Descubrir mi fuerza interior

Cómo la práctica espiritual ha ayudado a transformar áreas de mi vida.

En el bullicio de la modernidad, donde prima el estrés, los problemas y las preocupaciones que nos rodean constantemente. Surge algo liberador, algo transformador, una guía desde una postura filosófica, y desde una cosmovisión muy interna que ayuda a cultivar la fortaleza de uno mismo, la paz y la serenidad mental. 

En estos tiempos, algo que me ha permitido mejorar en muchos aspectos de mi vida ha sido encontrarme con este lado espiritual, basado no solamente en la teoría, sino también en la práctica. Varias personas han hablado acerca de ello, desde el punto de vista filosófico, como Séneca, Marco Aurelio y Epicteto, siguiendo sus posturas y corrientes propiamente dichas. Pero más allá de que sean ideas que pueden tener un juicio de valor personal para cada uno de ellos, tiene que ver con principios que generalmente cuentan con una visión de transformar nuestras vidas, tal y como lo ha sido en mi caso. Para ello, las bases que yo he encontrado han sido reponedoras.

Analizando cómo esto se ha aplicado de una forma muy personal en mí mismo, podemos identificar el estoicismo. ¿Qué es el estoicismo? En primera, es más que una postura filosófica, es un estilo de vida para poder navegar a lo largo de las implacables problemáticas que podemos tener, pero con mayor sabiduría, mayor resiliencia, mayor empatía, y mayor despertar. En esencia, se trata de aceptar lo que uno insistentemente siempre pretende cambiar, porque muchas veces creemos que las circunstancias tienen poder sobre nosotros y, en base a ello, pretendemos cambiar cosas que generalmente no dependen de nosotros, lo cual nos trae mucha frustración, mucha tristeza, y demás circunstancias dolorosas. 

Brevemente les voy a explicar ciertas prácticas que han ido ayudándome a tener un mayor raciocinio de cómo llevar esta postura filosófica de vida de una forma más práctica: 

La primera es la meditación: Es importante comenzar nuestro día con una reflexión que nos lleve a un estado de tranquilidad. Dentro de ello hay que considerar que tenemos que manifestar intenciones para abordar situaciones que puedan surgir durante el día con calma y resiliencia. Muchas personas piensan que meditar significa poner nuestra mente en blanco, sin embargo, por contradictorio que aparente ser, en realidad significa estar abierto a que venga cualquier tipo de pensamiento denominado bueno o malo, pero que venga porque nos quiere esclarecer algo, pues nos quiere decir que hay algo que resolver, que trabajar en nosotros mismos y no deberíamos huir de ello. 

La segunda es tener un diario: Un diario donde nosotros podamos anotar cosas por las cuales estamos agradecidos, antes de dormir o al despertarnos —además de leerlo—. ¿En qué aspectos me siento bendecido? Es un ejercicio que puede resultar simple, pero ayuda a tener una postura más realista frente a la vida, donde uno puede analizar realmente qué cosas, qué aspectos hay que agradecer, y, decir también que hay muchas cosas positivas frente a una mirada de repente de devastación, de tristeza, o de que no salen las cosas como queremos. Realmente agradezco este día, agradezco que haya pasado, pues me ha servido verlo desde esta perspectiva, porque muchas veces ante una mirada de sombra, de oscuridad, de una profunda tristeza, uno solo se centra en lo negativo, y esta mirada no es algo realista, porque en realidad, es una actitud que empaña la vista del panorama completo, al no tener una postura clara y pareja, y lo único que hace es que nos hundamos en nuestro propio dolor. Y esa mirada, muchas veces, se hace más y más poderosa cuando en realidad no debería serlo. 

La tercera es contemplar la muerte: Puede que suene un tanto sombrío, pero reflexionar sobre la finalidad de algo que muchas veces tratamos de escapar, es decir, la muerte, en verdad, es parte de la vida en sí. La muerte nos recuerda la importancia de aprovechar el presente, el “ahora”, en cada momento. Contemplar algo que es tan parejo para todos, donde no importa la condición económica ni la postura ideológica. Nos hace notar que, a pesar de todos nuestros intentos de sentirnos seres especiales, únicos y diferentes, en realidad no podemos escapar de algo que es tan universal e inevitable para la existencia de todos, como lo es la muerte. Esto nos ayuda a enfrentarnos a nuestro yo, porque infunde gratitud, claridad y nos ayuda a poder tomar decisiones que son realmente fundamentales en nuestras vidas. Hay que disfrutar y ser feliz con las pequeñas alegrías, con los pequeños logros, y darnos cuenta de que, en una visión de contemplación frente a la muerte, nadie está ajeno.

Cuando vemos al estoicismo como una práctica desde una postura también espiritual, notamos que sus propias enseñanzas pueden tener un gran impacto en nuestra vida. Por ejemplo, a mí me ha ayudado mucho a reducir el estrés. Al centrarme en lo que puedo controlar y aceptar, y darme cuenta de que desistir en lo que no puedo cambiar también es parte de esa aceptación, lo que genuinamente ayuda a contemplar el hecho de que hay situaciones en las cuales ya no hay que luchar, que el rendirse es necesario, pero no de una postura de derrotista. Al rendirse significa desistir, “ya no más”, “hasta aquí doy”, “no he perdido la guerra, he avanzado en otros planos de mi vida y tengo que enfocarme en ellos”. 

Otro aspecto en que el estoicismo es de mucha ayuda es a ser resiliente. Las adversidades se vuelven menos perturbadoras cuando uno se enfrenta con calma y determinación a estas circunstancias y dice, incluso ante lo malo, ante lo negativo: “En la adversidad he aprendido y con gratitud lo acepto, puedo darme cuenta de que en esa sombra u oscuridad que veo a mi alrededor, también puedo sacar aspectos positivos”. 

Esta práctica también ayuda a mejorar las relaciones interpersonales. ¿A qué me refiero? Al comprender que no puedo controlar las acciones de los demás, me ha permitido desarrollar empatía y paciencia. “Yo no tengo poder sobre los demás, nadie tiene poder sobre mí”. Esta frase me permitió comprender que hay circunstancias que, en un acto de crecimiento propio, no tengo que solucionar la vida de nadie. No tengo que poner mis esperanzas, mi felicidad, mis planes, mi determinación en o a través de los demás. 

En conclusión, de esta forma puedo decir, a modo personal, que más que una mera teoría, postura filosófica o forma de llevar la vida, realmente puedo notar que hay cambios positivos desde una mirada más integral. Hay que permitirnos abrazar, comentar y difundir estas enseñanzas que son capaces de transformar una vida, ya que en esta práctica también está el agradecimiento. 

Yo los invito a que puedan aceptar un desafío con gracia y determinación y tengan en consideración estas enseñanzas y que también las pongan en su práctica diaria, en vistas a realizar un cambio. Y si en algún momento necesitan ayuda en su recorrido, pueden acudir a mí o a otros especialistas para poder apoyarlos en el camino tan hermoso que es la psicoterapia, aquella recuperación emocional donde, muchas veces, partimos desde una visión poderosa y transformadora, para mejorar nuestras vidas.

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Las psicólogas también lloran

Gran parte de los pacientes que acuden a pedir ayuda psicológica tienen como expectativa “no estar tristes”, y muchos al verme sentada como toda una profesional tendrán pensamientos reflejados en frases como “seguro su vida es perfecta”, “debe saber manejar sus emociones”, “mi psicóloga nunca está triste”, etc.  Y aquí vengo a responderles desde una línea horizontal que no, yo también lloro, tengo días en que siento que la tristeza me invade y me inhabilita, y que muchas veces me encierro en mi baño, me meto una lloradita intensa y luego veo las cosas con mayor luz.

“Ya no llores”, “no estés triste”, “pero tú eres fuerte”, “hay que salir para que se te pase”. Seguro que, a lo largo de la vida, nos han dicho estas mismas frases montones de veces, y nosotros se las hemos dicho a otros. Vivimos en una cultura de idealizar el bienestar que aborrece todo lo que no sea la felicidad y el placer inmediato, y que, incluso, ha terminado por llamar negativas a todas las emociones donde no se experimente dicho placer. Es más, no solo rechazamos nuestro propio dolor, sino que nos aterra y nos incomoda verlo en los demás, de ahí el recurrir a frases rápidas y aprendidas de memoria como las de arriba. Necesitamos que el otro deje de llorar porque no nos gusta el sufrimiento de ningún tipo, ni siquiera el empático —aunque no sea propio—, y casi sin pensarlo, como un resorte, le decimos que él puede con eso y con más. No podemos juzgar a las personas que nos han visto tristes por no saber lidiar con nuestra tristeza, lo más probable es que tampoco ellos sepan manejar la suya.

Los medios nos bombardean con las sensaciones placenteras, hemos de ser atractivos, exitosos, amados, divertidos, alegres y «siempre felices»; pero ser feliz eternamente es sencillamente imposible para una persona, y tratar de lograrlo constantemente, agotador. No es posible sentir felicidad siempre, de la misma manera en que no es posible sentir permanentemente una misma emoción, por ejemplo, el asco; porque la maravillosa complejidad del ser humano radica en nuestro cambio constante de emociones, no en seleccionar una y experimentarla sin descanso.

Como dato curioso y trágico de la influencia de los medios, hay aldeas en África donde los padres de familia se gastan el poco dinero que tienen en comprar Coca Cola a sus hijos, para que crezcan alegres y vitales como los niños de los anuncios; y aunque esto solo les traiga desnutrición y perder dientes, siguen comprándola para lograr lo prometido. Hay personas que combaten su sufrimiento comprando artículos cuyos anuncios muestran gente feliz, y personas que solo adquieren productos en los que hay escritas frases positivas para no permitirse que decaiga el ánimo.

¿Pero la tristeza tan mala es?

Ciertamente, ni es buena ni es mala; como toda emoción, cumple una función necesaria. La tristeza reduce la actividad, a la vez que disminuye la atención en el mundo externo para focalizarla en el mundo interno. Esto favorece el auto-diálogo, la reflexión y el análisis, necesarios tras una pérdida o fracaso. Además, esta paralización facilita la restauración de energía después de épocas de mucho desgaste. Otra de sus funciones es procurarnos la ayuda de los demás, ya que despierta la cercanía y la atención de los otros, o el apaciguamiento de las reacciones de agresión, que se reducen al ver a la persona triste.

¿Y por qué es tan importante conocerla? Porque, así como cuando otras personas no saben lidiar con su tristeza (o con cualquier emoción desagradable) y terminan por decirnos cosas que no nos gustan o no nos funcionan, pues, si tu no la sabes manejar, evidentemente, tampoco vas a poder acompañar a otros de una forma adecuada.

Hemos pasado, de generación en generación, formas de llevarla que no nos fueron funcionales; todo lo que sabíamos antes está resultando obsoleto para la forma en que vivimos la tristeza hoy en día. No solo tenemos la responsabilidad de crear nuevos recursos emocionales para las nuevas generaciones, para llevarla mejor, sino que nosotros mismos también los necesitamos. Desde que somos pequeños nos invalidan esa emoción, cada vez que nos pasa algo se nos dice “no pasa nada”, o el clásico “los niños buenos no lloran”. Igualmente, ocurre cuando vamos creciendo y enfrentándonos a distintos grados de tristeza, como un suspenso, el primer corazón roto en la adolescencia, perder al abuelo… A menudo tratamos de demostrarles que la vida sigue igual, que el dolor no nos va a parar, y es también con nuestro propio ejemplo, como de nuevo aprenden a invalidar esta emoción. Cuando sean mayores, muchos se unirán al club de los adultos con problemas depresivos que no se explican cómo pueden ser tan débiles, si lo tienen «todo».

¿Qué debo hacer entonces?

Lo primero que tenemos que hacer es dejar de ver a la tristeza como algo malo, si la pasas mal cuando te sientes triste, es porque no sabes atravesar esa emoción de la forma adecuada;  no quiero que se malinterprete y que, cuando tenga algún bajón emocional diga: “ay que lindo la paso cuando me pongo triste”, sino que no sea muy incómodo, porque no está bien estar peleados con ninguna emoción, todo eso puede solucionarse cuando aprendemos a conocernos en ese estado; como cuando tienes que hacer cola en el banco y sabes que va ser aburrido, entonces llevas tus audífonos con tu playlist favorita para que se haga mas llevadero. De igual forma, tenemos que hacerle frente a la tristeza, y si no te gusta sentirla, pues te tengo una mala noticia: la vas a sentir toda la vida en distintos momentos, no para siempre ni para toda la vida, pero la tristeza es nuestra fiel amiga. Entonces evadirla o ponerle un curita a la herida no va a evitar que te desangres, y llevarte mal con ella es una crónica de muerte anunciada porque significa que cada vez que la sientas va a ser una pesadilla.

En segundo lugar, debemos empezar a crear recursos emocionales, ¿y qué son? Los recursos emocionales son las habilidades que tenemos para poder enfrentar y sobrellevar emociones incómodas. Se dice que las grandes obras maestras, como los poemas de Pablo Neruda, las canciones de Romeo, las pintura de Van Gogh, y los grandes eventos de la vida, tienen cómo esencia la tristeza, todas parten de ahí. Escribir, dibujar, y contar lo que se siente pueden ser herramientas para empezar a manejarla. Así como cuando hacemos catarsis con otras personas, encontramos refugio y consuelo en sus palabras; en nosotros mismos, deberíamos encontrar un hogar seguro, como un castillo con todos los lujos para poder atravesar tranquilos esta emoción. Y está bien si cuando estas cruzándote con ella, te quieres quedar metido en tu habitación sin hablar con nadie, si quieres llorar un día entero escuchando esas canciones que traen recuerdos o abren heridas, o si quieres salir de fiesta todos los días, mientras sepas lo que funciona para ti.

Ello debe ser seguido por la búsqueda de referentes. Alguien alguna vez ya se sintió como tú, probablemente ya lo sobrellevaron antes que tú de formas que puedan funcionarte. Por eso, cuando viene a visitarte la tristeza, es bueno que puedas apoyarte en otras personas, en libros, o canciones. Infórmate, busca las cosas que te daban felicidad antes de este encuentro y hagamos el esfuerzo de retomarlas, conócete en la tristeza, puede que sea una herramienta con la cual podamos enseñar a las otras personas a transitar por esta emoción en paz. Para finalizar este artículo, quiero dejarte algunas ideas útiles para acompañar a alguien cuando se siente afligido:

  • Preguntemos, ¿qué puedo hacer por ti? A veces no sabemos cómo ayudar y está bien no saber, es mucho mejor que le demos espacio a esa persona y que nos comunique cómo ser de ayuda.
  • ¿Quieres estar sola o quieres compañía? Si nos responde que quiere estar sola, hay que respetar su decisión, dándole la seguridad de que estaremos ahí ante cualquier mensaje o llamada. Si indica querer compañía, podemos preguntarle si quiere hablar de lo que está pasando o si necesita que le ayudemos a distraerse.

Recuerda no preocuparte tanto por lo que vas a decir o por brindar las soluciones para aliviar el malestar; presta más atención en escuchar; en estar presente; pregunta; ofrece ayuda y compañía; y eso va ser suficiente. Tenemos la inclinación a sentirnos con cierta responsabilidad de arreglar a la otra persona como si el estar triste fuera algo como estar enfermo o descompuesto, y no es así, es mucho más significativo acompañar. Así como hemos aprendido que es importante sentir la tristeza y no evadirla; es de igual importancia para los demás que se permitan experimentarla de forma segura, sin juicios, ni apuro. Si podemos aprender algo de la tristeza, me gustaría decir que es una herramienta; a mí me ha servido muchas veces para crear, replantear mi vida, amarme un poco más. Cuando tocas fondo sé que es doloroso y se siente interminable, pero eres consciente de que no puedes ir mas abajo y que en algún momento vamos a tener que subir; entonces no le tengamos miedo a la tristeza y aprendamos a pedir ayuda cuando sabemos que ya no podemos por nuestra propia cuenta; es más fácil transitarla con una red de apoyo.

Elaborar la propia historia de vida: Un ejercicio que sana

¿Quién no conoce su vida? 

Todos en algún momento hemos narrado y compartido con alguien nuestros orígenes y relatos de experiencias malas o buenas, valorizando cada hecho a partir de una emoción que puede ser gratificante y placentera, o por el contrario, dolorosa y amarga. Nuestras experiencias pueden ser momentos que nos dejen huellas o heridas que nos perturbarán a lo largo de la vida.

Epícteto, filósofo griego, dijo: “Lo que nos perturba no son los hechos, sino lo que pensamos sobre ellos”. Es a través de nuestros propios constructos y registros como vamos elaborando nuestra historia. Establecemos significados diversos para variedad de hechos como: familia, amor, amistad, trabajo, matrimonio, religión, fe, entre muchos otros. 

Empezar a elaborar un relato de la propia vida en función a recuerdos no es algo fácil, hay que trabajar en ello, pues sólo evocarlo puede despertar miedos y angustias que, incluso pudieron haber sido borradas de la memoria justamente por ser muy perturbadoras. De ahí el trauma o herida que interferirá negativamente a lo largo de la propia vida.

Carrera de Psicología | Pregrado UPC

El hacer terapia psicológica, posibilita a la persona a transitar por sus historias acompañada, en un ambiente que brinde respeto, contención y seguridad; revalorizando y reelaborando estos constructos dolorosos de tal forma que le devuelva una visión distinta de ésta. En donde, además, descubra que hubieron ganancias, ganancias que de otra forma no se hubieran logrado. 

Otro beneficio de elaborar nuestra propia historia en terapia, es el descubrir cómo nos construimos en ella. Al escucharnos, evidenciamos relatos donde, por ejemplo, sentimos que somos merecedores de afecto, que nuestros actos y sentimientos pierden valor frente a algún hecho en sí, o de cuánto podemos percibirnos como dueños de lo que hacemos y sentimos, etc. 

Es el psicoterapeuta, preparado para escuchar y acompañar a la persona en su relato, ayudarla a descubrir que existen, por ejemplo, partes del relato sin contenido, partes fragmentadas, partes poco comprensibles, partes olvidadas, partes dolorosas, partes silenciadas que alimentan la culpa, y vacíos difíciles de ser llenados, etc. El lograr reelaborar todo este bagaje de información, permitirá unir a todas estas partes en una continuidad de historia que la integra y sana. 

Elaborar una historia de vida, se entiende como una mirada sobre los hechos, con un enorme potencial para revestirla y con la posibilidad de darle un sentido de identidad propio e integrado. En donde la ganancia está en que la persona surge y sale de ese capullo convertido en mariposa para elevar sus alas y darle color y belleza a su propia existencia y a la vida en sí.

Referencias

  • Albornoz Carrillo, Andrés, & Mardones Ibacache, Rodrigo (2014). UNA REFLEXIÓN SOBRE LA TERAPIA NARRATIVA EN CONTEXTO DE FORMACIÓN Y APLICACIÓN. Ajayu. Órgano de Difusión Científica del Departamento de Psicología de la Universidad Católica Boliviana «San Pablo», 12(1),100-119.[fecha de Consulta 14 de Septiembre de 2022]. ISSN: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=461545457006
  • Jiménez Morago, J.; Martínez Cabeza, R..; Mata Fernández, E. (2010) Guía para trabajar la historia de vida con niños y niñas. Sevilla: Consejería para la Igualdad y Bienestar social. Junta de Andalucía.
  • Raquel, L. R. (29 de junio de 2022). lamenteesmaravillosa.com. https://lamenteesmaravillosa.com/5-frases-de-epicteto-para-dejar-de-sufrir/

Insomnio: 856 ovejas

¿ALGUNA VEZ HAS INTENTADO CONTAR OVEJAS PARA DORMIR?

Es muy probable que tu respuesta haya sido afirmativa, por lo que saber el origen de esta frase puede resultarte interesante.

A inicios del Siglo XII, Pedro Huesca escribió un libro en donde recopilaba fábulas, una de ellas mencionaba a un rey que tenía serias dificultades para poder conciliar el sueño, por lo que, en su desesperación, convocó a un cuenta cuentos para que cada noche le contará una historia diferente.

Una de esas largas noches, el rey ya había escuchado cinco relatos del cuenta cuentos, y aún no podía dormir. El narrador iba quedándose sin historias, y sin ideas, y ya había pasado muchas noches en vela, por lo que inició contándole al rey, la historia de un campesino que había comprado dos mil ovejas, y que para llevarlas a casa, necesitaba hacerlas cruzar por un puente angosto, por lo que las ovejas debían pasar de dos en dos. Es así que, el narrador le encargó al rey que llegará a pasar las dos mil ovejas para poder contarle el final de la historia. Este conteo era prácticamente inacabable, por lo que, el rey llegaba a dormirse a los minutos, y el narrador cumplía su objetivo, lograr que el rey durmiera.

Analizando factores psicológicos, una de las principales razones por las que este consejo: «Cuenta ovejas para dormir», prevalece en el tiempo, es porque incentiva a que nos concentremos en seguir el número, dejando menos espacio mental para otro tipo de pensamientos. Así mismo, si se pierde el hilo de la numeración, se debe empezar de nuevo, y la actividad resultaría cada vez más y más aburrida. Y tiene mucho sentido, porque efectivamente uno puede llegar a dormirse también de aburrimiento.

Este cuento, como muchos otros, deja un sabor de familiaridad a los oyentes, ya que, lo hemos escuchado en repetidas ocasiones. Cuando se escucha un relato conocido, se ingresa a un grado de relajación que estimula el sueño.

El cuento de las ovejas tiene una estructura encadenada, esto quiere decir que, presenta una palabra u oración que se va repitiendo a lo largo de la narración. Este efecto, deja cierta sensación de comodidad y seguridad.

CARACTERÍSTICAS DEL SUEÑO SALUDABLE

La cantidad de sueño que necesitamos depende de varios factores, especialmente del grupo etario al que pertenezcamos:

Por otro lado, se considera como adecuado conciliar el sueño o volver a dormirse, en caso de ser adulto, en un lapso de 30 minutos, y en caso de ser niño o adolescente, en un lapso de 20 minutos. A esto se le conoce como latencia del sueño.

INSOMNIO: ALMOHADA DE PENSAMIENTOS

El insomnio pertenece a la familia de las disomnias o trastornos del sueño en donde está alterada la cantidad y la calidad del sueño.

Se trata de una dificultad persistente en el inicio, duración, consolidación o calidad del sueño, a pesar de que no existan condiciones externas que influyan negativamente.

CONSECUENCIAS DEL INSOMNIO

Las consecuencias emocionales del insomnio se vivencian desde dos líneas de tiempo distintas, una de ellas se da mientras se intenta dormir y no se logra, lo que genera mayor inquietud mental, frustración y desesperación. La segunda, se refiere a la afección emocional que surgirá al despertar y durante el transcurso de la vigilia, en donde la capacidad de gestionar las emociones suele verse afectada, presentando características como la presencia de irritabilidad, baja tolerancia a la frustración.

Una consecuencia emocional extrema al insomnio, es la ansiedad anticipatoria y el miedo intenso a la hora de dormir (somnifobia).

El insomnio tiene como consecuencia cierta ralentización de algunos procesos cognitivos: la concentración, el proceso de consolidación de la memoria durante la noche, así como también somnolencia, disminución de energía física y fatiga.

Suelen aparecer dolores de cabeza o cefaleas, tensión muscular y síntomas gastrointestinales. Del mismo modo, la conducta se ve alterada, con mayores índices de impulsividad, hiperactividad e incluso puede llegar a tener menor control de su agresividad (Morin, Leblanc & Daley, 2006).

Otra de las consecuencias de la insatisfacción del sueño, es que la privación del sueño anterior, al día siguiente, activará una mayor necesidad de cantidad de sueño en la persona, convirtiéndose en un círculo vicioso.

Todo esto afecta la posterior vigilia de la persona, y por ende su funcionamiento diurno en varias esferas de vida. Esta última condición es necesaria para poder establecer el diagnóstico.

Es necesario conocer de forma específica las características del insomnio, ya que servirá como punto clave para el diagnóstico e intervención

INSOMNIO POR EL MOMENTO DE APARICIÓN

-.-.-.-.-.- INSOMNIO DE CONCILIACIÓN -.-.-.-.-.-

La dificultad aparece al inicio del sueño (incrementando la latencia del sueño). Es decir, presentar dificultad mayor a 30 minutos para lograr conciliar el sueño.

-.-.-.-.-.- INSOMNIO POR MANTENIMIENTO -.-.-.-.-.-

A este tipo de insomnio se le conoce como despertares frecuentes.

Se trata de la dificultad para mantener el sueño una vez alcanzado acorde a las horas de sueño adecuadas. Puede tratarse de un insomnio intermitente, en donde hay periodos en los que la persona se despierta, o puede tratarse de la dificultad para lograr conciliar el sueño luego de haber despertado tiempo antes de concluirlo.

-.-.-.-.-.- INSOMNIO DE DESPERTAR PRECOZ -.-.-.-.-.-

También conocido como insomnio terminal o sueño no reparador, consiste en que la persona se despierta antes de cumplir su ciclo de sueño, generando la sensación de no haber descansado lo necesario.

INSOMNIO POR SU DURACIÓN

-.-.-.-.-.- INSOMNIO TRANSITORIO -.-.-.-.-.-

Se caracteriza por una duración menor o igual a siete días, es generado por algún episodio de estrés agudo, o por cambios en el ambiente, como por ejemplo: viajar a un destino con diferente zona horaria, asignación de un nuevo horario de trabajo, etc.

-.-.-.-.-.- INSOMNIO AGUDO -.-.-.-.-.-

También conocido como insomnio de corta duración, ya que se cursa en un lapso de uno a tres meses. El insomnio agudo suele verse originado porque la persona se encuentra atravesando algún proceso de adaptación, como por ejemplo: duelo, divorcio, mudanza, nacimiento de un hijo, etc.

-.-.-.-.-.- INSOMNIO CRÓNICO -.-.-.-.-.-

Se caracteriza por la aparición de problemas tres veces por semana como mínimo, durante el periodo de más de tres meses. Este tipo de insomnio tiene una causa psicológica y/o orgánica. Manifestándose en mayor medida al inicio o mantenimiento del sueño.

INSOMNIO POR SU NATURALEZA

-.-.-.-.-.- INSOMNIO EXTRÍNSECO -.-.-.-.-.-

Este tipo de insomnio es generado por causas ambientales, que pueden incluir: higiene del sueño, uso de sustancias psicoactivas, circunstancias estresantes, etc.

-.-.-.-.-.- INSOMNIO INTRÍNSECO -.-.-.-.-.-

En cambio, el insomnio intrínseco abarca factores personales de causa psicológica y/o orgánica, como el insomnio primario, las apneas obstructivas del sueño, el síndrome de las piernas inquietas, etc.

INSOMNIO POR SU ORIGEN

-.-.-.-.-.- INSOMNIO PRIMARIO -.-.-.-.-.-

Se trata del insomnio no orgánico / idiopático.

-.-.-.-.-.- INSOMNIO SECUNDARIO -.-.-.-.-.-

Se consideran causas orgánicas, tales como:

Asociado a enfermedades neurológicas: Como por ejemplo, la epilepsia, el Parkinson, Alzheimer, demencias.

Asociado a enfermedades psiquiátricas: Problemas o trastornos del estado del ánimo (depresión, ansiedad), trastorno de estrés post-traumático, trastorno obsesivo compulsivo, problemas de abuso de sustancias, esquizofrenia, etc.

Asociado a enfermedades médicas: Problemas cardiovasculares, respiratorios (síndrome de la apnea de sueño), cáncer, problemas de la próstata, etc.

TRATAMIENTO: HACER DORMIR AL INSOMNIO

Se requiere iniciar por completar la historia clínica del paciente, tomando en cuenta antecedentes, tipo de personalidad, comorbilidad con otros problemas psicológicos, hábito de sueño, alimenticio y de ejercicio, ronquidos, bruxismo, repercusiones diurnas, eventos traumáticos que se correlacionen a la aparición del insomnio, etc.

Posterior a ello, se determinarán las técnicas idóneas para brindar tratamiento, como puede ser la higiene del sueño, técnicas de relajación y mindfulness, terapia cognitivo conductual (técnica de preocupación constructiva), técnicas del control de estímulos, técnica de restricción del sueño, entre otras.

BIBLIOGRAFÍA:

Bobes J. No te rindas ante los trastornos del sueño. Ed. Rialp.1992.  

Morin C, Leblanc M, Daley M, et al. Epidemiology of insomnia: prevalence, self-help treatments, consultations, and determinants of help-seeking behaviors. Sleep Med. 2006;7(2):123-30.Citado en PubMed:PMID:16459140

El plus de los videojuegos

Indudablemente los videojuegos han tenido una ardua batalla contra los prejuicios, todavía hoy un gran porcentaje de la población los toma como un camino hacia la ludopatía o la distracción de lo que es “realmente importante”; pero si solo nos enfocamos en lo malo, no podremos ver lo bueno que pueden aportar.

Si bien el uso exagerado y sin control de los juegos de video puede traer cosas malas como adicción, agresividad y falta de control de impulsos; Tejeiro y Pelegrina del Rio (2008) traen a la luz ciertos beneficios de un uso prudente y controlado:

  • Proporcionan y aumentan el aprendizaje, la salud y las habilidades sociales.
  • Fortalecen habilidades cognitivas, como la navegación espacial, el razonamiento, la memoria y la percepción.
  • Desarrolla y aumenta la lectura.
  • Mejora el ánimo de los jugadores y evita la ansiedad.
  • Mejora la capacidad de recuperación frente a los fallos o equivocaciones, tolerancia hacia la frustración.
  • En los niños: Desarrolla habilidades para resolver problemas, aumento de la creatividad, nivel de atención, concentración, destreza y decisión.

Cuando se empezó la elaboración de videojuegos allá por los años cincuenta, la dinámica y razonamiento eran simples en relación al papel de los jugadores, el primer juego de video fue una versión computarizada del tres en raya; con los años la complejidad fue aumentando y creando mundos cada vez más interesantes y complejos.

Con el paso de los años la dinámica de juego, en muchas ocasiones, fue de buscar o lograr obtener recompensas, lo que nos lleva a un estímulo positivo que nos alienta a continuar jugando, según Velazco (2002), esto es debido a que se nos ha educado a buscar el mejor resultado y a ser el número uno, por lo que los videojuegos suelen darnos esa misma modalidad para poder empoderarnos en el mundo que nos están brindando, sin embargo, existen juegos que desafían esa ideología.

Estos juegos son llamados soulslike que, por su complejidad, no son juegos que un amateur elija como primera experiencia, son intrincados y tienen una ambientación lúgubre, oscura y un tanto terrorífica, la música que recibe al jugador suele dar la sensación de que se está sellando algún tipo de trato con una entidad maligna y que nada será lo mismo después de entrar en aquel mundo.

En el 2020, ESPN Digital hizo referencia a posts de Reddit del año 2014 en los que los usuarios cuentan experiencias de superación y capacidad terapéutica que encontraron en el juego Dark Souls.

Por otro lado, el youtuber Charlie Knight, quien habla sobre este juego y su relación con la Psicología, puntualiza que está diseñado para satisfacer tres necesidades psicológicas primarias que conectan con la teoría de la autodeterminación: motivación intrínseca, competencia y autonomía.

Rodríguez (2022) señala que las personas actúan motivadas por la necesidad de adquirir conocimiento o independencia, crecer y obtener satisfacción psicológica. Las personas necesitan sentir tres estados para un crecimiento psicológico: competencia, dominar tareas y aprender habilidades, conexión, experimentar un sentido de pertenencia, autonomía y sentir que se controla el comportamiento propio y los objetivos.

Entonces, Dark Souls es el espejo del estado psicológico, de lo que la persona siente por dentro; la dinámica del juego comienza con un personaje principal desde el inicio perdedor, extraviado y sin guía, la primera caída se da antes de siquiera terminar el tutorial. En el proceso de intentos y fallos, se da la esencia y brillo del juego, en este mundo siniestro, fallar no es algo negativo, solamente es la oportunidad de levantarse y continuar luchando, regresar a recuperar lo que perdimos y crecer aún más.

Es importante recalcar la libertad que nos otorga para tomar decisiones en cuanto a vestimenta, armas, el tipo de persona que queremos ser, los ítems que decidimos usar y los caminos que seguimos.

Siendo un juego desafiante y que potencia lo antes mencionado de una manera constante, se empieza a intuir, esquivar y enfrentar enemigos y situaciones que nos ponen el peligro, incluso hasta nos ayuda a tolerar la propia frustración. Se desafía al status quo y nos demuestra que siempre podremos levantarnos para volver a empezar.

Referencias

ESPN Digital (2020). Dark Souls, el juego que ayuda a superar la depresión en estos días. https://www.espn.com.pe/esports/nota/_/id/7809916/dark-souls-mejor-videojuego-para-deperesion

Rodríguez, E.M. (2022). La teoría de la autodeterminación. La mente es maravillosa. https://lamenteesmaravillosa.com/la-teoria-de-la-autodeterminacion/

Salas, G. (2014). La psicología de los videojuegos. México: psicogamer. https://psicogamer.com/articulos/la-psicologia-de-los-videojuegos/

Tejeiro R., Pelegrina del Rio M. (2008). La Psicología de los videojuegos, Un modelo de Investigación. Ediciones Aljibe. España.

Universidad Politécnica de Catalunya. Historia de los videojuegos. https://www.fib.upc.edu/retro-informatica/historia/videojocs.html

Velazco, D. (2020). Psicología y videojuegos: “Si solo prestamos atención a lo negativo, solo vamos a encontrar eso en los videojuegos”. México: Muy interesante. https://www.muyinteresante.es/muy-gamer/articulo/psicologia-y-videojuegos-es-imposible-concebir-el-videojuego-como-algo-ajeno-a-nuestra-cultura-361579007513

Psicología de las emociones: El miedo

¿QUÉ ES EL MIEDO?

El miedo forma parte de la paleta de emociones primarias o básicas. Actúa regulando nuestra conducta ante la percepción de situaciones de peligro o riesgo.

¿Cómo se procesa esta emoción? Al inicio se percibe un riesgo, peligro o amenaza, al cual se le presta plena atención. Seguido a ello, se produce una sensación desagradable, y con ello, aparece la emoción en cuestión.

TIPOS DE MIEDO

MIEDO FUNCIONAL:

El miedo se activa ante un peligro real, en ese sentido, el miedo seguiría cumpliendo con la función primordial de nuestra supervivencia, como una especie de mecanismo de adaptación actuando en base a nuestro beneficio, no interfiriendo con nuestra vida cotidiana.

MIEDO DISFUNCIONAL:

En este tipo de miedo, el peligro puede ser un supuesto, es decir, una idea irracional (imaginario, distorsionado y catastrofista). En donde no existiría un riesgo real, o por lo menos, el riesgo no sería congruente con la intensidad del miedo percibido, actuando de forma poco funcional.

Es importante aclarar que con este miedo patológico, la consecuencia al estímulo no se asemeja a la consecuencia negativa que el propio miedo en sí, generaría en la persona. El mayor riesgo, es el desarrollo de una fobia (paralización), o de una personalidad contra-fóbica (defensa agresiva).

LA PERCEPCIÓN DEL MIEDO

Además de ello, existe una percepción individual, en base a nuestras creencias, le asignamos un significado y valor propios al peligro o riesgo hacia nuestra integridad física, psicológica (autoestima, autoconcepto, seguridad), económica, etc.

CAUSAS DEL MIEDO

SOCIO-CULTURALES:

La percepción de lo que sería un peligro o riesgo ante determinados estímulos, tiene un concepto genérico a nivel de sociedad.

APRENDIZAJE VICARIO:

Se refiere al aprendizaje por observación, a por ejemplo, la reacción de miedo que tiene un tercero.

CONDICIONAMIENTO CLÁSICO:

Para explicar este concepto, describiré el experimento que, en 1920, desarrolló John B. Watson con un bebé de 11 meses.

Este experimento se tituló: «Pequeño Albert», su objetivo era el de probar cómo las personas adquirimos miedos por entornos condicionados:

Es necesario mencionar que este experimento es de ética cuestionable.

SÍNTOMAS DEL MIEDO

Las principales reacciones fisiológicas al miedo son: Taquicardia, sudoración, cambios en la temperatura corporal (escalofríos), dilatación de las pupilas, incremento del tono muscular (agarrotamiento).

Dentro de las principales sensaciones percibidas, se encuentra la sensación de malestar y de pérdida del control.

La expresión gestual del miedo se traduce en contraer y elevar las cejas, en el alargamiento de la comisura de los labios, agrandamiento de los ojos, fruncir la frente, etc.

CUATRO FORMAS DE AFRONTAMIENTO

HUIDA:

Reaccionar e intentar escapar ante cualquier peligro inminente.

AMENAZAR:

El miedo promueve conductas de defensa, a partir de las cuales se busca recuperar el control de la situaciones. Dichas conductas nos colocan en posición de ataque.

INMOVILIZARSE:

Se refiere a la inamovilidad de la persona ante el estímulo que le genera un miedo disfuncional, este estilo también se conoce como el estilo de afrontamiento pasivo.

EVASIÓN:

Suele ser una de las formas de afrontamiento más comunes, y a su vez, las que agravan más el malestar. Al evitar el estímulo amenazador, se percibe una sensación de alivio, hecho que refuerza la creencia de que este sería un canal óptimo de afrontamiento.

ABORDAJE PSICOLÓGICO:

Para trabajar esta emoción cuando es disfuncional, se suelen aplicar diversas técnicas de la terapia cognitivo conductual, entre las principales:

Técnica de Reestructuración cognitiva: Identificando los pensamientos automáticos, se puede llegar a analizar las creencias irracionales, promoviendo una re-interpretación más funcional de las mismas.

Técnica de exposición: Consiste en exponer repetitivamente al paciente al estímulo que activa el miedo, pero de una forma controlada. Esta técnica puede desarrollarse mediante la imaginación, en realidad virtual, o en una realidad concreta.

La desensibilización sistemática: Se efectúa una división de los estímulos que generan el miedo, jerarquizándolos de menor a mayor intensidad, para luego efectuar la exposición de forma progresiva.

Sobre el duelo: Conceptualizando una pérdida

¿Quién no ha perdido algo, alguna vez? 

Cuando una persona pierde algo valioso, se centra en el objeto perdido, desea tenerlo, se lamenta de no haberlo usado lo suficiente. Le asigna un valor económico, una significancia en cuanto a afecto y centra su anhelo en su búsqueda, en recuperarlo. Investiga y trata de entender cómo lo perdió. 

Si la pérdida fue por negligencia y descuido habrá mucha culpa y enojo. Si la pérdida se dio por un asalto, habrá mucho miedo y angustia. Si la pérdida fue por un accidente habrá inconformidad y desesperanza. El valor que se le dé reforzará al proceso de duelo y el cómo gestione sus emociones. 

En una familia, la pérdida de un ser querido pone a los dolientes en similar situación. Además del dolor que estará presente en todos y en cada uno de los miembros, se sumará la significancia que esta pérdida trae a sus vidas. Así, no es lo mismo perder al padre que perder a la madre; no es lo mismo perder al hijo que al hermano.

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El fallecimiento de uno de los padres, sea en una edad adulta, afecta a la persona no solo por la misma pérdida, si no, además en su significancia. Para el experto David Kessler, los padres son nuestras primeras y más importantes conexiones que tenemos en la vida; nos enlazan con nuestras primeras experiencias, son nuestro primer amor.

La pérdida de un hijo, en cambio, es un duelo más difícil y doloroso. Un hijo involucra significado y propósito en la vida de sus progenitores. Como cuidadores, la culpa y la incapacidad de no haber protegido lo suficiente, se añade al dolor de la pérdida. Este proceso puede tomar más tiempo de lo esperado e incluso nunca superarlo. El dolor quiebra a la persona, separa a la pareja (ASCO.ORG, 2018).

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La pérdida de un hermano a veces pasa desapercibida por sus seres queridos, generalmente son los padres quienes reciben mayor atención. Perder a un hermano es perder a un confidente y amigo, lo puede llevar a tener sentimientos de desvalorización de sí mismo frente a su núcleo familiar, confronta su propia existencia como menos valiosa que la del hermano que partió, y puede ponerse como tarea llenar el vacío que dejó. Su presencia puede sentirla diluida en el dolor de sus padres. 

Cuando es la pareja, esposo o esposa la que fallece, la persona siente la pérdida desde una historia de vida, desde un pasado, un presente y un futuro que se extravió en la relación. La valoración que puede darse a esta pérdida se asocia a sentimientos de soledad y desprotección. Es la ausencia de apoyo; replantea su vida desde uno y ya no, desde dos.

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En la familia hay que entender que el duelo es de todos y de cada uno, y que no siempre un dolor será como el del otro; esto nos hace más compasivos con nosotros mismos y con los demás. Entender que no hay duelo correcto o incorrecto, que no se juzga, hace que el duelo sea auténtico y más fácil de sobrellevar.

La psicoterapia familiar acompaña a la familia en este proceso desde el dolor de cada uno de sus miembros. Su trabajo está en la contención a lo largo de las etapas del duelo y motiva, a la familia, a seguir adelante llevados por la significancia y en virtud al propio crecimiento.

Finalmente, termino con las palabras de David Kessler (2021) con respecto a la pérdida: “no es una prueba, una lección, algo que manejar, un regalo o una bendición. La pérdida es lo que pasa en la vida. El significado es lo que hacemos que suceda después de una pérdida”.

Referencias

ASCO.ORG. (Marzo de 2018). Cancer.net. https://www.cancer.net/es/asimilaci%C3%B3n-con-c%C3%A1ncer/manejo-de-las-emociones/duelo-y-p%C3%A9rdida/duelo-por-la-p%C3%A9rdida-de-un-hijo#:~:text=Las%20reacciones%20del%20duelo%20despu%C3%A9s,de%20su%20hijo%20era%20esperada

Kessler, D. (08 de Abril de 2021). Cómo seguir adelante tras la pérdida. Sentido Común. (E. Bernstein, Entrevistador) Mexico. https://www.sentidocomun.com.mx/articulo-contribuidores.phtml?id_contrib=1963

Kessler, D. (s.f.). dignitymemorial.com. https://www.dignitymemorial.com/es-es/support-friends-and-family/grief-library/when-a-parent-dies-dealing-with-the-loss-of-your-mother-or-fatherKübler-Ross, E., & Kessler, D. (2005). On Grief and Grieving, Finding the Mining of Grief Through the Five Stage of Loss. New York: SCRIBNER.

De un pensamiento abrumador a un dolor físico

¿Sabías que el colon irritable también se debe a nuestras heridas emocionales? Hace dos años empezamos a vivir diferentes escenarios, para algunos más traumáticos y para otros muy desestabilizadores. Con el paso del tiempo en confinamiento el estrés fue siendo una de las consecuencias debido a su gran impacto negativo.

“El estrés es un estado de tensión física y emocional originado como reacción a un estímulo o presión, ya sea positivo o negativo. Se trata de un estado de defensa que, en pequeñas dosis, ayuda al organismo a reaccionar y adaptarse a los acontecimientos”.

El estrés crónico se relaciona con la aparición de enfermedades coronarias y el proceso de aterosclerosis. Otros trastornos como el síndrome de colon irritable, enfermedades autoinmunes y trastornos de la piel muestran una fuerte relación entre el sistema inmune y el estado psicológico del paciente.

Por su parte el sueño de mala calidad se asocia a la aparición de estados inflamatorios, una de las explicaciones de este hecho es la acción ejerce la alteración del sueño sobre la estimulación adrenérgica; la cual se asocia con aumento en la expresión de mediadores químicos de la inflamación.

La psiconeuroinmunoendocrinología es un campo de la ciencia que hace integración entre los aspectos psicológicos, la respuesta cerebral y la actividad del sistema inmunológico y endocrino. Lo que constituye un tema científico de especial importancia para el mantenimiento de la salud, y para la prevención de factores que puedan ponerla en riesgo ante la presencia de la enfermedad. Por lo que garantizar la estabilidad emocional, una personalidad bien estructurada y la utilización adecuada de los recursos de afrontamiento facilitan un buen sistema inmunológico y por ende una fuerte barrera de protección a las enfermedades.

La respuesta emocional del estrés

¿Cómo reconocer si tengo estrés?

La respuesta emocional del estrés está caracterizada por síntomas de ansiedad, irritación, ira y cólera, preocupación, tristeza, pánico y estados de desesperanza, los cuales son de naturaleza transitoria, también algunas son:

  • Dolor de cabeza.
  • Mala memoria.
  • Diarrea.
  • Cambios de conducta e irritabilidad.
  • Problemas cardiovasculares, en casos en los que el estrés se prolonga mucho en el tiempo.
  • Insomnio.
  • Envejecimiento.
  • Cansancio prolongado.

 El ingrediente principal de la respuesta emocional del estrés es de naturaleza cognitiva debido al hecho de que el estímulo externo deberá ser percibido como estresante.

En primer lugar, es necesario dejar establecido que el modelo cognitivo del estrés percibido tiene un correlato eminentemente fisiológico en el lóbulo frontal del cerebro por lo que es necesario reconocer que la experiencia del estrés se inicia en el cerebro, afecta al mismo, y a su vez, al resto de los sistemas que conforman nuestro organismo.

El proceso de afrontamiento y manejo del estrés crónico requiere de la participación en actividades que promueven la salud y calidad de vida del individuo.

La incorporación de actividades que incluyen un plan nutricional balanceado, programas moderados de ejercicios físicos y técnicas que facilitan la respuesta de relajación, son vitales y de gran necesidad.

El mindfulness como una alternativa saludable

La práctica del mindfulness tiene como propósito entrenar al individuo en la respuesta de la relajación, reducir los niveles de estrés crónico, modificar el estilo de vida de individuos que experimentan serios problemas de salud causados por el estrés percibido.

Una nueva visión acerca del estrés requiere tomar en consideración factores ambientales y estilo de vida del individuo. Es de particular importancia considerar un buen nivel de soporte social, un adecuado programa nutricional y de entrenamiento físico, la inclusión de programas de relajación y meditación, y poner énfasis en la eliminación del consumo del tabaco y reducción en el consumo de alcohol, particularmente cuando se experimentan estados de estrés prolongado.

La práctica de tomar conciencia y prestar atención a los síntomas que experimenta un individuo bajo estrés, facilita la labor terapéutica y posibilita las modificaciones necesarias para mejorar su estilo de vida 

El mindfulness nos permite centrar la atención y la consciencia en nuestro cuerpo a través de la respiración; en nuestra mente a través del pensamiento; y en nuestro entorno a través de nuestros sentidos.

Palabras clave: estrés, estilo de vida, mindfulness

Referencias

  • Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, Agosto 2012, Vol. 4, N°2, 75-89. https://redalyc.org/pdf/3334/333427357008.pdf
  • Armeli, S.; Todd, M. & Mohr, C. (2005). A daily process approach to individual differences in stress-related alcohol use. Journal of Personality.
  • Moscoso, M. S. (2009). De la mente a la célula: Impacto del estrés en psiconeuroinmunoendocrinología. Revista Liberabit, 15 (2), 143-152.

Un mirar hacia el dolor y el duelo

Palabras Claves: Dolor, duelo, pérdida.

A lo largo de estos dos años podríamos decir que las personas han vivido una serie de pérdidas, algunas más significativas que otras. Pérdidas como la de seres queridos, pérdidas como la de personas no tan cercanas pero que traen un impacto similar por ser conocidos, sea por su edad o por la significancia de los hechos y de con quienes empatizamos.

También se han presentado pérdidas más abstractas. Pérdidas como las del trabajo, la ruptura de un noviazgo o el alejamiento de un amor. Pérdidas como el dejar nuestros planes de viaje, de proyectos e inversiones o simplemente estancamiento de sueños.

Todos estos eventos traducidos o no como pérdidas, unas más significativas que otras, le siguen una serie de experiencias al interior de la persona que pueden afectar su sentido de vida en cuanto a significado y propósito.

Para la tanatóloga Elisabeth Kübler – Ross (1969) nos dice que las reacciones a la pérdida son experiencias únicas en cada persona y que el duelo es tan propio como nuestra propia vida. El cómo las personas vivencien sus pérdidas y elaboren sus duelos pueden afectar su calidad de vida futura.

Kübler – Ross dividió al proceso de duelo en cinco etapas: Negación, Ira, Negociación, Depresión y Aceptación. Estas etapas pueden manifestarse en ese orden o no necesariamente. La recuperación dependerá en gran medida de cómo la persona lleve su proceso y lo incorpore como una negociación con la vida para alcanzar el equilibrio. Al ser una experiencia dolorosa y única, la hace más compleja y cada quien lo vivenciará de una forma peculiar.

Sin embargo, no estamos hechos para el dolor y si sumamos que estamos inundados de una corriente positivista en donde es el placer quien le da sentido a la existencia y el dolor no tiene cabida, hace a este proceso más intolerante.

Bregar con el dolor requiere de la persona, fortaleza y valentía que dará como fruto el crecimiento personal. Darle cabida al dolor y conectar con él, es parte del proceso y un reto de estoicismo para el ser humano post-pandemia. Por el contrario, evadirlo como un mecanismo de defensa sólo lo posterga y abre una ventana a la angustia, la ansiedad o peor aún a la depresión.

El hablar de lo que pasó, y cómo pasó es parte de bregar con el dolor. Darle un espacio y una temporalidad en nuestra vida cotidiana, nos conecta con el dolor y le da un lugar como una forma de aceptación. Cuando nos negamos a esto por miedo a sufrir, regresará más tarde cual búmeran con un dolor magnificado. Se corre el riesgo de un quebrantamiento emocional activado por una siguiente pérdida de igual o menor significancia.

Las pérdidas no resueltas pueden manifestarse de muchas formas. Apegos a animales (sean o no mascotas), objetos, recuerdos, etc. Pueden generar conductas compulsivas (acumuladores, atracones de comida, etc.), conductas de riesgo, conductas adictivas, promiscuidad, relaciones casuales y/o superficiales, hipersensibilidad a la pérdida, etc. Acudir a un especialista en psicoterapia sea individual y/o familiar es lo conveniente para ayudar a superar el proceso.

Referencias

Kübler-Ross, E. (1969). On death and dying. New York: The Macmillan Company.

Hablar para no olvidarme de mí mismo

Esta vez más que un artículo, les traigo una reflexión sobre la importancia vital que tiene el hablar sobre lo que sentimos y compartir lo que nos pasa, esta vez no hay secretos ni consejos, es solo el reflexionar y decidir, al menos tomar una decisión y elegir en vez de seguir haciendo lo mismo de siempre, aunque nos haga sentir mal.

Es curioso que: Disimular, encubrir, enmudecer, incomunicar, guardarse para sí, olvidar sean sinónimos de callar, bueno al menos yo me sorprendí, ya que algunas de esas palabras (aunque no de manera explícita) describen el acto de no comunicar con intención.

Algunas personas son más reservadas que otras, debido a su personalidad, algún dolor, experiencia o aprendizaje. Sin embargo, hay quienes callan sin saber por qué, sin haberlo elegido, sin ver el potencial del efecto que esto les produce: la no aceptación de sí mismo.

Muchas veces no basta con racionalizar las cosas que nos pasan, hay que sentirlas también, aunque a veces sean muy dolorosas, tan solo con el permitirse confesar aquello que pensamos realmente, le damos paso a una posible limpieza emocional que nos otorga alivio y un poquito de paz, al menos por ese momento. Creo que está muy menospreciado el ejercicio de hablar, ya que para algunas personas no les incomoda hablar sobre sí mismos, es más quisiéramos que nos escuchen y nos irrita que hablen solamente de ellos. ¿Será que todos queremos ser escuchados? Tal vez en alguna ocasión no te sentiste escuchado, o sentiste que tus personas cercanas no te prestaron atención ni te preguntaron cómo estabas, si es así es comprensible que hayas perdido las ganas de contarle a alguien lo que te pasa, se entiende porque ya no lo has puesto en práctica, tal vez ahora podrías hacerlo por ti mismo, porque ya entendiste que lo mereces y que puedes darte la oportunidad de expresar concreta y directamente al otro: ¡quiero que me escuches!

Como vemos, también depende de uno entender que merece ser escuchado, recibir ayuda y consuelo, aunque la otra persona no haga nada más que escuchar atento, asintiendo, comprendiendo, validando lo que la otra persona siente. Damos por sentado el hablar, porque lo hacemos con frecuencia, le quitamos la importancia que tiene y nos olvidamos que necesitamos compartir con el otro, nuestros sentimientos, deseos, miedos, sueños, creencias, dolores…

Con el fin de incluir más opiniones que solo la mía, realicé una pequeña investigación “encuestal” con el objetivo de reunir algunas razones de por qué creen que las personas suelen guardarse para sí lo que les pasa, entre las respuestas más comunes están:

  • Miedo, miedo a que me juzguen.
  • Por desconfianza.
  • Porque nadie me entiende.
  • La gente es intolerante y poco empática.  
  • Por vergüenza.
  • Por mantener la apariencia.
  • Por temor a abrirme.
  • Nadie me escucha.
  • Porque a nadie le importan mis problemas. 
  • Porque no necesito contarle a nadie lo que me pasa. 
  • Porque no quiero cargar a los demás con mis problemas 
  • Porque no quiero que opinen y me digan qué tengo qué hacer.

Tal vez nos identifiquemos con muchas o todas estas razones, pero si reflexionamos con detenimiento, la única persona que se queda con todo lo que siente es uno mismo, pero ¿qué es lo peor de esto? ¿Por qué tengo que hablar con alguien más? Bueno en primera, no debes hacer nada que no quieras, por que si sale mal buscarás culpables, desde el momento en que decides abrirte, hacerse responsable con uno mismo es lo más comprometido puedes hacer. Luego al abrirte y empezar a confiar, te darás cuenta que existen muchos más beneficios, porque podrás aceptar lo que sientes, lo que piensas, porque sale de ti a través de palabras y que empieza a tomar forma, lo aceptas, por lo tanto, el dolor o problema existe, ya que te das cuenta de que sí hay algo que te está costando y que el confesarlo te alivia mucho, más si hay una escucha sensible y atenta por parte de otra persona que te valida y no juzga lo que sientes, al contrario lo recibe con empatía y comprensión.

Por ejemplo: piensa en algo que exista, que no tenga nombre o que no puedas poner en palabras… Es complicado ¿cierto? Entonces nos podemos dar cuenta que, la comunicación es muy poderosa, te permite conocerte, entenderte a ti y a los demás y darles un lugar a las emociones no procesadas. Es a través de la palabra que traemos al presente hechos pasados que, desde una mirada madura, podemos resignificar y conseguir que ya no duela tanto, podemos entender mejor los “para qués” de los problemas de la vida. Me atrevería a decir que existe mayor beneficio cuando uno habla, que cuando escucha.

Y por favor que no se malentienda, claro que es importante ir a terapia si deseas buscar una guía o soporte, pero puedes empezar compartiendo con tu círculo cercano de familia o amigos los importante es que aprendas a confiar en los demás, que seguramente estarán contentos de escucharte, y… tampoco estoy hablando sobre no tener privacidad e intimidad con uno mismo, todos merecemos ese espacio para nosotros. Solo que a veces, decirlo nos permite desenredar eso que no logramos solucionar, al compartir con otros lo que sentimos o lo que nos pasa, nos damos cuenta de que no estamos solos, que no nos ocurre particularmente a nosotros determinado problema o situación. Como mencionaba nos permite cambiar nuestra narrativa de vida, es decir, lo que pensamos sobre nosotros, los demás, y  sobre nuestra propia historia de vida. Muchas veces adquirimos la forma de valorarnos de acuerdo a lo que nos dijeron y no siempre esa es la verdad, y uno crece, avanza, madura y aprende y ya no es más esa versión antigua que se mostraba errada por falta de experiencia de vida. Hablar nos permite traernos al presente, y valorar lo que somos, y lo que tenemos hoy para empezar a vivir ahora y ya no en el pasado donde habían cosas que nos dolían. Ahora puedo cambiar las cosas, ahora depende de mí, ahora puedo tomar decisiones, valerme por mí mismo, tomar riesgos y construir la vida que quiero.