En mi búsqueda por salir de mi zona de confort y afrontar la emoción de la vergüenza, me animé a tomar clases de impro con la Asociación Cultural Cable Roto, la escuela de clown en Arequipa. Realicé el taller de impro-lugar, algo que definitivamente sacudió algunas creencias que tenía sobre la vida misma (sí, a ese nivel de introspección).
Recuerdo que el primer día sentía un poco de miedo, ya que nunca había hecho algo parecido en mi vida y, por lo tanto, no sabía qué esperar. Es importante mencionar que sentir miedo no es algo malo; el miedo tiene la función principal de mantenernos a salvo, y lo sentimos especialmente cuando salimos de nuestra zona segura o zona de confort. Sentir y escuchar esta emoción es válido y necesario, entendiendo que está bien tener miedo cuando hacemos o experimentamos algo nuevo. La verdad es que, a veces, solo queda hacer las cosas a pesar del miedo, porque si dejamos que este miedo nos paralice, es probable que nos perdamos de experimentar cosas asombrosas y de seguir aprendiendo en el camino de la vida.
En fin, con miedo y vergüenza, me lancé. Para mi sorpresa, los juegos que nos propusieron (¡sí, juegos!), lograron que ese miedo y vergüenza se fueran desvaneciendo poco a poco. Así, comencé a aprender a confiar en mí misma y en el proceso de la impro.
La impro en el teatro, a diferencia del teatro tradicional, no tiene un guión establecido que los actores deban seguir, al contrario, la historia se va creando según la marcha de las ideas que surgen entre los actores (Escobar, 2020). Y una de las lecciones más grandes que me llevo de esta experiencia es entender que la vida misma es como una improvisación, nunca sabremos con total exactitud qué sucederá, solo podemos actuar en el presente con las herramientas que tengamos en ese momento. Y esto nos da el poder de actuar y reaccionar de manera diferente, o según el sentido que queramos darle a nuestra vida en el mundo.
La impro nos puede ofrecer las siguientes enseñanzas aplicables a nuestra vida:
Aceptación: En impro se busca aceptar de manera abierta la propuesta de la otra persona y actuar con disposición, lo que ayuda a salir de la zona de confort. Si lo relacionamos con la vida diaria, se trata de aceptar las cosas como se presenten y actuar en base a ello, en vez de lamentarnos por qué las cosas sucedieron como sucedieron. Como bien decía Carl Jung: “Lo que aceptas, te transforma; lo que niegas, te somete”. Además, nos ayuda a trabajar en equipo y a entender que, al ser seres sociales, poder relacionarnos óptimamente con las personas que nos rodean hará que la vida sea mucho más ligera.
Vivir en el presente: En impro, se debe prestar total atención a lo que está sucediendo en ese momento para poder reaccionar y hacer que la escena fluya. A menudo, nuestra mente está en el pasado o en el futuro, enfocada en los errores que pudimos haber cometido o en lo que vendrá, lo que nos lleva a vivir de manera automática. Estar alertas y conectados con todos nuestros sentidos nos permite vivir en el presente y responder al entorno con plena consciencia, siempre abiertos a lo que venga y a aprender. Si vemos el error como algo necesario para aprender, fomentaremos nuestra creatividad. Al estar más atentos a nuestro entorno y a lo que realmente está sucediendo, tendremos más agilidad mental, nuestras reacciones serán más auténticas y mejorará nuestra capacidad para resolver problemas.
Dejar de sobrepensar: Una de las ventajas de la impro es poder dejar de sobrepensar y enfocarse en lo que ocurre aquí y ahora. En muchos de los juegos que hicimos, la premisa principal era estar atentos a lo que sucedía a nuestro alrededor para responder según las indicaciones dadas. Si «la pensabas mucho», probablemente perderías. El problema del sobrepensar es que, a menudo, nos lleva a imaginar escenarios catastróficos, lo que nos paraliza y nos hace procrastinar acciones, tareas e incluso nuestros sueños.
En resumen, mi experiencia con la impro en la Asociación Cultural Cable Roto fue transformadora. Salir de mi zona de confort y enfrentar mis miedos me permitió aprender valiosas lecciones sobre la vida y la impro. Afrontar el miedo, vivir el presente y aceptar la vida como una improvisación son habilidades que todos podemos cultivar, y la impro es una herramienta maravillosa para lograrlo. ¡Atrévete a improvisar y descubre un mundo de posibilidades!
¡Si te ha interesado y deseas salir de tu zona de confort con impro, te lo recomiendo al 100 %! Puedes seguir a Cable Roto Teatro en sus redes sociales. Además, aprovecho para comentarte que actualmente están presentando su obra Tontonautas, un espectáculo lleno de impro, resúmenes de películas y playback musicales, donde el público participa de manera activa. No te pierdas esta oportunidad única de vivir la experiencia del impro desde otro lugar. Las últimas funciones son el 31 de mayo y 2 de junio, ¡así que corre a comprar las entradas a través de sus redes sociales!
Muchas veces hemos escuchado que la moda es algo vano, se ha atribuido que la superficialidad con la que realizamos las elecciones de la ropa es un gasto más del consumismo del siglo moderno, donde se han perdido los valores, la importancia del espíritu y de la esencia que tienen las personas, y que la principal mirada a la ropa debería ser su funcionalidad, comodidad y precio, viendo que hay otros problemas más importantes a los cuales enfocarse.
Pues bien, el fenómeno de la moda está presente en todo, a medida que la tecnología evolucionó, la ropa dejó de verse desde su utilidad o en términos de supervivencia para verse desde un punto de belleza y glamour. Sin hacer una comparación muy lejana, algunas aves muestran sus bellas plumas en un esfuerzo para buscar pareja y aparearse; en el caso de los seres humanos que, evidentemente, carecen de un bello plumaje, en una época prehistórica, se veía la formación de parejas según las cualidades de supervivencia o reproducción. En el caso de los hombres, se medía en la caza de animales y la fuerza física para manejarse en la intemperie y en las mujeres, se veía más bien su capacidad para concebir hijos.
Esta selección de pareja en la psicología evolutiva no se mantiene en nuestros días, pues ya no se elige una pareja dependiendo de si puede o no cazar un antílope, sino más bien con la atracción física, al ser este el primer estadio por el que pasamos todos antes de enamorarnos. Dentro de muchas cosas más, nuestro sentido de la moda nace en el proceso de evolución humana, a partir de la búsqueda por vernos bien, destacarnos y lucir más atractivos.
Nos sentimos bien cuando sobresalimos y no tanto cuando somos uno más del montón, pues a nadie le gusta llevar el mismo vestido en una fiesta o, ¿es imaginable vivir en un mundo donde solo es permitido usar uniforme todos los días? Se pierde la capacidad de destacar individualmente y de explorar la creatividad propia.
Quizá más de uno pensaría que ha de ser más cómodo vestirse con lo mismo a elegir algo nuevo cada día, claramente no es malo, y, definitivamente, dice algo de sus prioridades y de su personalidad. La vestimenta no es una forma irrevocable de conocer la personalidad, son más que nada aquellos indicios de la observación lo que nos lleva a concluir cómo será el comportamiento de cierta persona al ver su vestimenta, pues es poco probable que alguien con una vida de hábitos desordenados puede vestirse pulcramente y tener una presencia impecable, o, por el contrario, una persona que se vista sin cuidado y pueda ser bastante comprometida con sus responsabilidades.
Es cierto que no debemos juzgar un libro por su portada, pero en el caso de las personas, podemos decir que el contenido del libro se deja ver a través de la portada. Tu personalidad modela tu estilo con tus propios colores, así que tu personalidad, en efecto, se muestra a través de este. Nuestra ropa en primer lugar, es una forma de autoexpresión, podemos proyectar una imagen a partir de la identidad visual que creamos, la cual puede ser percibida como sofisticada, simple, monótona, creativa, rígida, relajada, desalineada, elegante, etc. De aquí la frase “guardar una imagen personal”.
Así mismo, un tema a recalcar es el color que utilizamos en nuestra ropa y el impacto que genera en la percepción social, se ha hablado de que la ropa es una forma de representar una identidad, pues bien, el color es una buena forma para lograr que esta identidad sea comunicada y entendida.
Los colores cálidos transmiten energía y pasión, son todos aquellos derivados del rojo, naranja y amarillo, generan un impacto visual y captan la atención, sirven para transmitir una imagen poderosa y despertar interés, de igual modo, llama a la felicidad, al optimismo y a la luminosidad. Esta clase de colores resulta efectiva en situaciones que requieren motivación. Por su lado, los colores cálidos se usan para ocasiones alegres, donde el ambiente llame a lo ameno, es por eso que vemos a los niños con colores estridentes y fuertes.
Por otro lado, los colores fríos transmiten calma y serenidad, estos suelen ser los derivados del azul, verde y morado. Además de tener un impacto significativo en nuestras emociones, los demás pueden percibir una sensación de tranquilidad y relajación al verlos, es por ello que se suelen optar estos colores para reuniones más formales, los colores sobrios y clásicos del esquema de fríos aportan una imagen de elegancia, seriedad y preparación, junto a estos, encontramos el negro y el blanco.
Es importante mencionar que, en algunas culturas, la gente opta por tener sus ceremonias en colores ostentosos como rojo o naranja y no blanco. Esto debido a que consideran que las celebraciones felices deben darse con colores alegres. ¿Qué nos da a entender esto? Que el color y la ropa se moldea según el pensamiento y personalidad de cada individuo, en base a ello, no hay una forma correcta o incorrecta de vestirse.
Como se dijo desde un principio, la ropa es una forma de autoexpresión y para expresarse no hay reglas ni límites, y eso es lo más hermoso de la psicología de vestir.
Es de suma relevancia tener espacios donde se transforme el significado de salud mental, y no la radicalización de este significado, ni la dictadura de este, así como el hablar el derecho al bienestar de quienes lo “impartimos”. Me gusta referirme a un espacio en el que se aborden formas poco convencionales para la expresión artística, donde se exalte la cualidad humana, al ser este el enfoque más suave y cálido para validar y reconciliarse con nuestra búsqueda de bienestar, pues el arte una necesidad.
Para el arte se necesita apertura y vulnerabilidad, bajo esta premisa, entender la importancia que tiene como valor terapéutico. Así podremos adentrarnos a una mirada más técnica a este mundo tan hermoso y amplio.
Qué es el arte y qué valor tiene al arte, cuando emprendí esta búsqueda —en un inicio— en mi básico Google y unos pocos cursos, me di cuenta de que eran muy simplistas al darme un concepto, o tal vez yo no me llenaba con eso o, al final, caíamos en una pequeña charla filosófica o que el arte no se podía definir como tal. Ante esto, le pregunté a mi profesor de danza qué es lo que era el arte, y me dijo que es la capacidad de expresarte como si fueras a pintar algo. Le entendí, porque él se expresaba con los brazos y con cada melodía, y eso es lo que nos enseñaba día a día: a contar historias.
El arte como tal ha estado presente desde siempre, en todas las épocas y culturas, como medio de expresión y comunicación. Por ello, nos centramos en su evolución y su importancia con el ser humano y desarrollo social, es así que en el presente artículo comenzaré con diluir en dos temas que confluyen la expresión urbana del hip hop y su uso terapéutico, tal y como lo afirma Storr (2007).
Entre las artes expresivas tenemos la danza, usando este recurso y la necesidad del ser humano de querer manifestarse más allá de la cotidianidad. El ser humano muestra mucho a través de su lenguaje no verbal , el hecho de tener rituales desde siempre por historia, alrededor de festivales, eventos, etc.; estos poseen significados, en todas las culturas y festividades, como acto de socialización, donde se nos muestra cómo se interrelaciona cada personalidad en dichos actos, lo cual nos habla mucho de su capacidad de expresarse. La danzaterapia es “el uso de esta herramienta psicoterapéutica del movimiento, como proceso que tiene como objetivo integrar al individuo física y emocional”, la cual, dicho sea de paso, surgió en Estados Unidos .
Este instrumento nos llega a dar algunos de estos beneficios:
Integrar las experiencias previas al idioma y memoria corporal. ¿A qué nos referimos con esto? A entender consignas y poder replicarlas con el cuerpo y poder rememorarlas.
Estimular la percepción corporal, entender cada parte de tu cuerpo y tener un dominio inteligente de este, no se trata de solamente mover brazos y piernas, es saber que existen más partes de nuestro cuerpo y este es infinito al poder crear.
Desarrollar una imagen corporal real, autoaceptación de tu cuerpo y poder crear, a partir de este, imágenes visuales e historias a través de la danza.
Estimular el movimiento personal y el auténtico, aceptar que cada cuerpo expresa de diferente forma el mismo movimiento.
Desarrollar la percepción personal y hacia los demás, así como la empatía propia y ajena para poder analizar las emociones vividas.
Lidiar con los conflictos intra e interpsíquicos, adquirir nuevas maneras para establecer vínculos y manejar situaciones, necesidad de comprensión, paciencia, disciplina, etc., a uno mismo y a los otros.
Aprender a expresarse y reflexionar sobre el movimiento, ser consciente e integrar lo vivido.
La capacidad de despertar áreas del cuerpo dormidas, es una de las capacidades de la danzaterapia, entonces, es justamente a través del movimiento que se puede crear cambios a niveles físicos, mentales y, paralelamente, el cuerpo interior. Aquel cuerpo que no es visible y que, por lo tanto, muchas veces se queda en el olvido, lo que puede ser la causa de sucesivos problemas, tanto sensoriales como psíquicos. Esta es una de las técnicas terapéuticas más importantes para somatizaciones y el trastorno de estrés postraumático.
Una intensa capacidad de conexión que puede ayudar a reconectar con tu imagen corporal real, es el hecho de enfrentarte con tu imagen y cuerpo, así mismo, el conectar con tu compañero. Su uso puede darse, por ejemplo, en madres gestantes, donde puedes llevar, a través de bailes, movimientos adecuados para poder llevar endorfinas y transmitir emociones, logrando una adecuada conexión emocional y manejo para un adecuado parto (preparación del útero).
En esta ocasión, abordaré un género de danza más especifica, el hip hop en Arequipa, el cual está es difundido por tres grupos importantes: ‘’De la Jam’’, ‘’Smart move’’ y ‘’Last Freedom’’; siendo yo pupila de dos de estas corrientes. Smart move es liderado por ‘’Ritachi’’ y Aleyssa «cebollita». Ritachi que es el nombre de pila de mi profesor, estos nombres son dados en sus batallas de baile, que se desarrollan en el campo artístico urbano con una filosofía de respeto a los compañeros y a la sociedad, para así, respetar al hip hop, y brindar acogida apoyo a todos los danzantes, sea cual sea su nacionalidad, y que así, ellos, al viajar, puedan tener ese mismo apoyo. La danza es algo que se comparte .
Ritachi lidera ‘’Smart move’’, bajo su filosofía, tiene pupilos, donde enseña la disciplina y pide a todos tener una vida sana libre de vicios, para poder ser respetados. Alguna vez, he sabido por él que fue duramente criticado por la gente, por sus bajos recursos y su forma de vestir, actualmente, él ha demostrado quién es, y, amando lo que hace, comparte a su pequeña comunidad, junto a Aleyssa, que acaba de cumplir 18 años hace menos de un mes, quien ya genera su propios recursos y estudia en la universidad. Desde muy pequeña, le ha gustado el baile por su hermano, que hace danza contemporánea; ella fue duramente criticada desde joven pero ha creado una personalidad muy fuerte, además, trata de estar a la par en este género, donde la mayoría son hombres, sin perder su esencia. Hoy en día cuentan con su propio estudio de danza, ubicado cerca de la Plaza Mayor de nuestra ciudad.
‘’Smart move’’ es movimiento inteligente, el cual nos enseña la capacidad de poder crear más allá, no cansar al cuerpo, ser más inteligente y pensante. El ser humano, en su día a día, muchas veces solo se dedica a estar en una oficina y caminar, lo cual es una rutina corporal muy limitada, ajustándonos «al qué dirán», lo que incluso crea problemas de autoestima y estructura, por eso es necesario cuando llegue en este espacio, desde la aceptación a mi yo, el hecho que me obligara a amar mi imagen y lo que transmitía y cómo lo compartía desde la naturalidad, sin querer planificar y estructurar, en cambio, buscar una necesidad de sentir liberar y enamorarme a mí misma, y transmitirla.
«De la jam» a cargo de Erick y René «chuchurro», llevan fomentando de forma gratuita, diaria e incansable entre los jóvenes, la idea de compartir. Ellos lo difunden, como dice su nombre «en la calle», a través de cyphers, que son reuniones en parques donde cualquiera, de forma amistosa, puede entrar a bailar en una pequeña ronda en músicas aleatorias y mostrar lo que pueden improvisar y así compartir su energía. Actualmente, han logrado llegar a dar cursos en colegios y en la municipalidad.
En cuanto a datos importantes sobre la historia y cultura del hip hop, esta corriente y legado surgió en las avenidas del Bronx, específicamente, el 11 de agosto de 1973, donde se involucran los grupos minoritarios de estos barrios que, hasta la actualidad, buscamos recalcar. Este grupo en particular tenía la característica racial afroamericana en barrios de Estados Unidos, en épocas donde la migración de estas personas a la ciudad no era bien vista debido al racismo, se les adjudicaba de narcotráfico o el control de zonas pandilleras, lo que creaba mayores problemas económicos y estigmas sociales. Esta propuesta social que se dio por barrios y zonas entre jóvenes, fue una alternativa para salir de aquel clima delincuencial donde las armas fluctúan, siendo una de las primeras bases de la cultura el respeto y el compartir a través de la danza (posteriormente, abriremos a más puertas como son el rap, el grafiti, el break dance, shuffle, etc.) (Benavides, 2023).
El hip hop, entonces, es la muestra de cómo los jóvenes han enfrentado o han tenido una resiliencia a determinados contextos en los que están situados, donde se crean mensajes, compañerismo, carreras y superación.
En tanto a los aportes que este baile tiene como uso psicológico, detallaré que es un gran recurso para la psicología comunitaria, pues puede ser una gran estrategia para reivindicar o dar una herramienta social, para mejorar su comunidad y expresarse, que los jóvenes logren cuestionarse y puedan crear un hábito de disciplina compañerismo, empatía y sueño, pues, al igual que el fútbol, por ejemplo, es una actividad económica.
Beneficios del hip hop
Comunicación y conexión social, relación social, autoaceptación.
Expresión y emociones, trabajo en equipo.
Bienestar en el estado de ánimo, resiliencia, motivación, disciplina.
Identidad y pertenencia.
Innovación y cambio en el comportamiento de la persona.
1 La libertad La libertad Libertad, poder escribir tu propia esencia Libertad, descifrar en melodías tu enredadera La enraizadera Árboles tocándose Libertad, expresar tu historia a tu manera Libertad, decidir qué naturaleza y aspecto quieres domar el día de hoy La libertad La libertad Ellos bailan sin decir más, y al hacerlo más; dicen libertad como son en libertad, definen en albedrad.
La compasión y la violencia, esta es la dicotomía que hoy quiero traer a sus mentes, queridos lectores. Al hablar de compasión, lo que viene con esta (que es la capacidad de empatizar con el otro), y hacer algo al respecto para aliviar su dolor, también tenemos que hablar de la violencia, algo que caracteriza muchas de las dinámicas del ser humano, que incluso puede llegar hasta el sadismo.
Es muy interesante la pregunta filosófica: ¿El ser humano es bueno o malo por naturaleza?, como toda pregunta de esta índole, trae más preguntas que respuestas, pero, para enfocarnos en la dicotomía de hoy, tomaré el punto de vista del registro histórico, en el cual vemos la crueldad sistemática y la reiteración en todas las culturas y civilizaciones de la violencia extrema, esta no sucede en circunstancias excepcionales, patológicas o criminales, sino que son aceptadas socialmente. Solo tenemos que ir a generaciones anteriores y retroceder, para ver como las cosas van escalando en cuanto a la crueldad: si tus padres tienen treinta años de edad, verás en muchos casos cómo la violencia psicológica fue notoria durante su crianza. Si tus padres tienen cincuenta años o más, verás como además de la violencia psicológica, estuvo presente la violencia física e incluso la violencia sexual, y, dicho sea de paso, en las partes más oriundas de nuestro país esto no está alejado del día de hoy.
La respuesta, entonces, sobre la violencia y su capacidad de estar presente en el ser humano es que sí, que el devenir histórico muestra que el ser humano tiene esa tendencia hacia la crueldad o la violencia como instrumento de dominación reiterada y universal.
La violencia y la inconsciencia
Cuanto más atrás vayamos y observemos la violencia, más fácil es reconocerla y condenarla, pero cuando retrocedemos solo décadas, las cosas cambian: la gravedad no esta tan clara para muchos, a veces las justificaciones se asoman y hasta la admiración a la violencia. Puesto que ver la violencia en uno, vernos a nosotros mismos como malas personas, egoístas y dañinas, es una de las cosas más dolorosas para una personas. El tema de la «generación de cristal», es uno de los más escuchados y que demuestra esta tendencia a la inconsciencia.
A una persona joven le falta asimilar —por su juventud— una premisa de vida que mucha gente no llega a integrar, incluso hasta el final de sus días, que es “no puedo controlar lo que otros hagan o digan, pero si mi reacción y la actitud que tomaré al respecto, soy dueño de mis palabras, dueño de mis silencios y dueño de mis acciones”. Si bien esta postura de vida requiere gran fortaleza, lo cierto es que los cuestionamientos de los jóvenes son más que legítimos, y vemos cómo muchos adultos no tienen capacidad alguna de introspección y que hay bastante inconsciencia.
¿Por qué necesitan insultarlos?
¿Por qué quieren criticarlos?
¿Por qué quieren comparar su vida con la suya?
¿Por qué quieren que se sientan mal por no vivir lo que otros si vivieron?
¿Por qué quieren que se sientan en deuda por vivir una vida tranquila?
¿Por qué quieren dejarles en claro que son débiles?
¿Por qué quieren burlarse de ellos?
Y sobre todo
¿Por qué creen que ellos deberían sentarse a escuchar burlas?
¿Por qué esa necesidad de decirles cómo deberían de verse y cómo deberían de sentirse?
Si alguien tiene tantas ideas negativas sobre alguien o sobre un grupo, ¿por qué necesitan increparlo? Si la otra persona está en una posición de entendimiento superior, sabe que llevar esas actitudes solo van a lograr más resentimientos que cambios, no van a hacer a nadie más fuerte, porque si el que es —supuestamente— fuerte “no es dueño de sus silencios”, y si hace todo lo anterior como un “burdo desahogo de sus ideas”, ¿con qué autoridad puede querer algo de un joven que está aprendiendo a vivir?
Si vemos esto en el caso de padres e hijos, vemos relaciones con profundas heridas. Existen casos donde la violencia estuvo muy presente en la infancia y el resentimiento sigue latente, a pesar de que los años y la vida trajeron cambios de actitud y, quizá, una faceta diferente por parte de esos padres que maltrataban y, ahora, son diferentes con sus nietos. Sin embargo, el cambio de actitud nunca incluyó abiertamente las disculpas y el reconocimiento de esos actos, todo se desenvuelve dentro de una nube gris de rencores e inconsciencia.
Perdonar a los monstruos
Perdonar es un acto sumamente complejo, para algunos, como dice Borges: cuando hay perdón ya no hay remordimiento y el olvido es una de las formas del perdón. Por eso yo les recuerdo a mis pacientes, por los cuales tengo una gran admiración y me siento afortunada de ser parte de sus procesos, que también es válido alejarse de las personas que les hicieron daño, que eso es una forma de perdonar: la lejanía y el olvido. En otros casos, esto no será necesario y podrá seguir existiendo un lazo entre las personas, a pesar de esta parte imperfecta que nos lleva, a veces, a dañar a otros. Cuando en el que ha cometido el agravio, encontramos ese proceso de hacer conscientes sus actos y de tener compasión, podemos incluso fortalecer la confianza que es parte del amor.
Quizá recuerden la historia del minotauro, un monstruo de la mitología griega, fruto de un escarceo amoroso entre la reina Pasifae y un hermoso toro blanco enviado por Poseidón. El destino del minotauro estuvo para siempre ligado a su encierro en un laberinto, donde devoraba cada año a catorce jóvenes atenienses, que eran entregados en sacrificio como pago por perder la guerra contra Minos de Creta. Finalmente, el monstruo solitario murió a manos del príncipe ateniense Teseo.
Este monstruo siempre fue víctima de las circunstancias. Como cada ser vivo, no pidió venir a este mundo y menos en la forma en que lo hizo, fruto de la venganza de Poseidón, el dios del mar, que al ver que el rey no cumplió su pedido de sacrificar en su honor a un hermoso toro blanco, se vengó utilizando a su esposa, haciendo que se enamore y mantenga relaciones con el toro. Las circunstancias destinaron al minotauro a ser un monstruo, cada año mataba a catorce inocentes, cada año, cuando le daban la oportunidad, dañaba a otros. Nuestro incomprendido minotauro, también conocido —pues ese era su nombre— como “Asterión”.
Asterión nos cuenta su propia historia, su perspectiva sobre su propia vida, de quién es él; al escucharle, lograremos entender y quizás perdonar su falta de consciencia, gracias al genial Jorge Luis Borges y su cuento La Casa de Asterión:
«Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito) están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí, ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la Tierra.
«Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el Sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo; aunque mi modestia lo quiera.
«El hecho es que soy único […] corro por las galerías de piedra hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. (A veces me duermo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he abierto los ojos). […]
«Cada nueve años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su muerte, que, alguna vez llegaría mi redentor. Desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el polvo. Si mi oído alcanzara todos los rumores del mundo, yo percibiría sus pasos. Ojalá me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?».
Entonces, vemos como Asterión no se percibe a sí mismo como un monstruo, él nos cuenta de su soledad, del aburrimiento, nos revela que el no está encerrado pues, si no sale, es por la gente y cómo reacciona cuando le miran y las respuestas de la personas a su presencia le dan miedo. Él no se da cuenta que mata a los que entran a “visitarlo”, el va a jugar con ellos, y para él simplemente mueren, está esperando a alguien que lo libere (que lo mate) y ve a ese alguien como su redentor, pues si analizamos, para él, la la muerte es su liberación.
Cuantas personas no perciben la real magnitud de sus actos, catalogare estos como actos monstruosos, a fin de que se entienda la razón de traer este cuento sobre el minotauro para ilustrar cómo los seres humanos podemos ser inconscientes del daño que hacemos. Aquí pondré el ejemplo de los padres: si tuviste padres violentos, muchas veces podrás ver justificaciones, negación y hasta pedidos de admiración a sus actos violentos, con él tiempo, al escuchar cómo crecieron ellos, también entenderás por qué son fruto de sus circunstancias y de su propio sufrimiento, queda en ti el perdonarlos y el cómo perdonarlos. Pero, recuerda también tus propios actos monstruosos y el perdón a uno mismo.
Perdonarse es difícil, porque, en primera instancia, reconocer nuestra monstruosidad lo es en sí. Me es difícil verme a mi misma como una persona mala, una persona de actos crueles, pero si me reconozco, si en vez de esperar a mi redentor, me redimo yo misma, podré encontrar el camino para perdonarme.
No soy perfecta, soy Asterión, pero buscaré un espejo en el laberinto de mi vida. Para muchos, esa es la terapia, un espejo. Esta bien poner nuestros actos ante estos espejos para ver, frente a frente, nuestra violencia y todo aquello que nos aleja de la compasión.
En Warayana te invitamos a hacer uso de un recurso espléndido de catarsis, que son “los cuartos de la ira”, donde podrás echar todo el enojo, frustración y demás emociones negativa, liberarlas y permitirte, ya con todo esto volcado, mirarte en el espejo.
Me despido con esto, dejándoles un minotáurico saludo. Más abajo podrán encontrar toda la información de la magnífica institución con la que tenemos convenio, «Crash. Cuarto de ira».
En “Crash” podrás encontrar instalaciones debidamente implementadas para soltar toda esa carga emocional de la que buscas deshacerte.
Muchas veces me he preguntado qué sería si tuviera la total licencia de jugar en cualquier momento y lugar, volver a esa etapa de juego, risas sin control, razón o motivo (a pesar de vivir en nosotros por medio del recuerdo). Es entonces donde podemos ver, a través de nuestra línea de tiempo, la evolución constante de nuestras habilidades, aptitudes y puntos a mejorar. El autoconocimiento como herramienta de mediación hacia una mejor versión de nosotros mismos es fundamental, porque no se ama lo que no se conoce y, por supuesto, es esencial tener la capacidad de introspección para emprender dicho camino.
Comencé siendo una niña muy tímida y encontré que en el teatro podía expresar emociones que eran duras, también tuve que aprender a transformar emociones muy intensas que son las de antes de entrar al escenario, como cuando uno está en camerino, casi paralizado por el miedo, aturdido por la ansiedad, por el pánico, el terror e incluso la preocupación. Ante todas estas emociones tuve que aprender a transformarlas, no voy a decir controlarlas, porque controlar implica una intención de: “quiero que las cosas sean así”, en cambio, en muchas ocasiones es mejor encontrar un método para transformarlas, aceptándolas primero, entonces, empezar a fluir desde un lugar mucho más amoroso, y en segundo lugar, pues ahí está el clown.
¿Qué es un clown?
Es este ser que se pone una nariz roja y hace reír a través de mostrar su propia torpeza, su caos, fracaso o neurosis, todo lo que es tal cual es, pero en estado de juego, es decir, desde esta increíble naturaleza de niños que tenemos que hace más ligero todo, y, conectados pues con esta ligereza de compartirse con el otro (aceptándose primero), logra con el clown lo que es un como regalo, la aceptación a uno mismo: “tal como soy”, con todo el monstruo que llevo adentro y que todos lo tenemos. Esta parte de luz, nuestra parte de oscuridad, pero que el sistema ha dicho que la parte de oscuridad es mala o negativa y que, si la sientes, eres mala persona, cuando resulta ser todo lo contrario, porque identificarla nos ayuda a conocernos mejor y entendernos. En tal sentido, en cuanto a poder entrar a esa zona oscura, el clown nos enseña a reflexionar y decir: “miren, todo mi desastre aquí está y a través de él, me permitiré ver todo este conflicto humano que existe en mi interior”.En este punto, ya llegamos a la palabra base que es la aceptación, y aprender a vivir esta experiencia con una pequeña máscara como ancla a nuestro yo más inocente y sin prejuicios, es justamente un descubrimiento para derrumbar nuestros propios arquetipos (que lo único que hacen es conformar una estructura protectora que impide sentirnos libres), para abrirnos y mostrarnos tal como somos. Para Vigneau (2010), el clown es una herramienta que se basa en el mundo interior de la persona, en relación a sus sentimientos emociones u otros aspectos relacionados, por ejemplo: la sexualidad, el poder o la muerte, y que esto no nos resulte un tema prohibido, sino más bien, ejecutarlo o exteriorizarlo por medio de un performance, donde podamos liberar y abordar lo que se siente al instante, hacia el público, de este modo, nos encontrarnos desnudos de manera emocional.
Aspectos fundamentales
Otra incógnita que surge es la visión del autoconocimiento. Si tuviera que darle una forma o color, sería un punto rojo, así como una pequeña nariz de clown, y es que, todo recae en esta pequeña máscara llena de posibilidades.
Es el clown el inicio a una eterna y fructífera aventura de autoconocimiento inigualable. Pero ¿cómo así?
Primer acto: introspección
Cuando se habla de introspección, nos referimos al conocimiento del sujeto, por medio de la observación y del análisis de sí mismo, en donde puede ir interpretando y ser consciente de aspectos íntimos de forma reflexiva, tanto por medio del recuerdo hacia vivencias pasadas, así como observar e inspeccionar vivencias actuales dónde puede profundizar o develar aspectos propios de su ser. Es el poder de conocerse a sí mismo para construir nuestra identidad.
Segundo acto: autoconocimiento
Cuando hablamos de autoconocimiento, hacemos referencia al conocimiento que tenemos de nosotros mismos en el momento actual. Este conocimiento se seguirá adquiriendo y desarrollando en el transcurso de nuestra vida. Sin embargo, es en el ejercicio cotidiano donde se puede adquirir todo este conocimiento, y así, salir de nuestra zona de confort desde el interior al exterior y viceversa, lo que resulta en un encuentro de comunión, complicidad y comunicación con uno mismo.
Tercer acto: ¡cámaras, luces, clown!
Digamos que el regalo de autoaceptarse es empoderarse, quererse, respetarse y, entonces, cuando uno sea autoaceptado, es cuando ya asumí mi manera de ser. Asumir desde esta ligereza, no es que sea pesado, ni nada parecido. Desde esta idea, compartimos el caos que hay dentro y todo esto que hace que uno se empodere y, por lo tanto, abrirse y compartir con el otro, sin miedo a los juicios de los demás, y es entonces (gracias a esta habilidad) que disminuye el poder de los demás hacia mi, y cuando los juicios de valor terminan, todo mundo se ha quedado en silencio, sin poder hacer una sola burla a nosotros.
Esa escena nos brinda el poder de asumirnos y recibir estos defectos o lo que nuestra mente ve como defecto, algo que sencillamente es tal cual es. La autoaceptación sembró sus frutos y, de la mano de la introspección, nos cultivamos en un grado de crecimiento y expansión maravillosa, de uno mismo, del ser que uno es, y da el regalo de poder compartirse con los demás, de una manera auténtica, es decir, disfrutar lo auténtico que puedo llegar a hacer, disfrutar esa diferencia que yo tengo con los demás, con mi familia, con mi grupo de amigos, con todo lo que me rodea, lo que resulta ser placentero, porque cuando uno se acepta, es muy probable que los demás también lo hagan, pues uno está pidiendo aceptación de los demás todo el tiempo, y, cuando uno lo empieza a hacer, entonces, mágicamente ocurre también, o puede que no suceda. Pero ya no duele y nos mimetizamos en ese estado perenne, en donde nadie tiene más poder que esta bola roja en mi nariz y yo, en ese estado más inocente y puro.
Unocc, G. A. (2023). El arte de clown como estrategia para el desarrollo de habilidades sociales en estudiantes universitarios. Horizontes. Revista De Investigación En Ciencias De La Educación, 7(27), 493–508. https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v7i27.532
Vigneau, A. (2010). El Clown esencial: El arte de reírse de sí mismo. Madrid: La Valle.
El otro día tuve un sueño muy extraño, soñé que veía la palabra «Diferente» por todo lugar al que iba, incluso la miraba en las paredes dibujada. Ese sueño me gustó. De allí, surgió una interrogante: ¿Qué significa ser diferente? Para mí, ser diferente es una elección y además, es el tratar de no usar clichés, frases repetidas, expresiones comunes, etc.
Las frases repetidas existen, cuando se presentan cosas similares que pasaron nuestros amigos, conocidos, familiares, etc., y creemos tener la fórmula para su solución. Cuando, en realidad, debemos recordar que cada caso es único y, en algunos casos, requiere una atención personalizada por un especialista (por eso existen los terapeutas y los psicólogos, por ejemplo). Dentro de estas frases también puede haber refranes que se usan porque nos dejamos llevar por sesgos cognitivos, es decir, juicios inexactos. Las expresiones repetidas también abundan cuando hay una falta de originalidad en el procesamiento de pensamiento. ¡Y qué difícil es ser original! Ser original radica en desprenderse de muchas cuestiones, como juzgamientos, modelos, ideas y estereotipos establecidos.
La repetición, ¿por qué se da?
La repetición se siente segura, tener la comodidad de saber lo que viene a continuación, así como una rutina familiar reglamentada puede ser realmente útil y funciona para muchas personas.
Loveday (2021) afirma que «no tener que lidiar con muchas situaciones nuevas y muchos desafíos desconocidos es cómodo». Por tanto, podemos decir que usamos frases repetidas, porque nos sentimos seguros de que diremos cosas apropiadas que ya están aceptadas dentro de un determinado contexto, por ejemplo:
«Cuidado, que se te pasa el tren» (a una mujer que no se casa aún).
«Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente» (quien aparenta pasividad lo superan otros).
«Lo que fácil llega, fácil se va» (cuando obtenemos algo sin esfuerzo, no lo valoramos y puede irse rápido).
«Soltero/a, pero no solo/a»(en referencia a libertinaje o tener compañeros sexuales o con derechos).
«Calladito/a te vez más bonito/a».
«El que con muchas juega, con ninguna se queda» (alusión a la infidelidad).
«A un hombre rico, no reparéis si es feo o bonito» (alusión a la importancia material).
«Mujer que sabe latín, ni encuentra marido, ni tiene buen fin».
Si bien en el transcurso de la historia, los refranes, pensamientos e ideas de grandes figuras nos han servido para acumular sabiduría y entender los entrecejos de la vida, de todos modos, es importante ser originales, pero, sobre todo, aprender a fomentarla en la sociedad. Por ejemplo, está demostrado que dar libertad a los trabajadores aumenta el rendimiento; la saturación de la rutina apaga a cualquier empleado.
La originalidad es más que importante y se debe fomentar, todo lo que pongamos en práctica con método y disciplina lo podemos lograr, por ejemplo: empezar a pensar muy bien las palabras que vamos a decir, para no repetir clichés o frases trilladas. Podemos escribir en una libreta todas las ideas que se nos vengan a la cabeza, por muy disparatadas que parezcan. No juzgar ninguna reacción, ni dar por hecho alguna acción. Tratemos de dejar la impulsividad de lado y seguir nuestra intuición y emociones en determinados momentos.
La creatividad nace del dejarse llevar, como cuando uno se mece en las olas del mar; la creatividad es no tener miedo al qué dirán y mostrar con seguridad nuestras ideas. Por ello, a la sociedad debe educársele para aceptar nuevos conceptos, estar abiertos ante ideas desafiantes, ideas raras, controversiales, pero que al final tengan un fin humano, el de representar un sentimiento profundo. Todo lo que sea una expresión con un fin lógico y «mágico» es bueno.
Como dijo Johann Wolfgang von Goethe: “La originalidad no consiste en decir cosas nuevas, sino en decirlas como si no hubiesen sido dichas por otro”.
Para finalizar, les dejo una pequeña lista de figuras famosas y originales, adelantadas a su tiempo:
Charles Chaplin: Adquirió gran popularidad en el cine mudo gracias a las múltiples películas que realizó con su personaje Charlot.
Madonna: Ha sido elogiada por los críticos por sus producciones musicales y puestas en escena, lo que le dio el título de la «Reina del Pop».
Picasso: Pintor, creador del cubismo.
Kraftwerk: Banda alemana, creadores de la música electrónica.
Björk: Cantante y compositora reconocida por hacer música experimental, alternativa y vanguardista.
Desde la psicología, la adultez involucra madurez y factores internos como la autonomía, autocontrol y responsabilidad afectiva, que acompañan una serie de logros como el descubrimiento de la propia identidad, la independencia de los padres, el desarrollo de valores y establecer relaciones.
En el cine, esto se ha reflejado en películas icónicas, un ejemplo podría ser la película Si tuviera 30, una comedia romántica donde acompañamos a Jenna, una adolescente topándose con un mundo, aparentemente idealizado, donde se da cuenta que la vida adulta es mas compleja de lo que imaginó y que, a partir de malas decisiones, decide tomar mejores en una segunda oportunidad.
Si tuviera 30 (2004). Revolution Studios.
Esta película representa la dificultad de llegar de la adolescencia hasta la vida adulta, muestra lo abrumador que puede llegar a ser, y que es necesario el desarrollo de autonomía y resiliencia.
Asimismo, la construcción de relaciones es parte de esta etapa. Una cinta que retrata esto es Yo antes de ti, una comedia romántica que acompañamos a una intrépida Louisa que trabaja para apoyar a sus padres y se enamora de su empleador quien tiene una condición física. Al ser una de las primeras relaciones de la protagonista, tiende a ser muy enrevesado.
Yo antes de ti (2016). Metro-Goldwyn-Mayer, New Line Cinema, Sunswept Entertainment.
Estos dos ejemplos, visibilizan, de cierta manera, el paso a una nueva etapa y los desafíos de esta.
El cine también proyecta lo que socialmente se representa en distintos grupos sociales, edades y lugares; y que sigue un patrón evolutivo utilizado por el séptimo arte. Tanner (2006, en Papalia, 2010) nos da una explicación a todos estos procesos, él menciona que esto debe al recentramiento denominado como el proceso que fundamenta el cambio a una identidad adulta que consta de tres etapas donde el poder, la responsabilidad y la toma de decisiones transmitido por la familia.
Como último ejemplo, tenemos a la película Mis dos vidas, donde Natalie (interpretada por Lili Reinhart) pasa de la preparatoria a cumplir sus sueños, sin embargo, vemos dos historias donde ella quedó embarazada y tomó otro camino, y cómo en cada una, Natalie intentará salir adelante con el apoyo de sus padres.
Mis dos vidas (2022). Screen Arcade, CatchLight Studios
Aunque la vida adulta parezca complicada, frustrante y abrumadora es un estado al cual hay que adaptarnos, ser analíticos y comprender que es parte de nuestras vidas. La vida adulta nos abre puertas a nuevos momentos, nuevas relaciones y oportunidades.
Y tal como dijo una vez el psicólogo Erik Erickson: “Cuanto más te conoces a ti mismo más paciencia tienes para lo que ves en los demás”, esto es una invitación a desarrollar un autoconocimiento en fortalezas y debilidades; y ello también se verá reflejado en nuestras relaciones interpersonales.
Lo más importante es estar en el presente, ser consciente de cada etapa que transitamos, de lo que adquirimos, de lo que aprendemos y cómo vamos construyendo la vida que cada uno quiere para sí mismo.
Posdata: Disfruten de estas películas, las pueden encontrar en Netflix.
Referencia
Papalia, D. (2010). Desarrollo Humano. McGraw Hill
Las relaciones románticas se conocen simplemente como aquellas relaciones en las que existe un interés y acuerdo mutuo entre dos personas. Se caracterizan porque son elegidas voluntariamente, porque existe algún tipo de atracción, ya sea basada en la apariencia física, intereses, habilidades de la persona o en su personalidad, y por último, porque implican expresiones de intimidad, protección y apoyo. Pero… ¿Qué se cumplan estos requisitos es hablar de amor? La respuesta corta es que ¡no!, vamos a profundizar a continuación.
¿Qué requiere el “verdadero” amor?
Creo que la literatura es el arte más hermoso para explicar cosas complejas, por ello, evocaré a la obra El Principito, escrito por el autor Antoine de Saint Exupéry. En un extracto del libro, donde interactúan los personajes del principito y el zorro del desierto, se explica algo que, en términos más complejos, encontramos en el libro de Erich Fromm, El Arte de Amar, este episodio nos explica la parte esforzada de un amor que va más allá de una atracción hormonal y de procesos neuroquímicos, que algunos confunden con el amor a primera vista o con los llamados flechazos. Habla en cambio de lo que algunos conocemos como amor fatuo (de amigos y compañeros) o amor de construcción (de pareja), en el caso del público general lo que conocen como “amor verdadero”, que, en sentido amplio, ellos asocian a la durabilidad de una relación, a estar juntos a pesar de los problemas y, en el mejor de los casos, lo asocian a una relación tranquila y equilibrada, en el marco de la pareja.
El principito quería ser amigo de un zorro del desierto, este le dijo «¡ven a jugar conmigo!, estoy tan triste».
EL zorro le dijo: «No puedo jugar contigo, no estamos familiarizados».
«¿Qué significa familiarizar?», pregunta el niño.
El zorro contesta, «es una cosa demasiado olvidada, significa crear lazos. Para mí no eres todavía más que un muchachito parecido a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a cien mil zorros. Pero, si nos conocemos, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo…».
«¿Cómo nos conocemos?», dijo el principito.
«Hay que ser muy paciente», contesta el zorro, «te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo, pero cada día podrás sentarte un poco más cerca…».
Al día siguiente volvió el principito.
«Hubiese sido mejor regresar a la misma hora», dijo el zorro. «Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a estar feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro, estaré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón… Los ritos son importantes. Solo se conocen las cosas a las que dedicas tiempo, los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada, compran las cosas hechas a los mercaderes, pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. ¡Si quieres un amigo, conóceme!», dice el zorro.
En conclusión, las relaciones que creamos con las personas requieren el conocimiento del otro, si realmente queremos que no sean superficiales es necesario dedicar tiempo para conocer. También requieren de paciencia y de constancia, no basta con hacer algo por otro un día o hacerlo unos días sí y otros no, hay que ser constantes en el cariño, en la búsqueda de frecuentar la compañía, en la escucha hacia el otro. Los ritos son importantes porque nos hablan de hacer ciertos actos permanentemente, de tener designados un tiempo y esfuerzo para los mismos.
Indica acertadamente Erich Fromm que el amor implica cuidado. Por ejemplo, es especialmente evidente en el amor de una madre por su hijo que ninguna declaración de amor por su parte nos parecería sincera si viéramos que descuida al niño, si deja de alimentarlo, de bañarlo, de proporcionarle bienestar físico; y creemos en su amor si vemos que cuida a la criatura. Lo mismo ocurre incluso con el amor a los animales y las flores: si una mujer nos dijera que ama las flores, y viéramos que se olvida de regarlas, no creeríamos en su «amor» a las flores. El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos. Cuando falta tal preocupación activa, no hay amor. Entonces también vemos (si reflexionamos en el primer ejemplo), que en el amor esta presente el valor de la responsabilidad de la madre a su hijo, ya que forma parte del amor el atender las necesidades de su pequeño. Asimismo, en el amor entre adultos, se ve la responsabilidad al cuidar las necesidades psíquicas de la otra persona.
La responsabilidad podría degenerar fácilmente en dominación y posesividad, si no fuera por un tercer componente del amor, el respeto. Respeto no significa temor y sumisa reverencia; denota, de acuerdo con la raíz de la palabra (respicere = mirar), la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única. Respetar significa preocuparse por que la otra persona crezca y se desarrolle tal como es, de ese modo, el respeto implica la ausencia de explotación. Quiero que la persona amada crezca y se desarrolle por sí misma, en la forma que le es propia, y no para servirme.
El respeto solo existe sobre la base de la libertad; el amor es hijo de la libertad, nunca de la dominación. Respetar a una persona sin conocerla, no es posible; el cuidado y la responsabilidad serían ciegos si no los guía el conocimiento. El conocimiento estaría vacío si no lo motivara la preocupación, la empatía.
Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve… Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor… Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo, nadasabe acerca de las uvas.
Paracelso
Después de todas estas reflexiones, seguramente notaremos que muchas de las relaciones que vemos en nuestro entorno no son de amor, pues muchas veces hay ausencia de valores en los individuos, y, por tanto, en las relaciones que conforman. Hay muchos factores que pueden volver a una relación malsana, y no hay que olvidar que, en cada caso, veremos que una o ambas personas tienen conductas o muestran patrones de comportamiento «tóxicos» en mayor o menor medida, según sea el caso.
Las «relaciones tóxicas» son relaciones con comportamientos disfuncionales, entendidos como aquellos que no permiten, o cohíben el crecimiento individual, inhiben la expresión psicoafectiva, lo cual afecta a las emociones, conductas y cogniciones de las personas que forman parte de la relación. En sí, la relación tóxica hace que una persona sea un amo y el otro un esclavo; en las relaciones de maltrato, esta dinámica se mantendrá con la sumisión o el vínculo traumático de uno de los lados. En otros casos, habrá una lucha de poder, es decir, habrá reclamos mutuos, cargados de manipulación, de culpabilizar al otro, de insultos o más (violencia), todo esto con el fin de que el otro se someta,
Es bueno entender qué es el verdadero amor, pues cuando escuchamos que otros están pasando por un problema o decepción, o cuando nosotros mismo nos desilusionamos, empezamos a satanizar al amor o a acusarlo de ser muy complicado por asociarlo al maltrato o a estas luchas de poder, a estas relaciones que no son de amor, y que no deberíamos aceptarlas en nuestra vida. El amor es complicado por otras razones, pues ser una persona de valores y con principios requiere de madurez y de estoicismo, es complicado porque el tiempo y la dedicación amerita que estemos presentes, que escuchemos activamente, y que comuniquemos. Hablar con los otros de forma tranquila, en el tono de voz adecuado, con las palabras correctas, ello significa que tenemos la capacidad de ser asertivos.
Debemos poner en practica todo lo mencionado, no solo en los días bonitos, no solo mientras dura el enamoramiento (y no deberíamos confundir estar enamorados con amar). Es complicado por los días donde tenemos poco tiempo, cero ganas de conversar, los días donde algo nos puso de mal humor y entonces debemos poner un esfuerzo extra, días donde debemos darnos un momento para gestionar esas emociones con las que venimos cargados, gestionarlas con un paseo a solas, con respiración diafragmática, con una ducha u otras formas, y tomar aire para ser esas personas que respetan, que son responsables y cuidadosas, que se alegran por las alegrías del otro y sufren con su sufrimiento. Debemos estar listos para una conversación o un abrazo con ese ser humano que tenemos delante… Listos para ser esas personas que saben amar.
Por supuesto, este amor de calidad es real, se extiende a todos nuestros seres queridos, a la humanidad y la naturaleza, porque si hemos llegado a este punto de la lectura y vimos todos los valores que rodean al amor, nos daremos cuenta de que amar es más que lo que sentimos por un solo ser humano, es una capacidad que poseemos, la cual puede estar estropeada o nutrida, depende de qué tanto pongamos en práctica los valores mencionados en nuestra vida diaria. No siempre es sencillo pero qué bello y qué grande es poder decir: yo amo.
Referencias
Fromm, E. (1977). El Arte de Amar, una Investigación sobre la Naturaleza del Amor. Buenos Aires: Paidos.
Saint – Exupéry, A. d. (2004). El Principito. México D.F.: Publimexi
Si ya fuera poco (o mucho) lidiar con el dolor físico, a muchos se les hace más complejo superar una pérdida. Un objeto significativo, un recuerdo, algo que nos recuerde a alguien especial. Tal vez resulta sencillo, decirlo cuando uno puede ser el espectador en estos escenarios. No obstante, creemos que solamente el duelo se da por una pérdida física. En estas ocasiones se piensa que el duelo se experimenta de modo físico cuando, en realidad, hay muchos otros mecanismos o modalidades de cómo se vive o manifiesta.
Definición:
La palabra duelo bajo este contexto en su sentido etimológico, se expresa como dolus que significa dolor en latín, lo cual deriva el verbo dolere que se entiende como sufrir pena o doler.
¿Qué hago con todo esto?
Pensar en todo lo que perdimos podría resultar una ganancia, entendiendo si esto generó un cambio positivo, porque muchas veces nos negamos a la realidad debido a las altas expectativas que se pueda generar.
Debemos entender que en múltiples investigaciones, el duelo es considerado como un factor de riesgo, y que actualmente se ve avalado y considerado como un factor en diversas enfermedades. Es por eso que algunos autores han estimado que alrededor del 20 % de los pacientes atendidos en hospitales psiquiátricos tienden a un duelo no resuelto.
Estudios también realizados en distintos países han encontrado que la experiencia del duelo por muerte de familiares tiene un efecto sobre el sistema endocrino e inmune. Asimismo, un fenómeno frecuente es el miedo de los dolientes a encontrar la misma enfermedad que acabó con la vida del enfermo y tenemos que ver el duelo como un problema de salud en este sentido (elevando la morbilidad y la mortalidad de los dolientes).
Un claro ejemplo de pérdida y duelo es la relación entre los poetas Horacio Quiroga y Alfonsina Storni, quienes atravesaban el cáncer de manera simultánea en estado terminal. Una enfermedad que inspiró a la poeta argentina a dedicarle uno de los poemas más emotivos a su amigo. Tales líneas expresan el dolor del duelo por su muerte y el malestar que le generó a Alfonsina ya que sabemos el desenlace que esto significó.
Morir como tú, Horacio, en tus cabales, y así como siempre en tus cuentos, no está mal; un rayo a tiempo y se acabó la feria … Allá dirán.
No se vive en la selva impunemente, ni cara al Paraná. Bien por tu mano firme, gran Horacio … Allá dirán.
“No hiere cada hora –queda escrito-, nos mata la final.” Unos minutos menos … ¿Quién te acusa? Allá dirán.
Más pudre el miedo, Horacio que la muerte que a las espaldas va. Bebiste bien, que luego sonreías … Allá dirán.
Sé que la mano obrera te estrecharon, mas no si Alguno o simplemente Pan, que no es de fuertes renegar su obra … (Más que tú mismo es fuerte quien dirá.)
Alfonsina Storni
Etapas del duelo
Como toda experiencia humana el duelo es un proceso, el cual se comprende en cinco etapas:
Según la psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross, en su libro On death and dying (Sobre la muerte y el morir), estudio que se realizó en pacientes terminales en la Universidad de Chicago, nos explica también que este proceso resulta ser de forma sucesiva, sin embargo, insiste que el duelo no es un proceso que sea lineal o rígido.
Negación:
La pérdida es la reacción que se produce frente a un estado de shock y un embotamiento emocional incluso en un aspecto cognitivo esta fase del duelo implica una negación a dicha pérdida.
Ira:
Debido a la negación esto puede desencadenar sentimientos de frustración que van asociados a mucha impotencia respecto a la incapacidad de no poder cambiar o modificar las circunstancias de la pérdida, la frustración lleva a que el enfado, y la ira se vuelve un proceso mucho más complejo, asimismo, se atribuyen a sentimientos de culpa como mecanismos de poder salvaguardar el estado emocional de la persona.
Negociación:
Se expresa aquella esperanza que se experimenta y se desea por la pérdida se anhela volver a vivir la vida como era antes.
Depresión:
Es la manifestación más consciente de la pérdida y se puede expresar la tristeza y también el rechazo hacia los otros, mostrando la incertidumbre y el miedo es en este momento, donde se debe brindar más apoyo hacia la persona que está pasando una crisis notable frente al duelo.
Aceptación:
Según lo que nos comenta Kübler-Ross en el modelo, la aceptación es el último estadio de calma asociado a la comprensión de la pérdida o de los fenómenos asociados relacionados a esta última etapa inevitable de la pérdida o del proceso del duelo. Es un proceso de reflexión y retrospección acerca de esta etapa final.
Sabemos que el duelo no solo es por la pérdida de un ser querido, un objeto material de mucho valor simbólico, sino también se puede hablar de duelo por la patria que nos vio nacer. Tal es el caso de la poeta uruguaya Cristina Peri Rossi. Quien se exilió en España durante la dictadura de su país en 1972 abrazando un nuevo hogar en la madre patria, siendo más específicos en Barcelona, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera literaria. Años más tarde, en el 2021, sería galardonada con el premio Miguel de Cervantes por su amplia trayectoria, que, por supuesto, abarca los grandes conflictos y dilemas que ocasiona el exilio.
Dedicatoria
A Mercedes Costa
A todos aquellos navegantes
argonautas de un país en ruinas
desaparecidos en diversas travesías,
varias,
que un día emprendieron navegaciones
de inciertos desenlaces.
Cristina Peri Rossi
Por otra parte, entendemos que también el sufrimiento humano que se encuentra adherido a nuestra condición puede ser causado por diversas causas y supeditado por múltiples factores, siendo estos distintos. Sin embargo, es un proceso sumamente normal, en el cual se debe evitar el mayor daño y poder superarlo, o, en su defecto, vivir comprendiendo y entendiendo ese duelo en nuestra vida. Es por esto que el duelo representa pérdida en el sentido amplio de la palabra y se puede subdividir en distintos tipos de duelo.
Duelo: El duelo normal como lo conocemos, se caracteriza por ese estado de pensamientos repetitivos que nos recuerdan con particularidad aquellos sucesos antes, durante, e incluso, después de la pérdida; habitualmente, es un proceso que alcanza la superación en un plazo no superior entre los seis meses a un año.
Duelo anticipado: Como su nombre lo dice, se manifiesta antes de que ocurra la pérdida, un ejemplo de esto es cuando se diagnostica alguna enfermedad: la persona comienza a experimentar de manera prolongada y anticipada el sufrimiento inevitable de la pérdida, y requiere el apoyo de seres queridos para poder superar el dolor físico emocional o intelectual que este le puede causar en el futuro más próximo.
Duelo sin resolver: Este tipo de duelo se sigue manifestando aún cuando el tiempo haya pasado de manera prolongada, entre un periodo de 18 a 24 meses (periodo normal de duelo). El dolor que se puede presentar incapacita a la persona a que sea capaz de seguir con su vida y asimile los cambios que ocasiona la pérdida, incluso es probable que conserve muchas cosas o propiedades de la persona que se fue, lo que podría producir conductas asociadas que generarían aún más complicaciones.
Duelo crónico: El dolor crónico es muy parecido al duelo prolongado, sin embargo, este manifiesta una duración excesiva que nunca llega a una conclusión satisfactoria. La persona que lo sufre es muy consciente de que no consigue terminar con el dolor que padece por la pérdida, incluso manifiesta el malestar hasta la propia muerte o término de su vida.
Dolor ausente: Se produce cuando la persona está en una constante negación sobre dicha pérdida y manifiesta esperanza de modo infundado, padece un intenso cuadro de ansiedad y queda detenida en la primera parte de la evolución del duelo, es decir, en la negación.
Duelo retrasado o aplazado: El individuo muestra una reacción insuficiente al momento de la pérdida, muchas veces, luce como una persona aparentemente fuerte capaz de lidiar con la situación, y esto se debe a que puede presentar una falta de apoyo social, así como sentirse abrumado frente a la pérdida. Sin embargo, también podría reaccionar de forma exagerada por contener todo el dolor que se acumula en dicha circunstancia.
Duelo inhibido: A diferencia del duelo ausente, este no se manifiesta como un mecanismo de defensa para evitar o rehusar el dolor de la pérdida, sino más bien, se presentan problemas de índole somático, incluso diversas manifestaciones o limitaciones del individuo le piden expresar el duelo.
Muchas veces, el proceso de duelo es una oportunidad de transformación. Ese es el caso del poeta argentino Juan Gelman, quien, a fines de 1989, recibió la grata noticia (pese a una larga espera de trece años) de que gracias al equipo de antropología forense argentino y mediante investigaciones y exhumaciones, identificaron a su hijo Marcelo Ariel, quien fue secuestrado junto con su hermana Nora Eva, y también la esposa de su hijo, María Claudia, y un amigo de su familia, quienes habían sido retenidos y llevados al centro clandestino de detención de Orletti, en el barrio porteño de Floresta. María se encontraba con siete meses de embarazo al momento del secuestro; fue llevada al Uruguay donde fue asesinada luego de dar a luz. Sin tener conocimiento del sexo de su nieto o nieta, Juan Gelman le dedica una linda carta:
Carta abierta a mi nieto (fragmento)
Me resulta muy extraño hablarte de mis hijos como tus padres que no fueron. No sé si sos varón o mujer. Sé que naciste…
Ahora tenés casi la edad de tus padres cuando los mataron y pronto serás mayor que ellos. Ellos se quedaron en los 20 años para siempre. Soñaban mucho con vos y con un mundo más habitable para vos. Me gustaría hablarte de ellos y que me hables de vos. Para reconocer en vos a mi hijo y para que reconozcas en mí lo que de tu padre tengo: los dos somos huérfanos de él. Para reparar de algún modo ese corte brutal o silencio que en la carne de la familia perpetró la dictadura militar. Para darte tu historia, no para apartarte de lo que no te quieras apartar. Ya sos grande, dije.
Escrita en 1995 y publicada en Brecha, el 23 de diciembre de 1998.
Finalmente, en el 2000, el poeta y periodista conoció a su nieta, Macarena, de 24 años.
Recordemos que superar el duelo no es sinónimo de resignación, sino la aceptación hacía nuevos cambios en nuestra vida. Muy por el contrario, lo que perdimos se hará presente, de alguna u otra manera, y comenzar a disfrutar de nuevo nuestras rutinas no es una traición a ese recuerdo, sino una reafirmación a algo mucho mejor, el camino a la felicidad desde otra arista del cristal. Confiemos en los procesos.
Pensamos muchas veces que la ficción está muy lejos de la realidad, hace ya algunos años nos enfocábamos en ver una película, la trama que lleva y una vez de terminarla de ver, no pensábamos más allá de por qué sucedió, o quizá reflexionar e investigar acerca de lo que ocurría con el actor principal, tras los sucesos ocurridos y el estado emocional en el cual se encuentra.
El Francotirador narra la historia de Chris Kyle, el soldado norteamericano que más bajas causó durante la guerra de Irak. Con más de 160 muertes registradas, es enviado a Irak con la única misión de proteger a sus hermanos de armas, su precisión milimétrica salva incontables vidas en el campo de batalla y al propagarse las historias de sus valerosas hazañas se gana el apodo de “Legend”. Sin embargo, su reputación también crece tras las líneas enemigas, lo que pone precio a su cabeza y lo convierte en el blanco principal de los insurgentes. El desempeño del francotirador hizo que ofrecieran 80.000 dólares por terminar con él y fue conocido como el “Diablo de Ramadi”, debido a su precisión a la hora de eliminar objetivos. Esta historia muestra la trayectoria de una persona que debió afrontar ser el verdugo de otros por una cuestión de bien común. Un relato que hace reflexionar al lector sobre los límites morales en épocas de guerra. Además, en su casa también se enfrenta a un tipo diferente de batalla tratar de ser un buen esposo y padre desde el otro lado del mundo, también explica las secuelas de las decisiones que siguieron al soldado Kyle hasta el prematuro fin de sus días, abatido por un excompañero del ejército mientras lo ayudaba a superar su grave estado de estrés postraumático. (Librería Communitas, 2015)
Trastorno por estrés postraumático (TEPT)
Es un evento que involucra directamente haber experimentado o presenciado una amenaza inmediata a la vida propia o de otra persona.
Sucede cuando el recuerdo de un evento traumático como la guerra o una agresión causa sufrimiento físico o mental.
Las personas con trastornos por estrés postraumático pueden volver a experimentar su trauma a través de pesadillas, flashbacks y pensamientos intrusivos. El trauma de estas formas puede conducir a cambios de comportamiento. Asimismo, pueden empezar a evitar entornos y situaciones que les recuerdan el trauma con frecuencia, tienen un sentido de hipervigilancia, estando siempre en guardia, o de sobreexcitación, con una respuesta exagerada de sobresalto al menor estímulo.
Estos pensamientos y comportamientos pueden generar dificultad para dormir e irritabilidad general, lo que puede provocar explosiones de enojo o frustración.
Patologías
Debemos saber también el que una persona desarrolle también TEPT o no, como respuesta a un trauma depende de varios factores diferentes, por ejemplo:
Trauma interpersonal: elcausado a través de otra persona, como una agresión sexual o un salto violento, generan TEPT con mas frecuencia que los accidentes o que las catástrofes ambientales.
Para sobrellevar el trauma es muy recomendable tener una red de apoyo social, esto puede ayudarle a lidiar con traumas futuros.
Dato importante:
Además, las personas que sufren trauma extremo en la infancia tienen más probabilidades de desarrollar TEPT en respuesta a otros traumas que enfrentan en la vida adulta.
La frecuencia con la que una persona que está pasando por tiempos difíciles, decida recibir terapia psicológica. Sin embargo, también es muy frecuente que esa persona no comunique a la gente de su entorno que la está recibiendo. Acudir al psicólogo,es el bienestar emocional de la salud mental.