La percepción ha tenido múltiples miradas a través de los años, se ha visto desde muchas corrientes como el estructuralismo, gestalt, constructivismo, etc. Pero en este apartado revisaremos a la percepción como concepto cognitivo/perceptivo que nos lleva a dar diferentes significados a lo vivido.
Todos vemos el mundo de una forma diferente, la percepción no solo se refiere a cómo recibimos los estímulos mediante los sentidos, sino también a cómo la mente procesa lo que estamos presenciando.
La percepción, usualmente, es definida como la capacidad de los organismos para obtener información sobre su ambiente, a partir de los efectos que los estímulos producen sobre los sistemas sensoriales, lo cual les permite interaccionar adecuadamente con su alrededor.
Claramente, la percepción se da —a primeras instancias— mediante los sentidos; sin embargo, se trata de información que es captada por el cuerpo, a la que se le dará un significado luego de todo un proceso cognitivo.
Justo en este punto es que se da la diferencia entre sensación y percepción, que a veces son confundidas; la segunda se refiere a la interpretación de los estímulos que recibimos, en base a la cultura, costumbres, experiencias y necesidades propias de cada persona.
Green, Fairchild, Knudsen & Lease-Gubrud (2022) comentan que el proceso de la percepción tiene tres etapas:
Estimulación sensorial y selección
En la primera etapa recibimos una abrumadora cantidad de estímulos, sonidos, olores, sabores, temperatura, colores, movimientos, etc, y pese a su recepción, no podemos atenderlos a todos; es entonces cuando iniciamos la selección sensorial, este es el proceso por el cual elegimos a qué estímulo le prestaremos atención, todo ello, casi siempre de manera inconsciente y, normalmente, guiado por nuestras vivencias, necesidades, limitaciones, expectativas, preferencias e intereses.
Organización
Lógicamente, es necesario que nuestro cerebro ordene lo que recibimos, por ello, utilizamos las plantillas que nos han sido enseñadas para poder procesar la información. Por ejemplo, diferenciar entre lo bueno y lo malo, o reconocer el prefijo de un número telefónico de otro país, etc. Asimismo, ocurre la proximidad que trata la manera en la que vemos las cosas dependiendo de lo que está a su alrededor; también se produce la agrupación dentro de este último aspecto, en el que asignamos características o rasgos similares a los items o cosas que lo rodean.
Las percepciones simples suelen ser de agrado para nuestro cerebro, debido a ello, las primeras impresiones son importantes y nos dejamos llevar por lo que inicialmente creemos de alguna situación o persona, por ejemplo, los estereotipos.
Interpretación
Este último paso representa la manera en la que damos sentido a nuestras vidas, y determinamos lo que significa para nosotros. Aquí es cuando se presentan las vivencias, necesidades, limitaciones, expectativas, preferencias e intereses que nos llevan a dar una opinión o reacción ante un estímulo.
Todo el proceso de la percepción es complejo, y es impresionante como nuestro cerebro es capaz de traducir, organizar y reaccionar a estímulos durante toda nuestra vida, de manera automática, casi el 100 % de las veces.
Es importante recordar que lo que hemos vivido, el lugar del que venimos, las personas con las que nos hemos relacionado, la religión que seguimos, etc., nos llevará a tener una mirada diferente de lo que nos ocurre, por ello intentemos ser empáticos y entender lo que hay entre los sentidos y la mente.
Antes de escribir este artículo, me limitaban mucho mis ideas de exponer mi vida e imagen como profesional de la salud mental envuelta en esta situación. Quienes saben un poco más de mi, conocen mi historia familiar; soy casada, tengo dos hijas, una de once años, otra de seis, y un pequeño bebé con apenas días de nacido, que me ha llevado a conectar con mi vulnerabilidad y esa parte sensible que no me gusta reconocer en mí. Es más fácil mostrarse fría, tener las cosas bajo control, y con una respuesta que ayude a la esperanza. Pero, decidí hacerlo porque es una forma de sanar.
A quienes son mis pacientes, muchas veces, les dije que escribir es terapéutico, y que las veces en que he escrito artículos para el blog han sido durante momentos que necesitaba conectar conmigo y reconocer mis emociones. Espero poder ayudar a algunas mamás que estén pasando esta etapa. Ya seas primeriza o tengas tu cuarto hijo, cada experiencia es distinta.
Este tiempo he estado leyendo mucho sobre la depresión postparto, o artículos de cómo puede afectarnos la llegada de un nuevo ser a nuestra vida; nadie niega que no lo hayas esperado tanto y que deberías estar contenta y agradecida, porque ya está contigo; pero se olvidaron de decirnos que la maternidad duele. Duele ya no tenerlo en tu vientre, no poder hacer las cosas que hacías antes, dejar de sentirte reconocida en tu trabajo; duele dar de lactar; las malas noches; el cansancio; ver que tu cuerpo que ya no es el de antes; afecta esa carga hormonal que estaba a mil con el bebé dentro, y hoy, ya no está; frustra la ansiedad que sientes por si acaso podrás terminar tus cosas a tiempo, antes de que despierte el bebé; apena no tener tiempo de pareja, y pensar que tu relación puede llegar a su fin, porque eres invisible para él; destroza no tener el mismo tiempo, ni la sonrisa y energía para los tuyos cómo te veían antes… Y así, una lista interminable de la que no se habla mucho, porque se ha idealizado «la maternidad».
Según la sociedad, el fin y felicidad de toda mujer debe ser el tener una familia o casarse; cuanta mentira nos metieron las novelas y cuentos de hadas, desde esas creencias absurdas de que «el amor debe ser sufrido» y que «el matrimonio es para siempre, así tu salud mental o física esté en peligro», Todos esos mensajes equivocados han hecho que veamos el amor hacia el otro y no hacia uno mismo, lo que hace que anulemos o posterguemos nuestras necesidades y satisfagamos la de los otros. ¿Y por qué menciono esto? Porque al comienzo la maternidad puede verse así, dar de lactar o dar biberones antes de tomar desayuno, despertarse por alguien que necesita que lo atiendas, así no hayas pegado el ojo toda la noche… La maternidad, al inicio, es de alta demanda y sí se sufre; no pretendas que en el primer mes, puedas hacer todo lo que hacías antes, o estar súper-arreglada, bañarte todos los días, tener una sonrisa deslumbrante… Ideas completamente falsas; por eso, cuando nace un bebé, él estará protegido y con buenos cuidados, más sin embargo, quien necesita apoyo es la nueva mamá para manejar los cambios de su ser, de su cuerpo y de su antes vida.
Las redes sociales y medios de comunicación ponen imágenes de mamás puerperinas, alegres, sin ojeras y dando de lactar, completamente realizadas, poco real, ¿no? Eso te hace sentir como una extraterrestre, con miles de dudas de por qué yo no vivo mi maternidad así. Por qué me duele cada vez que doy teta, o por qué mi ropa termina manchada de leche; mi mirada anda perdida por extrañar mi yo de antes, y me pregunto, ¿qué estaría haciendo hoy, meses atrás? Pero la realidad no es esa, la realidad es que estoy en mi cuarto, metida las veinticuatro horas, siete días a la semana, atendiendo las necesidades de un ser pequeñito, tomando muchísimo líquido para tener leche, y, con mis emociones cómo una montaña rusa, que van desde sentir ternura, hasta querer desaparecer por un momento.
Así es cómo hoy me siento, y qué bueno es hablarlo con mi red de apoyo, porque no soy la única que vivió su postparto así. Debido a mi alta vulnerabilidad, conversé con muchas amigas mamás, donde tuve que quitarme el papel de psicóloga, mostrarme humana y frágil; al fin me sentí comprendida… Muchas pasaron depresión postparto, otras, melancolía postparto, varias la manejaron más rápido, y algunas ni la sintieron. Seguro que has escuchado de ese término…
Aquí te lo defino teóricamente: La depresión posparto o posnatal es diferente de la melancolía que se siente después del parto. Suele aparecer entre dos y ocho semanas después de dar a luz, pero puede darse hasta un año después del nacimiento del bebé. “Uno de los aspectos importantes de la depresión posparto es que no es solo un sentimiento de tristeza”. (Stuebe, en Rich, s/f). Los sentimientos de ansiedad intensa, también son una característica común de la depresión posparto.
Algunos síntomas de la depresión posparto, a los que debe prestarse atención, son la sensación de agobio, el llanto persistente, la falta de lazos de afecto con el bebé, y las dudas sobre la propia capacidad para cuidar de una misma y de la criatura.
“Todos nos preocupamos por nuestros hijos, pero [las mujeres que viven una depresión posparto] están tan preocupadas, que eso les impide disfrutar de su bebé y de su vida” (Stuebe, en Rich, s/f). La depresión posparto también puede dificultar el cuidado de una misma y el del pequeño. Ahora, que ya tenemos la definición, vamos a hablar de lo que yo pasé, muchos lo confunden con «depresión postparto», pero se le dice «melancolía postparto». ¿Melancolía posterior al parto?
Alrededor de dos o tres días después de dar a luz, son comunes los sentimientos de depresión y ansiedad. Es posible que llores sin motivo, tengas dificultades para dormir, o dudes de tu capacidad para cuidar a tu bebé recién nacido. “Esto se debe, sobre todo, al cambio en los niveles de progesterona», me lo explicó mi ginecólogo. Sin embargo, es poco probable que los cambios hormonales sean la única causa. Además de estos cambios, existen otros factores que pueden provocar esos sentimientos, tales como los períodos prolongados de cansancio o agotamiento, las dificultades con la lactancia, y otras complicaciones posparto.
Estos son otros factores que también pueden intervenir:
Problemas previos de salud mental.
Causas biológicas.
Falta de apoyo.
Experiencias difíciles durante la infancia.
Poca comunicación con tu pareja.
Sentirte invalidada emocionalmente.
Experiencias de abusos.
Baja autoestima.
Condiciones de vida estresantes.
Con un buen apoyo de la familia, los seres queridos y los amigos, estos sentimientos suelen desaparecer en unas dos semanas, sin necesidad de tratamiento. No estoy aun a mi 100 %, quizá estoy en un 30 o 40 % de mi esencia, pero déjame decirte que todo lo que sientes en esta etapa es válido. Es normal no querer ver a nadie durante un tiempo, así los quieras y sean parte de tu vida; a veces, una necesita una pausa, más aún cuando estamos transformándonos en cuidadoras; es normal llorar en el baño, al caer la noche o de día; recuerdo que hubo una vez en la que lloré mares, fue el día de bañarme después del parto… Me dolía todo, la herida de la cesárea, que hasta me daba miedo pasar mi mano por ahí; el pecho, por la angustia; la soledad… Todo.
No te juzgues si lloras una o trecientos sesenta y cinco veces por lo mismo, no seas tan dura y juiciosa contigo. Reconoce tus emociones, exprésalas; si no tienes una red de apoyo, puedes hacerlo mediante la escritura, la pintura, o el dibujo… Vivamos un día a la vez, hoy no es siempre. Para terminar, te dejo algunas ideas que, hoy en día, me sirven para sobrellevar este tiempo:
Agradece, a si sea por lo más mínimo.
Habla de lo que sientes, dilo una y mil veces sin prejuicios.
Desconéctate de redes sociales o grupos, si sientes que es necesario, pero al mismo tiempo, busca una red de apoyo que te sostenga.
Canta las canciones que siempre te ayudaron en momentos de tinieblas.
Ponte límites a ti misma, no estás con toda tu fuerza; prioriza lo que es necesario y delega si tienes oportunidad.
Poco a poco y según tus fuerzas, trata de volver a tu rutina de antes.
Confía y espera en Dios, si eres católica esto puede ayudarte.
Y por último, déjame recordarte que, aunque el bebé esté sano, así haya sido un parto increíble, y lleves una lactancia admirable; aunque tengamos todo lo necesario, dinero, comida y amor; aunque hayamos deseado con todas nuestras fuerzas a este bebé, aún lloramos, y eso está bien. Lloramos porque nuestro cuerpo duele, el cabello se nos cae, el tiempo y nuestra identidad se desvanece; lloramos por quién éramos hace apenas unos días atrás; lloramos porque nuestras hormonas se descontrolan y desconocíamos su poder sobre nuestra complexión física y sobre nuestras emociones; lloramos de cansancio, sí, lloramos de un agotamiento enorme. Pero somos fuertes, poderosas, creadoras, y también lloramos, eso es completamente sano, que nadie te diga lo contrario. Lo estás haciendo bien.
Referencia
Rich, M. (s/f). ¿Qué es la depresión posparto? Aprende cuáles son las señales y cómo encontrar apoyo. https://www.unicef.org/parenting/es/salud-mental/que-es-la-depresion-posparto
No, no te equivocas neuroentusiasta, has leído correctamente, precrastinación y no procrastinación. La mayoría estamos familiarizados con el segundo término, que sin profundizar, significa: postergar hasta mañana, hacer algo en contra de nuestro mejor juicio. Pero entonces, ¿qué es precrastinación?, ¿qué significa? A continuación vamos a responder estas preguntas y revisaremos las similitudes entre ambos conceptos, las implicaciones psicológicas y el impacto que tienen en nuestras vidas.
Con la globalización de la información y el boom de las redes sociales, las personas han comenzado a interesarse (naturalmente) por la psicología y todos los temas que giran en torno a esta ciencia. Por ejemplo, en TikTok (la sexta red social con más usuarios en el mundo, y con mayor proyección de crecimiento con respecto a otras) existen mas de un centenar de hashtags relacionados a la psicología, solo en español, donde «#psicologia» tiene más de veintiocho mil billones (28,000,000,000,000) de visualizaciones. Esto ha acercado mucho a la gente hacia conceptos psicológicos que antes estaban reservados solo a los profesionales del área, como el propuesto por el psicólogo Joseph R. Ferrari en la década de los ochenta: procrastinación.
Por su parte, la precrastinación es la tendencia de algunas personas a completar tareas o responsabilidades de manera inmediata, incluso si hacerlo implica un esfuerzo adicional o innecesario, este concepto fue propuesto en el 2014 por David Rosenbaum, en su artículo «Precrastination: A more haste, less speed approach to tackling tasks» («Precrastinación: Un enfoque de más prisa, menos velocidad para abordar las tareas»). En él postula, después de realizar una serie de experimentos y observaciones, que hay personas que pueden sentir una urgencia interna para completar las tareas de inmediato, aunque esto no sea necesariamente eficiente, efectivo, e incluso pueda perjudicar el desarrollo de otras actividades. Esto puede estar relacionado a la necesidad de aliviar la ansiedad, de sentirse productivo, experimentar orientación temporal o cumplir con expectativas sociales, entre otros posibles factores que se asocian a este fenómeno.
¿Cuántos de nosotros no sabíamos que éramos procrastinadores hasta que nos informamos al respecto?, ¿cuántos seremos precrastinadores y no lo sabemos?
Y es que ambos fenómenos están estrechamente vinculados, al ser comportamientos opuestos en la gestión ineficiente del tiempo. Tanto los procrastinadores como los precrastinadores pueden tener dificultades para equilibrar sus responsabilidades y prioridades, lo que puede afectar negativamente su productividad y bienestar general. La procrastinación puede llevar a la acumulación de tareas, estrés y resultados por debajo de lo esperado, mientras que la precrastinación puede llevar a dedicar tiempo y energía a tareas menos importantes, en detrimento de las más críticas.
En la sociedad actual, todos experimentamos lo vertiginoso del pasar del tiempo; y entre la familia, la pareja, los amigos, el trabajo y los estudios, muchos no encontramos espacio para desarrollar nuestros hobbies o simplemente para tomar una pausa. Por esta razón nuestro tiempo es valioso y cómo lo gestionamos es determinante para procurarnos una experiencia de vida plena. Por tanto, lo primero que podemos hacer, si es que identificamos varias conductas que se aproximan a las asociadas a la procrastinación y precrastinación, es consultar con un psicólogo para que nos de claridad sobre el tema. Con base en ello, podemos reestructurar nuestras rutinas, apoyarnos en un horario, una agenda, incluso en apps para la organización de nuestro tiempo y tareas.
La clave para una gestión del tiempo efectiva y una realización de tareas óptima, es encontrar un equilibrio entre estos extremos. Esto implica identificar las tareas prioritarias, establecer plazos realistas, manejar la motivación y la planificación adecuadas, y buscar estrategias de gestión del tiempo que se adapten a las necesidades y preferencias individuales. Lo más importante es explorar el tema reflexivamente, informarnos, mientras contamos con la supervisión de un profesional.
Es pertiente destacar que la precrastinación no es necesariamente negativa, ya que puede ayudar a algunas personas a sentirse más productivas y aliviar su estrés. Sin embargo, también puede ser contraproducente si se realiza a expensas de tareas más importantes o si impide una planificación adecuada, por eso no debemos autodiagnosticarnos, ni preocuparnos de antemano.
Cuidar de nuestra salud mental es vital, mas aún en la actualidad, donde el mundo se enfrenta a turbulencias globales que van desde la última pandemia hasta los conflictos económicos entre naciones, así como cambios en nuestra forma de interactuar con el avance de la tecnología y las inteligencias artificiales, que impactan en casi todas las áreas de desarrollo humano y que se relacionan, directamente, con el aumento de casos de ansiedad y depresión, así como de los fenómenos tratados en este artículo.
Si bien en el Perú hay cien mil profesionales en Psicología, se necesitarían más de trecientos mil para cubrir los servicios de salud mental básicos; sin embargo, podemos encontrar espacios para consulta en el sistema de salud pública, en clínicas, policlínicos, consultorios privados o centros psicológicos especializados como Warayana, con posibilidades de atención presencial y virtual. Podemos elegir las opciones que más se ajusten a nuestras necesidades, pero lo que no debemos hacer es postergarnos, sino cuidarnos lo mejor posible.
López-López, A. , Pérez, L. T. , Gutiérrez, J. L. G. , Pompa, B. M. y Fernández, M. A. (2020). Reducción de la procrastinación académica mediante la Terapia de Aceptación y Compromiso: un estudio piloto. Clínica Contemporánea, 11, artículo e4. https://doi.org/10.5093/cc2020a3
La motivación debe ser de esas sensaciones que todos podemos percibir, pero pocos pueden definir. En términos generales se refiere algunos factores que impulsan a la gente a actuar de determinada manera, y como todo lo que les pasa a los humanos, la motivación inicia en el cerebro, y existe gracias a algo que se llama el “sistema (circuito) de recompensa cerebral” y está muy ligado con la dopamina.
El circuito funciona así:
Un estímulo externo, por lo general, es percibido por el cerebro, que lo analiza, y genera dopamina, si este estímulo le causa placer o le evita el dolor.
Cuando recibimos este baño de dopamina, queremos más, entonces actuamos en consecuencia para obtener más de dicho neurotransmisor, lo que refuerza la conducta que conduce a la recompensa.
Este sistema se activa cuando se experimenta algo placentero o gratificante, como comer un alimento delicioso o recibir un elogio.
Como podrás imaginar, este sistema se activa y se desactiva varias veces durante el día, todo depende del estímulo de turno. Pero es solo una chispa que se apaga bastante rápido. A veces, algunos estímulos que nos generen dopamina ahora, quizás no lo hagan más tarde, y algunos estímulos pueden provocar conductas perjudiciales, pues este sistema también está muy relacionado con las adicciones.
¿Entonces es buena la motivación?
Por supuesto, nadie dice que la motivación sea mala, es el primer paso de un camino más largo, la disciplina.
Durante mi etapa universitaria, muchos docentes comentaban la importancia de la motivación de los trabajadores, pero pocos te decían cómo hacerlo, qué es lo que implica una acción motivadora. A menudo, son charlas, capacitaciones o conversaciones, y es cierto, en la mayoría de casos, una charla motivacional logra que un trabajador mejore su desempeño, pero por un muy corto tiempo, y cabe mencionar que esto no solo ocurre en ámbitos laborales…
Estamos llegando a la mitad de este año, ¿cuántos de los propósitos de año nuevo ya hemos abandonado? Seguramente estabas muy motivado a empezar a ejercitarte en el gimnasio, te propusiste leer más libros, hacer dieta, o a retomar tus pasatiempos. El estímulo externo de “año nuevo” generó la suficiente dopamina para motivar, pero cinco meses más tarde, no te has inscrito al gimnasio, no has abierto ese libro desde hace dos semanas, y rompiste la dieta un día después de empezarla.
Esto se debe a que la motivación suele durar poco, muchas de las actividades saludables, las hemos asociado al dolor, y el sistema de recompensa cerebral quiere evitarte ese dolor, es por ello que la motivación, por sí sola, no funciona.
El cambio a esta situación
El proceso completo que te permitirá lograr tus propósitos de año nuevo estés motivado o no, o que hará que tus trabajadores siempre se desempeñen al mejor nivel estén motivados o no, es la disciplina.
Kenji Yokoi es un conferencista, y probablemente, te hayas topado con sus videos en TikTok o Youtube. Él explica que la disciplina tiene tres elementos: Organización, limpieza y puntualidad.
Organización, porque todo tiene un lugar, y esto optimiza el tiempo y el espacio.
Limpieza, porque se deshace de todo aquello que no es importante, lo innecesario.
Puntualidad, porque es el respeto del tiempo de los demás, es el respeto a la propia palabra.
Ahora bien, puede sonar raro que vayas a “disciplinar” a tus trabajadores, y es porque durante el Siglo XX, la palabra «disciplina» se usó, para algunos casos, como sinónimo de castigar. Es por eso que nos resulta extraño hablar de ella, de disciplinar a los hijos, a los trabajadores, o incluso, a uno mismo, hemos convertido la disciplina en dolor.
Pero si no quieres hablar de disciplina, puedes hablar de hábitos, de crear nuevos y buenos hábitos, y eliminar los malos, en ti, en tus hijos, o en tus trabajadores.
James Clear, autor de “Hábitos Atómicos”, establece estos cuatro pasos: Señal, anhelo, respuesta y recompensa.
La señal es hacerlo obvio, es el primer estímulo que te recordará el hábito que quieres implementar. Por ejemplo, una alarma puede darte el estímulo de recordarte que es hora de leer durante veinte minutos. Un factor más importante que la motivación puede ser el ambiente. El ambiente que te rodea puede brindarte las señales necesarias para iniciar tus hábitos: un libro al costado de tu mesa de noche, te recordará que debes leer antes de dormir; una jarra llena de agua en la mesa, te impulsará a beber más agua y menos bebidas azucaradas, y una pizarra de pendientes te apresurará a acabar con ellos en el trabajo. Evidentemente, si quieres desechar un mal hábito, elimínalo de tu ambiente, si quieres dejar de tomar gaseosa, no tengas gaseosas en tu ambiente.
El anhelo es hacerlo atractivo, es aquí donde activamos el sistema de recompensa -la motivación-. Puedes hacer planchas o abdominales y descansar mientras revisas tus notificaciones de Facebook, o ves unos cuantos videos en Tik Tok. Al vincular la actividad de necesitas con la actividad que quieres hacer, usarás el sistema de recompensa cerebral a tu favor. Procurar estar en ambientes donde lo que quieres lograr, sea normal, por ejemplo, ir al gimnasio, y rodearte de personas que ya han conseguido el hábito, permite que sientas el hacer ejercicio de manera más natural. Aléjate de los ambientes donde tu hábito sea anormal o diferente. En caso de que desees eliminar un hábito, intenta quitarle atractivo, así te costará cada vez más hacerlo.
La respuesta es hacerlo sencillo. Una vez que has generado la señal y has vinculado la actividad que necesitas con la actividad que quieres para generar dopamina, es hora de la actividad en sí. Aquí es donde entra la disciplina, debes repetir el hábito hasta que sea parte de ti, hasta que lo hagas de manera inconsciente. Debes simplificar el hábito lo más que puedas, y añadir dificultad poco a poco, por ejemplo:
Inicia con una lectura de veinte minutos.
Haz ejercicio durante quince minutos.
Empieza con las tareas pendientes más sencillas.
Procura que el nuevo hábito este en tu rutina diaria.
Si vas a correr durante quince minutos, no busques el lugar más alejado de tu casa.
Podrás creer que correr quince minutos no te ayudará a bajar de peso, o que leer tres páginas no servirá de mucho aprender cosas nuevas; pero, el objetivo no es ese sino crear el hábito, más adelante, correrás mucho más tiempo sin cansarte, y leerás sin parar.
Otra manera de generar hábitos duraderos, es asegurarlo una sola vez, por ejemplo: pagar tres meses de gimnasio hará que sea más sencillo ir durante ese tiempo, en cambio, si debes pagar cada día que vas, el dolor se multiplicará cada día que vayas; si quieres hacer dieta, puedes comprar platos más pequeños; si quieres leer, intenta adquirir toda una saga de libros que te interese, en una sola compra; en un ambiente laboral, simplifica las labores de tu equipo, no burocratices demasiado, siempre procura tener los recursos necesarios para la tarea. Si quieres eliminar los hábitos malos, haz que sean difíciles, si te dan ganas de tomar gaseosa, y ya eliminaste todas las botellas de tu casa, es probable que no quieras salir de tu casa para ir a comprar una.
Finalmente, la recompensa es hacerlo satisfactorio, nuestro cerebro prioriza la recompensa inmediata, y a menudo, esta viene de los malos hábitos. Por ejemplo, la satisfacción de comer un pastel es instantánea, calma tu hambre y tu necesidad de azúcar, justo después de acabarlo. La satisfacción de ir al gimnasio es a futuro, solo después de algunos meses, podrás ver tu progreso y te sentirás más fuerte y saludable.
Es por eso que es más fácil comer un pastel todos los días, que ir todos los días al gimnasio; pero puedes añadir satisfacción inmediata en tus buenos hábitos o en la eliminación de malos hábitos, por ejemplo: Cada día que vayas al gimnasio, tomarás un baño de burbujas, verás un capítulo de tu serie preferida, escucharás las canciones que más te gusten de tu playlist, cada día que evites comer un pastelito, ahorrarás ese dinero para comprarte algo que desees mucho, como una par de zapatillas, o un abrigo de piel. Puedes usar un calendario para marcar los días que ahorraste, o los días que leíste varias páginas, así verás cómo progresas, eso también genera satisfacción inmediata.
Honestamente, hoy no tenía ganas de escribir este artículo, si me conoces de otro lado, habrás visto que no han sido mis mejores semanas, mi motivación para hacer casi cualquier cosa, no está en su punto más alto, diría que ahora, es todo lo contrario. Pero intento que escribir aquí sea un buen hábito, vi que hoy era miércoles (señal), anticipé que mucha gente pueda leerlo e interesarse por este artículo (anhelo), revisé mis notas sobre este tema que ya había elegido para escribir, y simplemente, me puse a redactar (respuesta). Ahora tomare una ducha, espero que el agua esté caliente, y me pondré a jugar un videojuego mientras escucho algunas canciones que me encantan (recompensa).
Referencia
Clear, J. (2019). Hábitos Atómicos. Ciudad de México: Paidós.
El comportamiento suicida es un tema crítico y fundamental para la sociedad actual. ¿Por qué? Si tomamos los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde nos dice que el suicidio es la tercera causa de muerte en la población de 15 a 19 años, y que el 79 % de los suicidios consumados suceden en países de ingresos bajos y medios; asimismo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) refiere que los adolescentes tienen una tasa de mortalidad de 9.1 por 100.000 habitantes (ONU, 2023).
Si hablamos sobre las principales condiciones de riesgo para cometer suicidio consideremos la comunicación poca o nula con los demás; problemas escolares; embarazos no deseados; falta de recursos emocionales, económicos o materiales; ausencia de relaciones afectivas estables; dificultades en relaciones con los padres; no pertenecer a un “círculo”; aislamiento; poca interacción con grupos de pares; carencia de relaciones sociales confiables y de apoyo, etc.
A la vez, se ha intentado esclarecer la relación entre causas neurológicas y el suicidio, si se considera que el funcionamiento irregular de las estructuras cerebrales responsables del estado de ánimo, impulsividad, inteligencia emocional y la toma de decisiones pueden predisponer, biológicamente, a una persona joven, o de cualquier otra edad, a cometer un suicidio.
Si se presenta hogares con padres con baja o nula escolaridad; cambios drásticos en el nivel de vida; desempleo; hogar conflictivo; antecedentes de intentos o suicidios consumados realizados por familiares; desconfianza en los padres; ausencia de una figura de apoyo afectivo; dependencia de figuras parentales ajenas a la víctima; castigo físico, o enfermedad mental, hacen que haya riesgos relativos a la estructura del grupo familiar, con una alta probabilidad de afectar el área emocional y afectiva de jóvenes vulnerables (Dávila & Luna, 2019, Fonseca-Pedrero & Pérez de Albéniz, 2020).
Factores protectores
Se consideran tales como la presencia de una red social fuerte; dinámicas familiares que posibilitan una autoestima favorable; apoyo percibido de los padres; relaciones estables de pareja; las creencias y las prácticas religiosas; aceptación de defectos propios en el caso de los hombres; ausencia de percepción de rechazo en las mujeres; comunicación horizontal entre sus miembros; ausencia de agresiones psicológicas y físicas; adecuada contención emocional y apoyo, son condiciones fundamentales para disminuir el riesgo de suicidio (González-Sancho & Picado, 2020).
Hablemos sobre el suicidio
Ahora, al mencionar el “efecto de contagio” o “efecto Werther”, donde se indica que las noticias podrían influir en las conductas suicidas de las personas que tienen acceso a ellas y que, si sumamos los otros factores de riesgo, podrían tener influencia sobre el público (mayor efecto si el o la suicida es una persona famosa).
Si consideramos que a nivel mundial una persona se suicida cada cuarenta segundos, habría que ver realmente si este efecto es considerable estadísticamente o no. Porque también tenemos que ponernos en la otra posición; qué debemos hacer para prevenirlo, y claramente, es de vital importancia hablar de este tema en todos los ámbitos posibles, por eso es importante el efecto Papageno.
Entonces, es pertinente fomentar la psicoeducación para reducir el estigma y aumentar los conocimientos generales sobre el suicidio; entrenamiento en habilidades de afrontamiento; búsqueda de ayuda y resolución de problemas para reducir el estrés y los factores de riesgo del suicidio; además de los formación en el gatekeeper (especialista en salud mental que se encarga detectar, contener y evitar potenciales casos de suicidio). Cabe destacar que algunos de los programas incluidos en ambas revisiones coinciden, sobre todo los que han demostrado mejores resultados, como el SOS, el C-CARE, o el Yellow Ribbon (Soto-Sanz, y otros, 2019).
Referencias
Baños-Chaparro, J. (2022). Ideación suicida pasiva y activa: una breve descripción. Peruvian Journal of Health Care and Global Health, 6(1), 42-45. doi:10.22258/hgh.2022.61.111
Baños-Chaparro, J., Fuster, F. (2023). Evidencias psicométricas de la Escala de Ideación Suicida de Roberts en adolescentes peruanos. INTERDISCIPLINARIA, 40(1), 159-171. doi:doi.org/10.16888/interd.2023.40.1.10
Dávila, C., Luna, M. (2019). Intento de suicidio en adolescentes: Factores asociados. Revista chilena de pediatría, 90(6). doi:dx.doi.org/10.32641/rchped.v90i6.1012
Fonseca-Pedrero, E., Pérez de Albéniz, A. (2020). Papeles del Psicólogo. Evaluación de la conducta suicida en adolescentes: a propósito de la Escala Paykel de Suicidio, 41(2). doi:dx.doi.org/10.23923/pap.psicol2020.2928
Gonzalez, L. (2023). La Ideación suicida en adolescentes. Estado de la cuestión. Revista CoPaLa, 8(17). doi:https://doi.org/10.35600/25008870.2023.17.0270
González-Sancho, R., & Picado, M. (2020). Revisión sistemática de literatura sobre suicidio: factores de riesgo y protectores en jóvenes latinoamericanos 1995-2017. Actualidades en Psicología, 34(129). https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2215-35352020000200047
Nock, M., Green, J., Hwang, I., McLaughlin, K., Sampson, N., Zalacsky, A., & Kessler, R. (s.f.). Prevalence, correlates, and treatment of lifetime suicidal behavior among adolescents: results from the National Comorbidity Survey Replication Adolescent Supplement. JAMA Psychiatry, 70(3), 300-310. doi: 10.1001/2013.jamapsychiatry.55
ONU. (23 de Febrero de 2023). Noticias ONU. https://news.un.org/es/story/2023/02/1518852
Soto-Sanz, V., Ivorra-González, D., Alonso, J., Castellvi, P., Rodriguez-Marín, J., & Piqueras, J. (2019). Revisión sistemática de programas de prevención del suicidio en adolescentes de población comunitaria. Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes, 6(3), 62-75. doi:10.21134/rpcna.2019.06.2.1
¿Qué información nueva ingresa a tu mente cada mañana?
Estamos en la Era de la información, la era digital. Todos los días el Internet registra un movimiento de datos a una velocidad impresionante. Lo que hoy es un descubrimiento, para mañana puede ser obsoleto, así es. Hoy en día puedes digitar lo que quieras saber en cualquier buscador, y te aparecerá mucha información de calidad gratuita, si sabes averiguar bien; no obstante, de igual manera podemos encontrar lugares de desinformación, por eso es bueno levantar la ceja e indagar más a fondo acerca del tema de tu interés.
Es sin duda una época de grandes avances, pero como todo en el universo tiene su polaridad, también observamos muchos retrocesos en el comportamiento del ser humano y en la sociedad en general. Como decía Sigmund Freud: “Que grandes avances hemos hecho, ahora queman mis libros, antes me hubieran quemado a mi” (Cartas a Ernest Jones, Vida y Obra de Sigmund Freud, 1933).
Es un hecho comprobado que un gran porcentaje de las personas que tienen un celular smartphone pueden distraerse de una a dos horas seguidas al día con dicho aparato, y no hacen otra cosa que mover el dedo, para presionar la pantalla táctil, y malgastan tiempo valioso de su vida que jamás volverá. Asimismo, la televisión, que es un medio de «información», se ha ido transformando, con el tiempo, en un medio de distracción. Además, las redes sociales son, cada vez más, una salida a los problemas personales y aparecen “máscaras”. El hecho de querer agradar a los demás para sentirse valorado y apreciado con montones de «Me Gusta» y «Corazones», por los que se estaría dispuesto a hacer lo que sea para alimentar el ego. Freud, pionero en el psicoanálisis, en uno de sus artículos llamado “El Ego, el Super Ego y la Conciencia” Nos indica que el «Ego» está dentro de nosotros y jamás podríamos reconocerlo, pero ahora que estas leyendo esto, tienes la oportunidad. Cada uno cumple con características diferentes:
El yo: Desde los siete años comenzamos a formarlo. El niño empieza a descubrir o moldear su personalidad gracias al yo, otros podrían llamarlo el ego.
Super yo: Tiene mucho que ver con lo social, influye bastante en lo que el entorno pueda pensar de ti, ya sean tu familia, los amigos y o la sociedad. El super yo quiere ser incluido, quiere aceptación, y que todos lo reconozcan.
El inconsciente: Tiene mucho que ver con la enseñanza de Cristo; y de muchas culturas indígenas que tienen como concepto muy arraigado el poder de los sueños. El inconsciente es el más oprimido, por así decirlo.
Los dos yoes no dejan que el inconsciente se dé a conocer, este último se podría interpretar como tu alma, tu verdadero ser; únicamente tratará de comunicarse contigo por medio de los sueños. Y además de esa difícil tarea que tiene para contactar contigo, la interpretación de los sueños ya es una hazaña por si misma.
Dada su dificultad tiene que mandarte señales encriptadas o codificadas. Carl Jung fue un psicoanalista que trabajó de la mano con Freud, pero se abrió camino para crear su propia rama de psicoanálisis. Él consideraba en su libro Arquetipos que los sueños tienen mucho sentido para sus pacientes, porque, en realidad, mediante ellos se revela la raíz de sus problemas; a causa de ello, fue que escribió libros al respecto como Teoría de laSincronicidad que habla sobre el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho que te lo recomiendo.
Ahora bien, ya que sabemos que nuestro inconsciente siempre trata de mandarnos mensajes codificados, mediante los sueños, tenemos que interpretarlos para comprender que trata de decirnos. Nuestro verdadero ser quiere comunicarse nosotros, pero nuestros yoes lo oprimen tanto que el mensaje nunca llega.
Esta información, a mi punto de vista, esta inherentemente asociada a la mente humana en general. Todo esto surge en el cerebro de las personas de a pie, cada día, todos los meses, años y décadas. Estamos atrapados en nuestras mentes sin entender cómo funciona y no podemos utilizarla a nuestro favor.
En Arquetipos, Jung nos brinda un método para entender los sueños, o tratar de descifrarlos:
«Al despertarte de un sueño, automáticamente tomar un bolígrafo y papel, y escribir todo lo que puedas acordarte en el momento, paso a paso, e imaginar cómo fue sucediendo el sueño. Y cerrar los ojos y pensar en el sueño, y repetirlo en voz alta. Esto ayudará a que puedas descifrar el mensaje oculto que trata de decirte tu inconsciente, que quiere comunicarse contigo».
Podemos afirmar que el ego puede causar todo lo negativo en nuestras vidas. Sentirte superior a los demás; quedarte mirando televisión o en el celular, a sabiendas de que puedes aprovechar ese tiempo para hacer o aprender cosas nuevas, o quizás podrías abstenerte de salir a esa fiesta y desarrollar aquel proyecto que tienes en mente. Asimismo, hay muchas cosas más que no logramos, porque muy dentro tuyo el ego es el obstáculo y no te deja avanzar. El ego es nuestro verdadero enemigo, y día a día, estamos en una lucha constante de quién es el que domina tu mente y tus acciones.
Foto: Mariel Reiser on Unsplash
La Historia de Marta:
Marta es una mujer de 30 años que siempre ha sido muy exigente consigo misma y con los demás. A menudo, se siente ansiosa y agobiada por tener que hacer todo «perfecto», y se culpa a sí misma cuando algo le sale mal. Marta se siente insatisfecha y estresada todo el tiempo, porque en la escuela, le enseñaron que no debe de cometer errores, y mientras fue creciendo, esto se arraigó en ella. Un día, su ansiedad se vuelve tan intensa que Marta tiene un ataque de nervios, porque no se preparó bien para una exposición de trabajo y es hospitalizada por mucho estrés. Entonces, decide que quiere cambiar su vida; entiende que su mente y todo lo que aprendió en su niñez acerca de no cometer errores, paradójicamente, era un error. Busca ayuda en un programa de Inteligencia Emocional y comprende que equivocarse es una forma en que la mente humana aprende de manera eficaz, aunque dolorosa.
A medida que comienza a trabajar en sus pensamientos y emociones negativas, así como aprender a ser más compasiva y amable consigo misma, Marta se da cuenta de que la vida no es una carrera de competición, ni mucho menos ser mejor que nadie; entendió que la mejor forma de sentirse feliz en todo lo que hacía, era disfrutando cada momento, y tomar cada error como una ganancia de mayor sabiduría.
La historia de Pablo:
Pablo es un hombre de 45 años que siempre ha sido muy iracundo. Se siente frustrado y enfadado en cualquier momento, y no duda en descargar su ira en los demás. Él suele levantarse temprano, prender la televisión, y constantemente, mira las noticias del día acerca de robos, asaltos, y asesinatos, así como los programas sobre mujeres y hombres infieles que discuten y lanzan dardos hirientes a los demás. Cuando va a su trabajo tiene mucho miedo de que le roben o asalten, tanto que no comparte tiempo con sus amigos; pero, cada vez que tiene la oportunidad, le es infiel a su mujer y asiste, ocasionalmente, a prostíbulos.
Cuando esta con sus hijos, ellos se limitan a mirar la televisión junto con él, y casi no tiene contacto profundo con ellos. Pablo se siente muy desanimado con respecto a sus hijos, cree que pudieron ser mejores; pero lamentablemente, todos ellos llevan una vida desordenada y se comportan como él. Aunque no quiera reconocerlo, siempre fue el referente de sus hijos, y a medida que ellos crecían, miraban su comportamiento. Considero que la mejor forma de enseñar es con el ejemplo. Así que invito a los lectores a que se detengan un segundo a pensar que tipo acciones están mostrando a su alrededor, porque puedes enseñar cosas tanto positivas como negativas.
En los momentos en que Pablo no está en casa, sus hijos le llaman solo para pedir dinero, pero cuando está en casa, es como un fantasma, ya que no se preocupan por él. A pesar de tener un trabajo y una familia, Pablo se siente solo e infeliz por dentro. Un día, su estado emocional fue tan grave que decidió ahogarse en alcohol, ya que no tenía con quien hablar. Estuvo en ese estado durante muchos meses, perdió su trabajo, sus hijos le dieron la espalda, hasta que tocó fondo y decidido cambiar su vida. Asistió a Alcohólicos Anónimos, y poco a poco, fue recobrando las fuerzas de trabajar y [las ganas] de disfrutar de su familia.
Entendió que aún estaba a tiempo para poder educar a sus hijos, pero debía cambiar sus pensamientos, y todo lo que ingresaba a su mente. El psicólogo le indicó que ver la televisión de manera continua y sobre todo, programas negativos, hacía que, inconscientemente, también se comporte de la misma manera. Dejó de ver televisión; empezó a leer libros de autoayuda, y a aprender cómo controlar su ira. En su casa, ya no miraban a Pablo sentado, hipnotizado por la televisión, ahora era más alegre, y estaba leyendo un buen libro; a causa de ello, sus hijos empezaron a hacer lo mismo. Se sentaban junto a él para preguntarle qué era lo que leía, y poco a poco, fueron armando un equipo de estudio, analizaban los libros para después aplicar todo lo que decían.
El cambio no solo se notó en Pablo, sino también en sus hijos. Su esposa ahora ya no le tiene miedo, y comparten momentos en familia. Pablo comienza a sentirse con mucha paz, y disfruta de su vida.
En estas dos historias hemos podido identificar como el cerebro humano puede ser nuestra salvación o perdición. Tiene el poder para destruir o construir. Formúlate esta pregunta ahora mismo: ¿Qué ingresa a mi mente cada mañana? ¿Qué cosas nuevas estoy aprendiendo hoy? ¿Las acciones que tomo hoy me ayudarán a cumplir mis objetivos familiares y profesionales a largo plazo?
Vivimos en la era de la inmediatez, todo lo queremos rápido, queremos la fibra óptica para que el Internet sea más rápido, queremos los megas de alta velocidad para el smartphone, queremos ir al gimnasio y bajar de peso en una semana. La paciencia se pierde con tanta velocidad de información y avances tecnológicos; sin embargo, la Historia ha demostrado que las cosas buenas les suceden a los pacientes, que se toman el tiempo de desarrollarse y pulir sus habilidades en este mundo tan competitivo y de constante cambio.
A modo de ilustración, tenemos la muy conocida fábula sobre la tortuga y el conejo, es un ejemplo muy simple, pero se entiende de maravilla.
¿Quién ganó la carrera? Por un lado, el conejo era rápido, pero no era consecuente, por otro lado, la tortuga era perseverante y paciente, sabía que si continuaba y daba lo mejor de sí, llegaría a la meta. Por consiguiente, la humanidad se enfrenta a muchos obstáculos disfrazados de comodidades y facilidades. Es nuestra carrera personal conocernos a nosotros mismos, saber cómo funciona nuestra mente y dominar le ego, ese que es un obstáculo que te impide lograr cosas importantes para ti. Pero en realidad, es un maestro, porque está acechándote constantemente, y te muestra tus falencias como un educador disfrazado.
En Mateo 15: 11, Cristo dijo: «Lo que entra por la boca del hombre no es lo que lo hace impuro. Al contrario, lo que hace impuro al hombre es lo que sale de su boca».
Este ejemplo nos da a entender que la palabra es lo que sale de nuestras bocas, y debemos tener mucho cuidado como las utilizamos, para construirnos o destruirnos.
Te invito a que, pacientemente, inicies una carrera personal de transformación. Empieza por tus hábitos, cambia tus palabras. Este es el momento de aprender más sobre ti mismo, de conocerte a fondo y extraer toda la abundancia, imaginación, positivismo, e inspiración que tienes dentro. Basta que realices acciones pequeñas diariamente y en determinado momento, se convertirán en un gran resultado.
Referencias
elDiarioes (2021). [Archivo de video]. El inconsciente, la teoría de Freud para la conducta que lo enfrentó con la comunidad científica. https://www.youtube.com/watch?v=P74Hy6iB04k
Esopo. La Liebre y la Tortuga. https://www.cuentosyrecetas.com/la-liebre-y-la-tortuga-cuento-con-moraleja/
Jung, C. (1970). Arquetipos e Iconsciente Colecgtivo. Buenos Aires: Paidos. https://www.formarse.com.ar/libros/libros-Jung/1_pdfsam_JungCarlGustavArquetiposEInconscienteColectivo.pdf
Justo, D. (2022). Este es el tiempo que pasamos de media con el teléfono móvil y las aplicaciones que más utilizamos. https://cadenaser.com/2022/04/28/este-es-el-tiempo-que-pasamos-de-media-con-el-telefono-movil-y-las-aplicaciones-que-mas-utilizamos/
Sánchez, N. (2010). Guía de lectura de «El yo y el ello» de S. Freud – Corrientes actuales de la filosofía. https://eprints.ucm.es/id/eprint/24056/1/EL_YO_Y_EL_ELLO.pdf
El ser humano es un ser sociable, desde las primeras etapas de vida nos caracterizamos por una dependencia marcada por un cuidador. Se cree que crecemos para ser acreedores de una independencia, pero en realidad lo que obtenemos es una interdependencia donde somos parte de un apoyo recíproco entre personas.
Es así como la unión de dos personas para formar lazos se convierte en un estadío importante. La elección de una pareja.
En pareja, para mantener un vínculo estable y funcional, es primordial que las personas puedan tener un buen grado de autoestima, autorregulación y autonomía. En conjunto estas características nos ayudan a conocer quiénes somos, reconocer nuestras virtudes o carencias; nuestras responsabilidades para nosotros y los demás; la asertividad para comunicarnos y ser empáticos.
La autonomía es la capacidad para tomar decisiones libres para un propósito y es parte de ser seres funcionales, además, está relacionado con la regulación emocional.
Podemos identificar también la autorregulación donde una persona desarrolla la capacidad para regular sus emociones ante una situación adversa y la corregulación donde implica el apoyo de los demás.
Los conflictos pueden ocurrir en relación con estos tres conceptos mencionados. Y ya que la baja autoestima es un factor de riesgo para dificultades en pareja, esta se puede evidenciar en personas dubitativas, inseguras y que suelen compararse con el resto. El desbalance de estos mecanismos, se llama desregulación.
Lo que hace funcional a una pareja es una adecuada corregulación, las personas que solo mantienen ese tipo de regulación pueden experimentar sentimientos de abandono si no tienen al lado a su compañero. Son individuos que se sobre-esfuerzan para mostrarse como parejas ideales; y se mantienen en un estado de sumisión. Asimismo, los que solo trabajan una autorregulación desarrollan evitación y aislamiento, es decir, evaden la intimidad. Al igual que las personas que manejan solo la corregulación, también tienen un profundo sentimiento de abandono, pero es manejado desde el control.
Las personas con solo corregulación son más afines con personas con autorregulación, y caen en un rol de sumiso-dominante y viceversa. La probabilidad de que se desarrolle una relación inestable con dependencia emocional es alta.
Para identificar si transitamos por un periodo de dependencia emocional, debemos analizar lo siguiente:
Sentimiento de autorrealización en estado de fracaso.
No nos reconocemos físicamente.
Miedo a expresar lo que nos gusta o no.
Desregulación emocional.
El maltrato psicológico y físico está camuflado y justificado.
Una relación que debería terminarse, pero no lo hace, y se convierte en una adicción.
Mayormente, estos patrones se aprenden en nuestra infancia. Nuestros padres son nuestra referencia, si venimos de hogares con padres conflictivos o separados, la probabilidad de desarrollar una dependencia sana es un trabajo constante. Hay que reconocer las carencias que tenemos, pero sin caer en la victimización, en lugar de ello, debemos ser conscientes de un cambio a beneficio nuestro.
La pareja tiene que contar con respeto y aceptación. Durante el periodo inicial del enamoramiento, nosotros no conocemos a la persona en su totalidad; y elegir a una pareja, luego del período del enamoramiento, es conocer, pero, al mismo tiempo, comprender lo que no me gusta de ella.
Las habilidades de regulación pueden reforzarse, así como la autoestima, porque se construyen con el paso del tiempo. Este trabajo comprende una intervención en nuestros pensamientos, emociones y nuestras conductas; con un énfasis en clarificar qué decisiones tomar, sin seguir polos, es decir, no guiarse solo por emociones, o impulsos. Buscar el equilibrio es el objetivo para lograr una dependencia saludable que implique conocernos en una relación y conocer a los demás. Finalmente, nos ayudará a comprender qué errores cometemos, a aceptarnos y a responsabilizarnos, así también con los demás.
Referencias
Valdez, A. (2007). Familia y Desarrollo. Intervenciones en terapia Familiar. https://psicologiasantacruz.com/wp-content/uploads/2019/07/familia_y_desarrollo_intervenciones_en_terapia_rinconmedico.net_.pdf
Aprendemos Juntos 2030 (2019) [Archivo de video]. Claves para evitar la dependencia emocional por Silvia Congost. https://youtu.be/PYp582OObNM
Aprendemos Juntos 2030 (2023) [Archivo de video]. ¿Por qué nos equivocamos tanto en el amor? https://youtu.be/u4duNKPm9cM
Tedx Talks (2018). Dependencia Emocional por Arun Masukhani. https://youtu.be/zRj5M-MDzzo
«El que sabe quién es, no necesita demostrar nada a nadie, puede aceptar los designios que le da la vida con dignidad, consciente de que todo tiene una respuesta, y aprende, poco a poco, a ser benevolente consigo mismo, y entiende que ello, no le hace menos persona»
Empiezo el artículo con esta entrada, para motivar a las personas con esquizofrenia.
¿Qué es estigmatizar? Es hacer sentir a una persona, o un grupo de personas, como si fueran seres inferiores, o inútiles; es rechazar a una persona, en la ignorancia, cuando no se tiene un conocimiento amplio de la condición.
La esquizofrenia es muy diferente que un estado como la depresión o la ansiedad, donde uno tiene la batuta y el poder de mejorar sus pensamientos e ideas. En la esquizofrenia se libra una lucha constante contra una serie de pensamientos que llegan, a veces, sin explicación a atormentar al individuo; ellos no lo buscan. Una explicación médica es que su cerebro tiene malas conexiones sinápticas que -se cree- los hace proclives a alucinar
Lamentablemente, los medios de comunicación transmiten una idea equivocada del trastorno; aluden a que son personas que pueden tener comportamientos violentos y cometer crímenes, tales como la violación y el asesinato, pero ello sucede en una ínfima cantidad de casos, y muy estudiados.
Ilustración 1: delirios
Causas de los trastornos esquizofrénicos:
Se estima que la predisposición a padecer esquizofrenia es del 1 % de la población en general; si se tiene un familiar de primer grado con el trastorno, la probabilidad es de 10 %, y si ambos padres tienen esquizofrenia, el porcentaje es de 40 %. Vemos que el factor hereditario es importante, pero no determinante (Rebolledo Moller, 2008).
Algunos clínicos destacan que el estilo de comunicación patológica entre padres e hijos que fuese defectuosa, paradójica, contradictoria entre el lenguaje verbal y el no verbal, con ocultamiento de situaciones, y negación de realidades, provocaría el trastorno.
Otras teorías psicológicas acuñan el término “madre esquizofrenógena” (madre productora de la enfermedad), que designa una relación simbiótica en que la madre se vuelve sobreprotectora de su hijo, e impide el desarrollo de su propia personalidad (Rebolledo Moller, 2008).
Síntomas positivos y negativos
Los síntomas positivos tienden a ser productivos, y añaden algo nuevo a la vida psicológica del sujeto:
Las alucinaciones (que, usualmente, son voces que comentan su conducta) y los delirios (ideas que no corresponden al consenso social). Existe evidencia científica que afirma que las alucinaciones auditivas podrían ser los propios pensamientos, pero, por alguna mala conexión en el lóbulo frontal, se distorsionan y se perciben como voces externas. (Rebolledo Moller, 2008).La persona, al pasar por estas experiencias, se siente más vulnerable, y expuesta al juicio de los demás.
Los síntomas negativos:
Pérdida de hábitos e intereses. Las personas se pueden aislar y ensimismar, abandonar sus aficiones, mostrarse indiferentes en sus relaciones sociales y afectivas, como una forma de autoprotección, por la inseguridad que serían proclives a pasar en el mundo laboral, y por el estrés ambiental.
Famosos con esquizofrenia:
«La esquizofrenia no hace distinciones, hay personas que alcanzaron fama y dejaron un legado, pero no se vieron exentos de sufrir el trastorno. Entre ellos tenemos a:
Marilyn Monroe: La recordada actriz, cantante, y celebridad que tenia 165 de coeficiente intelectual (cinco puntos por encima de Einstein), padeció de esquizofrenia paranoide; su madre también la tuvo.
Vincent van Gogh: Producto de sus alucinaciones, creo algunos de los cuadros más famosos.
La noche estrellada, 1889
Eduard Einstein (el hijo de Albert Einstein) también tuvo el trastorno.
Listado de sesenta estrategias para afrontar las alucinaciones:
Aquí tienen una lista que profesionales de la salud usan en la Terapia Cognitivo Conductual, para personas con alucinaciones auditivas (Wright, J.H. et al., 2009).
Distracción:
1. Tararear una canción. 2. Hablar con uno mismo. 3. Escuchar música moderna. 4. Escuchar música clásica. 5. Rezar. 6. Meditar. 7. Utilizar un mantra. 8. Pintar. 9. Usar la imaginación. 10. Dar un paseo. 11. Telefonear a un amigo. 12. Hacer ejercicio. 13. Escuchar una grabación de relajación. 14. Practicar yoga. 15. Darse un baño con agua tibia. 16. Llamar a alguno de los profesionales de salud mental que te atiende. 17. Asistir al centro de rehabilitación. 18. Ver la televisión. 19. Hacer un crucigrama o jugar sudoku. 20. Jugar un videojuego. 21. Probar un nuevo hobby o afición.
Focalización
1. Corregir las creencias erróneas (distorsiones cognitivas) de las voces. 2. Responder racionalmente al contenido de las voces. 3. Despedir a la voz, dejar que se marche. 4. Recordarte a ti mismo que nadie más puede oír las voces. 5. Telefonear a un compañero que también oiga voces, y contarle que la voz está activa. 6. Acordarse de tomar medicación antipsicótica. 7. Demostrarte que eres capaz de controlar las voces, provocándolas. 8. Dar a las voces un periodo de diez minutos, en un momento determinado del día. 9. Escuchar una grabación de terapia cognitiva acerca del control de las voces. 10. Utilizar una explicación normalizadora de la experiencia. 11. Utilizar respuestas racionales para reducir la rabia. 12. Hacer una lista de las evidencias a favor del contenido de las voces. 13. Hacer una lista de las evidencias en contra del contenido de las voces. 14. Utilizar la imaginación guiada, para practicar el afrontamiento con las voces de otra manera. 15. Juego de roles, a favor y en contra, de las voces. 16. Recordarte que las voces no son acciones, y que no pueden ser juzgadas como tales. 17. Recordarte que las voces, realmente, no parecen saber mucho. 18. Recordarte que no necesitas obedecer las voces. 19. Hablar con alguien en quien confías, acerca del contenido de las voces. 20. Utilizar respuestas racionales para reducir la vergüenza. 21. Utilizar respuestas racionales para reducir la ansiedad. 22. Utilizar un diario para manejar el estrés. 23. Utilizar un diario para organizar tu tiempo. 24. Planifica tus actividades diarias em la noche anterior. 25. Utilizar un diario de voces. 26. Recurrir al Mindfulness. 27. Prueba ponerte un tapón de oído, primero en la oreja derecha si eres diestro. 28. Subvocalización.
Estrategias esquemáticas y metacognitivas 1. Utilizar técnicas focalizadas en los esquemas 2. Aceptar que las voces pueden ser percibidas por uno mismo. 3. Ser asertivo con la voces. 4. Utilizar un modelo médico/biológico para la explicación de su existencia. 5. Conocer la visión de las creencias mitológicas acerca de escuchar voces. 6. Considerar los aspectos culturales de escuchar voces. 7. Utilizar anotaciones positivas para rebatir las creencias negativas acerca de tu persona. 8. Relacionar los propios valores y creencias con los del resto de las personas. 9. Hacer una lista de tus experiencias positivas en la vida. 10. Hacer una lista de tus logros, amistades, etc. 11. Actuar en contra de las voces (demostrarte que eres mejor de lo que las voces dicen).
Ilustración 2: confusión mental
Referencias
Wright, J.H. et al. (2009). Cognitive-behaviour Therapy for Severe Mental Illness An Illustrated Guide Kingdom, D. G. & Turkington, D. (2008). Cognitive Theraphy of Schizophrenia. Visto en Listado de 60 estrategia para afrontar las alucinaciones. https://primeravocal.org/listado-de-60-estrategias-para-afrontar-las-alucinaciones/
Rebolledo Moller, S., (2008). Como afrontar la esquizofrenia. España: Grupo Aula Médica .