«Disociación, el escape que necesitamos»

Imagina esto: te encuentras en medio de una discusión familiar, un clásico, y sin darte cuenta, de repente te encuentras mirando al vacío como si estuvieras paralizado(a). No es que no te importe lo que está pasando, es solo que, de alguna manera, tu mente decide tomar un pequeño descanso…mental, por supuesto. Esto me pasó hace poco. Mis hermanos estaban discutiendo como si no hubiera un mañana y, sin querer, mi cerebro hizo «click» y me desconecté. Mi cuerpo seguía allí, pero mi mente se fue a dar una vuelta, quien sabe a donde. ¿Te suena familiar?

¡No todo es tan malo como parece!

La disociación, es un mecanismo tan humano que nos permite «escapar» de una situación emocionalmente abrumadora, no es algo que deba ser visto necesariamente como algo negativo. En muchos casos, es una respuesta adaptativa, algo que nuestro cerebro hace para protegernos, para sobrellevar momentos de alta tensión emocional.

Pero, claro, en exceso no es tan bueno. Cuando se vuelve habitual o excesiva, puede interferir con nuestra capacidad para conectar con la realidad y las personas que nos rodean, por ejemplo, a veces me pasa que cuando leo un libro, tengo que volver a leer la misma oración varias veces, es como si mis ojos estuvieran en el papel, pero mi mente estuviera en otro lado o a veces, me doy cuenta de que estoy haciendo algo en piloto automático, como cuando camino sin darme cuenta de a dónde voy, o de repente llegó a un lugar sin recordar cómo llegué allí. ¿También te pasa?

La disociación, como ves, puede ir desde una simple desconexión momentánea hasta episodios más largos, pero, en su forma más momentánea, es una forma de protegernos cuando las cosas se vuelven emocionalmente complejas, cuando estamos sobreestimulados, o cuando pasamos por mucho estrés.

¿Por qué a veces no es tan funcional?

La disociación puede ser útil como una estrategia rápida para lidiar con el estrés, pero cuando se convierte en un mecanismo de defensa habitual, puede dejar de ser funcional.

Si tu mente se desconecta cada vez que algo se vuelve incómodo o abrumador, es probable que evites procesar las emociones que necesitas enfrentar. A largo plazo, esto puede hacer que las emociones no resueltas se acumulen y que te desconectes cada vez más de la realidad. Además, cuando la disociación se vuelve frecuente, puede afectar tus relaciones, ya que estar presente y conectar con los demás se vuelve más difícil.

Si «huyes» mentalmente en una conversación o durante una actividad importante, puedes perderte momentos importantes de conexión emocional con los demás. Y, aunque es comprensible que quieras evitar el conflicto o la incomodidad, a largo plazo, esto puede generar sentimientos de aislamiento o desconexión.

Es importante recalcar que en casos de trauma severo, como abuso o violencia, la disociación puede ser una respuesta de supervivencia y es un tema mucho más complejo del que se redacta en este artículo.

En estos casos la mente se «desconecta» para protegerse del dolor insoportable de la experiencia. Este tipo de disociación, aunque adaptativa en ese momento, puede volverse crónica y dificultar el proceso de sanación. En situaciones de estrés postraumático (TEPT), por ejemplo, la disociación puede ser un síntoma persistente, ya que la mente busca escapar de las emociones y recuerdos traumáticos que no han sido procesados.

¿Cómo lidiar con la disociación?

Hay técnicas muy útiles para traer de vuelta nuestra atención al presente y hacer que nuestro cerebro se conecte nuevamente al «aquí y ahora».

  1. Respiración profunda: Cuando me siento «fuera de mí misma», una de las mejores maneras de regresar al presente es parar un momento y tomar una respiración profunda. Inhala por la nariz, llena tu abdomen de aire (no solo el pecho) y exhala lentamente por la boca. Hazlo varias veces. Esto ayuda a calmar el sistema nervioso y a traer tu foco de atención al aquí y al ahora.
  2. Grounding (o enraizamiento): Esta es una técnica sencilla y poderosa. Se trata de usar nuestros sentidos para estar en el presente, por ejemplo, si sientes que te estás desconectando, puedes tocar un objeto con textura (como una taza, una bola antiestrés o algo que esté cerca), sentir su temperatura o peso. Incluso puedes detenerte a notar cosas en tu entorno: «¿Qué veo? ¿Qué escucho? ¿Qué huelo?» Esto te conecta con el mundo real y te ayuda a salir del piloto automático.
  3. Validación emocional: Hacer una pausa y reconocer en voz alta: “Ok, estoy disociando porque esta situación me está abrumando”, “aguanta, estoy disociando” es un primer paso. Validar tus emociones (incluso las que te hacen querer huir) puede ayudar a disminuir su intensidad.
  4. Movimientos físicos: A veces, simplemente mover el cuerpo ayuda a liberar tensiones. Caminar, estirarse o incluso saltar un poco en el lugar puede hacer maravillas para devolver la atención al cuerpo y salir de ese «mood automatico».
  5. Practicar mindfulness o atención plena: Hacer ejercicios pequeños de mindfulness en tu día a día, como estar 5 minutos completamente presente mientras tomas tu café, disfrutas de una caminata o te bañas, puede ayudarte a entrenar tu cerebro para estar más consciente y menos propenso a desconectarse en situaciones difíciles.

Todos tenemos nuestras formas de lidiar con lo que nos abruma. Sin embargo, aprender a manejarla y a conectar nuevamente con la realidad cuando sea necesario, es necesario  para mantener un balance emocional óptimo.

«Así que, la próxima vez que tu mente se pierda en un viaje astral, dale la bienvenida con una sonrisa y dile: “aquí estás de nuevo, disociando”. Pero también recuerda traer tu mente al “aquí y ahora”, con cariño, respeto y si es necesario, un poco de humor. “oye Ale, pellizca tu mano o toca tu nariz”. Porque, al fin y al cabo, ¿quién no se ha escapado un poco de vez en cuando?

“La vida no es un problema a ser resuelto, sino una realidad a experimentar”

 Alan Watts

¿Cómo perder tu salud mental en 10 días?

  • No he comido desde que terminamos…
  • Bien por ti. Escribe acerca de eso
  • No usaré mi vida privada para una historia
  • Lo entiendo ¿quién usará la vida privada de Michelle para una historia?
  • Yo lo haré
  • Bien
  • No, no, no. Lana con todo respeto, Lori no tiene porque meterse en mi vida privada y yo no puedo permitirlo
  • Yo lo haré
  • ¿Qué?
  • Yo intentaré hacerlo y tú serás mi inspiración
  • ¿Para?
  • Mira a Michelle. Es una gran china ¿no?
  • Una mujer extraordinaria, pero tiene un problema con sus relaciones personales y no sabe lo que esta haciendo mal, al igual que muchos lectores
  • Sigue
  • Así que estaba pensando en que podría empezar a salir con un chico y luego alejarlo usando los clásicos errores que las mujeres como Michelle cometen todo el tiempo. Llevare un diario de eso y se llamará como encontrar tu amor al revés.
  • Que no hacer…
  • Como perder a un hombre en 10 días. Sí, hazlo
How to Lose a Guy in 10 Days dir. Donald Petrie (2003)

Basándonos en la premisa de la peli How to Lose a Guy in 10 Days (2003) en este artículo abordaremos lo que NO debes hacer si quieres mantener una buena salud mental 😊

¿Cómo perder tu salud mental en 10 días?

How to Lose a Guy in 10 Days dir. Donald Petrie (2003)

  1. NO TE HAGAS CASO

Para empezar, sea lo que sea que estes sintiendo invalídalo, no identifiques que emoción estas sintiendo y si puedes distráete saliendo a fiestas de manera descontrolada combinando tragos o teniendo relaciones casuales.

El diario de Bridget Jones dir. Sharon Maguire (2001)

2. DEJA QUE LA ANSIEDAD TE GANE

Sobrepiensa, ¡sobrepiensa! para que los pensamientos te invadan y abrumen durante tu día y que se te imposibilite ser productiva. Además, hazlo notar a los demás para que ellos se vean obligados a tomar distancia de ti.

Gossip Girl dir. Eduardo Garza (2007)

3. OLVIDA ESO DE SER FUNCIONAL

Falta al trabajo o a la escuela y permítete ser despedido o suspendido.

Sex Education dir. Ben Taylor (2019)

4. AÍSLATE

Para que estar con amigos o familia si puedes estar completamente solo/a.

To the Bone dir. Marti Noxon (2017)

5. ATRACONES

Date atracones de comida, ¿Para qué alimentarnos saludablemente si podemos optar por comer muchas golosinas y frituras?

Insatiable dir. Andrew Fleming (2018)

6. DESCUÌDATE

No te bañes, ni te pongas linda

The Office Temp. 9 dir. Randall Einhorn (2005)

7. CHAO AMIGOS Y FAMILIA

No acudas a tu red de apoyo como amigos y familia, pelea con ellos

Euphoria dir. Sam Levinson (2019)

8. NO PASA NADA

Finge que todo está muy bien

Fleabag dir. Harry Bradbeer & Tim Kirkby (2016)

9. NO LE TOMES IMPORTANCIA

No practiques ejercicios de meditación para controlar tus emociones ni mucho menos acudir a terapia para conectar tu niño interior para tratar de entender de dónde surgen tus inseguridades, traumas o estilos de apego.

Pequeña grandes amigas dir. Boaz Yakin (2003)

10. SIGUE ASÍ

Repite todo lo anterior y en 10 días… ¡habrás perdido tu salud mental!

Pearl dir. Ti West (2022)

Este artículo de cierto modo confrontativo y sarcástico a diferencia de un articulo explicativo sobre lo que hay que hacer busca promover una conciencia sobre nuestras acciones en torno a nosotros mismos, conciencia que no tuvieron las protagonistas de las películas sugeridas.

Estas 10 recomendaciones harán que lo compruebes (risas).

Buen día.

Pensar antes de hablar – inteligencia emocional

Seguramente en algún momento han escuchado la frase “piensa antes de hablar”, dentro de una discusión, cuando dijimos algo de lo que nos arrepentimos o cuando herimos a alguien con nuestras palabras.

Esta frase se refiere a que cuando pasamos por un momento difícil, una discusión o en general alguna situación que represente personalmente una ofensa o un problema tendemos a reaccionar de una manera apresurada o impulsiva.

Esto ocurre debido a que, entre la percepción, la emoción y la conducta, existe la inteligencia emocional, este término se refiere a la conexión de la conducta y la emoción desde la percepción, en la que más allá de lo que haya ocurrido, consideramos las consecuencias de nuestras reacciones sin dejar de lado nuestros sentimientos.

Significa comprender nuestras emociones tanto como la de los demás, ayudando al proceso de regulación que finaliza en una reacción apropiada y más controlada, esto ayuda a expresar nuestro sentir ya sea positivo o negativo forjando relaciones más sólidas y honestas.

Para entenderlo mejor, un poco de teoría

Goleman (1995) sostiene que las competencias emocionales se dividen en dos categorías: intrapersonales e interpersonales. Las primeras se refieren a la relación que establecemos con nosotros mismos y la segunda a las relaciones que tenemos con los demás, teniendo en cuenta que la primera significa conocer nuestras propias emociones, límites y percepciones y la segunda la dinámica que tenemos con cada persona.

Además, se refiere a este tipo de inteligencia como una herramienta para la adaptabilidad de cada uno de nosotros ante los cambios, ya que las emociones influyen en cada reacción.

Atribuyó 5 puntos fundamentales dentro de la Inteligencia emocional:

Autoconocimiento: Es el saber que una persona adquiere de sí mismo, relacionado con la introspección, un término que nos guía hacia una mirada profunda a nuestro interior no solamente relacionado a nuestras emociones sino también a nuestros actos y sus causas.

Autorregulación: Este punto se relaciona con la capacidad de desarrollar una evaluación de nosotros mismos, entendiendo nuestras maneras y aprendiendo a responder a las situaciones que se nos presentan, pasando por diferentes fases planificación, ejecución y autorreflexión.

Motivación: El conjunto de factores externos o internos que nos llevan a hacer lo que hacemos y tomar las decisiones que nos llevarán a una meta.

Empatía: También relacionada con la afinidad, simpatía y comprensión, se refiere a comprender lo que los demás sienten y sus razones de actuar.

Habilidad social: Este punto es un tanto amplio de comentar debido a que engloba muchos elementos que la componen, el desarrollo de la comunicación asertiva, la escucha activa y los puntos anteriormente mencionados compondrán nuestra capacidad para crear y mantener relaciones con otras personas.

Todas estas cualidades conforman la inteligencia emocional, en algunas personas está más desarrollada por lo que son capaces de mantener posturas reguladas y lograr calmar las emociones más feroces; sin embargo, llegar a ello no es tarea fácil, ya que hay que trabajar cada uno de estos aspectos y ello conlleva energía y tiempo.

Según Mayer y Salovey (1997) debemos ser “pensadores con un corazón” que logramos percibir, comprender y manejar relaciones sociales.

Al mismo tiempo estructuraron un modelo de 4 ramas interrelacionadas, en primer lugar la percepción emocional que se aboca a identificar las emociones tanto ajenas como propias; segundo, la facilitación emocional del pensamiento referido a poder aprovechar las emociones para apoyar la solución de problemas o la toma de decisiones; tercero,  la comprensión emocional relacionado al entendimiento de como las emociones se relacionan e impactan en las acciones de otras personas; y por último la regulación emocional capacidad de ajustar las emociones para poder moderar o distanciarse de la emoción para tomar acciones más controladas.

FINALMENTE, NO HAY QUE OLVIDAR QUE …

La inteligencia emocional no se trata de poner de lado las emociones que se consideran negativas, sino saber sobrellevarlas y canalizarlas de una forma positiva ya que todas las emociones cumplen una función adaptativa en nuestras vidas.

Desarrollando nuestra inteligencia emocional no solamente estaremos mejorando nuestra reacción a diversas situaciones sino, nuestra percepción de estas, abrazando cada emoción que se presente, entendiendo mejor a los demás y a nosotros mismos para así potenciar nuestras relaciones y “pensar antes de hablar”.

Referencias:

Goleman, D. (1995). Inteligencia emocional. Barcelona, España: Kairós.

Martins, J (2024). La importancia de la inteligencia emocional. recuperado de: https://asana.com/es/resources/emotional-intelligence-skills

Ruiz, A (2023). Emociones negativas. Recuperado de: https://www.iepp.es/emociones-negativas/

El instinto en el ser humano

¿Tiene instintos el ser humano? De buenas a primeras podríamos decir que sí, por lo menos, si echamos un vistazo rápido a muchas de nuestras acciones y al habla popular. Encontraremos muchas conductas y pensamientos que se presentan casi de manera automática, sin pensar, asimismo, no es inusual que escuchemos frases o expresiones que usen la palabra “instinto”, tales como: “tiene instinto para x, y, o z cosa”, “es nuestro instinto de supervivencia”, “lo hizo instintivamente”, “nos guiamos por nuestros instintos”, etc.

Pues bien, podemos apreciar que la palabra no es ajena al habla popular, y está muy presente en el inconsciente colectivo de nuestra sociedad. Y precisamente, esta es una razón muy importante para despejar presupuestos e iluminar las ideas que giran en torno al “instinto”.

Entre las acepciones que nos brinda la Real Academia Española (2022) para dicha palabra, tomaremos especial atención en la primera y la cuarta acepción, así como una ligera mención a la segunda (es oportuno mencionar que la tercera acepción de instinto obedece al habla popular o coloquial antes aludido, y la quinta, ya ha caído en desuso, por ello no hace falta ocuparnos de ellas).

La primera acepción: “Conjunto de pautas de reacción que, en los animales, contribuyen a la conservación de la vida del individuo y de la especie”.

Aquí entraría en debate afirmar si somos animales o no, pero ya que ese no es el propósito de estas líneas, solo me remitiré a que Aristóteles decía que el hombre es un animal social y político (1988, p. 50, 168). No obstante el estagirita también tiene una idea que sí compete a nuestro tema; él afirmó que “los demás animales [aparte del ser humano] no se dan cuenta de la razón, sino que obedecen a sus instintos” (p. 58). 

curled up husky in snow - dog sleeping in snow fotografías e imágenes de stock
Es el instinto de los perros de trineo lo que les permite sobrevivir en la nieve.

Esto se puede complementar con lo afirmado por Marco Aurelio Denegri (2012, p. 41, 42), donde hay instinto, no puede haber inteligencia superior. En cuanto surge la segunda, la primera desaparece. Y ya que el ser humano tiene inteligencia superior, se debe concluir su carencia instintiva. Además el instinto es seguro, infalible, pero también es rígido y autómata, el animal no se equivoca cuando actúa por instinto, en cambio, si bien la inteligencia del hombre, le permite desplegar sus facultades con libertad, también abre la puerta al error y al desacierto, sí nos moviésemos bajo el instinto, estaríamos imposibilitados de cometer errores.

Wolf - Wikipedia
El instinto del lobo hará que no mate a otros lobos fuera de su manada, a menos que invadan su territorio, en especial cuando la comida escasea.

La segunda acepción es: “Móvil atribuido a un acto, sentimiento, etc., que obedece a una razón profunda, sin que se percate de ello quien lo realiza o siente”. Esta acepción podría encajar mejor con el fenómeno del insight, del cual ya hice un estudio que puedes consultar si haces clic aquí.

Luego, tenemos la cuarta acepción, de naturaleza religiosa y poco usada, pero aún vigente: “Impulso o movimiento divino, referido a inspiraciones sobrenaturales”. ¿Qué significa esto? De qué se tratan esas inspiraciones sobrenaturales y movimientos divinos. 

Instinto de Beklan Kızılçay

Pues bien, nuestro insigne psicólogo nacional, Leopoldo Chiappo (1999, p. 55, 56), tiene una explicación muy buena que edificó a partir del concepto instinctus divinus, dado por Santo Tomás de Aquino. Menciona que el animal humano y profundo que es el hombre, despertó un nuevo tipo de instinto, en efecto, el instinctus divinus, el estímulo y “aguijón” de lo divino, que hace que el ser humano se eleve espiritualmente y supere el psiquismo animal. El aguijón, en cuestión, atraviesa la naturaleza humano hasta lo más profundo de su ser, e incluso puede llegar a hacer que el deseo de satisfacer el instinto divino sea más urgente que calmar el hambre, la sed, y los deseos físicos, y que nos demos cuenta que lo más importante es aspirar a lo infinito y eterno, satisfacer la necesidad de la belleza, ahondar en la verdad, luchar por lo que es justo, y darnos cuenta que, en palabras de San Francisco de Sales (citadas por Chiappo), “los hombres hacen más [cosas] por amor que por severidad y rigor”. Sin duda este concepto tomasiano merece mayor profundización en un próximo artículo.

En conclusión, podríamos decir que, en el sentido coloquial, sí tenemos “instintos”, pero propiamente hablando, no los tenemos, no de la manera en que los demás animales lo tienen; más bien, tenemos pulsiones, impulsos, tendencias, inclinaciones, etc., y, finalmente, en un plano que va más allá de de los dos anteriores, tenemos un solo instinto, diferente y superior al instinto de los animales, y me atrevería a decir que incluso es superior a la inteligencia humana, que nos lleva a la virtud y a todo lo bueno que el ser humano pueda buscar, incluida la eternidad, la trascendencia definitiva, y a Dios mismo.

Referencias

Aristóteles (1988). Política. Madrid: Editorial Gredos S. A.

Chiappo, L. (1999). El animal profundo: perfil psicológico del hombre. Persona, 2(002), 33-78. https://doi.org/10.26439/persona1999.n002.699

Denegri, M. A. (2012). Normalidad y anormalidad y El asesino desorganizado. Lima: Fondo editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega.

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. (2022). Instinto. https://dle.rae.es/instinto

Hoy les quiero contar una historia

Cuando era niño, solía jugar en algún parque cercano a casa durante las tardes, después de hacer mis deberes iba con mis hermanos con algunos juguetes pequeños.

En una ocasión, me puse a jugar con un niño que jamás había visto, pero entendíamos el juego, nos comprendimos casi sin hablar.

Después de media hora de jugar, nos habíamos hecho grandes amigos, como si nos conociéramos de toda la vida, cuando de pronto tuvimos un desencuentro.

Peleamos sin tregua, no solo con palabras o gritos, sino con golpes, y cuando ya no teníamos nada más que decirnos, cada uno tomó sus fichas ganadas, dejó las perdidas, y con la ira más intensa, nos fuimos.

Al día siguiente nos volvimos a encontrar y nos pusimos a jugar.

Honestamente, no estoy seguro donde oí esta historia, pero me dejó más enseñanzas de las que las que puedo recordar sobre el rencor y el odio. Este relato me atrapó, me emocionó y me enseñó, hoy la puedo recordar como si yo mismo la hubiera vivido.

Ese es el efecto que tiene contar historias, cuando una empieza nuestro cerebro automáticamente presta atención.

¿Por qué?

Cuando nuestro cerebro sabe que viene una historia, empieza a segregar neurotransmisores entre ellos la dopamina, si quieres despertar la atención de tus oyentes en una reunión o auditorio, puedes empezar con «Les voy a contar una historia», automáticamente, nuestro cerebro segregará dopamina, la cuál hará que el cerebro quiera más de ella. Nosotros buscamos el efecto de este neurotransmisor, constantemente, es por ello que invertiremos nuestra atención en la historia, pues esto nos asegura más dopamina.

Les contaré otra historia:

Un explorador se encuentra en su tercer día en la sabana africana, no ha encontrado nada interesante que documentar, está agotado y prepara su vuelta, con la enorme derrota a sus espaldas, mientras está caminando se encuentra frente a una fiera.

La fiera lleva días sin encontrar comida, está hambrienta.

El explorador, consciente de su posición, comienza una carrera de escape. La bestia empieza su feroz caza.

Luego de unos minutos de huida, el explorador se encuentra frente a una caída de varios metros por delante, se acerca a la orilla del cañón, ve un arbusto a mitad de la caída y decide lanzarse e intentar tomar las ramas de aquel arbusto.

La fiera llega a la orilla del cañón, pero le es imposible frenar a tiempo y cae.

El explorador está entre las ramas del arbusto y la fiera, malherida y hambrienta, al final del cañón, esperando a que el cazador baje.

Pasan la noche en esas posiciones, al día siguiente, el explorador abre los ojos, el arbusto ha florecido, una pequeña flor se prende de una de sus ramas.

Probablemente estés esperando el final de la historia, ¿qué pasa con el explorador?, ¿qué pasa con la fiera?

Acabas de experimentar como tu cerebro te pide más dopamina después de haber invertido tu atención en la historia.

Probablemente, la mejor forma de contar historias sea transmitiendo un matiz personal, con una carga emotiva. La felicidad, el miedo, la tristeza, etc., permiten que los oyentes se pongan en el lugar del personaje principal, sientan como él, vivan lo que él vive, y por eso, las historias bien contadas no solo nos aseguran la atención, también llegan a ser inolvidables.

Las historias sirven para crear un escenario o explicar el contexto, y se puede usar en correos electrónicos, en presentaciones de gerencia, en entrevistas de personal, o en reuniones con clientes o potenciales clientes.

Cuando intentamos ir de lo general a lo particular, perderemos la atención de nuestros oyentes rápidamente, es mejor ir de lo particular a lo general, pues esto asegura que nuestra alocución sea más humana, empezar a hablar de las personas y terminar por los procesos, y no al revés

Cuando estaba en la universidad, nos juntábamos en grupos para hacer investigaciones formativas; al final del curso cada grupo exponía su trabajo de investigación ante el docente y los estudiantes, todas las exposiciones tenían la siguiente estructura:

·        Iniciaban contando la historia de la empresa donde habían realizado su investigación, la situación, número de trabajadores, remuneración, jornadas de trabajo, desempeño promedio, todos los datos numéricos de la empresa.

·        Continuaban por describir una situación problemática, como por ejemplo, la falta de motivación, remuneraciones bajas, cómo el personal pierde el tiempo en procesos innecesarios, etc.

·        Finalmente, daban las conclusiones de su estudio, y las sugerencias para mejorar la situación problemática.

Esta estructura es la que tenía el documento de investigación y los grupos expositores la usaron para intentar explicar la investigación que habían hecho, y aunque es un método correcto, también resulta bastante aburrido, la información realmente interesante está en el final de la presentación, con lo que en los primeros minutos de la exposición se ha perdido toda la atención del auditorio.

Cuando nos dimos cuenta de esto, reordenamos nuestra investigación, pusimos un pequeño contexto al inicio de la exposición, e hicimos una serie de preguntas, toda pregunta merece respuesta, es por ello que pudimos generar la dopamina necesaria para que el auditorio invirtiera su atención en nosotros.

La estructura fue la siguiente:

·        Situación: La empresa tiene que entregar X cantidad de paquetes al mes.

·        Problema: La mala noticia es que no se está llegando a la meta, y eso cuesta X dinero al mes/puede costar dinero al mes.

·        ¿Porque?: El personal realiza algunos procedimientos innecesarios que les hace perder el tiempo, falta de personal.

·        Solución: Modificar los procesos en cuestión para hacerlos más ágiles.

·        Beneficio: ¿Cuánto tiempo se ahorra modificando estos procedimientos?, ¿cuánto dinero se ahorra o se gana en el primer mes/ año?

La mayoría de los presentes en aquel auditorio prestó atención de principio a fin, además que había generado cierta frescura a la tarde.

Nuestro cerebro siempre ordena las cosas de lo general a lo particular, como si de un libro o documento se tratase, eso nos da la sensación de control, pero, al explicar con esta estructura, nuestra presentación pierde impacto.

Si quieres mantener la atención de tus oyentes en una reunión, un auditorio o una entrevista de trabajo, intenta contar historias, o presentar los datos de forma más humana, notarás la diferencia en la atención que te prestan.

¿Quieres aprender más?

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¿Qué hay en la mente del dictador/a?

Primero debemos definir que es una dictadura, según la Real Academia Española es: «Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales”. (2023)

Entonces, nos damos cuenta que este tipo de régimen tiene demasiado poder en el gobernante, generalmente, único, así como el caudillismo.

Pero ¿qué hace que “personas comunes y corrientes” se conviertan en tiranos o dictadores? En general, no se puede catalogar bajo un mismo concepto a todos, no todos manifiestan las mismas características ni tuvieron los mismos tropiezos.

Tal como lo menciona José Luís Álvarez, docente de Esade y sociólogo por la Universidad de Harvard, “no puede haber una psicología común para los dictadores, porque no hay ni siquiera una para los demócratas. Algunos no tienen nada especial, simplemente son jefes de su tribu. Explicar las dictaduras en términos de personalidad no tiene amparo científico”, señala. (Sandri, 2011)

Si tratamos de unificar las características en común, pues hablamos de personas que rebosan de confianza e independencia en sí mismos, algunos desprenden mucha energía sexual. Pero también suelen estar muy absortos, poseen la mitomanía como una habilidad despiadada, suelen ser sádicos y poseen un apetito insaciable de poder. Según Norrholm (Mayor Perez, 2017) podríamos agregar a la lista, frialdad, poco o nada de remordimiento, carentes de emociones, no tienen sentido del humor ni capacidad de reírse de sí mismos. No entienden que la democracia, en el fondo, es un juego de roles”, explica Álvarez. (Sandri, 2011)

El Gran Dictador (1940), Charles Chaplin Film Corporation

Psicopatología del poder


Segun Russel, el poder es lo más importante, lo que anhela una persona junto a la gloria, siendo esos los deseos mas intensos del hombre (Rusell, 1938), y hasta nos atreveríamos a decir que el poder es algo que ansiamos consciente o inconscientemente.

Se ha escrito mucho sobre los cambios (psicológicos y bioquímicos) que el poder produce en las personas que lo ostentan; por ejemplo, se ha sugerido compromiso del lóbulo temporal y del sistema límbico (Mejia, y otros, 2004).

En el transcurso de nuestra historia nos damos cuenta del ostentoso orgullo desmedido de los poderosos, y que debía ser contrastado. Por ejemplo, los generales romanos victoriosos recibían a su entrada en Roma, el regalo de una corona de laurel y un esclavo que, ante los vítores del pueblo, les susurraba unos pasos más atrás: ‘memento mori’ (‘recuerda que eres mortal’). En la coronación de los papas la alocución ‘sic transit gloria mundi’ les recordaba lo efímero de su reinado en la tierra (González-García, 2019).

En el 2008, el neurólogo, David Owen, publicó un libro en el que, atraído por el comportamiento y el perfil psicológico de ciertos políticos (parlamentarios, dictadores…), acuña el término ‘síndrome de hubris’ (SH) para describir a los mandatarios que creen estar llamados a realizar grandes obras; muestran tendencia a la grandiosidad y la omnipotencia y son incapaces de escuchar, al mostrarse impermeables a las críticas. Owen analiza el comportamiento de políticos como Roosevelt, Ariel Sharon, el sha de Irán, Bush, Blair, etc., y dedica un capítulo a las medidas de protección democrática contra los gobernantes con SH. Para Owen, el SH está indisolublemente unido al poder y alimentado por el éxito; lo describe como un trastorno adquirido y reversible (puede remitir al desaparecer el poder) (González-García, 2019).

El término ‘hubris’ o ‘hybris’ (ὕβρις, hýbris) es un concepto griego que significa ‘desmesura’.

Según Carvajal (2014), la persona afectada presenta: 

  • Evalúa una situación con ideas fijas preconcebidas. Rechaza todo signo contrario a sus ideas.
  • Es incapaz de cambiar de conducta. No saca provecho de la experiencia.
  • Trata a los demás con prepotencia.
  • Tiene una conducta marcadamente narcisista.

A continuación y para cerrar, les comparto unos ejemplos palmarios de la cuestión: Némesis en la mitología griega era la diosa de la justicia, del equilibrio y de la mesura. Castigaba los actos de soberbia y devolvía al enfermo de ‘hubris’ a los límites que había cruzado, restaurando el equilibrio de la naturaleza. El sol derritió la cera de las alas de Ícaro que, por querer volar demasiado alto (‘hubris’), cayó al mar y desapareció para siempre. El Se­ñor que confunde los idiomas de la tierra es la Némesis del pueblo orgulloso que pretende construir una torre que llegue hasta el cielo (Génesis 11: 1-9).

Referencias

Carvajal, C. (2014). Síndrome de Hibris: descripción y tratamiento. Rev Med Chile.
González-García, J. (2019). Síndrome de «hubris» en neurocirugía. Síndrome de «hubris» en neurocirugía.
Mayor Perez, A. (05 de Setiembre de 2017). Los rasgos que te hacen un dictador. LA VANGUARDIA.
Mejia, C., Garcia, J., Palacio, C., Correa, O., Gil, C., & Arango, J. (2004). Aspectos neurobiológicos de la psicopatía. Iatreia.
Real Academia Española. (17 de agosto de 2023). RAE. https://dle.rae.es/dictadura
Rusell, B. (1938). Power: a new social analysis. Londres: Allen G. & Unwin.
Sandri, P. (16 de noviembreee de 2011). En la mente del dictador. LA VANGUARDIA.

Entre los sentidos y la mente: Percepción

La percepción ha tenido múltiples miradas a través de los años, se ha visto desde muchas corrientes como el estructuralismo, gestalt, constructivismo, etc. Pero en este apartado revisaremos a la percepción como concepto cognitivo/perceptivo que nos lleva a dar diferentes significados a lo vivido.

Todos vemos el mundo de una forma diferente, la percepción no solo se refiere a cómo recibimos los estímulos mediante los sentidos, sino también a cómo la mente procesa lo que estamos presenciando. 

La percepción, usualmente, es definida como la capacidad de los organismos para obtener información sobre su ambiente, a partir de los efectos que los estímulos producen sobre los sistemas sensoriales, lo cual les permite interaccionar adecuadamente con su alrededor. 

Claramente, la percepción se da —a primeras instancias— mediante los sentidos; sin embargo, se trata de información que es captada por el cuerpo, a la que se le dará un significado luego de todo un proceso cognitivo. 

Justo en este punto es que se da la diferencia entre sensación y percepción, que a veces son confundidas; la segunda se refiere a la interpretación de los estímulos que recibimos, en base a la cultura, costumbres, experiencias y necesidades propias de cada persona.

Green, Fairchild, Knudsen & Lease-Gubrud (2022) comentan que el proceso de la percepción tiene tres etapas:

  1. Estimulación sensorial y selección

En  la primera etapa recibimos una abrumadora cantidad de estímulos, sonidos, olores, sabores, temperatura, colores, movimientos, etc, y pese a su recepción, no podemos atenderlos a todos; es entonces cuando iniciamos la selección sensorial, este es el proceso por el cual elegimos a qué estímulo le prestaremos atención, todo ello, casi siempre de manera inconsciente y, normalmente, guiado por nuestras vivencias, necesidades, limitaciones, expectativas, preferencias e intereses. 

  1. Organización

Lógicamente, es necesario que nuestro cerebro ordene lo que recibimos, por ello, utilizamos las plantillas que nos han sido enseñadas para poder procesar la información. Por ejemplo, diferenciar entre lo bueno y lo malo, o reconocer el prefijo de un número telefónico de otro país, etc. Asimismo, ocurre la proximidad que trata la manera en la que vemos las cosas dependiendo de lo que está a su alrededor; también se produce la agrupación dentro de este último aspecto, en el que asignamos características o rasgos similares a los items o cosas que lo rodean.

Las percepciones simples suelen ser de agrado para nuestro cerebro, debido a ello, las primeras impresiones son importantes y nos dejamos llevar por lo que inicialmente creemos de alguna situación o persona, por ejemplo, los estereotipos.

  1. Interpretación

Este último paso representa la manera en la que damos sentido a nuestras vidas, y determinamos lo que significa para nosotros. Aquí es cuando se presentan las vivencias, necesidades, limitaciones, expectativas, preferencias e intereses que nos llevan a dar una opinión o reacción ante un estímulo.

Todo el proceso de la percepción es complejo, y es impresionante como nuestro cerebro es capaz de traducir, organizar y reaccionar a estímulos durante toda nuestra vida, de manera automática, casi el 100 % de las veces. 

Es importante recordar que lo que hemos vivido, el lugar del que venimos, las personas con las que nos hemos relacionado, la religión que seguimos, etc., nos llevará a tener una mirada diferente de lo que nos ocurre, por ello intentemos ser empáticos y entender lo que hay entre los sentidos y la mente.

Referencias

Equipo editorial etecé (202). Percepción. Blog: Concepto. https://concepto.de/percepcion

Green, K., Fairchild, R., Knudsen, B. & Lease-Gubrud, D. (2022). Comunicación no verbal. Ridgewater College LibreTexts.

Pérez Porto, J., Gardey, A. (25 de noviembre de 2008). Percepción – Qué es, teoría, definición y concepto. https://definicion.de/percepcion/

Papalia, D. E. (1994). Psicología. Editorial McGraw-Hill.

Myers, D. G. (2007). Psicología. Editorial Médica Panamericana.

Introducción a los videojuegos

En la actualidad los videojuegos representan la puerta de entrada a las TIC, los niños adquieren la capacidad de desarrollar habilidades sociales, el interés por la tecnología y el dominio de entornos virtuales (Belli et al., 2013). 

            “Jugar con videojuegos implica poner en marcha muchas de nuestras capacidades y habilidades, necesitamos concentración, atención, control y mucha, pero mucha emoción” (González, 2006).

Antecedentes históricos

Uno de los primeros juegos desarrollados fue el hecho por Alexander S. Douglas en 1952, el cual era una versión computarizada del tradicional tres en raya. Este ejemplo emplea un sistema de coordenadas computarizadas, que se emulaba sobre un ordenador primitivo. En 1958, William Higginbotham creó un programa que podría calcular la trayectoria de un vector, y junto a un osciloscopio fue empleado para realizar un simulador de tenis de mesa. Años después, un estudiante de ITM creó un juego que empleaba los mismos fundamentos teóricos sobre los vectores para realizar un juego gráfico, “SpaceWar”; este juego permitía la interacción de dos jugadores que controlaban la dirección y velocidad de dos naves espaciales que luchaban entre sí.

En ambos ejemplos se demuestra que la invención de los videojuegos está relacionada con los fundamentos matemáticos, puesto que se requieren conocimientos teóricos para lograr finalizar su desarrollo. Así mismo, algunos títulos contribuyen en el enriquecimiento de los conocimientos y agilidad mental de los usuarios sin perder el enfoque lúdico (Serna-Rodrigo & Cardell, 2017).

LAS MATEMÁTICAS DE LOS VIDEOJUEGOS. ECUACIONES LINEALES | El Pixel  Amplificado

Los videojuegos y la educación

Tradicionalmente se considera que los videojuegos pueden ser perjudiciales, en especial para la población más joven. Esta perspectiva es constantemente defendida por la población menos relacionada a las TICS. Sin embargo, se aprecia que la inmersión, y la solución pasiva y activa de problemas facilita adquisición de habilidades como la resolución de problemas y superación de retos, que de otra manera, podrían tomar más tiempo (Núñez-Barriopedro et al., 2020).

 El uso de estrategias como la realidad virtual, enseñanza en espacios 3D, o mediante entornos dinámicos pueden cautivar y facilitar la comprensión de temas complejos como la visualización de modelos 3D del cuerpo humano o el estudio de monumentos que por la distancia sea inviable visitarlos. Así mismo, la elaboración de los planes de estudio con herramientas de Big Data garantiza una enseñanza personalizada (Barriopedro & Vílchez, 2017).

La enseñanza de historia es una tarea compleja, puesto que los estudiantes pocas veces se ven motivados a conocer hechos que sucedieron muchos años atrás. Por lo que se ha normalizado el aprendizaje por repetición basado en la memorización, dejando de lado el pensamiento crítico y la utilización de medios digitales. Estudios recientes afirman que la utilización de videojuegos en un contexto educativo es especialmente útiles para acompañar las clases, no solo motivan, sino también apoyan al fortalecimiento de procesos cognitivos (Evaristo Chiyong et al., 2016).

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Videojuegos y narración

Durante el desarrollo cognitivo de los niños se aprende que los juegos y las narraciones forman parte del proceso cognitivo y afectivo. Por lo tanto, la propuesta lúdico-narrativa constituye un factor privilegiado para la comprensión e intervención pedagógica (Horacek & Czernik, 2008).

            El paso de juegos tradicionales a los virtuales, suelen verse por necesidad de vivir experiencias más complejas. Algunos juegos presentan realidades completamente distintas a las que se viven normalmente.  La narración del videojuego parte de la utilización del lenguaje verbal y simbólico para representar historias, ejercicios e ideales. La posibilidad de representar un mundo interno, nutrido de la multiculturalidad de los desarrolladores brinda una inmersión narrativa, en la que las emociones y fantasías pueden ser llevadas a cabo  en un mundo de ficción (Horacek & Czernik, 2008).

Se puede evidenciar dicho desarrollo en títulos como “The Last of Us”, que emplean numerosos recursos narrativos para presentar una historia creíble, en la que se muestra lo frágil que puede ser la moralidad en situaciones precarias y la importancia que tiene la resiliencia para afrontar la adversidad. Para generar un compromiso con el jugador, recursos como la banda sonora, la ambientación y las mecánicas de juego brindan una atmósfera enternecedora en la que se puede empatizar con los protagonistas, por tanto, reconocer los ideales que motivan sus acciones en el juego (Anyó, 2021). En numerosas ocasiones veremos como situaciones contradictorias y ambivalentes nos presentan eventos en los que debemos elegir un camino, y cómo este cambia la perspectiva que se tiene del entorno.

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Referencias

Anyó, L. (2021). Ambivalencia emocional en The Last of Us. Las emociones en los videojuegos, entre la complejidad narrativa y la lealtad del jugador. RECERCAT (Dipòsit de la Recerca de Catalunya). https://recercat.cat//handle/2072/449941

Barriopedro, E. N., & Vílchez, E. M. (2017). Estrategias de trabajo colaborativo utilizando Twitter y wikispaces: Innovaciones aplicadas.

Belli, S., UAB, D., & López Raventós, C. (2013). A brief history of videogames. Athenea Digital: Revista de Pensamiento e Investigacion Social. https://doi.org/10.5565/rev/athenea.570

Evaristo Chiyong, I., Navarro Fernández, R., Vega Velarde, V., & Nakano Osores, T. (2016). Uso de un videojuego educativo como herramienta para aprender historia del Perú. RIED: Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 19(2), 35-52. https://doi.org/10.5944/ried.19.2.15569

González, A. V. (2006). Gil,A. y Vall-llovera,M. «Jóvenes en cibercafés». Universitat Autònoma de Barcelona.

Horacek, G. A. E., & Czernik, D. S. L. (2008). La narrativa en los videojuegos: Un espacio cultural de aprendizaje socioemocional. Education in the knowledge society (EKS), 9(3), 46-68.

Núñez-Barriopedro, E., Sanz-Gómez, Y., Ravina-Ripoll, R., Núñez-Barriopedro, E., Sanz-Gómez, Y., & Ravina-Ripoll, R. (2020). Los videojuegos en la educación: Beneficios y perjuicios. Revista Electrónica Educare, 24(2), 240-257. https://doi.org/10.15359/ree.24-2.12

Serna-Rodrigo, R., & Cardell, S. D. (2017). De Tetris a Angry Birds: La matemática inherente a los videojuegos. Universidad de La Laguna. https://riull.ull.es/xmlui/handle/915/6683

Duelo complicado

Palabras clave: Adolescentes, adultos, complejo, complicado, demorado, dolor, duelo, patológico, niñez.

La pérdida de un ser querido impacta en la persona, y la vivencia de esta pérdida se llama duelo. Sin embargo, el duelo es un estado psicológico más no psicopatológico, las reacciones físicas y emocionales deben disminuir luego de seis meses (Echeburúa & Corral, 2001). 

En las clasificaciones psiquiátricas, se habla de un duelo complicado, demorado, complejo o patológico cuando esta aflicción no disminuye en el tiempo, al menos doce meses posterior al suceso (DSM-5, 2014). Se le llama complicado porque se asocia a un desborde emocional, conductas desadaptativas y un estado de aflicción tan intenso como al inicio.  La persona no logra recuperarse ni ajustarse a su vida. 

Existen cuatro subtipos (Horowitz, 1980, en Domingo, 2016):

  • Duelo Crónico: cuando el sobreviviente no consigue concluir satisfactoriamente su duelo y es consciente de esto, su duración es demasiado larga, es extrema.
  • Duelo Retrasado: es un duelo inhibido, pospuesto. La respuesta de la persona frente a la pérdida es suprimida; es negada para no sentir o sufrir; posteriormente, aflora magnificada, quizá producto de alguna otra pérdida. 
  • Duelo Exagerado: la persona lo vivencia con demasiada intensidad, surgen conductas desadaptativas para calmar su dolor y es consciente de ello. Existe un alto riesgo de desarrollar algún trastorno psiquiátrico como depresión, ansiedad, estrés post traumático, entre otros.
  • Duelo Enmascarado: cuando el que la padece, disfraza encubre su dolor con síntomas físicos (enfermedades psicosomáticas) o conductas que le traen dificultades en su funcionamiento, pero que, a diferencia de los otros duelos, no las reconocen, ni son conscientes que están relacionadas con la pérdida.

Existen factores de riesgo que hacen a su sobreviviente vulnerable a vivir un duelo complicado. Experiencias como la pérdida de un ser querido en condiciones inesperadas y traumáticas; que el fallecido cumpliese un rol proveedor en la familia; que su sobreviviente contase una historia de pérdidas acumuladas; que el deudo poseyera antecedentes clínicos psiquiátricos; que no existiese un apoyo familiar percibido; entre otros (Acinas, 2012).

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En el caso de niños y adolescentes llevan un duelo diferente, el dolor es expresado con su cuerpo y no con palabras, por lo que la ayuda profesional es necesaria. Aquí, se puede dividir el duelo en tres etapas; antes de los seis años, después de los seis años y en la adolescencia.

En el menor de seis años, existe un retroceso en su autonomía, presencia de llanto frecuente y alto en intensidad sin una causa aparente. Aparecen miedos a cosas que antes no las percibía amenazantes, terrores nocturnos, pesadillas, insomnio. Hay pérdida de apetito, baja energía, entre otros. 

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En los niños mayores de seis años, se observa mucho desorden en sus juegos, mucha irritabilidad, expresiones de protesta y comportamientos violentos hacia otros familiares y amigos. Puede que no exprese sentimientos de dolor hacia el ser querido que partió, negándose a pensarlo muerto, o creerlo vivo, guarda sentimientos de culpa.

El aislamiento, sus silencios, no querer juntarse con sus amigos, excesivos actos de colaboración y responsabilidad sobre asuntos de casa, escuela, u otros. Así mismo, estar excesivamente atento al cuidado de un familiar, agredir a sus pares, bajo rendimiento escolar comparado a su desempeño, baja energía y desgano. Presencia de somatizaciones como dolores frecuentes de estómago, cabeza, dolores musculares, etc., son claras señales de su dolor y es una alerta para buscar ayuda profesional.

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En el caso de los adolescentes existe una conceptualización más abstracta sobre el duelo, más cercana a la del adulto, y así también sus formas de manifestar su luto. El adolescente puede exteriorizar su dolor con conductas desadaptativas y de riesgo, así como, mal comportamiento frente a la autoridad. Existe mucha ira interior, irritabilidad, culpa, pensamientos suicidas, entre otros. El adolescente buscará a sus compañeros y personas que estén fuera de su entorno familiar para conversar o refugiarse de su propio dolor. El soporte familiar, la psicoterapia individual y familiar se hacen necesarios.

El duelo es una experiencia particular en cada sobreviviente, sin embargo, existen edades como la niñez y la adolescencia que los hacen más vulnerables a desarrollar otro tipo de trastornos, el trabajo psicoterapéutico es necesario para prevenirlo. En los adultos, a pesar de que tienen mayores herramientas para lidiar con la pérdida, el hecho de no mejorar emocionalmente o adaptarse a la ausencia del ser querido los expone a la posibilidad de experimentar un duelo patológico.

Schupp afirmó que las personas que han pasado por un duelo patológico normalmente pierden la confianza en sí mismos y necesitan que se les enseñe a salir de la situación (citado en Yoffe, 2013). 

Finalmente, sea cual sea el ciclo de vida que el sobreviviente esté atravesando, se espera que en el tiempo la persona pueda reincorporarse a su vida, un dolor que en el tiempo no halle consuelo amerita una intervención profesional adecuada.

Referencias

Acinas, P. (2012). Duelo en situaciones especiales: suicidio, desaparecidos, muerte traumática. Rev Dig Med Psicosomát, 2, 1-17.

Domingo, V. V. (Setiembre de 2016). Duelo patológico, factores de riesgo y protección. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, VI(2), 12-34.

DSM-5. (2014). En APA. Madrid.

Echeburúa, E. y Corral, P. (2001). El duelo normal y patológico. En W. Astudillo, E. Clavé y E. Urdaneta (Eds.). Necesidades psicosociales en la terminalidad. San Sebastián. Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos. 

Redalyc.org. (15 de marzo de 2013). CRECER CON LA PÉRDIDA: EL DUELO EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA. Redalyc.org, 493-498.

Yoffe, Laura. (2013) Nuevas concepciones sobre los duelos por pérdida de seres queridos. Avances en Psicología. 21(2), 129-153.