Suicidio: ¿Qué hacer con el dolor?

¿Qué temores aparecen cuando escuchamos la palabra suicidio? Tal vez lo que más se nos aproxime es imaginar uno de los escenarios más complejos donde nos podamos encontrar: la muerte súbita y repentina de un ser querido. 

¿Qué encierra el suicidio? 

Según la Organización Mundial de la Salud, lo define como el acto deliberado inicial y realizado por una persona en pleno conocimiento de su propia expectativa de un desenlace fatal. 

Según sus estadísticas, la OMS data que alrededor de 800,000 personas en todo el mundo mueren por suicidio cada año, con mayor predominancia en hombres que en mujeres (la tasa de mortalidad media en el 2012: 11.4 por cada 100,000; 15 para hombres y 8 para mujeres; OMS, 2014; es decir, una muerte cada 40 segundos). 

Mitos y verdades 

Dentro de un fenómeno tan complejo como el suicidio vemos que el estigma y las barreras de los estereotipos, los prejuicios y la discriminación hacen más difícil la búsqueda de ayuda y de superación a dicho problema. Es cuando buscar los recursos de apoyo, información en líneas de ayuda y en sitios web para la prevención del suicidio, así como otras herramientas disponibles para la comunidad, es sumamente imprescindible. A continuación desglosamos algunos mitos y verdades: 

MITOREALIDAD
Hablar del suicidio es una mala idea y puede interpretarse como un estímulo para quitarse la vida.Está demostrado que hablar sobre el suicidio, en vez de incitar, provocar o introducir en esa idea, reduce el peligro de llevarlo a cabo y puede ser la única posibilidad que se le ofrezca el sujeto para el análisis de sus propósitos. 
El riesgo de suicidio es hereditario, por lo tanto, no se puede prevenir. Recordemos que el comportamiento suicida tiene múltiples causas. Aunque se puedan encontrar varios miembros de una misma familia que hayan fallecido por este motivo, cada caso está influido por factores bio-psico-sociales particulares.  
Solo las personas con trastornos mentales son suicidas.Los problemas de salud mental pueden ser un factor de riesgo de presentar estos comportamientos; sin embargo, no se les puede atribuir la causa directa (como si la relación entre problemas de salud mental-conducta suicida fuera lineal, evidente y unívoca).
El que intenta un suicidio es un cobarde o un valiente.Este criterio pretende equiparar el fenómeno del suicidio con una cualidad negativa/positiva de la personalidad; cuando en realidad es una condición transitoria a causa de un fuerte sufrimiento.
La mayoría de los suicidios suceden repentinamente sin advertencia previa. La mayoría de las muertes por suicidio han sido precedidas de signos de advertencia verbal o conductual (el 80%), solo algunos ocurren sin advertencia previa. Es por esto que es muy importante conocer los signos de alerta. 
Solo las personas mayores se suicidan, los niños no se suicidan. Si bien el grupo de riesgo en nuestro país se encuentra entre los jóvenes, se han registrado muertes en las diferentes etapas de la vida, como por ejemplo, en niñas, niños y adolescentes. 

Una vez entendidos los mitos y verdades que engloba el suicidio, podemos comprender con un mejor panorama las señales de alerta. Algunas de ellas son las siguientes:

  • Sentir desesperanza, impotencia, falta de valor, tristeza. 
  • Perder interés en actividades que, por lo general, se consideran agradables.
  • Cambiar patrones de alimentación y de sueño.
  • Sentirse ansioso, irritable, inquieto.
  • Padecer dolor físico sin una causa física.
  • Bajar el rendimiento escolar o laboral.
  • Tener dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
  • No querer estar en contacto con otras personas.
  • Tener pensamientos suicidas o relacionados con la muerte.
  • Tener cambios de personalidad o de humor repentinamente.
  • Descuidar la apariencia o higiene.
  • Regalar pertenencias significativas.
  • Atender asuntos del final de la vida, como crear un testamento o poner en orden el seguro de vida.
  • Despedirse de amigos y seres queridos.

Si alguna de estas señales te hacen ruido y las has podido presenciar en un ser querido o en ti mismo, ¡no estás sólo! Frente a estas características podemos vernos en un contexto complejo, pero la intervención inmediata es esencial y para poder prevenir el suicidio aquí hay una lista de acciones a tomar en cuenta: 

  1. Escuchar con apertura y respeto, ante una declaración como quisiera morir, uno puede sentir mucho nerviosismo, pero lo mejor siempre es continuar escuchando y mantener toda la atención a la persona que en confianza nos revela dicha información. 
  2. Generar un ambiente de comunicación franca en donde la persona que sé que manifiesta el riesgo de suicidio pueda explayarse con libertad y soltura, sin valores de juicio o alguna inseguridad que haga difícil la comunicación. 
  3. Mostrar empatía y sensibilidad frente a los comentarios o ideas que se pueden estar presentando, ya que también ayuda explorar y tener una mejor comprensión respecto al sufrimiento de la otra persona y los motivos por los cuales quiere quitarse la vida.
  4. Evitar juzgar o interrumpir a la persona, ya que entendemos que, por el nerviosismo o por recabar la información dentro de ese contexto, podamos ser un poco intrusivos al momento de dialogar un tema tan complejo como es el suicidio. Esto podría ser que se retroceda en la intención de poder compartir su dolor y sería perjudicial ya que la comunicación se vería interrumpida y la persona se encontraría aún más vulnerable. 
  5. Explorar la disponibilidad del apoyo social, siendo este tan importante, podemos hacerle notar que existen otras opciones de las cuales puede recibir ayuda, ya sean familiares o amigos. 
  6. Exponer la posibilidad de recibir ayuda profesional, esta es una gran alternativa, ya que la consulta con un especialista podría ser beneficiosa para abordar el problema, mediante herramientas y técnicas terapéuticas o incluso con la intervención hospitalaria o de fármacos. 
  7. Promueva factores protectores, en este sentido, podemos hacerle notar a la persona que entienda que hay cosas que tienen mucho valor y significado en su entorno, o que incluso existen propósitos y metas que se verían truncadas por el acto de quitarse la vida. Por ejemplo: terminar la carrera, obtener un ascenso en el trabajo, dejar a las mascotas desamparadas, etcétera. 

El suicidio es sinónimo de sufrimiento. No importa la temporalidad del dolor, los tormentos del pasado, las preocupaciones del presente o la desesperanza del futuro, siempre se busca intentar con muchas estrategias, aminorar el dolor. Sea cual sea el caso, se debe propiciar un ambiente de comprensión, sin juicios de valor que hagan más difícil aun el momento que transita la persona y que experimenta la ideación suicida, o que pone de manifiesto la posibilidad de morir hasta acabar con su dolor por medio del suicidio. 

Las redes de apoyo son fundamentales, pero también el propio autocuidado. Al ser esto una estrategia para poder anticiparnos al suicidio, podemos: 

  • Fomentar relaciones sociales saludables.
  • Gestión del estrés.
  • Realizar actividades físicas y culturales.
  • Fomentar la comunicación en casa y estar alerta frente a los cambios sobre todo conductuales.
  • Facilitar a los jóvenes (población de riesgo) los contactos de especialistas en atención de gestión de emociones/toma de decisiones. 
  • Contar con un personal capacitado para poder detectar y actuar ante el comportamiento de riesgo suicida en las instituciones educativas.
  • Promover hábitos de vida saludable y los servicios de salud mental.

La prevención del suicidio es tarea de todos, porque representa uno de los fenómenos más insidiosos en nuestra sociedad. Todos somos miembros de una misma cultura donde la conciencia y la comprensión pública debe estar sumamente involucrada en la lucha frente a los pensamientos suicidas, debe haber una intervención a tiempo, prevención y la reducción del estigma.

Los medios de comunicación también conforman una gran ayuda y los grupos de apoyo desempeñan un papel muy importante debido a la difusión masiva, lo que garantiza el cuidado y la prevención ante conductas que atenten contra la vida. Este es un avance fundamental en la reducción de las barreras que solo nosotros somos capaces de superar. Salvar vidas al prevenir el suicido no solo nos hace una sociedad más empática, sino eficiente frente a un fenómeno que va en aumento. 

Referencias

Organización Mundial de la Salud (2014). Preventing Suicide: A Global Imperative. Ginebra: WHO Press. 

Contreras-Cordova, C., Atencio-Paulino, J., Sedano, C., Ccoicca-Hinojosa, F., & Paucar, W. (2022). Suicidios en el Perú: Descripción epidemiológica a través del Sistema Informático Nacional de Defunciones (SINADEF) en el periodo 2017-2021. Revista de Neuro-Psiquiatría85(1), 19-28. http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-85972022000100019

Gutiérrez-García, A., Contreras, C., & Orozco-Rodríguez, R. (2006). El suicidio, conceptos actuales. Salud mental29(5), 66-74. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252006000500066

National Institute of Mental Health (2023). Suicide Prevention https://www.nimh.nih.gov/health/topics/suicide-prevention

Depresión: Un viaje hacia la luz en medio de la oscuridad

“La soledad me consume, incluso cuando estoy rodeada de tanta gente”, “Siento que estoy perdiendo la batalla contra mis propios pensamientos”, “Qué sentido tiene levantarse de la cama si todo parece tan oscuro, me duele”, “A veces desearía poder simplemente desaparecer y dejar de sentir todo”, “No puedo recordar la última vez que me sentí genuinamente feliz”, “Me pregunto si alguna vez podré salir de este agujero oscuro en el que estoy”.

¡Estas son frases que las personas que tienen depresión dicen y sienten! Necesitan un abrazo, lo necesitan de nosotros, ¡pero, a la vez, no! ¿Sabes por qué? Porque con el transcurso del tiempo él o ella ya asoció el interés y valor de su persona hacia el resto como si no importara nada, porque en el momento no indicado, no estuvieron presentes y ahora permanece preguntándose e hiriéndose con esas preguntas. Está sensible y se siente irreparable, necesita verdaderamente tu apoyo y mi apoyo, porque cada día se está agobiando más y más, y si no llegaras en su auxilio pronto, si no te das cuenta, ¡lo lamentarás! Sí sospechas de alguien que necesite ese abrazo, dáselo, porque un abrazo nunca está de más… Un día, yo, tú escritora, lo necesité, espero que este artículo te pueda motivar a tomar esa iniciativa de ayuda.

¡La depresión es una realidad compleja que toca los corazones de millones en todo el mundo! Desde los síntomas más evidentes, hasta las causas más profundas, su impacto puede ser abrumador y difícil de entender para quienes no la han enfrentado. Pero aquí, en este artículo, nos embarcaremos en un viaje de descubrimiento y esperanza. ¡Vamos a explorar los matices de la depresión, desde su definición hasta las estrategias de apoyo! A lo largo de esta travesía, iluminaremos un tema que, a menudo, se ve envuelto en sombras, ofreceremos perspectivas y recursos para aquellos que están luchando. ¡La luz está al final del túnel y juntos la encontraremos!

Sigmund Freud fue el primero en diferenciar los procesos psicológicos que toman lugar en el duelo de los síntomas de la depresión melancólica. Él argumentó que la pérdida de autoestima, manifestada por autorreproches, es característica de la melancolía. Más tarde, el modelo cognitivo-conductual de la depresión propuso la presencia de pensamientos distorsionados o erróneos, conscientes sobre la interpretación de experiencias (Botto, Acuña, & Jiménez, 2021).

De igual modo, la depresión es un trastorno psicológico que se define por un estado emocional bajo, falta de interés en actividades que antes resultaban placenteras, y una sensación persistente de agotamiento. Estos síntomas impactan negativamente en la calidad de vida y pueden causar dificultades en el ámbito familiar, laboral y social de quienes la padecen (MINSA, 2023).

Supone una de las patologías más frecuentes en Atención Primaria, y es la primera causa de atención psiquiátrica y de discapacidad derivada de problemas mentales. Los tratamientos que combinan psicofármacos y psicoterapia suelen aliviar, parcial o totalmente, los síntomas de la depresión en la mayoría de los casos, y después de superar los síntomas, es recomendable continuar con el tratamiento antidepresivo durante el tiempo necesario para prevenir recaídas, que en algunos casos puede ser de por vida (Pla Vidal, 2023).

¡La batalla contra la depresión es una enfermedad emocional! Lahaye (2013) afirmó que, en las encuestas que hacía de manera masiva, la respuesta que recibía a la pregunta: “¿Hay entre los presentes alguno que nunca, en toda su vida, haya sufrido una depresión?, era que ninguna de las personas abordadas se había visto libre de este problema, aunque cabe agregar que mucha de esa gente, al responder esa pregunta, se refería a estados depresivos en términos leves, lo que algunos llaman “estar en la luna” o —como dijo una mujer encuestada— “tener un nudo en la garganta”.

La depresión aparte de ser una enfermedad mundial, no hace acepción de personas. Ninguna ocupación está exenta de la depresión, tanto amas de casa, comerciantes, obreros de construcción, maestros, contratistas, etc. Muchos temen que el hecho de confesar que están deprimidos, equivale a reconocer que padecen de una minusvalía mental (Lahaye, 2013).

Recomendaciones:

Aquí tienes algunas estrategias de apoyo que pueden ser útiles para alguien que está luchando contra la depresión:

1. Escucha activa: Estar presente y escuchar sin juzgar puede ser enormemente reconfortante para alguien con depresión. Hazle saber que estás allí para él/ella y que puedes ser un hombro en el cual apoyarse.

2. Ofrece tu compañía: Invita a la persona a participar en actividades sociales o simplemente pasar tiempo juntos, incluso si es solo para estar en silencio. La compañía puede proporcionar un sentido de conexión y pertenencia.

3. Anima la búsqueda de ayuda profesional: Apoya a tu ser querido para que busque ayuda profesional, ya sea animándole a hablar con un médico, psicólogo o psiquiatra. Incluso podrías acompañarle a las citas, si es necesario.

4. Ayuda con las tareas cotidianas: La depresión puede hacer que incluso las tareas más simples parezcan abrumadoras. Ofrece tu ayuda con las tareas domésticas, la preparación de comidas o la gestión de responsabilidades diarias para aliviar algo de su carga.

5. Fomenta la actividad física: Anima a la persona a realizar actividades físicas suaves, como pasear, practicar yoga o nadar, ya que el ejercicio regular puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo y en la salud mental en general.

6. Evita minimizar sus sentimientos: Es importante validar los sentimientos de la persona y evitar minimizar su experiencia. Escucha con empatía y muestra comprensión sin intentar arreglar o solucionar sus problemas.

7. Ofrece información y recursos: Indaga más sobre la depresión y comparte recursos útiles, como libros, artículos o grupos de apoyo en línea, que puedan proporcionar información adicional y un sentido de comunidad.

8. Se paciente y compasivo: La recuperación de la depresión puede llevar tiempo y esfuerzo. Reconoce que tu ser querido está luchando contra una enfermedad legítima y que necesita apoyo continuo.

Recuerda que cada persona es única y puede responder de manera diferente a las estrategias de apoyo. Lo más importante es mostrarle a esa persona que tanto aprecias, que estás allí para ella, para brindarle tu apoyo incondicional y para alentarle en su camino hacia la recuperación.

Referencias

Botto, A., Acuña, J., & Jiménez, J. (2021). La depresión como un diagnóstico complejo. Implicancias para el desarrollo de recomendaciones clínicas. https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872014001000010

Lahaye, T. (2013). Cómo vencer la depresión. Editorial Vida.

Organización Mundial de la Salud. (2023). Depresión. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression?gad_source=1&gclid=CjwKCAjwoa2xBhACEiwA1sb1BLhZfslI0wUrwPsHZLMp60WPhtRCvuw9ePXI6GZ2xG3CGTqExxILoxoCFPcQAvD_BwE

Pla Vidal, J. (2023). Depresión. https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/depresion

Aprendiendo a vivir con el ACV: Decir adiós sin perder a la persona

Es sabido que el duelo se da en diversas formas, ya sea cuando se deja de trabajar, cuando te mudas de casa, cuando hay una separación de parejas, o cuando fallece alguien; son distintas experiencias y, según la doctora Rosa Elena Vargas, el duelo es un proceso en el cual asumimos, asimilamos, maduramos y superamos, donde la única esperanza de la persona que pasa por este proceso es volver a integrarse a su vida cotidiana aun con la ausencia de lo perdido.

Cada persona es un mundo, por lo que el duelo variará tanto en intensidad, tiempo y experiencia de sensaciones (sentimentales y fisiológicas), es por ello que cuando en terapia se trabaja el duelo, no se puede dar un tiempo en específico, o garantizar que no se volverá a extrañar a la persona o situación perdida. Mucho de los resultados que se obtendrán de las sesiones, va a englobar las ganas del paciente para poder reintegrarse a su realidad actual, así como del apoyo de sus redes de soporte.

Diversos psicólogos explican que el duelo se puede experimentar de diversas formas, pero la mayoría de ellos concuerda que la teoría donde ha habido mayor incurrencia es la de las cinco etapas del duelo de Kübler-Ross, quien en vida fue una psiquiatra muy reconocida, la cual dominaba todo lo que engloba el duelo, y que fue plasmado en su libro, Sobre la muerte y el morir.

Cabe recalcar que estas etapas no necesariamente se dan en un orden determinado, y no se garantiza que, al transitar por una de ellas, no se vuelva a sentir las emociones que la caracterizan, tales como la negación de la pérdida de la persona o situación de zona de confort; después tenemos la ira, donde la persona que transita por este proceso, intenta buscar explicaciones o causantes de la pérdida, inclusive culpándose a sí misma, estas emociones generan sentimiento de frustración y cólera; la siguiente etapa sería la negociación, donde la persona con poca esperanza busca alternativas para tratar de controlar las emociones o somatizaciones que experimenta, hasta que logra contemplar la realidad con mayor claridad y entra en el estadio de depresión, donde asimila que no se volverá a tener la pérdida en su presente, y buscará llegar a la aceptación donde ya logra adaptarse a su nuevo entorno, aun teniendo de vez en cuando sentimientos de nostalgia, los cuales serán vistos por la misma persona como transitorios.

Una persona que sufre una pérdida, tiene como objetivo aprender a vivir sin la persona o situación que se pierde. Pero ¿qué pasa cuando no se pierde físicamente a la persona, cuando, al contrario, tienes que estar más cerca de ella, puesto que necesita más de ti? 

¿Qué es un ACV?

Son muchas las situaciones que hacen que una persona esté predispuesta a experimentar un accidente cerebrovbascular (ACV), ya sean genéticas, accidentales u originadas por algunos malos hábitos o falta de controles de salud (presión, colesterol, entre otros). En la revista Argentina de Cardiología, se nos dice científicamente que un ACV se produce por la obstrucción o mala irrigación de algunas arterias del cerebro, por lo que este no recibe la debida oxigenación, provocando, en muchas ocasiones, daños permanentes en la persona que lo sufre, como puede ser su capacidad motora, cognitiva y fisiológica, estos daños va a depender de distintos factores, como en cuánto tiempo se interrumpió la oxigenación del cerebro, cómo se le auxilió y cuán grande es el tratamiento para poder ayudar al paciente a recuperar algunas de sus funciones.

Esta situación no es solo un duelo, ya que puedes experimentar emociones contrarias en la familia, debido a que la situación misma no les permite transitar por el duelo como tal, a saber, un paciente con ACV —en muchas ocasiones— ya no puede desenvolverse de manera independiente, haciendo indispensable el apoyo de sus familiares. La labor de los psicólogos es primordial durante todo este proceso porque se debe preparar a la familia con respecto a todos los cambios que habrá en la vida, tanto del paciente como la de los familiares.

Es preciso abordar a todos los familiares directos:

La pareja:

Cuando un paciente tiene ACV, la persona que necesita mayor soporte es la pareja, porque ella será quien va a estar más cercana al nuevo mundo de la persona. Se debe trabajar mucho en su resiliencia, además de brindarle herramientas para que no caiga en un cuadro de depresión, en vista de que puede ser un poco doloroso renunciar a la imagen que tenía de la persona que la acompañaba día a día. Se debe tener en consideración que, si se brinda todos los tratamientos debidos, puede llegar a obtenerse buenos resultados, también se debe trabajar la autoestima en razón de que, a pesar de estar a cargo de su pareja, su propio bienestar es importante, es conveniente buscar aunque sea unos minutos que sean solo para ella, y, en caso de que tenga familia, con ellos.

Los padres:

La perspectiva de los padres muchas veces es experimentada con mayor intensidad, en cuanto a la pérdida de cómo era su hijo(a). Al ser personas mayores, es más difícil que logren entender con facilidad qué es lo que conlleva tener una condición así, se debe tener un mayor enfoque en cuanto a las emociones experimentadas por ellos; al ser de una edad más avanzada, son más propensos a cualquier enfermedad o somatización, además de tener mucha paciencia, para así, poder explicarles cada cambio que suscite.

Los hijos:

Es un tanto complicado poder asimilar y afrontar los cambios que se dan cuando se es adulto, pero poder explicar a un niño, que la figura paterna o materna que tenían antes ya no será la misma, es un trabajo que debe ser tratado con mucha delicadeza, pues ellos se pueden ver asustados, además de que su dinámica familiar variará un poco y ya no se podrán realizar las mismas actividades que se hacían antes con la misma frecuencia. En ellos, se debe incentivar una actitud colaborativa, asimismo, fortalecer la autoestima, debido a que la situación de contar con un paciente que requiera muchos cuidados, puede generarles una sensación de abandono.

Si en casa tenemos a alguien con esta condición o si conocemos que alguna amistad está experimentando esta situación es muy importante tratar de brindar soporte, ya que puede llegar a ser desgastante tanto emocional como físicamente. Hay que brindar nuestra escucha en caso de que quiera desfogarse, sobre todo, no buscar culpables de la situación y buscar la ayuda de un profesional, para poder transitar de manera exitosa por este duelo que no es duelo, sin perder las ganas de vivir. 

Referencias

(2016). Accidente cerebrovascular isquémico. Revista argentina de cardiología, 84(2), 1-3. http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1850-37482016000200019&lng=es&tlng=es

Campellone, J. (rev.) (2023). Factores de riesgo accidente cerebrivascular. https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000341.htm

Martinez, L. (2021). Elisabeth Kübler-Ross: biografía de esta psiquiatra suiza, experta en duelo. https://psicologiaymente.com/biografias/elisabeth-kubler-ross

Inclusión: ¿Cómo apoyar a los niños con discapacidad dentro del aula?

Los niños con discapacidad deben tener las mismas oportunidades para poder fomentar su desarrollo dentro del aula, para ello tenemos que tener una capacitación constante de cómo poder ayudarlos y brindarles el apoyo necesario, según sea el caso o la discapacidad que presenten.

Para lograrlo, primero se debe identificar las distintas dificultades de aprendizaje que se pueden encontrar dentro del aula:

  • Discapacidad motriz:  Niños que presentan alguna discapacidad física.
  • Trastornos del aprendizaje: Niños que suelen tener dificultad para escribir o leer, también presentan problemas en la ortografía.
  • Dificultades emocionales: Niños con autoestima baja, que no cumplen normas o reglas, generalmente presentan mal comportamiento.
  • Discapacidad intelectual: Niños que tienen Síndrome de Down o algún retraso intelectual.
  • Dificultades sociales: Niños que no pueden expresar o manifestar sus emociones, no suelen hacer amigos, ni mucho menos relacionarse.
  • TDAH: Trastorno de déficit de atención e hiperactividad.
  • Trastornos generalizados del desarrollo o TGD: Suelen afectar el desarrollo del cerebro e impiden la interacción con otros niños, asimismo, dificultan la comunicación y expresión de emociones, suelen ser autismo y Síndrome de Asperger.
  • TOC: Trastorno Obsesivo Compulsivo.
  • Trastornos de comunicación y lenguaje: Niños con dificultad para la adquisición de lenguaje y dificultad para escribir.
  • Alto rendimiento: Rendimiento por encima de los demás niños.
  • Discapacidad sensorial: Discapacidad visual y auditiva.
  • Trastorno de ansiedad: Miedo y preocupación constante.

Una vez que identifiquemos qué tipo de discapacidad tiene el niño, seremos capaces de hacer un plan para ayudarle: podemos identificarlo a través de la observación, cómo se integra a los demás niños o si se aleja de ellos. También podemos indagar dentro de la familia, si tiene ciertos comportamientos que relacionemos con alguna discapacidad, o si el niño ya recibió un diagnostico apropiado.

Pero ¿cómo ayudar a un niño con discapacidad sin descuidar a los demás niños en el aula? Para ello, hay distintas estrategias que podemos utilizar sin descuidar el aprendizaje de los demás.

Estrategias para trabajar con los niños con discapacidad dentro del aula

  • Se una guía: Los niños con discapacidad necesitan que una persona este ahí, para dirigirlos en las distintas tareas del día a día, a veces, esto nos resulta frustrante, pero debemos dejar que tengan libertad sin que perjudique su aprendizaje. Podemos utilizar una agenda o un tablero para que vayan anotando las distintas actividades que completen en el día. Una rutina es ideal para que el niño pueda iniciar y terminar una tarea, así se acostumbrará poco a poco a los diferentes retos de cada día.}

  • Ten paciencia: Es complicado en EBR (Educación Básica Regular) tener un niño con discapacidad dentro del aula, pero tenemos que intentar incluirle, más allá de los días frustrantes, cuando obtienen un aprendizaje, es lo más gratificante con el tiempo, y con apoyo, pueden obtener muchos aprendizajes para su vida diaria.

  • Fomenta su autoestima: Felicitarle o elogiarle por cada logro, es significativo para ellos, ya que sienten que están más cerca de la meta, Aunque su aprendizaje sea el mínimo, la motivarle es fundamental para que pueda obtener mayores logros.

  • Retroalimentación: Dar una retroalimentación de lo que se trabajó el día anterior es necesario para continuar con otro tema, es necesario ayudar al niño a que no se olvide de los logros que consiguió el día anterior, así su aprendizaje será mayor y no se le olvidará.

  • Recursos: Si sabemos que el niño se distrae o no aprende como los demás niños, es necesario cambiar la metodología dentro del aula, por ejemplo: si un cuento no funciona, ¿por qué no reemplazarlo por un video? Sabemos que los niños con discapacidad son más visuales y si acaso tengan alguna discapacidad visual o auditiva, es necesario empezar con la lengua de señas y el sistema Braille.

  • Promover la inclusión: Es necesario promover la inclusión en nuestra vida diaria, no solo en el aula, sino también en la calle, quitar esos prejuicios, aprender que todos merecemos respeto y que existen personas diferentes.

  • Ayuda a controlar sus emociones: Podemos ayudarnos de técnicas de relajación o técnicas de expresión de emociones, debemos identificar qué emoción es la que está pasando (temor, alegría, tristeza, etc.) y de acuerdo a ello, dirigirle hacia la manera correcta de expresarla, por ejemplo: la alegría, puede expresarla a través de un abrazo a su compañerito o si no podemos utilizar el dado de las emociones, para que él mismo se dé cuenta de qué emoción experimenta en ese momento.

  • Dales tiempo para terminar las tareas: No todos terminan las actividades a la par, tenemos que ser tolerantes con el tiempo, ellos necesitan más tiempo que los demás, por eso no hay que hacerlos pasar por situaciones frustrantes, como por ejemplo, decir: “Quien termina primero tiene un premio”, mejor adaptemos eso a “Quien termina primero, ayuda a sus compañeros”, así promovemos la inclusión en el aula.

  • Material didáctico: Estos materiales nos ayudan a facilitar la enseñanza dentro del aula, por eso es necesario incluirlo en la lista de útiles, algunos pueden estimular a los niños para que su aprendizaje sea más dinámico.

  • Ser un modelo: Cuando los padres dejan al niño en el aula, las maestras automáticamente somos un modelo para ellos, por eso, debemos comportarnos a la altura, no frustrarnos, mas bien tomarlo todo con alegría, a veces es complicado por los problemas que pasamos todos, pero recibirlos con sonrisas, amor y cariño es esencial, ellos lo agradecerán porque así se convertirá en un aprendizaje significativo.

  • Sensibilización: Preparar charlas para informar sobre estos trastornos en la escuela de padres o alguna reunión es lo ideal, así los padres estarán informados y podrán aportar más inclusión en sus hogares.

  • Evaluación: No necesariamente se debe identificar su nivel de aprendizaje a través de un examen, al conocer su discapacidad, podemos buscar otra alternativa para evaluar su aprendizaje dentro del aula.  

Estas estrategias nos pueden facilitar la experiencia de tener un niño con discapacidad dentro del aula, es indispensable ponerlas en práctica e ir buscando cuáles más serían oportunas para adaptar al aula, como maestros o psicólogos nos resulta complicado, pero es nuestra labor ayudarle y necesitamos estar capacitados, tener conocimiento, manejo de aula y una estructura didáctica para facilitar el desarrollo del niño.

Sabemos que los niños con discapacidad necesitan apoyo, pero también hay que dejar que sean libres y que aprendan a ser autónomos, no es necesario sobreprotegerlos, debemos brindarles la seguridad para que creen experiencias significativas por si mismos, no hay que ver estas experiencias como algo de temor o riesgo, debemos tener seguridad para poder enseñar.

Para fomentar la inclusión es importante tener una buena relación con los padres de familia, comunicarles lo que su hijo aprendió, cómo se comunicó o simplemente qué comió, todo esto es significativo para la familia, ya que es un avance para su desarrollo. Es complicado tener un niño con discapacidad tanto en el aula como en la familia, por eso hagamos que esta experiencia sea más llevadera a través de la comunicación.

Para finalizar, hagamos que el ambiente educativo inclusivo sea positivo para la educación de ese niño, llevemos un ambiente de paz y tranquilidad, sin temor, sin prejuicios y lleno de valores, estos niños tienen los mismos derechos y responsabilidades, tratemos de que sus experiencias sean únicas.

Referencias

Meza, A. (2022). Niños con discapacidad: cómo promover la inclusión desde el aula. https://www.lucaedu.com/ninos-con-discapacidad-como-promover-la-inclusion-desde-el-aula/

Entre lo que se dice y se hace: Lenguajes del amor

Francés, inglés, español, alemán y chino, si escuchamos hablar a alguien en un idioma completamente diferente al nuestro, probablemente no entenderemos lo que nos quieren comentar, ni tampoco podremos devolver una respuesta clara o que se pueda comprender en su totalidad.

Cuando nos encontramos dentro de una relación de pareja, nuestra forma de demostrar afecto y brindar importancia a la relación, tiende a ser particular de cada quien; a muchos les habrán preguntado: ¿Qué tipo de persona buscas como pareja?, algunos habrán respondido: «busco una persona que sepa escuchar y sea atento/a», otros: «alguien con quien pueda pasar el rato y sentirme a gusto», y otros: «¡alguien que me de regalos y detalles por montón!».

En los primeros compases del enamoramiento, la persona suele parecernos de lo más perfecta, nuestros ojos no pueden ver más allá del velo de idealismo que nosotros mismos hemos construido, además, creemos que si la relación no está en una perfecta estabilidad, no demorará mucho en alcanzarla, sin embargo, cuando las cosas empiezan a avanzar, este velo cae inevitablemente y los problemas aparecen, dejando al descubierto los defectos de nuestra media naranja. 

Gary Chapman (1996) se refiere a los lenguajes del amor como lo que satisface la necesidad de sentirse amado; estos tienen como finalidad la interpretación de acciones dentro de la relación que nos hacen sentir apreciados y queridos, así como, expresar nuestros sentimientos por el otro. 

Según Chapman, los lenguajes del amor son cinco:

El primero son las palabras, se trata de expresar nuestro amor de forma verbal, con palabras de amor, apoyo, ánimo, halagos, amabilidad, humildad, etc. No todas las parejas conocen el poder de este lenguaje, no se trata de hablar únicamente, si no de expresar lo que sentimos de acuerdo a lo que hemos observado que nuestra pareja necesita escuchar, se necesita observación, empatía y paciencia; para las personas de pocas palabras, el tema de la comunicación presenta algunas dificultades, pero no hay necesidad de dar frases complicadas o rebuscadas, un “ hoy te ves muy bien” podría hacer una gran diferencia. 

Buscando una mirada a la exquisita experiencia de encontrarse el uno al otro, se presenta el tiempo de calidad, lo que abre paso a la atención entre la pareja, este lenguaje se trata de pasar tiempo juntos, conociéndose y compartiendo, así como darse ese espacio sin distracciones del entorno, por ejemplo: ir a cenar y poder conversar abiertamente de temas importantes para cada quien y para la relación. Cada vez se ha hecho menos frecuente este tipo de lenguaje, ya que, en en la actualidad, las distracciones y las necesidades materiales se han sobrepuesto a ello. 

Tratando de volver al amor en algo un poco más tangible, nos encontramos con los regalos, un detalle de este tipo es algo que podemos mostrar a los demás para decir: “Mira, estaba pensando en tí”; sin embargo, no es tan simple como parece, las personas le dan diferentes significados y esperan regalos de tipos variados, algunos, manualidades, otros, presentes costosos y otros, regalos que sean afines a sus gustos, independientemente del precio. 

Cuando le sirves una taza de café al regresar del trabajo por la noche, cuando le compras su postre favorito, cuando la/le ayudas en algo que es importante para ella/él… Todas estas demostraciones de afecto se traducen como actos de servicio, se trata de acciones que favorezcan a la otra persona, como diría Chapman: «No es una necesidad ni una obligación, sino algo que se hace de manera generosa para ayudar al otro». 

Considerada la forma de comunicación más directa y sencilla, esta el contacto físico, no todos tenemos la propensión a un contacto físico prolongado, sin embargo, en otros casos, este lenguaje es el principal, por lo que es importante fijar el tipo de contacto dentro de la relación y los momentos en los que se da, normalmente, esto ocurre de una manera implícita. Champan considera que el contacto físico puede producir o romper una relación, ya que permite comunicar amor u odio.

Si algo ha quedado claro es que, al iniciar una relación, es importante comunicar, escuchar y observar, al entender el lenguaje de las dos partes (el propio y el de nuestra pareja) y poder compenetrar estas necesidades, se dará un entendimiento que probablemente lleve la relación hacia el éxito. 

Referencias

Chapman, G (1996). Los lenguajes del amor. Florida: Editorial Unilit.

Navarro Sánchez, M. E. (2015). Los 5 lenguajes del amor: ¿cuál es el tuyo?. Psicología y mente. https://psicologiaymente.com/pareja/5-lenguajes-del-amor

Más allá del adiós: La pérdida y el duelo

Entre conversaciones que tuvimos en un salón de clases, surgió un tema bastante peculiar: el duelo y el miedo a perder. Comentamos acerca de cómo sería la vida si moríamos o si perdíamos a las personas o mascotas que más amábamos. En el transcurso, observaba los rostros de mis compañeros, mientras conversaban sobre ello y en muchos casos, había cierto miedo, tristeza, incomodidad e incluso poca apertura para intervenir, a lo que el profesor encargado sugirió la siguiente dinámica: Nos pidió escribir una carta anónima de despedida a aquella persona, mascota o proyecto significativo, para la cual nos brindó un tiempo prudente. Seguido de ello, pidió que todas las cartas por fila, sean mezcladas para que otros compañeros puedan escribir palabras amorosas de consuelo y acompañamiento.

Al finalizar, cada estudiante por fila buscó, entre las cartas, la que había escrito, y deseosos empezaron a leer las palabras de consuelo y amor; muchos de los estudiantes se mostraron sensibles y otros se rehusaban a leer en el salón, comentaron que era una situación complicada, para evitar sentirse vulnerables.

Esta anécdota me sirvió mucho para poder comprender que el perder a alguien o algo, nos resulta una experiencia diferente para cada uno. Algunas personas pueden aceptar y recibir apoyo, otras no saben cómo actuar ante ello para no sentirse vulnerables o porque aún no ha habido un cierre o un fin para el duelo, pues existen muchos sentimientos, recuerdos y experiencias de por medio. 

El duelo es una experiencia universal, natural y emocional a la pérdida significativa, ya sea la muerte de un ser querido, la ruptura de una relación, la pérdida de un empleo o cualquier otro cambio importante en nuestras vidas. En su esencia, el duelo es un proceso de adaptación a la ausencia, donde se experimentan una variedad de emociones complejas y se navega por un viaje de ajuste emocional, cognitivo y espiritual. 

«Cuando se habla de pérdidas y en especial de las pérdidas relacionadas a una persona, es una experiencia que necesita ser compartida, acompañada y respetada. Es normal que se necesite saber que el dolor, tiene un impacto en los demás; así que, por lo general, las personas que han tenido una pérdida suelen valorar mucho la presencia y la compañía de las personas que aprecian». (Fundasil, s/f).

Es relevante considerar que cuando el duelo se presenta, la personalidad, la psique de la persona, su historia, sus experiencias de vida y el sistema de afrontamientos que posee, más allá de las circunstancias de la muerte, tendrán que ver con la forma de asimilar el duelo. Por ello, al presentarse el duelo, será importante dejar que la persona pueda sentir el dolor junto a todas las emociones que ello conlleva. Aceptar, que ese ser amado ya no está y que la pérdida es irreparable, será un momento inicial y crucial para el fortalecimiento de la persona.

¿Cuáles son los tipos de pérdida a los que podríamos enfrentarnos? 

De acuerdo a Pangrazzi (s/f), son:

  1. Pérdida de la vida: Es un tipo de pérdida total, ya sea de otra persona o de la propia vida. 
  2. Pérdidas de aspectos de sí mismo: Pérdidas que tienen que ver con la salud, por ejemplo, pérdida de las capacidades sensoriales, cognitivas, así como psicológicas, por ejemplo, la autoestima, valores, ideales, ilusiones, etc.
  3. Pérdidas de objetos externos: Pérdidas materiales, un trabajo, un hogar, ciertas pertenencias y objetos vinculados o importantes para cada persona. 
  4. Pérdidas emocionales: Rupturas con la pareja o amistades debido a que el contacto físico se ve limitado. 
  5. Pérdidas ligadas con el desarrollo: Pérdidas relacionadas al propio ciclo de la vida, por ejemplo, el el paso por las distintas etapas o edades, infancia, adolescencia, juventud, menopausia, vejez, etc.

¿De qué manera nos afectan las pérdidas? 

Las manifestaciones a causa de las pérdidas no son universales, varían de persona a persona y de las actividades que se realicen para sobrellevarlas. 

Torres (2020) nos menciona las dimensiones en las que nos afectan las pérdidas: 

  • Dimensión física: Molestias físicas, sensación de “vacío” en el estómago, nudo en la garganta, sequedad en la boca, alteraciones de sueño y alimentación, sensación de opresión en el pecho, palpitaciones, falta de energía, etc. 
  • Dimensión emocional: Experimentar sentimientos de tristeza, enojo, miedo, culpa, soledad, ansiedad, impotencia, añoranza, desesperanza, alivio y liberación, amargura, etc. 
  • Dimensión cognitiva: Dificultad para concentrarse, falta de interés por las cosas, confusión, entre otras. 
  • Dimensión conductual: Cambios en el comportamiento, por ejemplo, aislamiento social, retraimiento, aumento en el consumo de tabaco o alcohol.
  • Dimensión social: Aislamiento, rechazo hacia los demás. 
  • Dimensión espiritual: Se puede presentar como el replanteamiento de las propias creencias, podemos llegar a cuestionarnos a nosottos mismos y pensar: “¿Por qué a mí?”

¿Cuales son los mitos en relación al duelo?

En el manual sobre el duelo de Unicef (2020), nos menciona los siguientes:

  • Mito 1: El duelo se resuelve aproximadamente en un año

El duelo es un proceso en sí muy complejo y personal. El periodo de tiempo para “resolverlo”, varía en función de múltiples factores. 

  • Mito 2: El duelo es como una depresión

Aunque ambos comparten ocasionalmente ciertas manifestaciones tales como la desilusión, tristeza profunda, llanto, desapego de la vida, apatía, entre otras, debemos recordar que la depresión es una enfermedad mental con criterios diagnósticos y el duelo es una respuesta adaptativa. 

  • Mito 3: Dentro de los diferentes tipos de muerte, hay unas que son peores que otras

No es una competencia sobre quién ha tenido la peor desgracia y quién está sufriendo más. Cada proceso y cada persona es diferente, sus vivencias son válidas y deben respetarse.

  • Mito 4: Cuando la muerte es “natural”, sobre todo de una persona mayor, no genera duelo

En el duelo, lo que importa es la vinculación que se tenía con quien se ha perdido, cada persona lo procesará de diferente manera, según cuán significante ha sido y según las experiencias o vivencias que tenemos de ello.

  • Mito 5: Los hombres lo llevan mejor, para ellos es diferente, se recuperan antes

No es una cuestión de género, cada persona, independientemente de ello, es libre de sentir la pérdida y organizar su experiencia como pueda y como sepa sobrellevarla.

El duelo y sus etapas según Kubler-Ross

1. Negación

El shock y la incredulidad por nuestra pérdida en un momento o un día, puede ser disfuncional e intentará convencernos de que el ser querido no ha muerto. Sin embargo, la incapacidad de comprender la pérdida durante un tiempo no es algo de lo que haya que salir rápidamente, pues es una reacción normal. 

2. Ira

Kessler (s/f) refiere que la ira es el guardaespaldas y una expresión del dolor.  Además, debajo de la ira puede haber sentimientos de desesperanza o impotencia que en circunstancias provoca la culpa y la culpa que algunas personas utilizan para mantener una ilusión de control o expresar frustración. La culpa puede verse acompañada de pensamientos como: “si yo hubiera estado, si yo hubiera hecho…”. Se estará buscando el factor causante de la pérdida. 

3. Negociación

Las intenciones de volver el tiempo atrás es un deseo frecuente en esta etapa, la persona se queda pensando en el pasado para intentar negociar la salida de la herida, mientras se piensa en lo diferente o maravilloso que sería todo si el ser querido o la pérdida no hubiese pasado.

La frase que resume esta etapa es: “¿Qué hubiera sucedido si…?” 

4. Depresión

La persona empieza a asumir de forma definitiva la realidad de la pérdida, y genera sentimientos de tristeza y de desesperanza junto con otros síntomas típicos de los estados depresivos, como el aislamiento social o la falta de motivación para realizar actividades rutinarias o de ocio.

5. Aceptación

La aceptación no significa que te parezca bien que tu ser querido se haya ido. Consistirá en aceptar la realidad de la pérdida, de aprender a convivir con ella y crecer a través del conocimiento de los sentimientos.

¿Las etapas son rígidas o siempre deben seguir una secuencia? 

No, las etapas no son rígidas o lineales. Debemos comprender que tales etapas pueden aparecer en diferente orden, intensidad o incluso puede que no se presenten en el duelo de una persona.

¿Cómo afrontar la pérdida y el duelo? 

Te presentamos algunas indicaciones de autocuidado: 

  • Permítete estar de duelo, date un espacio y permiso para sentir cada emoción. Quizás pienses que es mejor no sentir el dolor, o distraerte para evitarlo, sin embargo de todas maneras, con el tiempo, lo más probable es que el dolor salga a la superficie. 
  • Si buscas o deseas estar un momento solo o sola, procura meditar y expresar emociones en privado, pero sin que esto signifique aislarse de los otros. Será muy importante que lo comuniques a los que están a tu alrededor, para que entiendan esos espacios y los respeten. 
  • Abre tu corazón al dolor, es importante para expresar lo que sientes, ya sea la tristeza, la rabia o el miedo por lo perdido. Recuerda que tenemos la libertad y el derecho de llorar cuando sintamos que sea necesario. Llorar es tan exclusivamente humano como reír. 
  • Anímate a pedir ayuda, da la oportunidad a tus amigos y seres queridos de estar cerca. “No es más sabio ni más evolucionado el que no precisa ayuda, sino el que tiene conciencia y valor para pedirla cuando la necesita”. (Bucay, 2003).
  • Confía en tus recursos para salir adelante y respeta tu propio ritmo de sanación, puedes conseguir ayuda profesional para fortalecer tales recursos y aprender estrategias para gestionar situaciones difíciles. 
  • Comprende que el duelo no es olvidar, al contrario, nos permite buscar para tu ser querido el lugar que merece en tu corazón. Es poder pensar en él, y no sentir ya ese latigazo de dolor. Es recordarlo con ternura y comprender que el tiempo que compartiste con él o con ella, fue un gran regalo. 

¿Cómo ayudar a alguien en duelo?

Para poder acompañar saludablemente a un familiar o amigo que ha perdido algo o a alguien valioso, debemos considerar lo siguiente: 

Actitudes que ayudan

  • Dejar que se desahogue: recuerda que sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia o el miedo frente a la muerte de un ser querido es el mejor camino que existe para cerrar y curar la herida por la pérdida. 
  • Escuchar y acompañar a la persona en duelo puede ayudar a que se sienta aliviada y validada. 
  • No temas en sentirte vulnerable, no hay nada de malo en mostrar tus sentimientos, o en mostrar que también te afecta lo que ha pasado.  
  • Respeta el tiempo y procesos: el afronte es individual, cada persona cerrará el duelo en el tiempo que vea necesario.

Actitudes que no ayudan

  • No intentes buscar una justificación para lo que ha ocurrido. 
  • No te empeñes en animar ni tranquilizar insistentemente a la persona en duelo, es posible que lo que más necesite en ese momento, es que solo la escuches. 
  • No le restes importancia a lo que ha sucedido al hablarle de lo que todavía le queda. 
  • Comentar las siguientes frases: «Ya olvídalo», «Fue mejor así», «Deja de sufrir», «El tiempo todo lo cura», «Mantente fuerte por lo demás», «Es la ley de la vida». 
  • Invalidar sus sentimientos, por ejemplo, decir que llorar no sirve o que es de débiles y que solo empeorará el dolor.

Me gustaría comentar que el duelo es una respuesta adaptativa universal que puede manifestarse de diversas maneras, recuerden que no hay una manera correcta de vivir un duelo, cada uno lo vivirá como lo sienta, y está bien. Por ello les animo a comprender los sentimientos de los demás, a respetar los espacios y a ser una red de apoyo. Si te encuentras pasando por una situación de duelo, no dudes en pedir apoyo o acompañamiento, recuerda que siempre habrá ayuda disponible. 

Para finalizar, los invito a escuchar los siguientes podcast que retratan muy bien los procesos de la pérdida y el duelo. Al escucharlos, podrán esclarecer sus dudas y sentir alivio.

Psicología al desnudo: https://www.youtube.com/watch?v=OQdqYAJHr8c&t=357s

Después de la pérdida: https://www.youtube.com/watch?v=1Buu1nCLgA0&t=789s

Referencias 

Bucay, J. (2003). El camino de las lágrimas. Editorial. https://psicodescubrir.com/wp-content/uploads/2020/01/el-camino-de-las-lagrimas_jorge-bucay.pdf

Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. (2020). Duelo. Manual de Capacitación para Acompañamiento y Abordaje de Duelo. https://www.unicef.org/elsalvador/media/3191/file/Manual%20sobre%20Duelo.pdf

Rogers, K. (2023). ¿Cuáles son las 5 etapas del duelo y cómo superarlas? https://cnnespanol.cnn.com/2023/11/29/cuales-son-5-etapas-duelo-como-superarlas-trax/

Rolón, G. (2020). El duelo: Cuando el dolor se hace carne. Argentina: Editorial Planeta. https://www.planetadelibros.cl/libros_contenido_extra/45/44654_1_El_duelo.pdf

Torres, A. (2020). ¿Qué hacer en caso de pérdidas? – FUNDASIL. San Salvador, El Salvador.

¿Amo demasiado o soy dependiente?

Amar, sentir y querer, es una rama de sentimientos que nos permite saber que estamos vivos, por medio de emociones desatadas a través de una persona. Todos hemos tenido una persona, o más, que nos haya hecho sentir “mariposas en el estómago”, que es un sentimiento hermoso donde la dopamina; a nivel neurológico, nos gobierna, al nublar nuestro juicio y raciocinio, volviéndonos vulnerables. 

Las fases del enamoramiento son el conocerse, salir , enamorar, ser novios, y después, viene una etapa estigmatizada llamada matrimonio, donde puede (o no) que tengamos buena referencia sobre el mismo, pero lo cierto es que cuando nos enamoramos no vemos un final con esa persona. 

Dicho esto, ¿qué pasa cuando llegamos a un punto donde ya nos acostumbramos tanto a esa persona y no podemos ser capaces de vivir sin ella? Cuando necesitas sentirte parte de su día a día, para sentirte bien, cuando necesitas de él para hacer cosas, cuando no ves un plan donde él no esté. ¿Es correcto?, ¿eso es el amor?

Según de la Villa et al. (2018), la dependencia emocional es una distorsión del amor que se manifiesta mediante la necesidad constante por el otro, que nos vuelve incapaces de estar sin la otra persona, por medio de un gran temor y pánico por una separación, donde la sintomatología se presenta como excesiva necesidad del otro, no poder ser autónomos a nivel personal, síntomas de abstinencia y no poder vivir de la misma forma las experiencias (p. 157).

Entonces, la dependencia emocional se manifiesta en una conducta repetitiva de necesidad y miedo al abandono, lo cual es un sufrimiento para ambas partes. Es importante identificar cuando una relación anda mal y cuando ya se encuentra mal, para poder hacer algo si aún se está a tiempo, pero esto tiene que ser por ambas partes. El desgaste constante que implica el mantener una relación así, es perjudicial para nuestra salud mental y física, por lo que afecta distintos planos de nuestra vida diaria, como los estudios, el trabajo y las relaciones amicales o familiares; ante todos los sentimientos dañinos que sientes cada día. Tal vez tuviste una relación sana que se volvió «tóxica» o, simplemente, siempre fue así, recordemos que las relaciones son «subes y bajas», pero no intentemos justificarlo con eso, cuando esto comienza a alterar tu sistema nervioso por la presión y frustración excesiva, es necesario pensar si debemos seguir. 

Silvia Congost, en su exposición sobre dependencia emocional, expresa que hay tres tipos de relaciones de pareja: La primera es la sana, la cual es funcional, presenta admiración por el otro, te sientes a gusto y en paz, tienen el mismo proyecto de vida y los conflictos tienen soluciones constructivas. El otro tipo es una relación sana que se vuelve «tóxica», donde la admiración se va y nace el instinto por otras personas, sienten incertidumbre, aparecen los castigos que son un tipo de maltrato psicológico, y ambos permanecen en un constante sufrimiento. Y finalmente, una relación completamente «tóxica».

El punto es saber dónde nos encontramos ahora, puede que sepamos conscientemente y decidamos continuar. ¿Estamos dispuestos a seguir con esa persona?, ¿estamos dispuestos a seguir sufriendo?, ¿o tal vez ocurre que solo amamos demasiado? El término “amar” es una palabra que posiblemente no esté siendo bien utilizada, ya que el amor es un constructo constante de aceptación y decisión por la otra persona, a sabiendas de lo bueno y malo del otro. El amor no es algo simple, es materia de estudio científico hasta la actualidad, para descubrir el trasfondo de esta palabra, pero te aseguro que no es algo de días, ni de semanas, es algo que perdura y no duele.

El libro Las mujeres que aman demasiado de Robin Norwood, nos explica que cuando “el amor significa sufrir es que estamos amando demasiado”, pero el trasfondo nos remonta a que permitimos ese trato nocivo hacía nosotros por un sistema de creencias o sucesos de la infancia, que fueron reforzados por nuestro medio social. Este libro es una muestra de lo que estamos dispuestos a aceptar por un poco de amor, y que en realidad no sabemos si se quedará y tendrá un final. Por ejemplo: esperar mensajes, llamadas y detalles, o aguantar castigos, insultos, comentarios hirientes y seguir con esa persona.

Nos olvidamos de algo clave, la otra persona, es esa persona que estamos dañando y que nos está dañando al mismo tiempo, puede ser que muchas de las actitudes que tenga no sean adrede, pero eso no justifica que es consciente de que nos está haciendo daño. Él o ella también tuvo un pasado, tiene traumas, recuerdos dolorosos, él también es un ser humano, y él también es dependiente de ti. 

La dependencia emocional es una palabra fuerte y que da miedo reconocerlo, porque representa vulnerabilidad, representa que algo está mal, representa que estamos mal. Sin embargo, como cualquier otro problema, tiene solución; si bien requiere de ayuda terapéutica —que sería lo mejor—, hay veces que no asistimos por diversos factores, pero podemos ayudarnos a mejorar, con los siguientes pasos:

  1. Reconocer el problema: Para poder salir de un problema es importante reconocer el problema y poder aceptar que necesitamos ayuda.
  2. Adquirir información: Educarnos nos da las herramientas para poder tener la valentía y la voluntad de tomar decisiones.
  3. Identificar las cosas, actitudes y comportamientos que nos causan daño: Tener conocimiento de qué cosas están perjudicando nuestra tranquilidad, nos ayudará a evitarlas o detenerlas.
  4. Trabajar la autoestima: Comenzar o reforzar las habilidades y hábitos que nos gustan. Pensar de forma positiva sobre nuestro cuerpo, sentimientos y capacidades, nos hará sentirnos más amados por nosotros mismos. 
  5. Aprender a estar solo: El encontrar espacios para que nosotros podamos ser como somos y podamos distraernos, nos ayudará a reconocer que tenemos un espacio en donde nos podemos sentir bien.
  6. Refuerza tu red de apoyo: Encontrar o reforzar la relación con personas que nos quieren, nos ayudará a saber que no estamos solos.
  7. Agradece y da un paso adelante: En este paso podrás mirar atrás y recordar los momentos buenos y malos, con un “gracias”, entonces, serás capaz de mirar hacia delante.

Ahora sabemos que todos podemos salir de una relación con dependencia emocional. El tomar la decisión de terminar con eso es lo mejor, pero no es fácil, por lo contrario, aceptar que algo está mal y que necesitamos mejorar es un gran paso que poco a poco, según el proceso de cada uno, se irá conduciendo hacia una mejoría. Donde tengamos paz y tranquilidad, y donde podremos crecer personalmente solos. Si ya tomaste la decisión de dejar aquella relación, es importante que te permitas sanar y recordar quién eras antes de entrar a una nueva relación, porque corremos el riesgo de entrar a un bucle de dependencias.

Por eso, ahora, lo mejor es priorizarte a ti mismo; verás que  todo lo que pasó fue un aprendizaje, para llegar al punto donde sepamos amarnos y ser fieles a nuestros principios e ideales, y que cuando llegue el momento para dejar entrar a alguien a nuestro corazón, estemos preparados.

Referencias

De la Villa-Moral, M., Sirvent, C., Ovejero, A., & Cuetos, G. (2018). Dependencia emocional en las relaciones de pareja como Síndrome de Artemisa: modelo explicativo. Terapia psicológica, 36(3), 156-166.

Norwood, R. (1985). Las mujeres aman demasiado. Titivillus.

TEDxReus. (2023). Dependencia emocional en la pareja/Silvia Congost [Archivo de Video]. https://www.youtube.com/watch?v=aqo4_BlMIbw

TLP y Sufrimiento: ¿El dolor es el hogar de mi TLP?

Alguna vez te has preguntado por qué, al tener TLP, piensas cosas como: ¿Por qué necesito reemplazar el dolor emocional con dolor físico? ¿Por qué siento que cada vez que ocurre un problema es mi culpa y debo pagar por eso? ¿Por qué siento al dolor como algo tan familiar, como si fuera mi hogar? ¿Realmente me gusta sufrir? ¿Lo merezco?

Bueno, en este artículo intentaremos responder a esas preguntas, desde una perspectiva profesional y personal, para entender por qué se siente tan cómoda la idea del dolor.

Para comenzar, debemos tener una concepción sobre lo que es el trastorno límite de la personalidad (TLP). Según el Manual de diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-V, 2014), este trastorno de personalidad es caracterizado por un “patrón general de inestabilidad de las relaciones interpersonales, la autoimagen, y los afectos. Además muestra una notable impulsividad que comienza antes de la edad adulta y está presente en una variedad de contextos”. 

Es decir, que se trata de un trastorno complejo, el cual afecta todas las áreas de la vida tanto de manera interpersonal como intrapersonal. En esta se acentúa la inestabilidad afectiva, debido a un profundo miedo al abandono que produce un vacío crónico en quien lo padece, lo que hace que el “humor” cambie repentinamente por estímulos pequeños que puedan estar prediciendo el abandono de alguien cercano, lo que hace que uno sienta un dolor indescriptible. Este dolor es tan grande que se ha llegado a comparar por especialistas como una “quemadura de tercer grado”, asimismo, se encuentra un enojo y control de ira inapropiado, el mismo que provoca disputas que llegan a alejar a personas cercanas, las cuales desencadenan un sentimiento enorme de culpa, y esto nos regresa al primer punto, el miedo al abandono.

Entonces se genera la interrogante: ¿Una persona con TLP vive en un ciclo constante donde el dolor es su único acompañante? 

¿De dónde viene el TLP?

Este tiene su base en un factor genético y un factor ambiental. Cuando hablamos de un factor genético, nos referimos a lo que nos pudieron transmitir nuestros progenitores o familiares cercanos, al tener ciertas condiciones de salud mental a través de los genes, mientras que al hablar del factor ambiental, tenemos que tocar temas como los estilos de crianza, el apego y el ambiente invalidante. 

En cuanto al apego, nos remontamos a los primeros momentos de vida, cuando aprendemos a distinguir lo bueno y lo malo, al hacer comparaciones radicales sobre lo placentero y displacentero, este proceso es llamado escisión y fue un término brindado por la corriente psicoanalítica. 

Este proceso intenta explicar que todo inicia desde la infancia, pues, el recién nacido crea dos versiones de una misma persona. Por ejemplo, un bebé, al distinguir a su mamá, crea dos versiones de ella: a la “madre buena”, la cual cumple con sus necesidades fisiológicas y a la “madre mala”, que no lo atiende e ignora sus necesidades, dividendo a una misma persona en dos para poder entender algunas complicaciones de la vida. No obstante, en el futuro, el menor  logrará unir a estas dos personas en un mismo ser. Pero si la madre siguiera con un patrón de invalidación o negligencia, el cerebro del hijo seguirá usando el mismo pensamiento dicotómico para entender la realidad y así, se convertirá en un mecanismo de defensa para el TLP.  (Arango, 2018). A partir de la escisión surgen cuestiones como:   ¿Todo o nada? o, ¿blanco o negro?  

Durante la niñez, se tiene un sentido innato de buscar protección en nuestros cuidadores principales, lo cual no se cumpliría si es que se crece en un ambiente “invalidante”, mismo término que Linehan (1993) define como: “Las características  del  entorno  que  niega  o  responde  de  modo  no  adecuado  a  las  experiencias  privadas  de  los  sujetos”.  En ese contexto,  no se podría cumplir con esta necesidad básica y el niño se encontraría  en un “miedo irresoluble”; esto ya que muchas personas con TLP viven situaciones traumáticas de mayor o menor grado, he incluso les impide pedir ayuda, ya sea porque las personas que ocasionan el trauma son parte de quienes este  consideraría como “seres  queridos”, o que estos minimicen el hecho traumático e incluso lo culpen por la producción del trauma; esto hará que la persona se sienta en un dolor constante, del cual no ve salida. Según Causera y Peris (2015), “todos podemos funcionar a nivel borderline, pero la duración e intensidad de experiencias que impiden al niño establecer una relación segura con el objeto amado, hacen que éste actúe de forma crítica en un nivel borderline”.

Entonces, el ser criado en un entorno de negligencia o abuso puede provocar que, posteriormente, se cree un apego inseguro o desorganizado, siendo este último el de mayor gravedad y que dará mayor predictibilidad a vivenciar episodios disociativos. Por lo que, al vivir en un entorno sin la protección necesaria, es que se desarrollará un apego basado en el miedo.

Apego inseguro: qué es, tipos y cómo trabajarlo - Las 5 pautas de J. Bowlby

Apegos en el Trastorno Límite de la Personalidad

Apego Inseguro:

Para desarrollar el apego inseguro, el padre, la madre o ambos actuarán de forma inestable al ejercer su paternidad, e incluso mostraran cierto rechazo, lo que ocasionará que, muchas veces, el menor no pueda contar con ellos; una consecuencia de esto, será que cuando este crezca, mantendrá cierto rechazo a sus cuidadores. Asimismo, al tener este tipo de apego se requerirá constante validación del amor, ya que no lo percibirá como un sentimiento real y genuino; por lo que, ante cualquier mínima señal de abandono, el cerebro mandará una alerta roja que ocasionará un estado de crisis y ansiedad en la persona que vive con este apego, todo ello debido a su constante miedo al abandono, que le lleva a tomar acciones impulsivas que muchas veces podrían atemorizar a sus seres queridos y provocar que se vayan.

Apego desorganizado:

Al hablar del apego desorganizado, nos encontramos con una niñez donde la incoherencia de los estados afectivos de los padres prima por sobre todo, es decir, que estos provocan un estado de amenaza por el abuso y protección excesiva al mismo tiempo. Lo que generará que estas personas tengan una estrategia de apego incoherente, donde si bien se mantendrá el mismo sentimiento de miedo al abandono, también provocarán una evitación hacia las personas que sean importantes para ellos, ya que su subconsciente pensará en: “Si no me relaciono de forma cercana a alguien, no podrá abandonarme”. Y el vivir dentro de un constante círculo de amor-evitación, será desgastante y doloroso para quien lo padezca, lo que hará que reviva constantemente su miedo al abandono, que muchas veces será provocado por él mismo (Causera & Peris, 2015). 

En conclusión, el ambiente en el que nos criamos desde el nacimiento será precursor del posible desarrollo de un trastorno mental. Ya que cuando la “invalidación” por parte de nuestros cuidadores prime durante el desarrollo, aumentará la posibilidad de generar un posible TLP, y ya desde entonces, empezará a crearse la idea del “dolor” como parte de nuestra vida, el mismo que seguirá repitiéndose indefinidas veces por ser parte de nuestro apego. Sin embargo, a esto también se le suma los estilos de crianza, caracterizados por un excesivo control y poca protección, lo cual se denota en la falta de reconocimiento e invalidación, junto a un alto nivel de exigencia con castigos de bastante dureza, que pueden ser físicos o psicológicos.

Aquí es donde se resalta la teoría del doble vínculo de Gregory Bateson, la cual habla de un dilema de comunicación donde hay una confusión en el mensaje, con una notoriedad especial en el empleo de castigos. 

Crianza respetuosa: qué hacer si un niño llora y grita

Un ejemplo de este, sería en los castigos psicológicos: cuando se le quita toda atención al niño y sus necesidades por un periodo de tiempo, en el cual el dolor por el miedo al abandono será de gran intensidad. Aunque después de unas horas, regresé la madre y reafirme el amor con palabras corteses y preste atención a sus necesidades, ella incluso podría llegar a culpar a su hijo por hacer que tenga que castigarle. En este ejemplo se dio una primera comunicación no verbal amenazadora a la vida del menor, donde se le mostraba que no se le quería y se le quitaba la protección, mientras que, en la posterior comunicación verbal, se le muestra que sí le quiere y que la culpa de perder el amor es del propio niño. Entonces, su cerebro entiende que merece sufrir, ya que es su culpa, y la única forma de conseguir amor es sufriendo antes, aquí empezamos a relacionar un pensamiento dicotómico: Placer – Dolor. 

A continuación, se procederá a responder aquellas preguntas por las que este artículo te interesó, pero, a diferencia de lo explicado anteriormente, se hará en primera persona, pues quien les habla, vive con este trastorno desde hace muchos años, y lo que busca, es ayudar a comprender ciertas cuestiones que nos planteamos sobre nosotros mismos. Entonces, desarrollemos las siguientes preguntas. 

¿Necesito sentir dolor para sentir placer? 

Cuando hablamos de “intercambiar dolor psicológico interno y vago por un dolor físico claro pero controlado puede ser una explicación para la paradoja que une placer y dolor” (Puértolas Argüelles, 2018). Es por ello que debemos tener en cuenta que muchas de las personas con TLP tienen alteraciones estructurales y funcionales en la red frontolímbica la cual incluye a la corteza cingulada, la ínsula y la amígdala con sus respectivas conexiones, lo que reduce la sensibilidad ante estímulos nociceptivos fásicos o la percepción del dolor, así se da una relación entre la experiencia de este con la liberación de endorfinas, las cuales son neurotransmisores que modulan la experiencia del dolor e incrementan la sensación de placer. A causa de ello, generan un estado de ánimo alterado en base a los estímulos provocados por una persona, que le permiten tener una percepción de control sobre el dolor, produciendo sentimientos de orgullo, logro, catarsis e identidad positiva. 

Aunque también se ha podido ver por otros investigadores que, al generar un dolor físico, se puede escapar del “yo”, y aliviar la autoconciencia durante un corto periodo de tiempo. Esta forma de manipular el concepto de “dolor” por nuestro cerebro, hace que veamos a estímulos aversivos como más agradables si alivian un dolor mayor como lo es el emocional (Puértolas Argüelles, 2018).

¿Me gusta sufrir?

La respuesta es que a veces sufrimos tanto que ya no encontramos más salida que las conductas impulsivas que liberen las endorfinas que nos hagan sentir “vivos”. En muchas ocasiones, al tener mucho dolor cargado, empezamos a disociar el dolor, y nos quedamos con un estado de ánimo aplanado, que nos hace sentir completamente solos, y es en ese momento cuando solo buscamos sentir algo que nos libere de ese vacío, aunque se comience con un acto mínimo, si funciona, buscaremos repetirlo para seguir sintiendo lo mismo, aunque las exigencias vayan en incremento. 

No quiero llamar la atención: tengo TLP - Salud con lupa

El sentimiento de placer que buscamos para desahogar el dolor es mucho más grande al que sentiría una persona sin este tipo de trastorno, ya que, no solo se disminuye el dolor, sino que se siente una salvación de cualquier estímulo negativo que podría haber pasado hasta el momento. 

Para desarrollar esta idea, podemos imaginar el siguiente escenario: “Haberse perdido hace años, y que alguien te regrese a la realidad, sanando cada herida que pudiste tener, por más que sea superficial, y, a pesar de que al final te vuelvas a perder, tener esa sensación, aunque sea durante un corto periodo de tiempo, resulta en algo glorioso”. 

Como dice en la canción “Pain” de Three Days Grace: Prefiero sentir dolor a no sentir nada en absoluto.

Mi bestie el TLP

Es por todo lo que hemos revisado que podemos decir que, desde la infancia, el dolor ha sido algo que se crio con nosotros, es parte de nuestro día a día, y por eso, ahora se siente como “nuestro hogar”, el lugar seguro en el que siempre estuvimos, por eso es que se siente tan familiar y cómodo el sentirlo cuando lo provocamos nosotros mismos, ya que nos da la sensación de poder controlar algo de nuestra vida, algo muy fuerte que vive con nosotros, y que produce calma, al darnos la falsa sensación de controlar nuestras emociones. 

Pero, en realidad, este dolor no es exactamente nuestro hogar, nosotros hemos vivenciado muchas más cosas que nos llevan a ser quienes somos hoy en día, vivimos experiencias nuevas y gratificantes en cada momento, y así como podemos sentir un dolor crónico, en otras ocasiones nos podemos sentir con muchos ánimos que nos llevan a cumplir muchos objetivos propios. El dolor es parte de nosotros, pero no es toda nuestra vida, no es nuestra casa, pero sí podemos decir que es el hogar donde se crio nuestro TLP.

¿Merezco sufrir?

No, no merecemos sufrir, aunque nuestro cuerpo esté acostumbrado a la sensación de dolor y nuestra mente parezca necesitarlo para “funcionar” adecuadamente, la realidad es que esta necesidad de dolor es la que nos coloca en diversas situaciones de riesgo como las conductas suicidas y autolesivas, que incluso dificultan llevar un tratamiento psicoterapéutico, e interfieren con nuestra calidad de vida, al impedir que nos desarrollemos adecuadamente con nosotros mismos, así como con los demás. 

Marsha M. Linehan

¿Qué hago con mi dolor?

El tratamiento psiquiátrico y psicoterapéutico es esencial para el tratamiento del trastorno límite de la personalidad, y ambas son completamente necesarias para trabajar en nuestro estado, pero quisiera resaltar la importancia de la psicoterapia con el Modelo Dialéctico Conductual, la cual fue creada y desarrollada por Marsha Linehan, quien creó su modelo teórico en base a su propia experiencia con el TLP, donde pudo identificar todos estos factores que interfieren en nuestra vida afectada por este trastorno.

En su modelo terapéutico se trabaja desde una visión de aceptación y cambio, ya que, como hemos podido revisar, pasamos por cosas muy difíciles durante toda nuestra vida, que provocan que ahora busquemos solucionar ciertos problemas de formas desadaptativas. Por ejemplo, pensar que, por haber discutido con nuestra pareja, todo es nuestra culpa, y por lo tanto, merecemos castigarnos con algo físico, como el acto de cortarse para dejar de sentir el dolor emocional. Esto es una acción que podemos aceptar, porque aprendimos a solucionar las cosas de esta forma, sin embargo, no significa que esté bien y es aquí donde comienza el cambio, así como el reeducar a nuestro cerebro para aprender a enfrentar la vida de forma adaptativa.

En este modelo se trabaja con diversos formatos como las terapias individuales, grupales (para desarrollar habilidades y estrategias de afrontamiento), el coaching telefónico (para mantener estas habilidades en un contexto de vida normal), así como el manejo de un equipo de consulta para el cuidado de los terapeutas.

Trastorno Límite de la Personalidad - Osasun Eskola

Una vez que se consignan todos los formatos de intervención, podemos trabajar diversos objetivos. Se iniciará principalmente con la terapia individual, desarrollando la reducción de conductas suicidas y autolesivas en una primera instancia, junto a la reducción de las conductas que interfieran en la terapia, como puede ser el tratar con una dependencia al alcohol que podría interferir en la realización de las sesiones, para, después de un tiempo, comenzar a trabajar la reducción de las conductas que interfieran en la calidad de vida y tratar más a fondo con el paciente, otros padecimientos como del estado de ánimo o el trauma que, como pudimos revisar, es bastante común en el desarrollo; mientras que al mismo tiempo, se busca incrementar y generalizar la puesta en práctica de las habilidades sociales y estrategias impartidas en el formato grupal como: La atención plena, la regulación emocional, la tolerancia al malestar y la eficacia interpersonal. Por último, en esta terapia también se trabaja con la espiritualidad, para lo que se maneja mucho el mindfulness como técnica terapéutica para mantener un estado de vida más equilibrado y funcional (Laffite Cabrera et al., 2022).

Entonces, podemos ver que las personas con TLP tenemos muchas heridas por sanar, que incluso nos dificulta saber si nos permitirán vivir en algún momento sin dolor, pero el primer paso es reconocer que necesitamos ayuda, que merecemos una buena vida, tal y como lo deseamos muchas veces de pequeños, y cumplir con todos esos objetivos propios que, a veces, creemos inalcanzables por el diagnostico. La terapia dialéctico conductual es la más recomendada para el TLP, pero no es la única, mucho dependerá de nuestra personalidad propia el decidir a qué rama acercarnos más, pero si no sabes por dónde comenzar, este podría ser un buen lugar.

En conclusión, el dolor es algo tan familiar que duele pensar que eso sea cierto, y duele aún más cuando lo confirmas, a veces, parece que no hay salida para lo que sientes, aunque siempre procuramos buscarlo, ya sea a través de situaciones de riesgo que nos ponen en peligro, al intentar desfogar un poco nuestros sentimientos, pero que al final, nos dejan con el mismo sentimiento de culpa, desesperación y tristeza que tuvimos al inicio.

Recordando una parte de una canción que me identifica mucho, pienso que cuando describo el dolor se puede sentir algo así:

Hoy mis lágrimas se quieren suicidar, acurrucadas morir en tu piel, han nacido secas tienen sed, mi llanto hoy se quiere morir.
Mago de Oz – La cantata del diablo

Cuando entendemos que el dolor propio no solo nos hace daño a nosotros, sino que también al resto, intentamos reprimir nuestras emociones hasta quedarnos solos, patinando en un lago de hielo que se está resquebrajando poco a poco, y nos terminará por hundir en un mar de sufrimiento donde ya no hay nadie para salvarnos, entonces son reales las preguntas: ¿En verdad merezco esto?, ¿debo estar sola? Y la respuesta es: no, no merecemos esto, y las decisiones que tomamos para deshacernos del dolor son en base a las herramientas que cada uno aprendió para protegerse. Debido al tipo de apego que se pueda tener, es que muchas veces alejamos al resto, y nos terminamos aislando a nosotros mismos, sin embargo, debemos resaltar que, muchas veces, estas herramientas no serán las adecuadas y necesitaremos cambiarlas. 

Al final, la verdad es que las personas con TLP hemos vivido situaciones deshumanizantes desde que nacimos, ya sea por factores hereditarios o ambientales, pero nadie nos enseñó a vivir una vida “sana”, con herramientas adecuadas para enfrentar al dolor. Muchas veces, esperamos que alguien nos “salve”, pero al final terminamos alejando al resto para que no caigan en el mismo abismo que nosotras. ¿Eso nos vuelve malas personas? Bueno, de hecho, es lo contrario, sentimos gran amor por las personas que nos han ayudado, tanto que a veces es «intoxicante», o algo exagerado y muchas veces, vamos a decidir cuidar al resto en vez de cuidarnos a nosotras mismas. Y eso ocurre porque no sabemos manifestar el amor de forma sana, nuestros cuidadores tampoco supieron enseñarnos esta forma de amor, muy probablemente porque tampoco lo aprendieron. Aquí llega lo difícil, romper con este patrón de dolor que viene cargado incluso generaciones atrás. 

Aprender a amar es difícil, especialmente cuando no sabes cómo te sentirás en unas horas, parece no ser primordial, ya que muchas veces, lo más importante es pasar el día sin hacer alguna conducta de riesgo. No obstante, no es algo justo para uno mismo, es por ello que me gustaría compartir con ustedes, el título del libro de Marsha Linehan, Construyendo una vida digna de ser vivida, la cual me hizo reflexionar sobre cómo se estaba desarrollando mi vida, y es que hemos vivido tanto tiempo “sobreviviendo” que nos hemos olvidado de “vivir”, y la verdad, es que nunca aprendimos este concepto, por eso, debemos hacer un trabajo extra al de otras personas, el cual es crear un ambiente en el que nos sintamos seguros y cómodos, donde podamos vivir la vida que deseamos de la forma más sana posible, y esto se desarrollará en gran parte durante terapia. Pero comencemos por aceptar que merecemos algo bueno, que somos humanos y que nos vamos a equivocar muchas veces, pero eso no quita que merecemos vivir mejor. 

The Secret Dr. Marsha Linehan Kept for Five Decades | Parvati Magazine

Por otra parte, sabemos que podemos vivenciar el dolor de varias formas, pero, en lo personal, la más peligrosa se puede dar cuando nos encontramos ante un episodio largo del dolor: empezamos a disociar las emociones y entrar en contacto directo con el vacío, es aquí cuando nos encontramos más propensos a mostrar conductas de riesgo, ya que intentamos bajar hasta lo más profundo del dolor para sentir algo, para que luego, cuando sintamos algo placentero en contraste, todo nuestro cuerpo sienta un estado eufórico que mejore el ánimo, aunque sea aparente y nos permita regresar a un estado más “funcional”.

No siempre sufrimos porque nos guste, pero es lo único que conocemos para lograr que las cosas funcionen y conseguir algo bueno, aunque sea solo durante unos segundos. Escapar de una realidad tan complicada y desgastante como es la de un TLP no es tan raro, si lo piensas bien, de hecho, es una función básica de cualquier humano cuando se encuentra ante el peligro, cosas que te podrían parecer tan descabelladas como el uso de sustancias, las conductas sexuales de riesgo e incluso los intentos de suicidio, son solo algunas formas que encontramos para huir del sufrimiento. Pero que, sin embargo, no le quitan lo desadaptativo y, aunque son válidas, no significa que sean correctas. 

Recuerda que el tener un trastorno no es sinónimo de merecer una vida dolorosa y caótica, todos merecemos vivir de forma adecuada, en ambientes sanos y amorosos, así que permítete gozar de esta calma que tanto necesitas, y acude a terapia. Mi mayor recomendación es que no dejes tu tratamiento y si lo has hecho puedes retomarlo, es un proceso que toma tiempo, pero que resulta gratificante cuando ves los resultados, yo llevo varios años en terapia con distintos especialistas de diferentes ramas, pero gracias a eso, ahora me considero una persona mucho más funcional, que sigue generando logros y alcanzando metas, y que puede escribir este artículo que reúne muchos conocimientos y reflexiones obtenidos con el paso de los años. 

No obstante, si te identificaste y aun no tienes un diagnóstico, acude con un especialista para que pueda evaluar tu situación personal. En Warayana podemos ayudarte con ello, tú también mereces una vida digna de ser vivida. 

Referencias

American Psychological Association. (2014). Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5).

Arango, J. D. (2018). LA ESCISIÓN. PSICOLOGÍA DINÁMICA. https://psicologiadinamicahoy.blogspot.com/2015/04/32-la-escision.html#:~:text=La%20escisi%C3%B3n%20es%20la%20separaci%C3%B3n,como%20lo%20desea%20el%20infante

Linehan, M. M. (1993). Skills Training Manual for Treating Borderline Personality Disorder. New York: Guilford

Prades, I., Romero, M. (2015). Tras las Huellas Borderline: Rastreando el Apego de Personas con Trastorno Límite de Personalidad. Revista REDES, (32), 59–70. https://redesdigital.com/index.php/redes/article/view/179

Puértolas Argüelles, M. (s. f.). La búsqueda de placer a través del dolor: revisión acerca de la relación entre TLP y BDSM [Trabajo Final de Máster, Universitat ramon llull]. https://dau.url.edu/bitstream/handle/20.500.14342/242/MERITXELL%20PU%C3%89RTOLAS%20ARG%C3%9CELLES.pdf?sequence=5&isAllowed=y

Laffite, H., Rodríguez, F., Alonso, R., Medina, T., & Díaz, J. A. (2022). TERAPIA DIALÉCTICO-CONDUCTUAL. UNA BREVE REFERENCIA A SU ESTRUCTURA Y AL ABORDAJE INDIVIDUAL. Interpsiquis, 23. https://psiquiatria.com/congresos/pdf/1-10-2022-20-tem1.pdf

Intimidad versus aislamiento: Virtud, el amor, un mirar en pleno Siglo XXI

En 1950, el psicoanalista estadounidense Erik Erikson, planteó la teoría del Desarrollo Psicosocial. En ella, identifica estadios de tiempo en los cuales se presentan peculiares conflictos internos que van de acuerdo a la edad y etapa de desarrollo en que la persona se encuentre. Estos conflictos surgen de fuerzas intrapsíquicas que se contraponen, generando una crisis que, si es superada, desarrollará una virtud o, de no ser superada, producirá un estancamiento. 

Aquí, un cuadro de las etapas:

Fuente: UNED, Universidad Nacional de Educación a Distancia

Para Erickson, en la etapa seis, comprendida entre los 20 a los 40 años de edad, la prioridad de la persona consiste en cumplir con su entorno, dicho de otra forma, su prioridad está en encajar y también afianzar su identidad a través de poner ciertos límites que no está dispuesto a negociar, ceder, ni contentar. Esto no debe ser visto como una rebeldía para diferenciarse del otro, como sucede en la adolescencia (etapa anterior), más bien, como un hecho activo que afianza su «yo» o su self (1950).

Este adulto joven, cuando logra establecer su identidad (su self), se encontrará listo para el compromiso, para formar relaciones íntimas y recíprocas. Así, estará dispuesto a adquirir responsabilidades y deberes que requieran sacrificios. Sin embargo, si no alcanzara esta capacidad, el resultado de la crisis sería el aislamiento. Por tanto, superada la crisis, el fruto sería el “amor”.

Han pasado más de setenta años y con los avances tecnológicos, surge la ocasión de que cuestionemos la vigencia de esta vieja teoría y busquemos nuevas respuestas a la crisis de identidad y al hedonismo social actual.  Sociólogos, filósofos, psicólogos y pensadores contemporáneos ven, en los adultos jóvenes, una serie de cambios en su cosmovisión y los perciben con un padecimiento existencial. 

Zygmunt Bauman, fot. M. Oliva Soto | European Culture Congre… | Flickr
Zygmunt Bauman fue un destacado sociólogo y filósofo

Zygmunt Bauman (2002) acuñó el término de modernidad líquida a los tiempos contemporáneos. Bauman explica que vivimos una época de constante cambio, donde lo líquido hace referencia a algo que corre fácilmente y no se detiene, que es maleable y escurridizo. Expresa que el mundo acelerado que se vive, se asemeja a una costra volcánica que se endurece, para luego fundirse y cambiar de forma en comparación con la solidez de la vida pasada, de décadas atrás,  que era más predecible y controlable.  

Así mismo, critica la modernidad y plantea que, bajo este escenario, el sujeto se vuelca en una búsqueda de identidad y su tarea es construirse para poder integrarse a un mundo global, cambiante y maleable, en donde debe inventarse y moldearse a partir de máscaras para sobrevivir, por lo tanto, ya no existe una visión colectiva, un sentido de pertenencia, sino una notoria individualidad. 

En esa línea, las relaciones interpersonales que predominan en esta “modernidad líquida”, las llama “amor líquido” y tienen algunas características como el hedonismo, la satisfacción inmediata y una búsqueda insaciable de goce. 

Este “amor líquido” es superficial y frágil, idealizado, afectado por la insatisfacción e individualidad, siendo un amor efímero, algo así como simples conexiones y vínculos superficiales (Bauman, 2005). La posibilidad de casarse, tener hijos, o crear compromisos sobre el otro son reemplazados por vitrinas de consumo, no hay cabida para el sacrificio o la frustración.

A partir de esto, ¿qué podría decir como profesional de la salud mental? ¿Está vigente aquella etapa específica del desarrollo psicosocial en tiempos de crisis y caos? ¿Puede un joven en esta etapa de su vida vivir según la virtud del amor y darle un lugar protagónico? O más bien, ¿se resistirá a la intimidad, al relacionamiento significativo con el otro y a forjar relaciones duraderas?

La falta de compromiso se ve en diferentes esferas, en lo laboral: alta rotación de trabajadores; en lo personal: el embarazo se aplaza o desestima cada vez más; en la pareja: la vivienda pasa a ser parte del ajuar de novios o la dote del matrimonio. Sin embargo, concuerdo en que la teoría de Erikson sigue siendo significativa y vigente, a pesar de la realidad actual. La intimidad vista como el relacionamiento con uno mismo y con los demás, debe ser rescatada y fomentada, además de que es un factor de protección frente a otras aflicciones. 

Grupo De Manos

Bauman propone, en la persona, lograr constituirse bajo una responsabilidad reflexiva y autónoma frente al otro, dirigida a la inclusión y la autorrealización, en contraposición con el aislamiento que sería la carencia de intimidad que produce una sensación de estancamiento o de no poder avanzar.

Byung-Chul Han (2023), filósofo contemporáneo, sugiere abandonar la hiperactividad de la época y recuperar el sentido, el equilibrio y la vida interior. Incluir momentos contemplativos en el día a día que faciliten esta tarea.  

Entender la intimidad y procurarla, dará como fruto al “amor”, esto no cambia a pesar de los tiempos, y le da vigencia a esta teoría, específicamente, en esta etapa del desarrollo psicosocial. Tener intimidad con uno mismo es darse el tiempo para cultivar una relación vigorosa y sana con uno mismo, con los demás, y, si eres creyente, con Dios.

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Referencias

Bauman, Z. (2002). Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica.

Bauman, Z. (2005). Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Madrid: Fondo de Cultura Económica.

Erikson, E. (2000). El ciclo vital completado. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica.

HAN, B. C. (2023). VIDA CONTEMPLATIVA, ELOGIO DE LA INACTIVIDAD. ESPAÑA: TAURUS.

Hernández Moreno, J. (2016). La modernidad líquida. Política y cultura, (45), 279-282. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-77422016000100279&lng=es&tlng=es.

Universidad Nacional del Nordeste. (2014). CORRIENTES DEL PENSAMIENTO. CUADERNO DE CÁTEDRA, 93-98. https://hum.unne.edu.ar/academica/departamentos/educa/catedras/cpc.htm

Vivir con depresión: Un análisis desde la profundidad dolorosa

La depresión, en la actualidad, la comprendemos y estudiamos como una enfermedad mental debilitante que afecta a millones de seres humanos en todo el mundo. El propósito del presente artículo es explorar cómo vivir con depresión, para ello, exploraremos sus conceptos básicos, antecedentes históricos, teorías contemporáneas, recomendaciones de manejo y brindaremos unas conclusiones finales sobre su gran impacto en la vida cotidiana de las personas con dicha condición. 

El concepto de depresión:

La Organización Panamericana de la Salud la define como: “una enfermedad común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. La depresión es causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos”. En síntesis, hablar de la depresión es entenderla como un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una tristeza persistente, sentimientos de desesperanza y con conductas manifiestas como la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba. La enfermedad afecta no solo el estado emocional de una persona, sino también al funcionamiento a nivel cognitivo y físico (somatización). 

Antecedentes históricos:

Para Zoch (2002) los precedentes en relación a la depresión refieren a una cosmovisión mágica/religiosa de explicar en el hombre primitivo, al avance de la humanidad salen personajes como Hipócrates (450 a. C.), quien hizo estudios sobre la melancolía (bilis negra), lo que fue un primer vistazo a la conceptualización de la sintomatología presente en la depresión como un término a expresarse.  

Como podemos ver, la comprensión de la depresión ha evolucionado en el transcurso de la historia. Los síntomas de la depresión han sido documentados en diversas culturas desde la antigüedad, sin embargo, en el Siglo XX, la melancolía comenzó a ser reconocida como una enfermedad mental legítima, lo que llevó al desarrollo de tratamientos psicológicos y farmacológicos.

Teorías:

Duncan y Antonuccio (2011) ven la depresión y su curso desde una perspectiva cognitivo conductual, basado en ello mismo, mucho del manejo del curso del tratamiento tiene dicho enfoque, y apoyado a su vez, en el método de ensayo y error, experimentación y documentación de los hallazgos.

Las teorías contemporáneas sobre la depresión abarcan una variedad de enfoques, que van desde aspectos biológicos y genéticos hasta aspectos psicosociales y ambientales. Por un lado, las teorías biológicas sugieren que un desequilibrio químico en el cerebro (como la falta de serotonina) es la principal causa de la depresión, por otro lado, las teorías psicosociales enfatizan la importancia del estrés, las experiencias traumáticas y los factores ambientales en el desarrollo y mantenimiento de la depresión. 

La vida universitaria:

Es una época de constantes desafíos, aprendizajes y adaptación. Para algunos, es una etapa de crecimiento personal, descubrimiento y nuevas experiencias. En cambio, para quienes luchan contra la depresión, esta fase puede parecer extremadamente complicada. Las presiones académicas, las expectativas sociales y la transición a la edad adulta pueden exacerbar los síntomas de depresión y hacer que cada día parezca una lucha. Vivir con ello representa un desafío único.

La depresión puede afectar la concentración y la motivación, asimismo, las interacciones sociales pueden ser agotadoras, ya que la depresión puede hacer que una persona se sienta aislada o fuera de lugar. La falta de comprensión de parte de la red de apoyo (padres, tutores, etc.) puede empeorar las cosas. Muchos estudiantes enfrentan el estigma asociado con la salud mental, lo que dificulta la búsqueda de ayuda.

La cultura universitaria, a menudo, promueve la idea de que el estrés y la ansiedad son una parte natural e inevitable de la realidad y que se naturaliza, lo que puede hacer que quienes luchan contra la depresión se sientan aún más solos y aislados. Se debe comprender que la depresión en la universidad no es una debilidad o un fracaso personal. La depresión es una enfermedad mental grave que requiere tratamiento y apoyo adecuados. 

Propuesta de gestión:

Vivir con depresión es una situación difícil y confusa, pero existen estrategias efectivas para afrontarla. La terapia cognitivo-conductual (TCC) y los medicamentos (como los antidepresivos) son tratamientos comunes, recomendados por los profesionales de la salud mental. Además, un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio regular, una dieta equilibrada y técnicas de relajación, puede ayudar a reducir los síntomas de la depresión. Cuidar de nuestra salud física y alimentación, tener una adecuada red de apoyo, técnicas de autocuidado y ayuda especializada pueden no solo mejorar sino permitir que se lleve una vida de calidad.

Conclusión:

En resumen, vivir con depresión es una experiencia difícil que puede afectar significativamente la vida diaria de una persona. Una comprensión más profunda de sus conceptos, antecedentes históricos y teoría contemporánea, así como la implementación de recomendaciones de manejo efectivas, pueden reducir los efectos negativos de la depresión y mejorar la calidad de vida de los pacientes deprimidos. Sin embargo, es importante enfatizar la necesidad de aumentar la conciencia pública, el acceso a los servicios de salud mental y el apoyo continuo a las personas que padecen esta enfermedad.

Recuerda que no te tienes que encasillar en una etiqueta, tú eres valioso y merecedor de ayuda.

Referencias

Organización Panamerica de la Salud (s/f). Depresión. https://www.paho.org/es/temas/depresion

Zoch, C. (2002). Depresión. https://www.binasss.sa.cr/bibliotecas/bhp/textos/depresion2005.pdf

Duncan, B., Antonuccio, D. (2011). A Patient Bill of Rights for Psychotropic Prescription: A Call for a Higher Standard of Care. International Journal of Clinical Medicine, 2(4), pp. 353-359. doi: 10.4236/ijcm.2011.24061.


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