Hola, papá

Casi siempre, cuando hablamos de la parentalidad, nos enfocamos en la madre y su rol vital en el desarrollo bio-psico-social del niño, se idealiza la figura de la madre, y no quiero decir que esté injustificado. Sin embargo, en muchas ocasiones las mamás se convierten en el mundo entero de sus hijos, ya que son el pilar principal, tanto emocional como económico del hogar, cargando sobre sus hombros la enorme responsabilidad de intentar cumplir dos roles al mismo tiempo.

Cuando la madre lleva al hijo de ambos en el vientre, sería ideal que el padre sea el sostén, proporcionándole los cuidados y atenciones que ella necesite: “Es importante que el padre pueda contener su gestación y más tarde, al bebé” (Cortés, 2018).

En nuestro contexto, hemos normalizado la imagen de un papá proveedor, trabajador, protector y dador de seguridad, tal vez a muchos de nosotros nos cueste recordarlo de otra manera, más aún cuando en el pasado los roles dentro de las familias estaban muy marcados desde lo que se creía “era cosa de hombres o cosa de mujeres” , alejando al padre de un rol tierno, amoroso y sentimental; felizmente en la actualidad esto está cambiando;

los padres se muestran más involucrados en el crecimiento de sus hijos, los cargan, cambian y dan de comer, los llevan al parque y juegan con ellos, sin duda son padres más presentes. Y si bien los roles actuales están evolucionando, aún no se da en general, ya que algunas formas de crianza se mantienen y repiten de generación en generación, y marcan paternidades que defienden el rol del padre tradicional en función a garantizar la seguridad, economía, protección, fortaleza, fuerza, reglas, valores familiares y cultura. Estas características fortalecen el vínculo con el niño y proveen a este de herramientas necesarias para enfrentar los desafíos de la vida, pero mantener estos roles rígidos y como únicas formas de relacionarse con los hijos también pueden mantener modelos basados en la distancia emocional de años pasados, en donde se tenía la creencia de que eras mejor padre mientras tus hijos te tuvieran más miedo y sean más obedientes. Incluso la Psicología tuvo con Watson, el desliz desafortunado de difundir la idea de una crianza en la que los padres no toquen a su hijo con demasiada frecuencia y que mantengan una distancia emocional para no malcriarlos, pues según él: “jugar con los niños interrumpiría sus rutinas ya que un niño feliz, no llora ni busca atención”. Su libro «El cuidado psicológico del bebé y el niño» se volvió un éxito de ventas, algunos gobiernos occidentales empezaron a difundir la idea, mediante folletos, de que no se podía besar a los hijos. Watson que tuvo una infancia difícil, quería ser un buen padre, y aplicó dichas enseñanzas con sus propios hijos, lamentablemente las consecuencias solo dañaron a sus hijos que desarrollaron severos problemas psicológicos… Tal vez aquí encontramos algún origen del por qué las paternidades se desarrollaron así en el pasado, mas allá de un modelo basado en el machismo en el que se vivía en esos tiempos que afectaba, no solo a mujeres sino a toda la familia, como podemos ver muchos años después.

Usualmente las palabras como amor, cuidado, preocupación, ternura, de manera intrínseca, se asocian al concepto de mamá ¿Y si tendríamos que hacer el mismo ejercicio con el concepto de papá? Consultando a varios padres e hijos, anoté algunas palabras, entre ellas las que más se repitieron fueron:

PAPÁ: Confianza, independencia, trabajo, sentido de vida, estructura, objetividad, valores, seguridad, carácter, resguardo, el que lo puede todo, validez, reglas, respaldo.

¿Ustedes qué creen? (pueden dejarlo en los comentarios)

Se me ocurrió hablar del padre, ya que este mes lo celebramos como cada año. Y después de una pandemia que se llevó a muchos de ellos (en condiciones en las que nos fue difícil procesar o que continuamos haciendo) es justo valorar su aporte, su esfuerzo, su sabiduría, sus palabras y hasta sus sermones… ¿por qué no? Honremos también a todos esos abuelos, tíos y hermanos que nos brindan esa imagen paternal que los llevó a ser un ejemplo, que no pidieron, pero que seguramente realizan con muchísimo amor.

En consulta se puede ver cómo ante parejas que no pudieron permanecer juntas, la paternidad se ausenta con el término de la relación, tal vez debamos difundir más la idea de que la relación padre-hijo debe ser construida, alimentada y atendida con mayor esmero porque como sabemos, en esta relación no existe ese vinculo fisiológico que sí existe con la madre. Carl Jung decía que la madre se ocupaba del mundo interno emocional del niño/a y que el padre se hacía cargo del mundo exterior, el de proteger, contener, educar, guiar y dar seguridad. Se dice que el padre aprende a serlo cuando conoce a su hijo e interactúa con él, cuando el bebé toma su mano o lo mira y persigue llamándolo papá, en los juegos y en las explicaciones de los primeros «¿porqués?», cuando el papá ayuda al hijo con algo pesado o complejo, cuando el niño extraña al papá que se va a trabajar, muchas veces lejos, para darle lo mejor. Lamentablemente, muchos padres al no haber sufrido ningún cambio fisiológico, ni ser la fuente de alimento del bebé, no desarrollan la paternidad necesaria para que su hijo se sienta, visto, querido y válido, lo cual influye en cómo se ve así mismo.

De acuerdo al estudio de Torres (2004), el padre aprende a serlo dentro de la familia “Y en la relación con el padre es donde el varón tiene su primer contacto con la masculinidad”, por lo que si un hijo toma como modelo su forma de pensar y hacer las cosas como el de la madre, puede que desarrolle una personalidad “menos masculina”.

La idea avasalladora con la que el niño debe lidiar cuando le preguntan por su papá ausente, es muy dura para un ser tan pequeño: ¿porqué no puede quererme? Se preguntan, muchas veces en silencio, creyendo que no tienen el derecho de cuestionárselo a sus padres, pensamientos y sentimientos que luego se convierten en ira y rencor, en rebeldía, desinterés y muchas veces autosaboteo por baja estima. Pues sí, esto produce el no tener a papá cerca o no haberlo conocido, o ver que tiene otra familia de la que está más cerca.

Sin duda, son temas delicados y muy personales que muchas veces no queremos tocar, pero que están instalados muy dentro de nuestra cultura y que incluso usamos en bromas, como si nos tuviéramos que acostumbrar a la idea de que no podemos cambiarlo, pero es que resulta muy complejo cambiar algo que no queremos ver, cuestionar y sanar, nuestros padres hacen lo mejor que pueden hacer con lo que tienen y les dieron a ellos, recordemos que son los únicos que tenemos, no podemos cambiar ese hecho, lo que sí depende de nosotros,  es intentar decidir qué padre quiero ser, que sí y que no quiero imitar de ellos, ¿Qué me han trasmitido que hoy considero valioso? ¿Qué aún duele?  Y si hay cosas que aún no he resuelto por amor a mí, trabajaré en eso para no repetirlo y viviré con los propósitos que en el camino me siga trazando, es cierto que en un momento dependemos y somos responsabilidad de nuestros padres, más luego crecemos y nos toca a nosotros hacernos cargo de la forma en la que queremos vivir.

Referencias:

  • La Teoría del Conductismo de Watson.
  • Bigelow, K. M., & Morris, E. K. (2001). John B. Watson’s advice on child rearing: Some historical context.Behavioral Development Bulletin, 10(1), 26–30. https://psycnet.apa.org/fulltext/2014-55587-006.html
  • La larga y oscura noche del conductismo. http://robothink.blogspot.com/2005/09/long-dark-night-of-behaviorism.html

Palabras Clave:

  • Papá, paternidad, rol, parentalidad, hijos, familia.

Las emociones son simples: Es tal y como tú las quieras ver

¡Muchas veces se habla de las emociones, de su importancia y de cómo llegar a entenderlas sin morir en el intento! Y es que se hacen complejas cuando nos autosaboteamos, ¡si! ¿Nos autosaboteamos constantemente? Ya había mencionado este tema en mi artículo anterior, pero hay mucho por aprender aún.

Como sabemos, las emociones tienen una base neuronal, que involucra un proceso químico del cerebro con lo que uno no puede lidiar en ciertas ocasiones. Entonces, con esta premisa, no valdría bien, ¿no culpabilizarnos por cómo nos sentimos? No queremos derramar ni una lagrima en el afán de proteger nuestro ego, orgullo, prejuicios, comentarios de otros, etc. En muchas sociedades, hasta la fecha, esto se ve mal. ¿Pero qué es una lágrima, un arranque de ira sino una emoción vivida con intensidad? Si pudiéramos ver el arte, la belleza en lo trágico, en el drama, aceptaríamos más fácilmente todo tipo de emoción.

Ilustración 1: Drama

La vida tragicomedia:

Quien piensa que vivir sin emociones sería vivir, pues tiene un pensamiento muy lógico; es decir, imagínate vivir sin dolor, sin angustias, sin alegría, todo tranquilo en orden, pues lo pasaríamos bien. Pero somos humanos, no robots y las emociones nos ayudan a tomar decisiones importantes. Cuando pasas por verdaderos sustos y dolores sabes muy bien cual es tu hogar y cobijo, además que permiten autorregularnos constantemente.

El humano busca atesorar recuerdos, esto lo vemos desde frases como: “vive tu juventud”, “si no vives ahora, que recordarás de viejo”, “los tiempos pasados eran mejores”. La memoria es un regalo invaluable para el ser humano, pero a la vez una tortura mental.

Todos tenemos recuerdos, quizá solos, sí, pero al menos sabemos que lo intentamos, nos divertimos igual, es decir, salimos, paseamos, etc. No todos tenemos la dicha de tener recuerdos inmemorables de hazañas asombrosas, ¿pero sabes qué?, eso no te hace menos persona.

El estar vivos y estar en el misterio de la vida es lo que realmente importa al final. Todos vamos para el mismo destino, la muerte. Conservemos la esperanza en los días de sol, y pongámonos tristes en los días de lluvia. Es el punto clave para seguir adelante.

Diferencia entre emoción, sentimiento y estado de ánimo:

El neurocientífico portugués Antonio Damasio señala que es fundamental distinguir entre emoción, sentimiento y estado de ánimo, ya que se suele pensar que son lo mismo o parecido.

Se considera que los estados de ánimo son emociones prolongadas en el tiempo y con cierta estabilidad, mientras que los sentimientos son las sensaciones conscientes de las emociones y serían de duración variable. En otras palabras, las emociones son programas de acciones que modifican rápidamente el estado de varios componentes en nuestro organismo, por ejemplo, a una oportunidad o una amenaza. Son experiencias conscientes que implican una alta actividad cerebral y tienen una valoración positiva o negativa. Los sentimientos por su parte son experiencias mentales, un conjunto de vivencias sensoriales y de estados corporales que incluyen los cambios causados por las emociones. En lo que respecta a las pasiones serían sentimientos con una carga emocional más fuerte; los cambios de ánimo son más drásticos y la capacidad de juicio resulta en muchos casos afectada. (2017)

Ilustración 2: Película Big Hero 6

Danzar entre emociones:

Pues cada capítulo de la vida puede ser triste o alegre, lo importante es saltar de allí lo más rápido que se pueda, no estancarse en un solo movimiento, en una sola emoción. ¡Sí! ¡Salta! Es interesante como la historia nos cuenta cómo fueron vistas las emociones.

Por ejemplo, en el siglo XVI, se animaba a las personas de la Europa cristiana a sentir tristeza, pues se suponía que era la respuesta humilde y apropiada para las vicisitudes de la vida terrenal como antesala de la vida eterna, que era la verdaderamente importante (Alonso, 2017). 

Un ejemplo de ello queda reflejado en los retratos oficiales:

¿En qué momentos empezaron a reír los altos mandatarios? Después de siglos durante los cuales hasta las niñas se ponían serias en muchas pinturas sobre todo las recordadas por Diego Velázquez. De pronto empezaron a surgir sonrisas en los retratos, eso cambió todo y se generalizó a lo largo del mundo.

Ilustración 3: Detalle de «Las meninas», de Diego Velázquez

Mirada del cine en las emociones:

Las películas son auténticas creadoras de emociones, nos permiten soñar, estar alegres, tristes, con miedo… En mis recomendaciones, por querer aprender cada vez más de las emociones, están las películas de drama. Si no es un género que esté dentro de tus preferidos puede ser que tengas la creencia equivocada de que pasarás un mal rato viéndola, o que tendrá un final triste y te sentirás mal. Lo cual es cierto, si no estás acostumbrado a ver las cosas directamente. Estas películas nos ayudan a reflexionar y ver el arte en lo trágico, todo con un propósito, el ver que siempre hay esperanza, una salida, y esta se encuentra solo en nuestra cabeza, viendo al mundo con criterio. Recomiendo el cine español y europeo en general, tanto como clásicas y de cine independiente, muy reflexivo e imaginativo.

Fotograma: «Alas de mariposa», película dramática de Juanma Bajo Ulloa

Sugerencias:

  • Alas de Mariposa: Drama sobre una familia que solo deseaba hijos varones, pero al tener una niña, acontecen muchos sucesos trágicos.
  • ¡Átame!: Drama de Pedro Almodóvar. Un joven obsesionado con una actriz, la rapta en su casa, pero el desenlace te sorprenderá, ¡quizá no todos merecen pagar por sus errores!
  • El piano: Drama de Jane Campion, de Nueva Zelanda. Trata sobre Ana, una joven muda, que viaja con su hija y su piano, y conoce a su nuevo marido, quien se niega a llevar el piano a casa. Abandonado en la playa, el instrumento será rescatado por un vecino que hace un pacto con Ana.
  • Andrea: Drama español. Un escritor refugiado en la lectura coincide con una extraña joven de mirada inquietante en la fiesta de una diva retirada. Años mas tarde en el funeral de esta úlltima, ambos sentirán la necesidad de una relación.

Referencia:

Alonso, J. R. (2017). Las emociones. La base neurológica del comportamiento. Barcelona: Editec.

Volver a brillar, cuestión de gestionar

Cuando los días suelen ser sumamente complicados nos embargan emociones que posiblemente sean catalogadas como negativas, estas pueden ser la ira, el enojo, la frustración o cualquier otra que se puedan imaginar. Esto es lo que me había pasado esta última semana, una serie de eventos desafortunados que se fueron acumulando poco a poco como una bola de nieve que fue creciendo. No entendía el porqué y el para qué de esa situación. Sin embargo, me sentía totalmente al borde del colapso por aquellas emociones sumamente complejas y desagradables. El no saber expresarlas, etiquetarlas, ni mucho menos afrontarlas, me hacía sentir perdida en el mar de mi mente y de mi corazón, porque ser una persona con desregulación emocional DRE/TLP es más complejo de lo que se cree. 

Pero tenía dos opciones muy claras. Posiblemente seguir inmersa en aquella emoción y avivando la intensidad de la misma o tomar otros medios que pudieran generar un cambio en mí. 

Adivinen lo que hice… de esto se refiere esta reflexión. 

Guía práctica para sobrevivir a los días de neblina emocional: 

  1. Hace mucho tiempo que no me había dado cuenta de que, las emociones, al venir de adentro, también tienen que ser acogidas ya que esto nos permitirá  sentir y apreciar que sucede con dicha emoción. Tal vez suene sumamente desagradable y difícil, pero es una tarea constante y un trabajo arduo el cual debemos ejercitar. Abrazar (aceptar) sin más, sin preguntar, sin cuestionar, ni renegar de ella, porque ya habrá un momento para eso.
  1. Anteriormente había hablado de etiquetar una sola emoción. Si ya lograste ejercitar esta habilidad te sugiero que puedas hacerlo de forma simultánea con más de una y de este modo, también evaluar sí dicha sensación proviene de adentro hacia afuera o si es algo que es externo y te afecta hacia tu interior. Esto tiene un fin muy importante, ya que puede generar algún movimiento o cambio en tu comportamiento. Ej: gritar en una discusión, llorar, aislarte, etc. 
  1. Ahora, nos podemos detener en traducir lo que refiere está emoción para poder entenderla en tal sentido que nos referimos. Por ejemplo: el enojo puede generarse debido a una incongruencia dentro de algún límite que se ha saltado (solo por dar una interpretación). Otro ejemplo, en el caso de llorar y apartarnos de las personas, también podríamos preguntarnos: ¿Qué estamos buscando al momento de aislarnos? quizás sea que necesitamos despejar nuestra mente, es una posible respuesta o salida al problema. 
  1. Algo que es fundamental es entender que tenemos que actuar en consecuencia. Es la regla de la causa y el efecto. Pero dentro de esto debe existir una gran coherencia y no una discordancia tratando de buscar cuál sería una conducta mucho más adaptativa para nosotros.

Un punto crucial es entender que las emociones son sumamente complejas, cada una de ellas son importantes para nuestro crecimiento personal e individual y al no aceptarlas puede traer grandes problemas. No solamente la frustración o tristeza de no saber afrontar situaciones a corto o mediano y largo plazo, sino que nos perdemos un gran e importante aprendizaje en nuestra vida lo que ayudaría muchísimo a reducir y reproducir patrones de conducta que sean sumamente dañinos en el futuro.

Por último, quisiera compartir actividades que puedes sumar para tus días de «neblina emocional» (como las suelo catalogar) para que puedas disipar tu mente: 

  1. Pequeño diario (escribe lo que pase en tu día) incluso un muy buen ejercicio  es tener un apartado para lo positivo y negativo del día. 
  2. Realiza actividad física de tu preferencia. Te servirá para regular la energía concentrada. 
  3. Toma clases de alguna actividad que desees retomar (arte u oratoria, por ejemplo) refuerza aquellas aptitudes que quieres potenciar en ti.
  4. La alimentación es fundamental, prueba recetas que te proporcionen energía. 
  5. Crea un botiquín de emergencia donde puedas encontrar números de ayuda, ya sea de tu especialista de confianza, amigos, familia o una fotografía de aquella persona que influyó en ti. Algún recuerdo agradable o perfume/aroma puede servir.

Bonus: Cree en ti y confía. Disfruta del proceso más que lograr la meta. Nadie dijo que gestionar nuestras habilidades era una tarea sencilla.  

Y ahora, dime: ¿cómo estás?

Si deseas profundizar sobre el TLP o cómo las emociones se desenvuelven en nosotros, puedes leer estos artículos:

Hablemos de suicidio y cómo podemos intervenir

¿Qué es el suicidio?

El suicido consiste en una serie de comportamientos que involucran el acto de autolesión hasta provocar la muerte. Cada año, más de 700.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos. Desde que la OMS declaró la COVID-19 como una pandemia en marzo de 2020, más individuos experimentan pérdida, sufrimiento y estrés. De acuerdo con las Estadísticas Sanitarias Mundiales 2019 de la OMS, 97.339 personas murieron por suicidio en las Américas en 2019 y se estima que los intentos de suicidio pueden haber sido 20 veces esa cifra. Los hombres representaron alrededor del 77% de todas las defunciones por esta causa y, aunque se han hecho progresos en intervenciones basadas a la evidencia en la prevención del suicidio, muchos países siguen teniendo tasas crecientes. (OPS- Organización Panamericana de la Salud)

Conducta suicida

La conducta suicida corresponde al individuo que piensa, actúa y se comporta con diferentes alteraciones correspondientes a autolesionarse o dejar este mundo. Esta conducta puede incluir diferentes aspectos como ideaciones suicidas, gestos o intentos hasta concluir con el suicidio.

¿Cómo identificar si una persona tiene una conducta suicida?

Existen diferentes señales de alerta para tomar en cuenta si vemos alguna de estas características:

  • Habla abiertamente del suicidio: “deseo morirme” o “desearía no estar vivo” (ya sea una broma o una especulación).
  • Amenaza con suicidarse o puede obtener armas para su propia autolesión (armas blancas o de fuego, píldoras, etc).
  •  Se aísla de amigos y familiares.
  • Tiene cambios de humor muy repentinos un día puede estar bien y al otro día mal.
  • Se muestra triste, ajeno, apático, pesimista, irritable.
  • Expresa sentimientos de odio por sí mismo, sintiéndose culpable.
  • Cambios repentinos en su comportamiento, alteraciones en el sueño y apetito.
  •  Descuido por el aspecto físico.
  • Bajo rendimiento en el trabajo o estudio.
  • Tristeza profunda por la muerte reciente de un amigo o familiar.
  • Adicciones (alcohol y drogas, básicamente).
  • Se despide de nosotros como si nunca más nos volviera a ver.

¿Cómo podemos ayudar a una persona con esta conducta?

Debemos tomar en cuenta que existen muchas formas de ayudar en esta situación, aún más si la gente es cercana a nosotros y ya identificamos las diferentes características

1.     Debemos escucharlos atentamente: Prestarle la atención correspondiente que nos está expresando sus ideas y pensamientos es necesario para poder identificar qué es lo que necesita y cómo podemos crear un abordaje más rápido.

2.     Podemos realizarle preguntas: Si una persona nos está contando todo lo que está pasando para tener una información más clara y precisa podemos intervenir realizando preguntas tales como:

  •  ¿Cómo estás afrontando lo que está pasando ahora?
  •  ¿Has hablado con alguien sobre lo que me estás contando ahora?
  •  ¿Alguna vez has intentado hacerte daño a ti mismo?
  •  ¿Tienes acceso a armas o medicación para hacerte daño?
  • ¿Buscaste ayuda con algún especialista?

Una vez que nos responda todas las preguntas tendremos una idea más clara de cómo podemos ayudar a este ser humano

3.     Actuar de manera empática: Ponernos en su lugar y analizar lo que está sucediendo desde su punto de vista es complicado, pero es necesario para poder ayudarlos sin juzgarlos.

4.     Permanecer cerca e involucrarnos: Estar pendiente es importante, ya sea un familiar o un amigo, es necesario ser constante con la comunicación y la motivación, así no estará sola y no podrá cometer algún acto de autolesión. Ya sea un mensaje o una llamada, podemos hacer que cambie completamente su día y se motive para no cometer algún acto riesgoso para su vida.

5.     Motivarlo para que busque ayuda profesional: Es posible que necesite ayuda de este tipo, para eso tenemos una línea directa contra el suicidio y los propios psicólogos nos pueden ayudar.

¿Cómo ocurre un intento suicida?

Si nosotros ya dimos un acompañamiento continuo y vemos que no intenta nada por cambiar su conducta o pensamiento, debemos concentrarnos en que este sujeto no cometa el acto suicida para eso vamos a ver a continuación cómo podemos actuar ante la crisis y etapas de alguien que intentó cometer un acto suicida.

Crisis de intento suicida

Si nosotros estamos presenciando que alguien está en plena crisis podemos abordar de la siguiente manera:

  • Verificamos la escena: Que hay a nuestro alrededor, si hay algo con lo que se pueda lastimar o autolesionar; si se está en una altura considerable, tratar de alejarnos y mantener la distancia; si quiere consumir alguna sustancia tenemos que abordar con comunicación. (Cruz Roja Peruana- Manual de Primeros auxilios. Lima-Peru)
  • Pedir ayuda: Llamar al 105 (Policía) o 204343 (Cruz roja peruana), estas entidades nos pueden ayudar al abordaje rápido.
  • Comunicación: Es necesario establecer el primer contacto de manera relajada, no amenazante y respetuosa. Podemos preguntarle si necesita ayuda o facilitarle nuestro celular para realizar una llamada. (García Sastoque Saira Fernanda- Seminario de profundización en primeros auxilio)
  • Intervención: No dejarla sola o solo si se muestra amenazante y conflictiva, tratar de averiguar si está bajo los efectos del alcohol o alguna droga.
  • Mantener la calma: Mantener la compostura nos ayuda a pensar mejor y dar soluciones rápidas

¿Qué hacemos si la persona ya cometió el acto suicida?

  • Primera etapa: Tenemos que verificar el pulso a través de la muñeca o el cuello a la persona, si no respira aplicar algún método de RCP (Reanimación Cardio Pulmonar) o si está despierta tratar de no moverla- (Cruz Roja Peruana- Manual de Primeros auxilios. Lima-Peru).
  • Segunda etapa: Ya que verificamos la escena, es necesario comunicarnos con las entidades de atención médica y ser precisos en la información que argumentamos: “Mi nombre es…, me encuentro en el lugar…, y sucedió…” siempre dando la ubicación exacta para que sea fácil llegar.
  • Tercera etapa: Cuando el personal médico llegue a la escena es necesario comunicar todo lo que vimos, cómo sucedieron los hechos y cómo usted intervino realizando los primeros auxilios.
  • Cuarta etapa: Es necesario realizar un acompañamiento hasta que el paciente se quede encargado con un familiar, comunicarse con la familia y dar datos precisos sobre lo que usted vio o cómo actuó. En caso de que los familiares estén notablemente estresados o emotivos, necesitamos actuar como mediadores, llegar a ellos con tacto y compasión para que no se sientan solos.
  • Quinta etapa: Derivar. Es necesario que los profesionales de la salud mental actúen en este caso, por eso, es menester recomendar ayuda profesional al paciente para poder prevenir un futuro suicidio.

En conclusión, el suicido es algo que nos involucra a todos, algunos podemos conocer a personas con ideación suicida, mientras que otras personas solamente lo ocultan, es necesario saber identificar cuando una persona tiene estos pensamientos, como debemos ayudarla a superar o como debemos intervenir luego de que cometan este acto. Mantenernos informados sobre la salud mental es importante y ayudar a alguien con estas características es salvar una vida.

Manos solidarias – Si,da Vida – Impulsando un modelo social de salud

Referencias:

OPS-Organización Panamericana de la Salud, Prevención del suicidio 2021, Organizacion Mundial de las Americas

García Sastoque Saira Fernanda (2019) Seminario de profundización en primeros auxilios psicológicos en jóvenes con ideación suicida- Cooperativa Colombia

Cruz Roja Peruana (2014) -Manual de Primeros auxilios, Lima-Perú

El plus de los videojuegos

Indudablemente los videojuegos han tenido una ardua batalla contra los prejuicios, todavía hoy un gran porcentaje de la población los toma como un camino hacia la ludopatía o la distracción de lo que es “realmente importante”; pero si solo nos enfocamos en lo malo, no podremos ver lo bueno que pueden aportar.

Si bien el uso exagerado y sin control de los juegos de video puede traer cosas malas como adicción, agresividad y falta de control de impulsos; Tejeiro y Pelegrina del Rio (2008) traen a la luz ciertos beneficios de un uso prudente y controlado:

  • Proporcionan y aumentan el aprendizaje, la salud y las habilidades sociales.
  • Fortalecen habilidades cognitivas, como la navegación espacial, el razonamiento, la memoria y la percepción.
  • Desarrolla y aumenta la lectura.
  • Mejora el ánimo de los jugadores y evita la ansiedad.
  • Mejora la capacidad de recuperación frente a los fallos o equivocaciones, tolerancia hacia la frustración.
  • En los niños: Desarrolla habilidades para resolver problemas, aumento de la creatividad, nivel de atención, concentración, destreza y decisión.

Cuando se empezó la elaboración de videojuegos allá por los años cincuenta, la dinámica y razonamiento eran simples en relación al papel de los jugadores, el primer juego de video fue una versión computarizada del tres en raya; con los años la complejidad fue aumentando y creando mundos cada vez más interesantes y complejos.

Con el paso de los años la dinámica de juego, en muchas ocasiones, fue de buscar o lograr obtener recompensas, lo que nos lleva a un estímulo positivo que nos alienta a continuar jugando, según Velazco (2002), esto es debido a que se nos ha educado a buscar el mejor resultado y a ser el número uno, por lo que los videojuegos suelen darnos esa misma modalidad para poder empoderarnos en el mundo que nos están brindando, sin embargo, existen juegos que desafían esa ideología.

Estos juegos son llamados soulslike que, por su complejidad, no son juegos que un amateur elija como primera experiencia, son intrincados y tienen una ambientación lúgubre, oscura y un tanto terrorífica, la música que recibe al jugador suele dar la sensación de que se está sellando algún tipo de trato con una entidad maligna y que nada será lo mismo después de entrar en aquel mundo.

En el 2020, ESPN Digital hizo referencia a posts de Reddit del año 2014 en los que los usuarios cuentan experiencias de superación y capacidad terapéutica que encontraron en el juego Dark Souls.

Por otro lado, el youtuber Charlie Knight, quien habla sobre este juego y su relación con la Psicología, puntualiza que está diseñado para satisfacer tres necesidades psicológicas primarias que conectan con la teoría de la autodeterminación: motivación intrínseca, competencia y autonomía.

Rodríguez (2022) señala que las personas actúan motivadas por la necesidad de adquirir conocimiento o independencia, crecer y obtener satisfacción psicológica. Las personas necesitan sentir tres estados para un crecimiento psicológico: competencia, dominar tareas y aprender habilidades, conexión, experimentar un sentido de pertenencia, autonomía y sentir que se controla el comportamiento propio y los objetivos.

Entonces, Dark Souls es el espejo del estado psicológico, de lo que la persona siente por dentro; la dinámica del juego comienza con un personaje principal desde el inicio perdedor, extraviado y sin guía, la primera caída se da antes de siquiera terminar el tutorial. En el proceso de intentos y fallos, se da la esencia y brillo del juego, en este mundo siniestro, fallar no es algo negativo, solamente es la oportunidad de levantarse y continuar luchando, regresar a recuperar lo que perdimos y crecer aún más.

Es importante recalcar la libertad que nos otorga para tomar decisiones en cuanto a vestimenta, armas, el tipo de persona que queremos ser, los ítems que decidimos usar y los caminos que seguimos.

Siendo un juego desafiante y que potencia lo antes mencionado de una manera constante, se empieza a intuir, esquivar y enfrentar enemigos y situaciones que nos ponen el peligro, incluso hasta nos ayuda a tolerar la propia frustración. Se desafía al status quo y nos demuestra que siempre podremos levantarnos para volver a empezar.

Referencias

ESPN Digital (2020). Dark Souls, el juego que ayuda a superar la depresión en estos días. https://www.espn.com.pe/esports/nota/_/id/7809916/dark-souls-mejor-videojuego-para-deperesion

Rodríguez, E.M. (2022). La teoría de la autodeterminación. La mente es maravillosa. https://lamenteesmaravillosa.com/la-teoria-de-la-autodeterminacion/

Salas, G. (2014). La psicología de los videojuegos. México: psicogamer. https://psicogamer.com/articulos/la-psicologia-de-los-videojuegos/

Tejeiro R., Pelegrina del Rio M. (2008). La Psicología de los videojuegos, Un modelo de Investigación. Ediciones Aljibe. España.

Universidad Politécnica de Catalunya. Historia de los videojuegos. https://www.fib.upc.edu/retro-informatica/historia/videojocs.html

Velazco, D. (2020). Psicología y videojuegos: “Si solo prestamos atención a lo negativo, solo vamos a encontrar eso en los videojuegos”. México: Muy interesante. https://www.muyinteresante.es/muy-gamer/articulo/psicologia-y-videojuegos-es-imposible-concebir-el-videojuego-como-algo-ajeno-a-nuestra-cultura-361579007513

TLP vs. un ser humano

¡Hola! Soy Katherine Acero, estudiante de Psicología, el tema a continuación abordará una frase que siempre me dedico día tras día y es: “La vida no espera…”. Hago mención de este detalle porque los mínimos regalos de la vida nos los podemos dar nosotros mismos. 

Parte de entender qué es el trastorno límite de personalidad (TLP) o bordeline, es de total importancia ver con los ojos de una persona que lo padece, dicho esto podríamos llegar a concebir la perspectiva del sujeto y ayudarlo a estar en convivencia en donde reine la comprensión, seamos quienes seamos para esta persona, una pareja, familia o simplemente un compañero de trabajo. 

Actualmente se conoce el término límite como el nivel avanzado y altamente grave de un funcionamiento desadaptativo de la personalidad, el cual presenta patrones duraderos de funcionamiento alterado. Estos comportamientos pueden tener una apariencia de un funcionamiento adaptativo, sin embargo, causan limitaciones muy notables en la calidad de vida del ser humano (Mosquera, 2022).

Dicho lo anterior, comento a experiencia propia que, antes de ser diagnosticada con este trastorno o siendo más exacta, antes de conocer a profundidad del por qué acontecía dichos problemas en mi entorno familiar y académico, o entender dichas conductas autodestructivas y entre otros, yo tenía el pensamiento de que todas esas acciones eran normales y que a mucha gente le pasaba o actuaba de tal manera cuando están en alguna situación de un simple estrés, justificando así el trastorno que en ese tiempo desconocía. Para este descubrimiento de hace aproximadamente ocho años, encajaba cumpliendo con los criterios diagnósticos que serán mencionados a continuación.

Criterios diagnósticos según el DSM V:

  1. Esfuerzos desesperados para evitar el desamparo real o imaginado. (Nota: No incluir el comportamiento suicida ni de automutilación que figuran en el Criterio 5.)
  2. Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que
    se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.
  3. Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y persistente de
    la autoimagen y del sentido del yo.
  4. Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas (p. ej., gastos, sexo, drogas, conducción temeraria, atracones alimentarios). (Nota: No incluir el comportamiento suicida
    ni de automutilación que figuran en el Criterio 5.)
  5. Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio, o
    comportamiento de automutilación.
  6. Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo (p. ej., episodios intensos de disforia, irritabilidad
    o ansiedad que generalmente duran unas horas y, rara vez, más
    de unos días).
  7. Sensación crónica de vacío.
  8. Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira (p.
    ej., exhibición frecuente de genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
  9. Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves

Teniendo en cuenta los criterios clínicos que una persona debe cumplir para ser diagnosticada, es de total importancia que todos ellos sean confirmados por un especialista. Es así que, mediante una intervención sorpresa, mis padres me llevaron a una clínica particular para que con la ayuda de un experto en la conducta humana realice la entrevista con un buen clima de confianza, sumado a esto los test necesarios para confirmar o solamente sustentar mis acciones limites en un diagnóstico de un trastorno, que si bien es cierto no tiene cura. No existe el versus como dice el título porque es parte de mí y aprendí a tener más responsabilidad en aceptar e ir a terapia, y ser disciplinada en los medicamentos. Porque al aceptar este problema me di cuenta que quería ser diferente para los que me rodean, por eso decidí ser mejor que ayer, día tras día.

Palabras clave: TLP, borderline, DSM-IV-TR

Referencias:

Asociación Americana de Psiquiatra (2014). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5. Washington DC, Londres: American Psychiatric Publishing

Mosquera, D. (2022). Criterios diagnósticos del trastorno límite de la personalidad. https://www.trastornolimite.com/tlp/criterios-diagnosticos-trastorno-limite-de-la-personalidad-tlp

Psicología Criminal: Perfil de un violador de niños

En la actualidad el delito de violación sexual es muy recurrente, por lo que la Psicología, a través de la Psicología criminal, tiene como objetivo estudiar los determinantes psicológicos de la conducta de los individuos que intervienen en un acto delictivo, en relación a factores genéticos, emocionales y ambientales; esto para definir el porqué de su conducta o si padece de un trastorno de la personalidad, siendo los más comunes la psicopatía y la personalidad antisocial. Entonces, está claro que esta rama de la Psicología, representa una pieza clave en la administración de justicia, en cuanto a estudiar cada caso en particular, y así esclarecer los hechos y las motivaciones que han impulsado a la persona a ir contra las normas sociales.

Un caso muy particular es el estudio del perfil del agresor sexual de niños, en donde, por lo general, el individuo busca volver a revivir escenas en las que confluyen, sus temores, angustias y traumas anteriores.

Finkelhor y Krugman (1993, citados en Bentovim, 2000) describen cuatro factores de riesgo para el abusador de niños, que son determinantes para que el abuso sexual se produzca:

1. Motivación del agresor para cometer el abuso

• Por repetición transgeneracional de experiencias previas de abuso en la infancia.

• Por un componente psicopático de personalidad.

• Por trastorno de control de impulsos.

• Pedófilo exclusivo, por fijación obsesiva con un objeto sexualizado.

2. Habilidad del agresor para superar sus propias inhibiciones y miedos:

Entre la desinhibición se encuentran el alcohol, la psicosis, la senilidad o el fracaso en la represión del incesto dentro de la dinámica familiar. Y entre los factores de riesgo, está la pornografía infantil y la incapacidad de los adultos para identificarse con las necesidades de los niños.

3. Capacidad del agresor para superar las barreras externas o los factores de protección del niño: 

Factores de riesgo: la ausencia, enfermedad o distanciamiento de la madre, o el hecho de que esté dominada o sea maltratada por su compañero; el aislamiento social de la familia; la existencia de oportunidades de estar a solas con el niño; la falta de vigilancia; entre otros.

4. Consecuencias psicológicas del abuso sexual.

Para Finkelhor y Browne (1985) los modelos explicativos, centrados en los modelos individuales, muestran hipótesis de que los abusadores sexuales tienen una cierta patología psíquica, que involucra la presencia de características personales como inmadurez, baja autoestima, sentimientos de inutilidad, entre otros.

Estos intentos explicativos se basan, además, en criterios familiares que enfatizan en la conflictividad marital (violenta o no) y el alejamiento sexual de la pareja.

Por otra parte, en los modelos explicativos, centrados en los criterios contextuales, se argumenta que el abusador es una persona introvertida, solitaria y con falta de apoyo social (Milner, 1990). Este mismo autor destaca el hecho de que el abusador suele haber crecido en un ambiente familiar no protector, de abandono, maltrato físico y abuso sexual.

“La bestia de Colombia”

Luis Alfredo Garavito Cubillos, denominado «la bestia», fue el mayor asesino en serie y violador de niños en la historia de Colombia. Según las investigaciones, habría violado y asesinado a 200 niños. Su caso volvió a tomar importancia debido a la posibilidad de que salga en libertad condicional. Fue capturado a los cuarenta y dos años de edad, en 1999. Su actividad criminal duró del 4 de octubre de 1992 al 22 de abril de 1999.

Perfil

Garavito, desde su infancia fue un niño introvertido, y a veces violento. Fue víctima de burlas en el colegio, razón por la cual abandonó sus estudios a los 10 años. Asimismo, estuvo en un hogar lleno de violencia (discusiones y peleas), donde su padre maltrataba constantemente a su madre y él era el único que la defendía, motivo por el cual fue agredido en muchas ocasiones.

Fue abusado sexualmente por primera vez por su padre, y a los 12 años, también fue víctima de un amigo de su padre, quien lo torturó y violó a tal punto que le causó daño a sus genitales. Este hecho duró dos años.

Cuando se mudó al municipio de Trujillo, nuevamente fue víctima de abuso por parte de otro amigo de su padre. Mientras ocurrían estos hechos, él se quedó callado por temor a que no le creyeran. Tiempo después, él refiere que empezó a sentir atracción hacia las personas de su mismo sexo, y realizaba tocamientos indebidos contra sus hermanos menores, mientras dormían. Es así que, a una edad muy joven, Garavito reconoce su gusto por los niños, lo que de cierta forma lo convierte en un pedófilo, pues manifestó que a la edad de 14 años, su madre lo botó de su casa por intentar acorralar a un niño de 5 años para violarlo, según él, fue a esa edad cuando descubrió que tenía una fuerte atracción sexual hacia los niños, admitió que al torturar a un niño sentía más placer sexual, por lo que, no sentía ninguna clase de compasión por el sufrimiento que experimentaban los niños, sino que por el contrario, se jactaba de cada situación y de cada crimen cometido, y disfrutaba de estas situaciones.

Contraste de la teoría con el perfil de «la bestia»

  • En la motivación del agresor para cometer el abuso, se denota que es por repetición transgeneracional de experiencias previas de abuso en la infancia, y por trastorno de control de impulsos.
  • Sobre la habilidad del agresor para superar sus propias inhibiciones y miedos, encontramos la desinhibición y el alcoholismo.
  • La similitud que tiene esta teoría con el caso de Garavito es que el dolor le genera placer.
  • Patología psíquica, como sentimientos de rechazo por parte de su familia, lo que produce que Garavito cometa los delitos que ha sufrido anteriormente.
  • Busca complacerse así mismo sin importarle el dolor que le pueda generar a la víctima, por lo que denota una clara falta de empatía.
  • Incapacidad como adulto de identificarse con las necesidades de los niños.
  • En criterios contextuales, encontramos que es una persona introvertida, solitaria y con falta de apoyo social.
  • En criterios familiares, podemos ver un ambiente familiar no protector, de abandono, maltrato físico y abuso sexual.

Diferencias y semejanzas

A continuación, se hace una diferenciación entre el perfil de un agresor sexual en líneas generales, con el de un agresor sexual de niños. Cabe resaltar la diferencia entre un pedófilo y un pederasta, en donde el primero es una persona interesada sexualmente por niños, y el segundo comprende al abusador sexual de niños; por lo que es un claro proceso, desde el deseo hasta hacer realidad las fantasías que se dan cuando existe la atracción sexual.

VioladorViolador de niños
Sus víctimas son normalmente de su edad.

Generalmente tienen una autoestima baja, un nivel intelectual bajo y pueden demostrar seguridad ante los demás.

Generalmente la causa es una educación de humillación y sometimiento del más débil. Por ejemplo, cuando el abusador es varón y humilla a su novia, porque es físicamente más débil que él.

Generalmente tienen una comunicación normal.

Por lo general, se relacionan con parejas de su edad y pueden presentar problemas para sobrellevar la relación.

Creen que las mujeres los provocan y que disfrutan del acto abuso sexual.

Pueden tener parejas dependientes.  

Actúan, si se da la oportunidad u ocasión, de forma impulsiva.  

Tienen fantasías sexuales con adultos.

No generan nada, normalmente el abuso es sin premeditación.

El abuso es directo.

Pueden tener cualquier profesión y vigilar lugares por donde camina su víctima, si es que es algo planeado.

No piensan en las consecuencias de sus actos, no piensan sistemáticamente, solo aprovechan las situaciones.

Pueden estudiar a sus víctimas, pero son más de actuar.  

Puede no tener problemas con otros reos.    

Pueden disfrazar sus intenciones para ganarse la confianza de sus víctimas.

Pueden actuar en cualquier ámbito social.    

Por lo general utilizan la amabilidad entre otras características que pueden agradar a su víctima.

Alcanzan la excitación sexual con mujeres.

Aprendizaje vicario: «yo soy igual que mi papá, soy un hombre».  

Despersonalización de la víctima, justifican el abuso sexual o lo minimizan (distorsión cognitiva).

Su estilo puede ser violento e impulsivo.

Empatía: Presentan una menor empatía y no reconocen el daño causado a su víctima. Por el contrario, uno de los primeros pasos para que se dé la empatía, es el reconocimiento de la angustia emocional que se genera en otras personas.
Prefieren víctimas menores de 13 años.

Generalmente tienen una autoestima baja, su nivel intelectual no tiene que ser bajo y se sienten más seguros con niños que con los adultos.

Generalmente la causa es el abuso físico, emocional y/o sexual (se repiten patrones de conducta, o escena traumática). Por ejemplo, el niño que fue abusado por su padre, de adulto puede convertirse en el abusador.

Puede tener una comunicación infantil (regresión).

Se relacionan con madres solteras o mujeres divorciadas con niños, para estar cerca de sus futuras víctimas.  

Creen que los niños los provocan y que disfrutan del acto abuso sexual.

Necesitan parejas dependientes emocionales.

Actúan mediante la premeditación y la manipulación, plantando patrones cognitivos y haciendo uso de la distorsión cognitiva.

Pueden desvestirse delante de la víctima, hablar de sexualidad abiertamente con ella.

Tienen fantasías sexuales con niños.

Generan ternura y afecto al principio.

Generalmente se empieza con prácticas sexuales orales.

Tienen profesiones que están en contacto con niños, también suelen rondar lugares donde asisten niños.

Piensan en el día en que los descubran, por eso tienen un plan de desaparición, ya que el abuso es su estilo de vida.

Pueden estudiar a sus víctimas a profundidad, dependiendo del contexto.

No son conflictivos en la cárcel, tienen buen comportamiento, debido a su inseguridad con personas de su edad.

Son creativos al ganarse la confianza del niño. Por ejemplo, relacionando dulces y sexo.

Pueden actuar en lugares marginales, o de pobreza extrema, donde hay niños con muchas carencias y los padres no están atentos.

También suelen utilizar animales exóticos para atraer a sus víctimas.  

Alcanzan la excitación sexual sólo con niños.

Aprendizaje vicario mediante la observación: «si me pasó a mí, a ti también».

Despersonalización de la víctima, justifican el abuso sexual o lo minimizan (distorsión cognitiva).

Estilo superficial, pasivo e infantil con otras personas.

Empatía: De los tres factores de la empatía como son la interacción de los aspectos cognitivos, afectivos y de comportamiento, por lo general sólo llegan a la cognición que es la toma de perspectiva, y débilmente al factor afectivo, que involucra reconocer el sufrimiento o los sentimientos del otro. Los utilizan para identificar y explorar las debilidades de sus víctimas.

Finalmente, es importante que estemos atentos a las personas que se encuentran cerca a nuestros niños ya que, por lo general, el perfil de un abusador sexual de menores responde al secretismo bajo amenaza, debido a que encuentran en el niño a un ser al que pueden someter y dominar a base de sus mentiras y extorsiones; también porque en la mayoría de los casos, el agresor responde a una psicopatía, en donde la característica más resaltante es la falta de empatía por su víctima. Asimismo, es relevante hablar de forma clara con los niños acerca de los riesgos que existen a su alrededor, brindándoles en todo momento la confianza de poder decir, si algo les está sucediendo en cualquier ámbito, y así estar al tanto de su vida y de sus necesidades.

Bibliografía

Cepeda, Z. y Ruiz, J. (2015). Empatía: diferencias entre abusadores sexuales, delincuentes violentos y un grupo control. Revista criminalidad, 57 (2):209 – 220. https://biblat.unam.mx/hevila/Revistacriminalidad/2015/vol57/no2/5.pdf

Esperanza, A. C. El perfil psicológico de un abusador sexual infantil. https://bit.ly/3NajL42

Gutiérrez Fioritto, M. (2020). Agresores sexuales infantiles, la otra cara de la moneda. https://bit.ly/3w5JYed

Segovia, A. (2016). Características de los abusadores sexuales. https://bit.ly/3FExuNW

Más allá de la tristeza

Puede que en este momento te estés haciendo esta pregunta: ¿cómo saber si tengo depresión?, si la tengo, ¿cómo puedo salir de ella?, ¿será tan fácil cómo los demás me aconsejan? ¡Alto!  Detente, respira; llegó el momento de hablar de este enemigo silencioso. Probablemente por desconocer los verdaderos síntomas de la depresión, a menudo hablamos de este conjunto de trastornos mentales de un modo superficial o inadecuado. Frases cómo “ponle ganas”, “hemos venido a este mundo a ser felices”, “anímate” resultan tan fáciles de decir, pero es difícil describir lo que es una depresión a quien nunca lo ha vivido.

Mi primer acercamiento a ella fue por el 2009, no recuerdo bien las razones, pero si puedo mencionar cómo me sentía. Nada te divierte, nada te complace. Sientes que eres como un fantasma… que no eres parte del mundo real. Es como ahogarse, excepto que puedes ver que todos a tu alrededor están respirando. Te hace pensar que eres una actriz que te interpreta a ti misma —y que siempre está obligada a sonreír—. La depresión es la incapacidad para construir o imaginar un futuro. Sentirse oscura, sola, asustada. Dormir es la única escapatoria para el dolor. En el 2011 vino con fuerza y se presentó cómo “depresión post parto” (mejor vista en la sociedad, acababa de ser mamá); sueño e irritabilidad todo el día; pocas ganas de levantarse; pérdida del sentido del gusto; que un día se convierta interminable; sólo esperar que llegue la noche para meterme en mis pensamientos;  junto a eso estaba mi incapacidad para poder concentrarme y poder tomar decisiones.

No llegué a un tratamiento psiquiátrico ni terapéutico, hoy no recuerdo cómo salí de eso, quizá no era un trastorno depresivo y sólo fue un estado anímico debido a distintas circunstancias en mi vida. En muchas ocasiones los límites entre una salud mental normal y un trastorno del estado de ánimo son difusos. Es posible que en tu estado de ánimo haya un cierto “fondo depresivo” o que seas una persona más bien melancólica y pesimista. Eso no quiere decir exactamente que tengas una depresión en el sentido clínico, sobre todo si funcionas bien en otras áreas importantes de la vida y conservas la capacidad para disfrutar y relacionarte.

En la actualidad la sociedad nos exige un grado de bienestar inalcanzable, y satisfacciones inmediatas… Es cómo si estuviéramos en la orilla de una piscina y nos están diciendo: ¡Lánzate no hay de otra! Debido a que no solo nos frustra, sino que incluso llegamos a tener culpa por no sentirnos felices ¿qué estoy haciendo mal? ¿por qué no me siento plena? Entiéndelo de una vez, es falso ser felices todo el tiempo, la felicidad es intermitente, la vida real implica tener momentos de sacrificio, esfuerzo o simplemente estar cansados físicamente. Sin embargo, si te identificas con expresiones del tipo “Mi vida no tiene sentido”, “Nadie me puede ayudar a salir de esto” o “Todo está perdido, no hay esperanza en mi futuro” ha llegado el momento de tomar medidas más allá de la reflexión.

Es característico observar en las personas que la padecen una gran sensación de abatimiento, falta de energía y desmotivación para cualquier actividad a la que tengan que enfrentarse. De hecho, uno de los síntomas más relevantes suele ser la dificultad o incapacidad para disfrutar de las cosas y situaciones de la vida, incluyendo aquellas situaciones en las que antes sí se hallaba placer o ilusión. Junto a lo que ya hemos mencionado, en ciertos tipos de depresión es frecuente encontrar una autoestima baja y una falta de confianza en las propias capacidades para desarrollar una vida satisfactoria tanto en el presente como en el futuro.

La depresión es un problema de salud mental complejo que no se reduce solo a estar “muy triste” sino que tiene una estrecha relación con la manera que tenemos de definirnos y de valorarnos a nosotros mismos. Es decir: para observar nuestro estado de ánimo también tenemos que observar qué pensamos de nosotros mismos. Si has leído acerca de los síntomas de la depresión, recordarás las palabras anhedonia, abulia y apatía. Efectivamente, la depresión dificulta el disfrute y además paraliza y “desinfla” la motivación, las ganas de hacer cosas. Es importante fijarse en si un periodo de desánimo vital más o menos puntual va convirtiéndose en un trastorno grave. El trastorno estaría caracterizado por un estado de desgano y desmotivación que hacen que la persona pierda el interés por la vida que hay más allá de su pequeño espacio y de su mundo interior. Se presentan varios otros síntomas, entre los que se incluyen la dificultad de concentración, el sentimiento de culpa excesiva o de autoestima baja, la falta de esperanza en el futuro, pensamientos de muerte o de suicidio, alteraciones del sueño, cambios en el apetito o en el peso y sensación de cansancio acusado o de falta de energía.

En efecto, desaparece la ilusión por el futuro y aumenta el desinterés hacia los asuntos presentes, cuyo disfrute se hace cada vez más difícil. A nivel cognitivo genera una importante dificultad para hallar soluciones a los problemas o encontrar interpretaciones alternativas a la propia visión pesimista de la realidad. El desánimo puntual es un sentimiento humano normal, mientras que la depresión es una enfermedad y no se remonta con consejos superficiales o con frases motivadoras. Debido a que quienes padecen dicho trastorno no pueden estar felices, este tipo de actitudes de la familia y amigos suelen incrementar su culpa o frustración porque los llevan a preguntas como “¿por qué yo no puedo?”.

Cuando tenemos que convivir o relacionarnos con alguien que tiene depresión, no debemos confundir nuestro cuidado, compañía y apoyo con responsabilizarnos de la solución de su problema. Son cruciales y no tienen nada de malo, pero no debemos confiar en que nuestro amor, simpatía o cuidados son suficientes por sí mismos para revertir el curso de una enfermedad mental, sobre todo si esta es grave.  Podemos contribuir al bienestar de una persona que la esté padeciendo, pero es un error cargar con la responsabilidad de revertir su estado.  A menudo estas personas también piensan que nadie les comprende o les trata como merecen o que no hay solución posible a sus problemas. Es frecuente que los síntomas de la depresión hagan que la persona se aleje de los demás y no encuentre comprensión en ellos ni alternativas válidas en sus propuestas. Esto resulta muy frustrante y desolador para quienes tratan de acompañarla. No hay una manera concreta de tratar a las personas que padecen una depresión clínica establecida, porque las características de este trastorno se manifiestan de forma diferente de un individuo a otro. Es importante escuchar y tratar de comprender, pero sin dejarse arrastrar por su intenso nivel de apatía o abatimiento. Podemos mostrar empatía, calidez y apoyo, pero no reforzar la victimización que la persona experimenta. Si el caso es grave no basta con nuestras buenas intenciones: es necesaria la ayuda psicológica e incluso psiquiátrica.

Según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el desarrollo de la depresión es causado por una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. A continuación se describen en mayor detalle:

  • Factores genéticos (40 a 50 %) : La depresión es una condición de salud mental que puede heredarse de los padres. Las personas diagnosticadas con depresión pueden tener antecedentes familiares de este trastorno.
  • Factores físicos (20 a 30%): Partes de su cerebro responsables de regular el estado de ánimo, el pensamiento, el sueño, el apetito y el comportamiento no funcionan adecuadamente. Además, las personas con depresión tienen un desequilibrio en ciertos neurotransmisores.
  • Factores ambientales (30 a 40%) : El trauma, la pérdida de un ser querido o cualquier otro evento estresante puede propiciar un episodio depresivo. O el no dejar de lado la presión del mundo y la competitividad que nos exige.

Habiéndola definido, identificado sus síntomas y evaluado sus causas; necesitamos saber cómo evitar que la “susodicha” toque nuestra puerta o vuelva a visitarnos. En primer lugar, hay que plantearnos preguntas para ver cuál es la percepción que tengo de mí mismo, del tiempo y del entorno. ¿Me exijo mucho?, ¿estoy en constante competitividad con los demás?, ¿siento que no logro nada en el tiempo y eso me hace creer que soy un fracasado? Si te has sentido identificado, es momento de conectarte con el presente, de actuar a conciencia, un día a la vez, empieza a ser compasivo contigo, a escuchar tu cuerpo y permitirte descansar, no olvides que el vivir en gratitud con tus seres queridos aliviana los problemas.

Como paso dos, tómate unos minutos para pensar en tus relaciones personales: la familia, la pareja, los amigos, los compañeros de trabajo, la gente de tu vida pasada y presente. De este modo podrás evaluar la percepción que tienes actualmente de tu red social, es decir, de la calidad de tus relaciones y de los vínculos con las personas importantes de tu vida. Si en esta fase detectas que no han sido de lo mas “sanas”, es hora de hacer una limpieza, así cómo cuando removemos archivos del celular y establecer distancia o límites por un tiempo con lo que no te hace bien.

Por último, puedes echarte una mano para salir de estos rasgos depresivos. En el proceso hay cosas que te pueden auxiliar, así como hay otras que puedes evitar. Recuerda que lo más probable es que no te apetezca hacer nada o estar con nadie. Pero en vez de meterte debajo de la manta o no hacer absolutamente nada, lo que a menudo hace que te sientas aún peor, puedes intentar, poco a poco, asumir alguna actividad. No te plantees qué te apetece hacer, porque la respuesta normal es que no te dé la gana de hacer nada, sino qué puedo hacer. Aunque te parezca poco, es mucho. Ponte objetivos sencillos que puedas cumplir: ir a tirar la basura, caminar un poco, copiar en un cuaderno la letra de una canción que te gustaba, ordenar los cubiertos en el cajón de la cocina. Cosas pequeñas, concretas, claras. Es un error plantearse objetivos ambiciosos en medio de una crisis emocional.

En definitiva, si con este artículo te ha entrado la incógnita que cité en las primeras lineas. Debemos tener en cuenta que cada depresión es diferente y que existen muchos grados, pero con la ayuda profesional adecuada es posible que tu estado de salud mental mejore mucho. Si es tu caso, al menos merece la pena que intentes salir de esto, por tu salud y por el bienestar de las personas que te rodean. Plantéatelo y da el paso. Los psicólogos estamos aquí para ayudarte.