Cuando uno es pequeño, su curiosidad y exploración recae sobre lo concreto, el juego se convierte en fuente de diversión y sirve como base para el desarrollo de conocimientos y habilidades futuras. Sin embargo, al crecer, uno busca respuestas a preguntas más complejas que requieren entendimiento de conceptos abstractos y evidentemente uno de los más importantes sería el concepto de la felicidad.
Ahora bien, muchos autores han hablado acerca de ella y realmente no hay un consenso absoluto sobre su definición. Sin embargo, Aristóteles es por excelencia el filósofo que ha profundizado más el tema de la felicidad, encontrando respuestas acertadas que coinciden con estudios recientes. En primer lugar, quisiera abordar un debate entre los argumentos de Aristóteles y Sigmund Freud acerca de la concepción de la felicidad. En un segundo apartado profundizaremos en los bienes que propone Aristoteles para alcanzar la felicidad. En un tercer punto a tratar abordaremos el aporte de la psicología en el logro de la felicidad, para finalmente comprender diversas temáticas que nos ayuden a reflexionar y tomar acción en nuestra vida diaria para ser feliz.
Aristóteles vs Sigmund Freud
Resulta interesante las ideas contrapuestas de dos autores respecto al logro de la felicidad. Por un lado, se encuentra la filosofía aristotélica explicando que las personas realizamos ciertas acciones con un fin determinado, pero ese fin se transforma en un medio para alcanzar algo y realmente sería muy desgastante y decepcionante que todo ello no tuviera un fin último. Por consiguiente, el Estagirita propone que la felicidad es el fin último, no puede convertirse en un medio para conseguir algo porque es autosuficiente, nosotros alcanzamos la felicidad no para conseguir algo, sino para alcanzarla como fin último. Entonces, para Aristóteles la felicidad si es alcanzable, pero “no es un estado, sino una actividad”, es decir, que uno debe trabajar constantemente para al final del camino decir si ha sido feliz o no.
En contraposición, Freud tiene una visión pesimista, porque considera que la felicidad es inalcanzable, fundamentalmente por tres razones:
- Debido a que el propio cuerpo termina por su propia naturaleza en disolución.
- Por la naturaleza exterior como eventos destructivos que no se pueden controlar.
- Desde las relaciones con otras personas, porque estos vínculos comportan sufrimiento. Por lo tanto, Freud cree que es imposible para el ser humano conseguir esta felicidad plena al existir tanta desdicha y sufrimiento.

De todo lo anterior, podríamos hacer una reflexión acerca de si la felicidad es alcanzable o no. Personalmente, considero más acertada la concepción de Aristóteles, y quiero mencionar los argumentos en los que describe distintos bienes para alcanzar la felicidad.
Los bienes según Aristóteles
Pues bien, si vamos por pasos respecto a los bienes que propone Aristóteles, se encuentran los externos considerados como el reconocimiento de los demás, que puede ser en el colegio, en el trabajo, en el hogar, en un grupo social. Después, se encuentran los bienes del cuerpo que son la salud y el placer, en relación a la actividad física, al cuidado del cuerpo, a la alimentación balanceada.
Y finalmente los bienes del alma que está relacionada a la sabiduría y a la contemplación.
El aporte de la psicología
Si quisiéramos aterrizar en aquello que nos provee la psicología para que el ser humano alcance la felicidad diríamos que tiene bastantes herramientas para que una persona pueda llegar a este fin último.
Un psicólogo pretende ayudar a que un ser humano lleve una vida más tranquila, más plena, menos dolorosa, con menos sufrimiento innecesario, es por ello que está muy ligado a este tema de la felicidad. Porque aunque un psicólogo no diga explícitamente lo que uno tiene que hacer para alcanzarla, ayuda a que uno encuentre ese camino y descubra qué puede hacer para sentir esa tranquilidad interior.
Existe un panfleto del doctor Albert Ellis del por qué realmente se convirtió en un terapeuta.
Aquí adjunto el enlace:
El Dr. Ellis describe cada pensamiento que tuvo desde pequeño hasta la adultez y cuenta cómo se desafió a sí mismo con el fin de construir las teorías que ahora resultan bastante útiles para combatir trastornos que afectan a las personas en la actualidad. Cita a Epicteto quien dijo hace 2000 años “Las personas se trastornan no por los eventos que le suceden sino por su visión de estos eventos” y de forma más contemporánea la psiquiatra Marian Rojas Estapé, en sus conferencias anuncia que, “La felicidad no es lo que nos pasa, sino cómo interpretamos lo que nos pasa, disfrutar de lo bueno cuando llega y gestionar lo malo, cuando llega”. Ambos autores en distintos tiempos coinciden en la importancia de los pensamientos que uno debe traer a su mente.
Existen muchas terapias que contribuyen a tratar los trastornos, sin embargo me gustaría profundizar una de ellas que es la terapia cognitiva conductual, que puede dirigirse a su vez en personas con rasgos de algún tipo de trastorno. Tiene como base el ABC. La A corresponde a la situación descrita de manera objetiva por la persona, la B corresponde a todos los pensamientos automáticos escritos de forma literal que vienen a la mente de la persona y la C indica las emociones que siente la persona tras ese pensamiento y las conductas que realiza después del pensamiento que evoca su mente.
De ahí que, se pueda identificar tipos de pensamientos como las ideas irracionales y las distorsiones cognitivas. Es importante identificarlos porque vienen a nuestra mente de forma tan automática que nos genera un malestar innecesario, y al hacerlos conscientes podemos darnos cuenta de lo irracional y dañino que es pensar de esa manera.
A continuación, describiré diferentes temáticas que pueden contribuir a explorar el camino de la felicidad.
Temáticas para explorar el camino de la felicidad
Vivir el presente
En la actualidad encontramos herramientas como el mindfulness, una técnica de meditación que busca un estado de conciencia acerca del presente, siendo muy esencial porque la gente ahora vive en el pasado y algunos en el futuro, vivimos pensando entonces, en los tiempos que ya pasaron y en los que aún no han llegado, lo cual genera malestar innecesario. Es por ello que el mindfulness y otras herramientas nos ayudan a tomar conciencia del presente, del ahora.

Harvard y las conexiones
La Universidad de Harvard realizó un estudio durante 86 años, en el que participaron cerca de 700 adolescentes para descubrir qué factores lograban hacer a una persona feliz. Llegaron a reconocer que la felicidad se basa en las conexiones. Admite que nosotros podemos encontrar la felicidad en la calidad de las relaciones que tenemos.
Aquí adjunto el enlace del vídeo de la charla TED realizada por Robert Waldinger, profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard y maestro Zen, quien es el cuarto director del estudio.
La gratitud un paso a la felicidad
La gratitud es una de las emociones más poderosas que podemos experimentar. Reconocer y apreciar lo que tenemos no solo transforma nuestra perspectiva, sino también mejora nuestro bienestar emocional.
Desde la psicología positiva, se ha demostrado que practicar la gratitud tiene efectos significativos en nuestra felicidad. Este acto de reconocimiento activa un ciclo virtuoso: al enfocarnos en lo positivo, nuestra mente se entrena para buscar y valorar más experiencias gratificantes.
La gratitud también tiene un impacto en nuestras relaciones. Al expresar agradecimiento hacia los demás, fortalecemos los lazos sociales y fomentamos un ambiente de apoyo mutuo. Estas conexiones son cruciales para nuestra felicidad, como lo mencionamos anteriormente.
Sin embargo, cultivar la gratitud requiere esfuerzo y práctica. En un mundo donde a menudo nos enfocamos en lo que nos falta, puede ser fácil pasar por alto las bendiciones cotidianas. La psicología nos anima a adoptar hábitos que promuevan una mentalidad agradecida, como la meditación o la reflexión diaria sobre lo que valoramos.
Las personas agradecidas podrían encontrar aspectos positivos incluso en los acontecimientos que generan sufrimiento. Esto implica que, las personas agradecidas serían capaces de extraer aspectos positivos y aprendizajes vitales de cada situación y, por tanto, les resultaría más fácil superar de forma positiva la adversidad.
El amor como fuente de la felicidad
El amor y la felicidad son dos conceptos profundamente entrelazados. Estos elementos influyen en nuestra vida emocional y moldean nuestra salud mental y bienestar general.
Desde la perspectiva psicológica, el amor se presenta como una necesidad básica, tan esencial como la alimentación o la seguridad. La teoría del apego, formulada por Bowlby, sugiere que nuestras primeras relaciones influyen en cómo nos conectamos emocionalmente más adelante en la adultez. Un amor seguro puede ser un poderoso motor de felicidad, mientras que las relaciones disfuncionales pueden provocar angustia y malestar.
Es importante señalar que la felicidad no depende únicamente del amor romántico. La amistad, la familia y las conexiones comunitarias también juegan un papel crucial. El amor, en sus múltiples formas, actúa como un pilar que sostiene nuestra salud emocional.
En la actualidad, el individualismo puede llevarnos a subestimar la importancia de las relaciones interpersonales en nuestra búsqueda de la felicidad. Sin embargo, la psicología nos recuerda que el bienestar emocional no es un destino solitario, sino un viaje compartido. Fomentar conexiones genuinas, ser vulnerables y abrirse a los demás son pasos fundamentales para cultivar tanto el amor como la felicidad.
“El amor es el antídoto al miedo, al sufrimiento, al dolor y a la muerte. No hay nada que nos sane más que querer a alguien. Somos más fuertes cuando amamos y nos sentimos amados”. Marian Rojas Estapé.

Para finalizar, este artículo lleva por título “explorando el laberinto interior” porque al ser un laberinto, un lugar con diferentes caminos en el que uno siente que se aleja o acerca a la salida, tan similar es la vida de las personas. Cada uno de nosotros tenemos diferentes vivencias, entre triunfos y adversidades, cada persona al ser única, encuentra esas respuestas en distintos momentos de sus vidas.
Pero lo cierto es que no importa en qué etapa de la vida uno se encuentre, nunca es tarde para aprender y decidir ser feliz. Y tú, ¿Estás construyendo tu propio camino de la felicidad?