según la RAE (La Real Academia de la Lengua Española), el suicidio es el acto voluntario por el que un a persona pone fin a su existencia.
Epidemiología
Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 800,000 personas en todo el mundo mueren por suicidio cada año; siendo más predominantes en hombres que en mujeres (la tasa de mortalidad media en el 2012: 11.4 por cada 100,000; 15 para hombres y 8 para mujeres; OMS, 2014; es decir, una muerte cada 40 segundos.
Esto se debe al uso de medios letales, los cuales son más violentos en varones (como las armas de fuego) y también por patrones de riesgo que se ven relacionados a los varones, como la agresividad, la impulsividad y el abuso de sustancias.
Género: Sin embargo, respecto a los intentos suicidas, son mucho más frecuentes en mujeres, lo que genera una paradoja respecto al género.
Factores sociodemográficos: Entre los factores relacionados respecto a las regiones o países, el suicidio se refleja con variabilidad en los factores de riesgo y factores protectores que se ven inmersos dentro de una sociedad y cultura determinada. Los patrones que se sugieren dentro de los factores que influencian, pueden verse reflejados en:
La desventaja económica.
El cambio cultural.
El clima.
La geografía.
El acceso a medios letales.
El consumo de drogas.
Las creencias religiosas.
Tiende a presentarse en momentos de crisis y donde, generalmente, se requieren ciertos factores para poder facilitar dicha conducta, tales como:
Predisposición: genética, patologías mentales, condición orgánica o biológica.
Desencadenante: situaciones de conflicto con otras personas.
Facilitador: factores de riesgo con los que el joven está influenciado. Pueden ser las drogas, alguna imagen de admiración, como famosos, o incluso los antecedentes dentro de la familia.
Oportunidad y métodos: se requiere acceso a métodos que sean aceptables para poder encaminar la conducta, es decir, tener una idea clara de cómo incrementar la posibilidad, por ejemplo: el acceso a medios letales.
Prevención
El Programa de Prevención del Suicidio de la Organización Mundial de la Salud (SUPRE, por sus siglas en inglés) manifiesta la importancia de reducir la mortalidad, morbilidad y otras consecuencias de las conductas suicidas:
Minimizar el acceso a los métodos de suicidio (p. ej., sustancias tóxicas, armas de fuego).
Por medio de una identificación temprana y tratamiento de los trastornos mentales.
Reportando responsablemente los suicidios por parte de los medios de comunicación.
Si bien es cierto que la evidencia empírica de verdad en las intervenciones preventivas de suicidio es escasa, en los últimos años ha aumentado significativamente dentro de las estrategias de intervención:
Restringir el acceso a los medios letales.
Implementación de tratamientos farmacológicos y psicológicos.
La búsqueda directa de casos de los estudiantes, mediante una detección adecuada de los factores que merman en su salud mental.
Acuerdos con los medios de comunicación para no causar una visión distorsionada del suicidio; comunicar con responsabilidad.
Programas educativos para docentes, padres y alumnos.
Formación de los profesionales de salud (psicoeducación).
Suicidio vs. autolesiones no suicidas
Muchos dudarán cómo funcionan las autolesiones no suicidas, un comportamiento recurrente en los jóvenes a escala global. Se suele confundir con la alta intencionalidad y aquella desesperanza desbordante que pone de manifiesto esta conducta. Sin embargo, la aparición de este fenómeno tiene ciertas características a tomar en cuenta.
¿Qué son las autolesiones no suicidas?
Son aquellas conductas que no tienen el objetivo suicida y que afecta a los adolescentes dentro de una prevalencia del 17 al 18 %. Las lesiones se presentan principalmente en las extremidades y el abdomen. Dentro de la patología, prima la desregulación emocional en busca de disminuir el dolor emocional mediante el dolor físico.
¿Por qué causa confusión?
Se suelen confundir mucho con las conductas netamente suicidas, al ser estas muy difíciles de distinguir. Los siguientes puntos son los más importantes:
La intención: en la lesión es casi siempre un referente “sentirse mejor” o, por lo menos, disminuir el dolor emocional, en el caso del suicidio, tiene la finalidad de acabar con esos sentimientos de por medio.
Los métodos a utilizar y el nivel de letalidad: los métodos para las autolesiones no suicidas causan un daño superficial al cuerpo, por el contrario, los métodos relacionados al suicidio son significativamente más letales.
Frecuencia: las autolesiones se pueden ver inmersas dentro de lo que es el manejo al estrés y otro tipo de regulación emocional, los comportamientos relacionados al suicidio son más infrecuentes.
Aspectos cognitivos: las personas que pasan por tendencias suicidas, suelen experimentar un pensamiento más polarizado, es decir, “todo o nada”, donde la intensidad del pensamiento blanco y negro es más grave en estos individuos a diferencia de aquellos que utilizan las autolesiones como un medio para poder afrontar experiencias negativas.
Muy importante: Hay que entender que los métodos dentro del daño autoinfligido que sean no letales, son variados en relación a lesiones cutáneas, por ejemplo: cortarse la piel; hacerse una herida hasta sangrar; quemarse; arrancarse pelos; golpearse a sí mismo; etc., a diferencia de los mecanismos más letales que presentan intención suicida. Desde el ámbito clínico, es de gran relevancia para diferenciar entre los intentos de suicidio y las lesiones no suicidas.
Conclusiones
La importancia de evaluar los factores diferenciales en ambas conductas nos ayudará a poder identificar mejor la conducta suicida y las lesiones autolesivas.
Encaminar a los jóvenes y a la sociedad a una cultura de autocuidado y bienestar, mediante el estudio de estas variables que van en aumento, a través de la promoción de valores, autoasistencia, respeto por la vida, estrategias de afrontamiento, tolerancia a la frustración y redes de apoyo.
Nunca es suficiente, pero generar acciones preventivas, sin tabúes o prejuicios, es el primer paso para hacer que germine la semilla de la comprensión de ambas conductas que afectan a la construcción de un proyecto de vida con sentido.
Referencias
Organización Mundial de la Salud (2014). Preventing Suicide: A Global Imperative. Ginebra: WHO Press.
Organización Mundial de la Salud (2008). Preventing Suicide: A Resource for Media Professionals. Ginebra: World Health Organization.
Organización Mundial de la Salud (1996). Multiaxial classification of child and adolescent psychiatric disorders. The ICD-10 classification of mental and behavioral disorders in children and adolescents. Cambridge University Press: Cambridge, New York.
Jacobson, C., Muehlenkamp, J., Miller, A. et al (2008). Psychiatric impairment among adolescents engaging in different types of deliberate self-harm, Journal of Clinical Child and Adolescent Psychology, 37:363–375.
Wilkinson, P., Goodyer, I. (2011). Non-suicidal self-injury. European Child & Adolescent Psychiatry, 20:103–108.
En mi círculo de amigos he conocido amigas que han tenido relaciones amorosas con rupturas que dejaron un antes y un después en sus vidas. Cuando las escuchaba hablar sobre los comportamientos de manipulación o la disonancia cognitiva, siempre pensé que se podía poner un límite, y que darse cuenta sería muy fácil. Realmente, no lo es.
Desde un aspecto personal y profesional profundicé más mis conocimientos sobre el trastorno de personalidad narcisista, y pude hallar que, actualmente, hay mucha especulación en redes sociales sobre el diagnóstico. Un ejemplo serían los controversiales podcasts de “Un tal Alfredo”, donde muchas mujeres influencer cuentan parte de su relación amorosa con personas con características de sociopatía, egocentrismo y narcisismo.
Pero ¿qué es el trastorno de personalidad narcisista?
Según el DSM-V, el trastorno de personalidad narcisista (F60.81) se describe como un patrón dominante de grandeza, necesidad de admiración y falta de empatía, que comienza en las primeras etapas de la vida adulta, como la exageración de logros y talentos, donde el individuo se encuentra absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez o amor ideal ilimitado, siente que es especial y único, que solo pueden comprenderle o relacionarse con personas especiales o de alto estatus, experimenta sentimientos de un trato especialmente favorable que cumpla sus expectativas, explota las relaciones interpersonales al aprovecharse de los demás, siente envidia de otros o cree ser envidiado y muestra comportamientos arrogantes o de superioridad.
Así mismo, la Terapia Cognitiva de Beck considera que sus raíces se encuentran en la infancia y deriva de una serie de creencias disfuncionales sobre uno mismo, el mundo y el futuro producido por un exceso de favoritismo, adulación e indulgencia por la familia o figuras significativas o como un mecanismo de compensación a experiencias de exclusión, desvalorización o rechazo que refuerzan los esquemas de verse superior o especial.
Esquemas básicos del narcisismo (pensamientos):
“Soy especial, soy superior y merezco un trato igual”.
“A mi no me gustan las reglas que otros siguen”.
“Necesito ser reconocido”.
“Es intolerable que no se me tenga el debido respeto”.
“La gente no tiene derecho a criticarme”.
“Mis necesidades son importantes, incluso sobre las de los demás”.
“Tengo toda la razón sobre las grandes cosas que me esperan”.
“Solo me comprenden personas inteligentes, como yo”.
“Si los demás no me respetan, merecen ser castigados”.
Además, Beck menciona la función de dos autoimágenes: una muy positiva y otra muy negativa que se alternan. Cuando hay una autoimagen de grandiosidad y no se puede mantener, se activa la imagen negativa, entonces prevalece hasta volver a la autoimagen de grandiosidad, siendo más implícita y explicita respectivamente, lo que se complementa con un carácter de impulsividad no llevada de forma adaptativa.
Para Freud, el narcisismo es parte normal del desarrollo psicológico, pero, al tener una prolongación en la edad adulta, el individuo no podrá mantener relaciones satisfactorias con los demás.
Para la teoría Gestalt, un narcisista es dependiente de la actitud positiva de los demás hacia ellos, consideran al ambiente únicamente para apoyarlos, no los ven como seres autónomos, y no perciben que puedan tener necesidades, pues creen que el mundo entero es el lugar donde manifiestan insatisfacción y crueldad hacia los demás.
El narcisista está atrapado en una imagen de quien imagina que es y no posee limites claros, a causa de ello, exterioriza impulsos sin contenerse. Uno de los antecedentes puede deberse a la proyección de la figura materna sobre su narcisismo hacia el niño o la carencia del cuidado a nivel emocional y la necesidad constante de sentirse especiales. En terapia, casi siempre se muestra como miembro de una “familia perfecta”, pero mientras se avanza, el paciente menciona haberse sentido privado de libertad, incomprendido e invisible.
En un estudio realizado en Barcelona, que medía la comorbilidad del trastorno narcisista de la personalidad y el trastorno límite de la personalidad, describe un porcentaje de prevalencia. Por otro lado, los factores asociados son el trastorno disocial de la personalidad, el trastorno antisocial de la personalidad, trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad, adicción al sexo, depresión, consumo de sustancias y ludopatía.
Para las neurociencias, el investigador chino Yu Mao menciona que hay una reducción del grosor y el volumen de la corteza prefrontal, donde hay una afección en el control ejecutivo del cerebro, lo que favorece a la desregulación emocional. Se observó también una disminución de la materia gris en una región del cerebro que corresponde a la compasión y la empatía.
Bruce Stevens, en su artículo A nine headed Hydra (2000), menciona nueve tipos de clasificación de la personalidad narcisista:
El dependiente: Necesidad de ser amado y jamás estar satisfecho.
El amante: Idealiza el amor y siente decepción, llevan consigo heridas de relaciones pasadas y no toleran las imperfecciones de su pareja.
El poderoso: Enamorado del poder, desprecia a sus inferiores y exhibe su éxito constantemente.
El cuerpo: Importancia a la imagen corporal, la perfección física es la cura de sus males.
El furioso: Muestra estallidos de rabia ante cualquier ofensa real o imaginada, y, debajo de ella, se esconde tristeza, vergüenza o desesperación.
El estafador: Una persona encantadora que solo pretende utilizar a los demás, no existen normas morales.
El fantasioso: Se encuentra en fantasías de éxito, admiración o amor, y no desean salir de ello, el deseo de ordenar es el protagonista, de igual modo, se muestran solitarios, se identifican con héroes de videojuegos o personajes, confundiendo la fantasía con la realidad.
El mártir: Su identidad se construye en base a ser una víctima: “nadie sufre como yo”. Esto con el objetivo de afrontar problemas reales de su vida y de sí mismo.
El salvador: “Solo yo puedo ayudarte”, dedica tiempo a “los que le necesitan”, pero siempre por algo a cambio.
Como redactora del presente artículo, al recopilar toda esta información, llegué a la consideración de que todos poseemos un cierto grado de egocentrismo, diferente al narcisismo. En comparación con las redes sociales, podemos evidenciar que es una condición que se desarrolla en la infancia y que se consolida en la edad adulta, siendo esta etapa de la vida un tiempo de concientizar la enfermedad para una posterior consciencia de cambio, en ello, los tipos de terapia que abordan esta condición y pueden sernos de ayuda son: la Terapia Dialéctica Conductual y la Terapia Psicodinámica.
Recapitulando lo mencionado al principio del artículo, es importante informarse sobre lo que vemos o escuchamos en las redes sociales y abordarlo con bases científicas. Debemos establecer límites saludables, puesto que el trastorno antisocial de la personalidad puede generar aspectos negativos -incluso dañinos- en las relaciones interpersonales, donde claramente no existe alguna justificación para las conductas que puedan vulnerar a la familia, amigos o pareja.
Es necesario realizar un autoanálisis para generar la consciencia de cambio y poder tener una mejor calidad de vida.
Hörz-Sagstetter, S., Diamond, D., Clarkin, J. F., Levy, K. N., Rentrop, M., Fischer-Kern, M., Cain, N. M., Doering, S. (2020). Características clínicas del trastorno comórbido de la personalidad narcisística en pacientes con trastorno límite de la personalidad. RET, Revista de Toxicomanías. 84. España. https://www.cat-barcelona.com/wp-content/uploads/RET-84-4.pdf
La depresión es tan antigua como la humanidad, durante muchos siglos fue manejada por amigos, brujos, sacerdotes, etc., y tratada con todo tipo de pócimas, brebajes, baños, cambios de ambiente y demás recursos.
Según datos de la OPS, hay cien millones de nuevos casos de depresión cada año en el mundo. Encontramos una alta prevalencia en el adulto, con 15 % de hombres y 24 % de mujeres, generalmente, estas se presentan en edades de 18 a 45 años.
La definición académica sitúa esta enfermedad como el síndrome caracterizado por una tristeza profunda y la inhibición de casi todas las funciones psíquicas, que da lugar a cinco series de síntomas: físicos, psicológicos, de conducta, cognitivos (intelectuales), asertivos y sociales.
La OMS define a la depresión como un trastorno mental afectivo común y tratable, muy frecuente en el mundo y caracterizado por cambios en el ánimo con síntomas cognitivos y físicos. Estos pueden manifestarse de manera primaria o secundaria a enfermedades de base (cáncer, enfermedad cerebro-vascular, infartos agudos al miocardio, diabetes, VIH, enfermedad de Parkinson, trastornos alimenticios y abuso de sustancias).
Se identifican un amplio grupo de factores de riesgo personales, cognitivos, sociales, familiares y genéticos que intervienen en la patología; la presencia de estos aumenta la probabilidad de padecer de ella. Se estima que, al menos, se va a tener un episodio en la vida, y la repercusión en cada persona va a depender de su grado de inteligencia emocional y resiliencia.
El enfermo con trastornos afectivos debe ser visto con la interacción mente-cuerpo, los cuales no se pueden desligar, en su manejo no solo se debe tratar el eje nuclear afectivo, ya que la tristeza que envuelve al sujeto puede llegar a afectar todas las esferas de su relación intrapersonal e interpersonal, y hacer que emerjan otros estados emocionales como la irritabilidad y la ansiedad, que se destacan en las depresiones neuróticas y tardías.
Por lo tanto, su manejo no se basa en “alentar” al paciente. En la sociedad, se ha construido la idea de que basta con pensar positivo y tener fuerza de voluntad para combatir la depresión, por ende, constantemente se utilizan frases que invalidan lo que una persona depresiva siente, vive y piensa, influyendo en que esta se sienta incomprendida, inútil y frustrada.
Como ejemplo, se puede establecer frases como: “Tu problema es de actitud”, “Métele ganas”, “Todo está en tu cabeza es cuestión de tener fuerza de voluntad”. Aunque estas frases, a los ojos de los demás, parecen alentadoras, las personas con depresión no ponen de su parte, no porque no quieran, como mucha gente cree, sino porque la enfermedad se lo impide; en el fondo, quieren salir de allí, pero no saben cómo.
Por lo tanto, aquellos que sufren de esta enfermedad mental, además de necesitar ayuda médica y psicológica, necesitan apoyo moral, sin embargo, la cultura y la falta de concientización en estos temas conlleva a que se utilicen expresiones incorrectas que, para quien padece de depresión, son un factor ansiógeno y de desesperanza.
Un dato curioso se encuentra en el hecho de que las depresiones evolucionan. Al menos así parece desprenderse de los estudios realizados durante las últimas décadas, aunque, a grandes rasgos, el trastorno es el mismo, también podemos observar diferencias notables entre las que se veían hace veinte o treinta años y las que tratamos hoy en día. Lo fundamental de las depresiones de hoy se consideraba secundario en las antiguas. Este cambio constatado por el análisis clínico ha desplazado el acento, hasta tal punto de que el psiquiatra y el psicólogo actuales deben sumergirse en la frondosidad del problema, si quieren establecer un diagnóstico correcto.
La enfermedad psíquica, igual que la somática, es algo vivo, en perpetuo movimiento, como la propia persona. Así pues, el diagnóstico nunca debe ser entendido como una cosa inamovible o un destino definitivo. Las depresiones se mueven, giran, alteran sus síntomas, cambian de expresión, etc.
Algunas de las prácticas que ayudan a prevenir la depresión son: contar con grupos de apoyo social activo, así como mantener un vínculo activo con la familia, pues esta, como sistema y red de apoyo social informal, cumple con dos funciones básicas que son: asegurar la supervivencia, el bienestar físico, la suficiencia de alimento y vestido, y proporcionar los vínculos afectivos, no solo en la enfermedad, sino también en su rehabilitación.
Cabe agregar que la actividad física tiene efectos favorables sobre la disminución del riesgo de padecer de depresión. Y evitar el aislamiento social es un pilar fundamental para impedir el declive físico y mental.
Referencias
Corea, M. T. (2021). La depresión y su impacto en la salud pública. Rev Méd Hondur, 89(1).
Josué, L., Torres, V., Urrutia, E., Moreno, R., Font, I., & Cardona, M. (2006). Factores psicosociales de la depresión. Rev Cub Med Mil, 35(3).
Rojas, E. (2011). Adiós, depresión. Madrid: Ediciones Planeta Madrid.
Desde la psicología, la adultez involucra madurez y factores internos como la autonomía, autocontrol y responsabilidad afectiva, que acompañan una serie de logros como el descubrimiento de la propia identidad, la independencia de los padres, el desarrollo de valores y establecer relaciones.
En el cine, esto se ha reflejado en películas icónicas, un ejemplo podría ser la película Si tuviera 30, una comedia romántica donde acompañamos a Jenna, una adolescente topándose con un mundo, aparentemente idealizado, donde se da cuenta que la vida adulta es mas compleja de lo que imaginó y que, a partir de malas decisiones, decide tomar mejores en una segunda oportunidad.
Esta película representa la dificultad de llegar de la adolescencia hasta la vida adulta, muestra lo abrumador que puede llegar a ser, y que es necesario el desarrollo de autonomía y resiliencia.
Asimismo, la construcción de relaciones es parte de esta etapa. Una cinta que retrata esto es Yo antes de ti, una comedia romántica que acompañamos a una intrépida Louisa que trabaja para apoyar a sus padres y se enamora de su empleador quien tiene una condición física. Al ser una de las primeras relaciones de la protagonista, tiende a ser muy enrevesado.
Estos dos ejemplos, visibilizan, de cierta manera, el paso a una nueva etapa y los desafíos de esta.
El cine también proyecta lo que socialmente se representa en distintos grupos sociales, edades y lugares; y que sigue un patrón evolutivo utilizado por el séptimo arte. Tanner (2006, en Papalia, 2010) nos da una explicación a todos estos procesos, él menciona que esto debe al recentramiento denominado como el proceso que fundamenta el cambio a una identidad adulta que consta de tres etapas donde el poder, la responsabilidad y la toma de decisiones transmitido por la familia.
Como último ejemplo, tenemos a la película Mis dos vidas, donde Natalie (interpretada por Lili Reinhart) pasa de la preparatoria a cumplir sus sueños, sin embargo, vemos dos historias donde ella quedó embarazada y tomó otro camino, y cómo en cada una, Natalie intentará salir adelante con el apoyo de sus padres.
Aunque la vida adulta parezca complicada, frustrante y abrumadora es un estado al cual hay que adaptarnos, ser analíticos y comprender que es parte de nuestras vidas. La vida adulta nos abre puertas a nuevos momentos, nuevas relaciones y oportunidades.
Y tal como dijo una vez el psicólogo Erik Erickson: “Cuanto más te conoces a ti mismo más paciencia tienes para lo que ves en los demás”, esto es una invitación a desarrollar un autoconocimiento en fortalezas y debilidades; y ello también se verá reflejado en nuestras relaciones interpersonales.
Lo más importante es estar en el presente, ser consciente de cada etapa que transitamos, de lo que adquirimos, de lo que aprendemos y cómo vamos construyendo la vida que cada uno quiere para sí mismo.
Posdata: Disfruten de estas películas, las pueden encontrar en Netflix.
Referencia
Papalia, D. (2010). Desarrollo Humano. McGraw Hill
A menudo se plantean las siguientes preguntas: ¿Por qué sucedió esto?, ¿por qué sucedió aquello?, ¿qué es lo que causa lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos?
Ante ellas tenemos dos realidades paralelas que están vinculadas y coordinadas sincronísticamente, la relación de la mente con la materia, una fuente inagotable de interés e intriga para Jung.
En la vida cotidiana somos parte de un acontecimiento que sucede sin que lo notemos, el cual es, sin duda, algo de suma importancia, cuando le tomas el tiempo de analizarlo. Estamos hablando de la suerte, del azar, las casualidades, el universo y muchas otras formas de decirlo; no tenemos claro qué es o cómo suceden, pero es un hecho que todo el mundo tiene este tipo de casualidades latentes, ya sea que estén conscientes de ello o no. De todas formas está sucediendo en todas partes, así pues, surgen preguntas y respuestas interesantes de las que quiero compartirte algunas reflexiones.
En la vida se han presentado este tipo de casos, como por ejemplo encontrar dinero que necesitabas urgentemente y sucede que lo hallas en el suelo de la calle, y justamente pasaste ese día a esa hora exacta, cuando la calle estaba vacía, prácticamente ese dinero estaba esperando por ti. Podrías interpretarlo como una respuesta del universo, y estoy seguro de que a más de uno le ha sucedido algo similar.
Carl Jung, notable psicólogo, trabajó junto a Sigmund Freud, ambos fueron pioneros en el psicoanálisis, pero Jung hizo un camino diferente y siguió sus propias ideas de pensamiento científico, místico, religioso y casi mágico. Intentó mantener esta tensión sin favorecer a ninguno de los dos elementos, religión y ciencia, esa es la pieza fundamental de su trabajo, postuló que los seres humanos tienen un pensamiento causal, pero que también tienen un pensamiento científico.
Para Jung, desafiar el experimento causal es ignorar el sentido común, al cuestionar el argumento de causa y efecto. Jung encontró que la física moderna era aliada, ya que se había enterado de que la descomposición de los elementos radioactivos también era causa de probabilidades donde se puede mostrar un análisis matemático, sin embargo, no se ha encontrado un argumento especifico, que de fe a su acontecer. ¿Se trata solo de elementos causales?, la probabilidad es importante para abordar este tema.
Jung se alejaba de las correspondencias que han sido propuestas por unos filósofos como Arthur Schopenhauer, decidió tener una postura científica, empírica y racional. Durante muchos años lidió con el misterio de lo oculto, con los temas de tesis acerca del puente sobre lo material con lo sutil (lo que se puede ver y lo que solo se puede sentir).
El problema de la sincronicidad me ha confundido mucho tiempo, desde la mitad de los años veinte, cuando estaba investigando un fenómeno del inconsciente colectivo y me encontraba continuamente con relaciones que, sencillamente, no podía admitir como agrupaciones casuales o “rachas”. Lo que encontré fueron “coincidencias”, que estaban tan significativamente relacionadas que su probabilidad de producirse era increíble.
Carl Jung
Su teoría de “los arquetipos” y del “sí mismo” se combinaron con la “sincronicidad” para llegar a un solo pensamiento, esta debe ser considerada como la sincronicidad. Además, también para entenderse, debe comprender la teoría de los arquetipos, por ese motivo es que pocos psicólogos han seguido a Jung en cuanto a esta teoría,.
Según el propio Jung, son pocos los psicólogos que se sentían cómodos en abarcar esta teoría que brinda una lección mental que pocos académicos podrían igualar, son tímidos a la hora de apartarse de su propio tema, pero Jung nos presenta una característica de trascendencia más allá de la conciencia y la psique.
Para un mejor entendimiento de mis lectores, haré un paréntesis y hablaré brevemente sobre el significado de los “arquetipos”, Jung, en su libro Arquetipos e Inconsciente Colectivo, hace referencia a los arquetipos como símbolos o imágenes inconscientes que pueden suscitarse mediante los sueños, nos pueden indicar un significado mediante símbolos, muchas veces son la inspiración que uno tiene para pintar algún cuadro, escribir algún cuento o novela, componer una sinfonía, escribir una canción; sin que lo sepamos, puede pertenecer a un recuerdo de algún familiar o antepasado que, gracias a los cromosomas o los genes (que son los únicos que nunca se extinguen), podemos tener esas “luminarias” o inspiración que no sabemos de dónde nos llega, pero según lo que postula Jung, son arquetipos que pueden provenir de nuestros antepasados.
Por ello, Jung propone un conocimientoinexplicable que puede acontecer en un momento crucial, que podemos llamar existencia inmediata de imágenes inconscientes que no tienen bases reconocibles o que también se encuentran situaciones causales reconocibles.
Es así como llegó a la conclusión de que, al parecer, la presencia de la afectividad tiene influencia para que la sincronicidad aparezca.
Una coincidenciatemporalsignificativa puede adoptar tres formas:
La coincidencia de un estado psíquico (pensamiento) con su proceso objetivo (materia) correspondiente, cuyo acontecer tiene lugar simultáneamente. Ejemplo: Pienso y deseo fervientemente que me toque un as en la baraja para ganar un juego de póker.
La coincidencia de un estado psíquico subjetivo con un fantasma (sueño o visión) que más tarde aparece como reflejo más o menos fehaciente de un suceso “sincronístico” y objetivo que tuvo lugar, más o menos, simultáneamente, aunque a distancia. Ejemplo: Sueño que estoy en medio de una guerra, días después veo en las noticias que empezó un conflicto armado entre potencias mundiales.
Lo mismo, salvo que el evento percibido tiene lugar en el futuro y está representado en el presente solo por un fantasma que se corresponde con él.
Hablando de manera técnica, para los psicólogos que lean este artículo, entendemos que en el primer caso, un suceso objetivo coincide con un contenido subjetivo, la sincronicidad en los otros dos casos solo puede comprobarse después, aunque el suceso sincronístico como tal este constituido por la coincidencia de un estado psíquico neutro con un fantasma (sueño o visión).
En su libro Sincronicidad, Jung nos indica lo siguiente: «Con frecuencia la sincronicidad ocurre cuando una persona se encuentra psíquicamente en un estado-nivel más bajo de consciencia, es una disminución de un estado de alerta de conciencia, cuando una persona a avanzado a un nivel que su inconsciente pasa a un estado mas activo y puede pasar el umbral hacia la consciencia es posible que lo psíquico se encuentre en un estado intuitivo». Basándose en su propia experiencia, Jung afirma que el inconsciente tiene un conocimiento a priori.
¿Cómo puede un evento remoto en el tiempo y en el espacio producir una imagen psíquica correspondiente?
Según lo que postula Jung, tenemos en el inconsciente un conocimiento a priori, o una teoría que tiene una base causal, reconoceremos que somos capaces de conocer cosas que nosotros tenemos dentro de nuestro inconsciente, para Jung el inconsciente desafía las teorías del conocimiento, en cuanto a los limites de lo que es posible conocer.
Leamos el siguiente fragmento de Sincronicidad:
En mi propia experiencia médica: «Una paciente, de cuya fiabilidad e integridad no me cabe la menor duda, me contó que su primer parto fue difícil. Tras treinta horas de trabajo en vano, el doctor consideró que sería necesario utilizar los fórceps, lo cual se realizó bajo una ligera anestesia. Se desgarró muchísimo y tuvo una gran pérdida de sangre. Cuando el doctor, su madre y su marido se habían ido, todo estaba en orden. La enfermera quería comer y la paciente la vio asomarse a la puerta y preguntar. ´¿quiere algo antes de que me vaya a cenar?´. Ella intentó contestar, pero no pudo. Tenía la sensación de que, a través del colchón, se estaba hundiendo en un vacío insondable. Vio a la enfermera corriendo hacia la cabecera de la cama y cogerle su mano para tomarle el pulso. Por la forma de mover sus dedos de un lado a otro, la paciente pensó que debía ser casi imperceptible. No obstante, ella se sentía bastante bien y hasta le resultaba un poco divertida la alarma de la enfermera. No estaba asustada en lo mas mínimo, eso fue lo último que pudo recordar durante mucho tiempo. Lo que recordó después fue que, sin sentir su cuerpo ni su postura, se encontraba mirando hacia abajo, desde el techo, desde donde podía ver todo lo que sucedía en la habitación debajo de ella: se vio a si misma echada en la cama, mortalmente pálida y con los ojos cerrados. A su lado se encontraba la enfermera. El doctor andaba inquieto de un lado para otro de la habitación, y le pareció que había perdido el control y no sabia que hacer. Sus parientes se amontonaban a la puerta. Su madre y su marido entraron y la miraron con cara de susto. Se dijo que era demasiado estúpido por su parte pensar que se iba a morir, pues volvería en si de nuevo. Durante todo ese tiempo, sabía que detrás de ella había un paisaje celestial, como un parque que brillaba con los colores mas refulgentes, y, en particular, un prado verde esmeralda con una hierba baja, era primavera y el césped estaba salpicado de pequeñas y alegres flores que nunca había visto. Toda la región centelleaba con la luz del sol y todos los colores tenían un esplendor indescriptible. El prado, que hacia una ligera pendiente, estaba limitando a ambos lados por los árboles verde oscuros. Le dio la impresión de que había un bosque que todavía no había pisado pie humano. ´sabia que era la entrada a otro mundo y que, si me volvía a contemplar el cuadro directamente, sentiría la tentación de entrar por la puerta y dejar la vida´. Ella, en realidad, no vio el paisaje, puesto que estaba de espaldas a él; pero sabía que estaba allí. Sentía que no había nada que le impidiera cruzar la verja. Solo sabía que regresaría a su cuerpo y que no moriría. Por eso encontraba ridícula y fuera de lugar la excitación del médico y la preocupación de sus parientes. Lo que ocurrió después fue que despertó de su coma y vio a la enfermera inclinada sobre ella en la cama. Le dijeron que había estado inconsciente durante media hora. Al día siguiente, unas quince horas después, cuando se sintió un poco más fuerte, hizo una observación sobre el comportamiento incompetente e ´histérico´ del médico durante su estado de coma. La enfermera negó enérgicamente esa critica creyendo que la paciente había estado completamente inconsciente en aquel momento y que no podía, por lo tanto, saber nada de lo que había ocurrido. Solo cuando describió con toda suerte de detalles lo que había sucedido, la enfermera se vio obligada a admitir que la paciente había captado todos los acontecimientos como habían sucedido en realidad». (Jung, 1988, p. 120)
En este ejemplo resulta difícil explicar cómo puede producirse un proceso psíquico tan intenso y recordarlo en un estado de colapso grave, ni como la paciente pudo observar los sucesos reales con detalles concretos con los ojos cerrados. Lo que cualquiera podría pensar es que una amnesia cerebral impediría que se produjeran procesos de este tipo Para Jung este ejemplo podría abrir una última posibilidad de su teoría de la sincronicidad, ya que estas percepciones independientes del espacio y del tiempo no pueden explicarse como procesos en el substrato biológico.
Esta actividad de la conciencia se da en casos excepcionales, pero, suelen ser frecuentes en un estado de desmayo. Jung habla sobre el sistema simpático, que podría considerarse como un posible vehículo de las funciones psíquicas, de igual modo, los posibles sueños conscientes pueden considerarse de la misma forma. En este caso, según Jung, los sueños se producen no tanto por la actividad de la corteza dormida como por la del sistema simpático que no duerme, y son, finalmente, de naturaleza trascerebral.
Podemos darnos cuenta de que el inconsciente sabe muchas cosas que no podríamos percatarnos que sabemos, este suceso puede ser denominado como pensamientos no pensados o pensamientos a priori. Recuerda esta locución, pues la tocaremos mas adelante.
¿Acaso nuestro nacimiento y la familia que nos tocó se debe al azar o la casualidad?, ¿o debe tener un significado?, ¿o la psique esta por secuencia de etapas epigenéticamente establecidas?
En mi anterior artículo, sobre el Bardo Thodol y la liberación de la conciencia, que esta publicado en este mismo blog (y te invito que lo revises si aún no lo has hecho), indico que, según el Bardo Thodol, nuestro inconsciente o espíritu, constantemente está de vida en vida, moviéndose por eones de años y busca donde encarnarse, así pues, es importante mencionar que los sacerdotes tibetanos tienen un entrenamiento o siguen un camino de preparación de toda una vida, para cuando llegue el momento de morir, así, su conciencia o espíritu ya no vuelve a encarnarse, sino que regresa al creador y se vuelve uno con él. De hecho, esto no está exclusivamente dado para los sacerdotes, sino para todo aquel que este buscando un camino superior hacia la divinidad y alcanzar nuevos límites de conciencia.
De acuerdo a la experiencia de Jung, los misterios que se incorporan en los sucesos sincronístico transforman a las personas, su vida adquiere un nuevo rumbo y lleva a la conciencia hacia niveles más profundos.
Existe una filosofía o experiencia de vida de estar en el Tao, lo que se hace asequible para la conciencia, es la esencia de lo real porque, como seres humanos podemos estar y todo esto tiene que ver con la voluntad de Dios. Para Jung nuestra conciencia es capaz de reflejar en el cosmos y atraerlo, vivimos en un universo que puede describirse, haciendo uso de cuatro principios.
Causalidad.
Sincronicidad.
Causa.
Efecto.
Poco a poco, Jung se fue adentrando en temas sobre el universo y la conciencia, indicó que el universo procede a nivel del psicoide del inconsciente, estos son ciertos patrones de orden y cualquier individuo puede ser testigo, tal como es arriba así es abajo, tal como es adentro también es afuera, son leyes universales que están ahí, para todo el mundo.
Aquí tienen un ejemplo de casualidad brindado por el propio Jung:
El 1 de abril de 1949
Es viernes, tenemos pescado para comer, a alguien se le ocurre mencionar la costumbre tradicional de dar inocentadas ese día. Aquella misma mañana escribí una nota que decía “est hotmo totus medius piscis ab imo”. Por la tarde, una antigua paciente mía, a la que no había visto desde hacía meses, se me enseñó algunos dibujos de peces, muy llamativos, que había pintado por aquellos días. Por la noche me enseñaron un bordado con monstruos semejantes a peces. El 2 de abril por la mañana, otra paciente, que no había visto desde hacia muchos años, me contó un sueño en el que, a orillas de un lago, vio un gran pez que nadaba hacia donde ella se encontraba y se puso a sus pies. Por aquel entonces yo estaba estudiando la simbología del pez en la historia. Solo lo sabía una de las personas mencionadas aquí. Es completamente lógico suponer que se trata de un caso de coincidencia significativa, es decir una conexión a causal. Debo confesar que estos sucesos me impresionaron mucho. Me pareció que tenían alguna cualidad sobrenatural. En tales circunstancias nos inclinamos a decir que “eso no puede ser una simple coincidencia”, sin saber exactamente lo que estamos diciendo. […] Es muy extraño que el tema del pez aparezca no menos de seis veces en 24 horas; pero debemos recordar que el pescado en viernes es una cosa normal y el 1 de abril no podría pensar muy fácilmente en el pescado de abril. Por entonces, yo llevaba trabajando varios meses sobre la simbología del pez. Los peces aparecen muchas veces como símbolos de satisfacciones inconscientes. Por eso no hay justificación posible para ver en ello algo más que una coincidencia del azar. (Jung, 1988, p. 15)
En su libro, Sincronicidad, Jung cita un experimento realizado a cinco personas: «El experimento consistía en poner 25 cartas en grupos y que las personas por turnos intenten descifrar las cartas correspondientes a sus pares, en el experimento se dieron cuenta que el azar podría ser algo estadístico y que las cinco personas que tuvieron resultandos diferentes, algunos con más acierto que otros, indican estadísticamente y matemáticamente que el azar son hechos estadísticos, que suceden 1 de 1,500 veces, en otros casos 1 de 1,500 al cuadrado».
Entonces, que cualquier persona entusiasta por la estadística le dedique tiempo a verificar o experimentar con las probabilidades, de una u otra forma, podemos concluir que las cosas (que podemos llamar azar o casualidades) suceden estadísticamente de 1: 1500, no obstante, Jung nos da un análisis más profundo.
Me pongo en el lugar del lector, y sé que estas citas son largas, pero quiero rescatar la esencia de lo que Jung postula en su libro Sincronicidad. Bien, ya que estos hechos de causa y efecto suenan como algo difícil de entender, daremos un concepto general acerca de lo que es la sincronicidad para Jung: Sincronicidad es una sucesión simultanea de dos acontecimientos significativos no relacionados causalmente, que tienen el mismo significado o similar, contrastando con el “sincronismo” que manifiesta el acontecimiento simultaneo de dos sucesos.
De hecho, por medio las investigaciones y experimentos de J. B. Rhine, Jung construyó una base estadística para su teoría de la sincronicidad; se dio cuenta de algo muy interesante: En uno de sus experimentos, decidió utilizar unos dados para ver en tal caso, cuál era la probabilidad de que salga un número en específico. Después de varias pruebas con diferentes personas, se dieron cuenta de que obtuvieron mayores aciertos cuando la persona que tiraba los dados deseaba fervientemente que salga dicha numeración, en este caso tuvo más acierto que los demás que lanzaban los dados de manera mecánica, entonces, aquí tenemos una conclusión y debemos formularnos una pregunta: ¿El azar se puede inducir con el deseo y los sentimientos?
Según Jung, cuando se considera un acontecimiento sin restricciones experimentales, el observador puede estar influido fácilmente por un estado emocional que altera el espacio y el tiempo por “contracción”, esto quiere decir que cada estado emocional produce una alteración de conciencia que llaman “descenso del nivel mental”. Lo cual significa que se produce una reducción de conciencia con su correspondiente aumento del inconsciente, en el caso de sentimientos fuertes, esto es perceptible incluso para el inexperto o para los que no están familiarizados con el tema.
Haciendo una referencia al libro Arquetipos, podemos destacar la aparición de imágenes y recuerdos olvidados que no pueden reproducirse por el momento, y quizás nunca. Entre los contenidos subliminales, se distingue la percepción de un “conocimiento inexplicable” o “existencia inmediata”.
Podemos afirmar que, en la cultura popular, muchas personas han tenido, al menos una vez en su vida, el famoso déjà vu, acontecimientos o escenas que crees que ya pasaste o que se te hacen conocidas por alguna razón inexplicable. En tanto a las investigaciones de Jung, en el inconsciente hay algo así como un conocimiento a priori o una presencia inmediata de sucesos a los que falta una base causal. Por lo que afirma que en su concepto de causalidad es incapaz de explicar los hechos.
Así pues, ya que el tema se torna complicado, Jung, trata de ayudarse para la explicación mediante sus experimentos y citas.
La sincronicidad se compone de dos factores:
Una imagen inconsciente entra dentro de la consciencia, ya sea de forma directa o indirecta (simbólica o sugerida) a modo de sueño, idea o premonición.
Una situación objetiva con este contenido.
En Sincronicidad, Jung cita a Alberto Magno, denominado el santo de la ciencia: “He descubierto un relato instructivo (de magia) en el Liber Sextus Naturalium de Avicena, que dice que reside en el alma humana un cierto poder de alterar las cosas y que subordina a ella todo lo demás, en especial cuando la mueve un arrebato de amor, odio o placer. Por eso cuando el alma de un hombre cae en una pasión desmesurada, enlaza cosas (mágicamente) y las transforma a su antojo. Durante mucho tiempo no lo creí, pero después de haber leído libro nigrománticos y otros sobre signos y magia, me di cuenta de que la emotividad del alma humana es la causa principal de todas estas cosas, ya sea porque, debido a su gran emoción, cambia su sustancia corpórea y las demás cosas en las que ella busca, ya porque, considerando su dignidad, las otras cosas inferiores están sometidas a ella, o bien porque la hora apropiada o la situación astrológica u otro poder coincide con tan desordenada emoción, y nosotros (en consecuencia) creemos que es el alma la que desencadena este poder, quienquiera que aprenda el secreto de hacer y deshacer estas cosas, debe saber que cualquiera puede influir en todo con la magia, si cae en algún arrebato… y que debe hacerlo en el momento en que le sobreviene el arrebato y actúa con las cosas que el alma le indica. Pues el alma esta entonces tan deseosa del trabajo que debe realizar que, por iniciativa propia, escoge el momento astrológico mejor y mas significativo y que rige además en las cosas relacionadas con el tema. Por tanto, es el alma la que desea una cosa con más intensidad, la que hace las cosas mas efectivas y mas parecidas a como suceden. Así es como procede el alma cuando desea algo intensamente. Todo lo que hace con vistas a lograr ese objetivo tiene fuerza motriz y eficacia para lo que ella desea”.
Según la cita de Jung, Alberto Magno, como gran filósofo y teólogo, confirma que, gracias a sus estudios, tiene la certeza de que dentro de nosotros existe un poder oculto, que se desencadena o se activa mediante las fuertes emociones y sentimientos. Nuevamente, Jung se apoya en las citas de personajes para darle bases contundentes y opiniones de grandes pensadores para su teoría de la sincronicidad.
Además, gracias a los experimentos antes mencionados de Rhine, sus conclusiones acerca de los números indican que lo más parecido a pruebas concretas de lo que somos y de lo que existe, son, en efecto, los números. Es así que evaluó a mujeres y hombres con diferentes variaciones y dio con diversos números, estimaciones y valores de media. Para entender que la sincronicidad muchas veces se ubica de manera estadística y poder ver en qué momento podría ocurrir un azar gracias a los números. No obstante, podemos entender que, aunque el azar ocurra de manera estadística, nosotros podemos causarlo mediante emociones y sentimientos.
Para Jung el arquetipo representa una probabilidad psíquica, puesto que reproduce los sucesos instintivos (tipos). El psicólogo fue franco en su investigación y admitió que la sincronicidad no es un fenómeno fácil de demostrar.
La sincronicidad no es una opinión filosófica, sino un concepto empírico que plantea un principio intelectualmente necesario, esto no puede llamarse materialismo o metafísica, ningún investigador serio afirmaría que la naturaleza de lo que se observa que existe y la de lo que lo observa, es decir, la psiquis, son cantidades conocidas y reconocidas. Si las últimas conclusiones de la ciencia se están aproximando cada vez más a la idea unitaria del ser, caracterizada por la de espacio y el tiempo, por un lado, y por la causalidad y la sincronicidad, por el otro, eso no tiene nada que ver con el materialismo. Parece demostrar, por el contrario, que hay posibilidad de deshacerse de la inconmensurabilidad existente entre el observador y lo observado, el resultado, en este caso, sería la unidad del ser, que habría de expresarse con un nuevo lenguaje conceptual, un “lenguaje neutro”.
Jung
En sus propias palabras, Jung nos indica que «la razón principal es sencillamente la ignorancia que, hoy en día, por desgracia, oculta el horizonte por fuerza limitada de los estudios especializados desde todos los puntos de vista y de la forma más indeseable. ¡Cuántas veces no hemos descubierto que las llamadas “supersticiones” contienen una base verdadera que vale la pena conocer! Los anhelos con sentido de deseo podrían ser una acción mágica, y la creencia tradicional en la eficacia de la plegaria, estén basadas ambas en la experiencia de fenómenos sincronísticos concomitantes».
Cuántos de ustedes no han hecho plegarias y en algunos casos lo han pedido con tanta fe que se han cumplido. Estoy seguro que conocen a alguien que le sucedió algo similar, de hecho, yo tengo varios pasajes en mi vida que me asistió la casualidad y por eso mismo le dedique tiempo a este tema para traerles de manera entendible (a medida de lo posible) y juntos, poder llegar a un mejor entendimiento de lo que sucede en nuestra vida cotidiana, y expandir nuestra mente y nuestra conciencia.
A diferencia de la cultura occidental, ponemos el caso de China como base anclada a la filosofía del Tao, en la que está impregnada la causalidad en toda su cultura. Lao-Tse describe el Tao en su libro, Tao Te King:
Hay algo sin forma, aunque completo, que existe antes que el cielo y la tierra. ¡Que apacible¡, ¡que vacío! No depende de nada, no cambia, lo impregna todo, es infalible. Uno puede considerarlo como la madre de todas las cosas que existen bajo el cielo. No conozco su nombre, pero le llamo “significado”. Si tuviera que darle un nombre lo llamaría “El Grande”.
El Tao Te King es una obra sublime, para aquellas personas que tienen una inclinación hacia su ser, su conciencia y quieren encontrar el equilibrio en sus vidas, esta obra, aunque está escrita de una manera filosófica y en alguna medida metafórica, paradójicamente, también dice las cosas de manera directa y deja que el intelecto de quien lo lee sea capaz de captar su esencia y llegue a sus propias conclusiones.
Ponemos treinta radios juntos y lo llamamos rueda, pero la utilidad de la rueda depende del hueco donde no hay nada. Amasamos la arcilla para hacer una vasija; pero la utilidad de la vasija depende del hueco donde no hay nada. Creamos, puertas y ventanas para hacer una casa, pero la utilidad de la casa depende de esos huecos en los que no hay nada (Tao Te King, capítulo XI).
Con el fragmento anterior, Jung hace referencia al Tao para explicar ciertas cuestiones subjetivas e indica que al aprovecharnos de lo que es, deberíamos reconocer la utilidad de lo que no es. Nada es, evidentemente “significado” o “propósito” y se le llama “nada” porque se manifiesta a sí misma en el mundo sensible, del que es organizadora.
Utiliza tu ojo interno y tu oído interno para penetrar en el corazón de las cosas y no tengas necesidad del conocimiento intelectual.
Chuang Tse
Según Jung, esta es una alusión al conocimiento absoluto del inconsciente y a la presencia de acontecimientos macrocósmico en el microcosmos. Dicha concepción taoísta es típica del pensamiento chino.
Esto me lleva a pensar en Platón y en su alegoría la caverna, donde hace una referencia de hombres que están atrapados en una caverna, viendo solamente sombras en la pared que otros proyectan, y piensan que es la realidad, sin embargo, el gran objetivo es salir de la caverna y darte cuenta de que allá afuera se encuentra la realidad y es muy diferente de lo que ellos piensan que es real estando dentro de la caverna. Tiene un sentido metafórico para que, nuevamente, cada uno saque sus propias conclusiones.
Jung postula que estos hechos no son causa desconocida, sino que la causa no es ni siquiera imaginable en términos intelectuales, es decir, lo que causa que tengamos consciencia y un inconsciente, y que el modo de operar de estos tenga una causa superior, es precisamente el caso cuando el espacio y el tiempo pierden su significación o se han hecho relativos. La existencia de espacio y tiempo para su continuidad se hace completamente impensable, de hecho, hablar de un ser superior escapa totalmente del raciocinio humano, ya que no puede entender lo que es, ni como es, porque no existe una palabra que lo describa en la filosofía hindú, más bien le llaman el “El Todo”
Llegando a una conclusión, primero sobre el arquetipo, es la forma de la ordenación psíquica a priori, que puede reconocerse de modo introspectivo; indica que los procesos sincronísticos externos también están ordenados por el universo, y que la ordenación psíquica son actos que podemos crear en el tiempo. algo característico de estos fenómenos y por lo que Jung les ha llamado sincronísticos. Entonces, ¿Jung nos trata de decir que podemos ordenar y crear casualidades en el espacio-tiempo y eso se llamaría sincronicidad?
Así es, en mi opinión, gracias a nuestros sentimientos, deseos y emociones, nosotros podemos crear en el espacio-tiempo una brecha para que el universo manifieste una casualidad que, por consiguiente, sería una sincronicidad: puede ser de aquello que soñamos y, a la vez, surge en la realidad como la conocemos.
Es decir, aquello que anhelamos pueden ser tus sueños más apreciados, deseos fervientes, metas y objetivos en tu vida cotidiana, los cuales, al ser combinados con sentimientos fuertes, hacen que puedas causar tus propias casualidades. Si hace unos minutos creías que sucedían por azar, ahora sabes que ese azar está a tu favor, si lo utilizas de manera adecuada.
“Cristo entro en la sala”, lo digo de una manera pintoresca porque para mí es un personaje muy importante que partió la Historia en dos, y soy un fiel seguidor de su verdadera enseñanza. Recordemos lo que dijo: “Lo que entra por la boca, no mata al hombre, sino, lo que sale de su boca” (Mateo 15: 11).
En tal sentido, para que todo esto se lleve a cabo, hace falta el poder de la “palabra”, lo que sale de tu boca te puede matar, pero también te puede construir. Lo que quiero decir es que, no basta solo con tener el sentimiento o el pensamiento de tus deseos fervientes, sino también, hace falta pronunciarlo, decirlo en voz alta, la palabra, el logos. “Y el verbo se hizo carne”, ¿recuerdas?
Quiero dejar algo bien en claro, y espero que te lo lleves a casa como un mensaje importante. Nosotros podemos causar nuestras casualidades, pero tenemos que tener intención, por ejemplo, ¿quieres ser un gran orador? Entonces, ¿qué esperas que no practicas? Toma acción y muévete donde haya presión, habla delante de muchas personas, muéstrate y practica en público, pronto la casualidad te asistirá porque estarás haciendo lo que dijiste que harías. Tú no sabes como llegará la casualidad, nadie lo sabe, pero será armonioso para tu vida, porque pondrás pensamiento, sentimiento y tu palabra. Piénsalo, imagínate que, por casualidad, justo ese día que vas a una plaza para hablar de un tema x, va una persona que busca un orador y te contratan por tu habilidad, por decir algo…
Lo mismo aplica para los que quieren ser artistas, cantantes, actores o escritores. No basta con el deseo ardiente de querer que se cumpla, ya tienes el cetro en tus manos para realizar cualquier cosa que te propongas, sabes como poner de tu lado al universo, ya sabes como causar tu propia casualidad, como indica Jung, la sincronicidad perfora el espacio y el tiempo.
Te invito a que salgas de la caverna y cumplas todos tus sueños y objetivos, recuerda que el azar favorece al que esta preparado.