Para comenzar a introducirnos en este tema, he de dejar claro lo siguiente; tanto la Psicología y el Derecho son ciencias que tienen su origen en la naturaleza del hombre, específicamente en su naturaleza social, y es que tanto la psicología como el derecho analizan, clasifican y repercuten en la conducta del hombre en sociedad.
Durante todo el desarrollo del Derecho en sus diferentes ámbitos y ramas (teniendo en el penal especial énfasis), vemos que la conciencia interna del hombre es un elemento primordial a la hora de calificar sus conductas. Es pues la Psicología, de entre todas las ciencias, la que tiene las herramientas precisas para ayudarnos a comprender el comportamiento del hombre y su repercusión dentro de nuestra sociedad.
En el presente artículo intentaré hacer un breve repaso de toda la implicancia de la Psicología dentro del Derecho. En primer lugar, he recalcar que la ciencia de la Psicología tiene como uno de sus objetos de estudio al comportamiento humano criminal, lo comparte con otras ciencias (por ejemplo, el Derecho, la Criminología, la Psiquiatría, la Antropología, la Sociología, la Medicina forense, etc.), pero también dichas ciencias abordan este objeto de estudio desde diferentes, y a veces radicales, perspectivas; desarrollando sus propias herramientas, técnicas y métodos de estudio.
Comenzaremos a hablar de la psicología criminal, ésta se sitúa dentro de la psicología jurídica y abarca áreas como: psicología criminalística, tratamiento de delincuentes, investigación criminal, victimización delictiva, etc. La psicología criminal aborda el delito, sus causas, sus efectos, su incidencia y su tratamiento, lo que tiene especial efecto dentro de la ciencia de la criminología. Entre los mayores aportes tenemos: la adaptación social de los delincuentes, la relación entre inteligencia y delito, y la conceptualización psicodinámica del delito.
En efecto, actualmente es necesario analizar el comportamiento delincuencial, no solamente para tratar sus efectos sino para identificar sus causas y poder prevenirlo. Esto es vital para los programas sociales de reinserción de presos y también para legislar políticas que ayuden a aislar elementos dentro de la sociedad que causen la conducta delictiva, como lo son el maltrato familiar, las drogas, la falta de acceso a la educación, etc.
Asimismo, el conocimiento del delincuente permite desarrollar técnicas o metodologías específicas para los especialistas y profesionales durante su intervención, especialmente en la toma de declaración o entrevistas. El conocimiento previo sobre el comportamiento, pensamiento y emociones del criminal nos permite desarrollar técnicas que logren un resultado más acertado sobre quién es la víctima o el delincuente, además permite perfeccionar técnicas de entrevistas a diferentes sujetos, tomando en cuenta su edad, raza, nivel socio-cultural, etc. Por ejemplo, no podemos dirigirnos de la misma manera a un supuesto criminal de 18 años que a uno de 60 años.
La Psicología también nos ayuda a comprender mejor a las víctimas del hecho delictivo. En primer lugar, analizamos las consecuencias primarias del hecho delictivo y las secuelas que la víctima pueda experimentar a causa de esto. Esto nos ayuda a un mejor planeamiento de su recuperación. Hablando, en concreto, de la realidad jurídica del Perú, la Psicología plantea la no revictimización de las víctimas: por ejemplo, en el caso de una violación sexual, se orienta a que tanto la policía como a los organismos de administración de justicia, que no requieran que la víctima reviva el abuso que sufrió; se utiliza para estos casos la entrevista única y, en caso de violación a un menor de edad, la utilización de la cámara Gesell.
La cámara Gesell fue implementada en el Perú por primera vez en el año 2008, y desde entonces, se ha tenido como prioridad aplicar este método a lo largo del todo el país. Actualmente existen 75 de estas cámaras y de las cuales solo 63 se encuentran operativas. En marzo del 2019, el Congreso de la República aprobó la ley N° 30920, que declara que es de interés público y una prioridad para el Estado, la implementación progresiva de cámaras Gesell en todas las instancias judiciales del país.
En casos de violencia hacia la mujer, las políticas del Estado establecen que es de vital importancia que se dicten medidas que impidan que la violencia se prolongue. El juzgado de familia, la fiscalía y la policía nacional, son los organismos encargados de que dichas medidas de protección se dicten con la mayor brevedad e idoneidad posible.
Actualmente el Ministerio de la Mujer es el encargado de brindar un seguimiento, mediante la asesoría y tratamiento a mujeres e integrantes del grupo familiar que fueron víctimas de violencia, o que se encuentran en estado de vulnerabilidad, todo esto a cargo de psicólogos especialistas.
Para concluir, brindaré un resumen del presente trabajo: Todas las ciencias nacen del hombre, y tienen como objeto de estudio al ser humano y su comportamiento, a pesar de que la forma y metodología con la que estudian dicho objeto, varía. Ninguna ciencia se excluye, por el contrario, se complementa. En el caso del Derecho, se encarga de administrar justicia en la sociedad, es decir, su fin es dictar leyes que orienten el comportamiento del hombre. Sin embargo, no es en vano decir que, por mucho que nuestros legisladores se esfuerzan por implementar leyes que garanticen los derechos de todos y todas las peruanas, muchas veces, estas por sí solas, no son suficientes para garantizar esta protección. Se necesitan estudios, encuestas, porcentajes, e investigaciones para poder tener objetividad a la hora de legislar, y sobre todo, asegurarnos de que estas mejoren la calidad de vida y no sean solo palabras escritas sin ningún valor. En este caso quise resaltar la importancia de la Psicología en el derecho penal, ya que debido al hecho de que el Estado esté implementando (y cada vez más) mecanismos de otras ciencias en el saber jurídico, es de vital importancia en el momento de conocer la verdad de los hechos y sobre todo, de proteger a las víctimas.
Este artículo está dedicado a todos los estudiantes y profesionales que practican el Derecho y la Psicología diariamente. Es indispensable educarnos sobre cómo diferentes carreras pueden unirse y crear conexiones que ayuden a los pacientes o clientes en general. También me gustaría dedicárselo a mi hermana y a mi padre, quienes me han inspirado para escribir este artículo desde que ejercieron la abogacía en el ejercicio de su profesión.