A propósito del último Concurso de Miss Universo 2021, donde nuestra compatriota Janick Maceta obtuvo un meritorio tercer lugar y en el que la mexicana Andrea Meza terminaría ganando el certamen, pero más allá de los criterios de los jueces y del formato del concurso ¿Realmente es la representante mexicana más bella que la nuestra?
Imagen: La representante mexicana Andrea Meza fue elegida ganadora del concurso Miss Universo 2021
Es una tarea complicada calificar objetivamente la belleza, ya que no hay manera de dejar de lado nuestro subjetivismos. Denis Pell, profesor de Psicología de la Universidad de New York menciona que de la misma manera en que no hay manera de saber si la percepción del color rojo es igual en dos sujetos a ciencia cierta, pasa lo mismo con la belleza.
Los estudios como el de A. Brielmann y Denis G., plantean que todos compartimos ciertos patrones de actividad cerebral asociados a la belleza o al reconocimiento de la misma, por ejemplo, según Semir Zeki, profesor de la Universidad de London, las personas que disfrutan de piezas musicales o de las artes plásticas, presentan actividad en la corteza frontal orbital media cerebral, donde se ubica el centro de placer y recompensa del cerebro.
La perspectiva actual del estudio empírico de la belleza se ha abordado desde dos importantes perspectivas, entender que hace que algo nos resulte bello (perspectiva centrada en el producto) y averiguar en lo que ocurre en nuestra mente cuando apreciamos la belleza (perspectiva centrada en el sujeto)
Imagen: Personas observando la pintura «La Noche Estrellada» de Van Gogh en The Museum Modern Art
¿Qué es lo que consideramos bello?
Diversos estudios han demostrado que existen determinadas cualidades de los objetos que pueden contribuir en su valor estético. Es el caso por ejemplo de la simetría o de aquello que se encuentra en la media, una persona es catalogada como atractiva si tiene el rostro o facciones simétricas y/o ningún rasgo que sea muy distintivo de la media.
El 2007 un estudio en Perception & Psychophysics señaló que los rasgos simétricos pueden ser indicadores de la calidad genética. El proceso de evolución humana se ha realizado transmitiéndose genes de antepasados a sus descendientes, en estos genes se encontrarían aquellos que determinan los rasgos faciales simétricos que estarían relacionados a buena calidad de salud.
Imagen: Comparación de una fotografía original y una fotografía con rasgos simétricos entre ambos lados del rostro
De la misma manera, algunas investigaciones sugieren, que somos más proclives a apreciar obras o composiciones en las que se dominen las curvas por encima de ángulos rectos. Esto último, según la psicología evolutiva, esta relacionada con la evolución de la especie humana, pues un cuerpo más curvilíneo resultaba atractivo, dada su relación con la fertilidad, de la misma manera una representación de un paisaje frondoso compuesto por múltiples ángulos va a resultar mucho mas acogedor para la vida que las líneas rectas de un desierto.
¿Qué es lo que ocurre en nuestro cerebro cuando observamos algo bello?
De acuerdo a diferentes estudios sobre el proceso de recepción del arte se concluye que un objeto mientras más simple se considera mas bello, esto debido a que resultan mas simples a ser procesados. Como se ha mencionado antes los centros de placer relacionados a la percepción de la belleza se encuentran en la región orbitofrontal.
imagen: Representación del procesamiento mental de las obras que apreciamos
En este sentido, los investigadores apuntan a una posible explicación de por qué la belleza y el arte podrían resultar adictivos. En el momento que nuestro cerebro recibe un estimulo que le resulte positivo o placentero, es lógico que se busque replicar esta sensación con estímulos similares. He ahí la razón de porque la búsqueda de la belleza se da de manera cotidiana, con la ropa que vestimos o los lugares que escogemos para vacacionar. Todo orquestado en búsqueda del placer que nos proporciona las cosas bellas.
La belleza y el Autoestima
Generalmente se suele asociar la autoestima y la apariencia física de la persona, ligando la belleza propia con su percepción de sí misma, dice Heather Patrick investigadora de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, “Comparamos cómo creemos que lucimos con la manera en que lucen otras personas, y tomamos una decisión acerca de sí estamos mucho mejor o mucho peor”, explica.
Imagen: En épocas mas recientes las redes sociales influyen directamente con nuestra autopercepción de nuestra imagen
Esta comparación puede tener consecuencias emocionales y psicológicas. De acuerdo con Patrick, la importancia de la belleza y la apariencia física son formuladas desde la niñez. Los padres dan cierto grado de halagos a sus hijos por su apariencia y otro por la cantidad de esfuerzo que dedican a las tareas y actividades para las que son buenos. Eso prepara el escenario para como la gente piensa de sí misma en términos de apariencia o capacidades.
Así mismo, tenemos la tendencia a filtrar con mayor facilidad los juicios u opiniones de los demás sobre nuestra apariencia sobre nuestras propias percepciones. Esta obsesión por el aspecto particular llevado al extremo puede convertirse en un trastorno dismórfico corporal, razón por la cual algunas personas suelen someterse a decenas de cirugías plásticas, pero nunca quedan satisfechas con los resultados.
La belleza y el poder
Algunos estudios sugieren que las personas atractivas pueden llegar a ser percibidas como más competentes y exitosas, Jasmín Cloutier una investigadora de la Universidad de Chicago exponía sobre la existencia de una dimensión cultural aprendida respecto a la percepción de la belleza.
El sistema legal de EEUU podría tomar cuenta el tema de la belleza, una serie de estudios han encontrado que el atractivo ayuda al momento de recibir dictámenes de veredictos y sentencias. Puesto que las personas, miembros del jurado, tienden a pensar que las personas bellas son menos propensas a cometer crímenes violentos, contribuyendo con la percepción que las personas bonitas son “buenas” y no hacen cosas malas.
La psicóloga estadounidense Vivian Diller, hacía una división de la percepción de la belleza en tres aspectos: los factores aportados por la genética, el arreglo personal y la manera en que la gente reacciona a su apariencia en sus primeros años de vida. Etapa en la que los padres influyen de manera mucho más directa en la percepción de tu propia apariencia.
Imagen: La apariencia de una persona muchas veces origina la estigmatización o creación de prejuicios.
La belleza influye en nosotros diariamente, como se explico antes, nos encontramos en la búsqueda constante de la sensación que nos produce contemplar algo bello. Y en las personas, esto puede influir directamente en nuestra percepción de los demás, atribuyendo connotaciones positivas o negativas a las personas solo por como lucen.
Sin embargo, no se puede dejar de mencionar el proceso que todo el mundo atraviesa eventualmente, el envejecimiento. Etapa en la que la apariencia de la juventud cambia y de la misma manera es natural que varía la visión de uno mismo. Por lo que no es recomendable basar el éxito que se pueda llegar a tener o el aprecio que se tenga de uno mismo, en tan solo uno de sus aspectos como lo es la apariencia física. Como señalaba la psicología Gestalt: el todo es más que la suma de sus partes, por lo que resulta importante tomar en consideración mas dimensiones de nosotros mismos y de los demás.
Referencias
Expansión. ¿En qué basamos nuestra percepción de la belleza?. Expansión. Recuperado de: https://expansion.mx/salud/2012/03/28/en-que-basamos-nuestra-percepcion-de-la-belleza
Raffio, V. (2018). ¿Qué es la belleza y qué provoca en nuestro cerebro? El Periodico.com. Recuperado de: https://www.elperiodico.com/es/ciencia/20180821/que-es-la-belleza-arte-filosofia-ciencia-6997236