¿Y si hablamos de la muerte? Continuación…

“Doctora, últimamente me siento triste, sin ganas de nada, no tengo apetito y tengo muchas ideas en mi mente a veces no quisiera despertar… Hace 6 meses falleció mi hermano, me dicen que debo estar bien, que ya pasó mucho tiempo, que a mi hermano no le gustaría que yo esté triste… Pero yo sólo quiero llorar  y pensar que esto no es real,  ¿usted cree que estoy mal?

Confesiones cómo ésta escucho a menudo en consulta, muchos piensan que sólo se debe hablar de la vida y cómo vivirla o que hay emociones buenas y malas;  que no hay que llorar a los  muertos porque se ponen tristes o “no los dejamos descansar en paz”, y que todos viven el duelo de manera similar.  La única vez que nos permiten llorar y se alegran es cuando nacemos, luego se nos lo prohíben… Somos analfabetos emocionales. Cuando llegan a la primera sesión no son conscientes ni de sus emociones, ni pensamientos. Creen que los responsables son los demás o que lo que sienten está mal, pero juntos trabajamos el observar sus emociones sin juzgar, dándole la bienvenida tanto a la alegría cómo a la tristeza, al goce y al dolor. 

En mi caso, los pequeños golpes que me iba dando la vida, no fueron suficientes para despertarme, tuve que tocar fondo para descubrir por fin qué era lo realmente importante, para aprender a disfrutar de las cosas cotidianas. Recuerdo en mi  formación en Psicología que nuestra mente sólo tiene dos objetivos: buscar el placer y evitar el dolor. Sin embargo, una vida en absoluto placer, sin percibir las otras emociones básicas, estaría indicando un desequilibrio y de seguro alguna enfermedad mental.

Nos han enseñado que los errores son fracasos, que no podemos equivocarnos, la equivocación conlleva castigo. El castigo nos expone, nos avergüenza, nos hace sentir culpables y produce dolor. ¿Pero de verdad es que podemos ser perfectos? Esta exigencia impuesta por los sistemas educativos y aceptada por nosotros desde niños como si fuera real, nos lleva a inhibir la autenticidad que hay detrás del dolor. ¿Y si lo que entendemos por castigo fuese realmente una bendición?

Probablemente hayas escuchado que el dolor es inevitable y el sufrimiento opcional. Pero es posible que esta afirmación te haya despertado cierta confusión y rechazo. Estos dos conceptos, aunque muchas veces aparezcan unidos, son opuestos. Además, la tendencia de reacción de cada persona hacia alguno de ellos tiene mucho que ver con sus vivencias tempranas. Es decir, con el modo en que aprendimos a gestionar la frustración y los cambios. El dolor es una reacción natural ante un suceso desagradable, una experiencia transitoria, cambiante, que se diluye si la abrazamos y permitimos. El sufrimiento, por el contrario, puede alargarse indefinidamente: depende de nosotros crearlo o ponerle fin por medio de la aceptación, ya que se produce cuando nuestro pensamiento se resiste a una sensación que considera molesta. Cuando nos sumimos en el sufrimiento nos sentimos víctimas injustamente tratadas por la vida e incapaces de controlar lo que sucede. 

El dolor nos da un mensaje que nos protege y regenera, nos inspira y enseña el camino correcto, nos hace más fuertes, nos permite aceptar realidades diferentes. Nos enseña cuáles son nuestras limitaciones, y a partir de ese momento, entrenarlo (como si fuese un músculo) nos hace más resilientes.  Si fallece un ser querido, si perdemos una relación importante o si quedamos desempleados es normal que el dolor aparezca. En general cualquier pérdida significativa, cualquier situación en que nuestras expectativas se rompan nos generará este sentimiento.

Todos reaccionamos de forma diferente a la muerte y echamos mano de nuestros propios mecanismos para sobrellevar con el dolor que ésta conlleva.

Cuando evocamos en nuestra memoria la palabra “duelo”, suponemos que estamos hablando de pérdidas humanas y que tiene que ver sólo con la muerte. Nos cuesta pensar que si nos mudamos a otro país o cambiamos de trabajo también vivimos un duelo, que si me cortan una pierna debido a una enfermedad también lo transito, al igual que cuando pongo fin a una relación. Un divorcio o alejarte de alguien con quien mantenías un vínculo afectivo es un “duelo de vivos”,  la aflicción es más intensa porque sabes que la persona aún está y puedes imaginártela en su rutina diaria o hasta te la puedes volver a encontrar. Es más difícil procesarlo y sanar, a veces quedan palabras pendientes, conflictos no resueltos que se van arrastrado. Se viven las mismas etapas que en una defunción; el shock o negación de no entender, la rabia junto a la culpa y reproches, la tristeza profunda que es la etapa más larga hasta llegar a la anhelada “aceptación”.

Sea por deceso o por alejarse de alguien, en ambos casos no respetan lo que podemos llegar a sentir, quieren vernos bien. Si estamos en el velorio nos dan agüita de azar o incluso pastillas para calmarnos ¿Y cuándo podremos llorar la ausencia de esa persona? Se dice que duelo que no se llora no avanza; no es que lo superemos del todo y volvamos a hacer nuestra vida como si nada, se aprende a caminar con  el pesar. Sentir confusión, rabia, desesperanza es natural;  hay que  atravesar todas las fechas especiales como Navidad, Día de la madre, o los cumpleaños sin la presencia de esa persona.

En el camino del duelo hay que tomar decisiones, vamos eligiendo continuamente la forma de recorrerlo y en este trayecto hay una serie de tareas que han de realizarse para conseguir una sana elaboración del mismo:

  1. Aceptar la ausencia, para poder llegar a esto primero debemos atravesar los distintos estadios identificados por la psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross en su libro «Sobre el duelo y el dolor»
  • Negación: La persona no asume la muerte o separación , puede entrar en estado de shock y sentir la sensación de que está viviendo un sueño o pensar que su ser querido va a  volver en cualquier momento, puede haber una cierta sensación de irrealidad y las emociones se pueden bloquear.
  • Culpa: Pensamientos cómo “no haber hecho lo suficiente” o “no haberse portado bien con el otro”, por ejemplo. Sentirse culpable por haber provocado una discusión o por no estar presente en el deceso.
  • Rabia: Los sentimientos de frustración y de rabia cuando se produce una muerte son naturales, y es necesario hacer consciente esta emoción para no transformarla en rabia hacia nosotros mismos pues es cuando surge la culpa patológica.
  • Desesperanza: En esta etapa la emoción principal es la tristeza al hacerse consciente de la pérdida. Este dolor nos hace conectar con un sentimiento profundo de soledad y vacío, podemos llegar a tener la sensación de que sin el otro no podemos vivir.
  • Aceptación: Cuando admitimos la muerte es momento de empezar a rehacer nuestra vida. Hacerse la idea que la otra persona ya no está no quiere decir que ya no nos duela o no la echemos de menos. Aprendemos a vivir sin ella, aunque siempre nos quedará su recuerdo.

2. Abrirse al dolor, permitirse sentir todo ese dolor, mirarlo, abrazarlo, expresarlo, no esconderlo o reprimirlo. Permitirnos también los momentos de tregua (sino sería como mirar fijamente al sol) ya que el duelo fluctúa entre el sentir y el hacer, la orientación a la pérdida y la orientación a la recuperación.

3. Aprender a vivir sin esa persona, todo lo que antes se hacía de forma compartida o lo realizaba la otra persona ahora ha cambiado y con ello, nuestras responsabilidades, costumbres… Una parte tuya muere y hemos de reestructurar nuestra identidad, no solamente como individuos sino también en relación con los demás.

4. Encontrar de nuevo sentido a la vida, volver a ocuparse de ella y de los vivos. También es cierto que para transmutar un gran dolor es necesario encontrar un propósito o proyecto cuyo amor sea proporcional a la magnitud del dolor sufrido.

Se dice que en la sociedad existe una tendencia negadora a la muerte y se arraiga la idea de ésta como si fuera un fantasma. Pero de igual forma la experiencia dice que si a este fantasma se le pone nombre y apellido se le integra y se vuelve parte de nuestra vida. Jorge Bucay, terapeuta y escritor argentino en su libro “El camino de las lágrimas” nos habla sobre las necesidades emocionales de las personas que atraviesan una pérdida y cómo verse satisfechas:

  • Necesitan ser escuchadas y creídas en toda su historia de la pérdida.
  • Sentirse protegidas y tener permiso para expresar emociones.
  • Ser validadas en la forma de afrontar el duelo (saber que esto que les pasa es natural, está bien hecho y no es malo sentirse así).
  • Estar en una relación de apoyo desde la reciprocidad (que la otra persona le entienda gracias a una experiencia similar o que la otra persona “sepa” de lo que está hablando el afectado).
  • Que respeten su individualidad y forma de procesar el duelo.
  • Necesitan poder expresar amor y vulnerabilidad ante otras personas.

Todos en algún momento hemos experimentado un duelo, ya sea por terminar una relación,  por el diagnostico de una enfermedad o la pérdida de un ser querido. Quiero terminar éste artículo con algunas ideas que pueden ayudar a transitar este tiempo:

  • Busca el apoyo de familiares y amigos.  Es importante saber que en ocasiones preferimos estar solos o acompañados, va a depender del momento. Es normal sentirnos confusos y no saber qué es lo que deseamos, ten paciencia, no te culpes, ve a tu ritmo.
  • Intenta compartir tus malos momentos con personas diferentes para que ninguna de ellas pueda sentirse desbordada.
  • Evita tomar decisiones importantes de forma precipitada. En ocasiones la emoción es la que intenta controlar esa decisión y no siempre es la acertada.
  • Permítete estar en duelo emocional, pero a la vez es positivo marcarse pequeñas obligaciones con la finalidad de no aislarse y recuperar nuestra vida familiar, social, laboral y personal.
  • Te sugiero ver de manera gradual los recuerdos que te resulten dolorosos, no quieras correr ni exponerte en exceso. Poco a poco lo irás consiguiendo y el sufrimiento irá disminuyendo.
  • Intenta cuidarte a ti mismo, a través de la alimentación, el ejercicio físico, el descanso, la reducción de hábitos no saludables.

Soy consciente de que los consejos que te acabo de proponer no son fáciles de seguir. Pero no olvides que todos tenemos una capacidad de adaptación inimaginable. Te animo a que cada vez que sientas ese dolor y esa tristeza tan intensa que puede llegar a invadirte por dentro, intentes sustituirlos por amor. Amor hacia lo que tuviste, amor por todos los buenos momentos vividos.

Referencias

Jorge Bucay (2006). El camino de las lagrimas. España: Grijalbo.

Elisabeth Kübler-Ross ( 2005). Sobre el duelo y el dolor. Barcelona: Ediciones Luciernaga.

Rigidez mental: Pensamientos ladrillo

El pensamiento es la capacidad que poseemos las personas de construir ideas y representaciones de la realidad. En sí, el pensamiento es toda creación de nuestra mente.

Un gran porcentaje de personas presenta una forma de pensar rígida, hecho que influye en su forma de sentir y de actuar.

Los pensamientos rígidos, absolutos o «pensamientos ladrillo» son inflexibles, y se empiezan a consolidar desde que tenemos uso de razón, pueden verse significativamente influenciados por los estereotipos, creencias y prejuicios sociales. La variabilidad crea inseguridad y ansiedad.

Algunas características que promueven el fortalecimiento de esta rigidez son la intolerancia a la incertidumbre, a la ambigüedad, la resistencia al cambio y a la novedad, la obstinación y el ego desmedido.

La inflexibilidad mental limita nuestro modo de pensar, cerrando nuestras ideas entre cuatro paredes, hecho que interfiere directamente con procesos como la creatividad, la espontaneidad y la adaptación.

Este tipo de forma de pensar es una característica de personalidades obsesivas.

Las creencias se fundamentan en una sola perspectiva unidireccional, en donde la mayoría de las veces tienden a excluirse criterios alternativos. No asumen que existen otras formas de ver el mundo.

A una persona con rigidez mental se le dificulta percibir la realidad desde diversas perspectivas, permaneciendo atrapada en un patrón cognitivo y a la vez conductual que la misma persona se formó, y del cual le cuesta significativamente poder salir, pese a que las consecuencias negativas a las que la rigidez conlleva.

Esta forma de pensar es completamente unidireccional, ya que existe una fuerte negación a darle la oportunidad a nuevas perspectivas, hecho reforzado por la reticencia a los cambios.

Personas que presenten rigidez mental, suelen utilizarla para encubrir la incertidumbre que acontecería de permitirse generar algún cambio, o romper algún esquema autoimpuesto. Esto quiere decir que, detrás de la pared de ladrillos, se encuentra una percepción de autoindefensión.

Esta percepción errónea de tener siempre la razón, no fomenta el desarrollo del pensamiento divergente, el cuál se centra en emplear la creatividad y el ingenio, como complemento al pensamiento lógico o lineal, para la búsqueda de soluciones.

La pobre apertura al cambio, se fundamenta en un miedo inconsciente de perder el control, por lo que se aferran a sus propias creencias. Es así que, la rigidez mental se considera un mecanismo de defensa.

En cierto punto, esta característica de seguir los mismos antiguos patrones para sentirse a salvo, repercute negativamente en las relaciones interpersonales, especialmente en aquellas situaciones en donde se requiere del trabajo en equipo, ya sea en un medio laboral, social o de pareja.

Para no salir de su visión túnel, se encuentran en una búsqueda constante para lograr racionalizar lo que sienten, bloqueando aquellas emociones que podrían sugerirles que la decisión tomada, no es necesariamente la correcta.

Human Psychology – Obstacles and Challenges – Abstract Illustration as EPS 10 File

Todo aquel que no les dé la razón queda fuera de cualquier reflexión autocrítica, presentándose una sólida reafirmación del yo interno, en donde se le atribuye mayor valor a la propia opinión que a la empatía, aún en circunstancias en donde se requeriría darle más cabida a este componente de la inteligencia emocional.

Una persona con poca flexibilidad mental, oculta un gran temor al fracaso, a la equivocación, hecho por el cual, no se brinda la oportunidad de evaluar otras posibilidades. Sus pensamientos ladrillos son percibidos como inamovibles y entonces se convierten en una especie de zona de confort mental, es donde se desarrolla un estado de ansiedad severa por intentar permanecer ahí.

El pasado les supone su aprendizaje base, por lo que se aferran a él, aún cuando hayan variables distintas en nuevas experiencias. Esto construye sus propios conceptos de perfección, rechazando o evadiendo cualquier posibilidad que los ponga en «riesgo».

La rigidez mental es una característica de algunos desórdenes psicológicos, tales como, la personalidad obsesivo compulsiva, personalidad anancástica, el Trastorno del Espectro Autista, Trastornos de la conducta alimentaria (Especialmente Anorexia nerviosa), entre otros.

Nosotras y yo: Cuando la identidad se fragmenta

Introducción a un sistema disociativo múltiple

Hablar sobre la posibilidad o existencia de otras identidades dentro de una misma persona, ya es de por sí, complejo, mas no imposible; se trata del trastorno de identidad disociativo conocido antiguamente como trastorno de personalidad múltiple. Démonos cuenta de lo siguiente, si a veces no sabemos exactamente, cómo nos sentimos o no logramos ver de dónde viene nuestra tristeza o por qué sentimos ansiedad, (gracias a una escasa educacional emocional) nos preguntamos ¿por qué estoy ansioso? ¿se imaginan escuchar voces de identidades con preferencias y gustos? Sería difícil ¿no?

En mi viaje para entender quién soy, he descubierto muchos caminos, muchos de ellos dolorosos, otros más fáciles de sobrellevar pero que al final me alejaban de mi fin principal: Saber quién soy ¿Qué tan difícil será construir una identidad con recuerdos inconclusos, sintiendo que todo es confuso, sintiéndose siempre extraño, no humano, con miedo a todo, sin que alguien te explique o contenga el miedo? ¿y si le pasa a un niño? Y si ese niño crece con ideas de “otros” susurrándole al oído… ¿Estamos hablando necesariamente de un trastorno esquizofrénico?

  • Yo: Espera, a mí no me gusta esto.
  • Alguien: Sí, sí me gusta.
  • Yo: Claro que no.
  • Otro: Eres realmente tonto.
  • (Yo grito): ¡Quién dijo eso!
  • Padre: ¿Con quién estás hablando?

*Nota: el presente dibujo es compartido, con el conocimiento y consentimiento necesario, con fines académicos..

 Me recuerdo como una niña con un mundo interior muy rico, llena de fantasías y lugares increíbles, sin embargo sabía que era la única experimentándolo, sin duda, el que mis padres me hayan permitido explorar jugar hasta el cansancio, es algo que realmente no tiene precio, agradezco su sacrificio por darme una niñez lo más sana posible, aunque ya mirándolo a la distancia, los problemas siempre estuvieron allí… y es que no se trata de encerrar al niño en una burbuja y protegerlo de todo dolor y frustración, hacer esto, sería opuesto de protegerlo. Se trata de tener consideración sobre su condición, un niño solo tiene las herramientas para asimilar el mundo que le corresponden a su edad, por eso, el ser padres o estar al cargo de un niño es una tarea realmente importante, vital diría yo. Procuremos ser conscientes de quién debe cuidar a quién: El adulto al niño, hagamos el esfuerzo de empatizar con ellos, recordemos nuestra propia niñez. 

Y qué pasa cuando, por diferentes variables ¿no podemos cuidarlo? y se ve expuesto a situaciones muy estresantes o traumáticas, sin que tenga aún la capacidad de entenderlo, qué pasa cuando aún no existen palabras para expresar las sensaciones ¿cómo entiendo un hecho si no sé definirlo? 

Según la Teoría de disociación estructural “parte de la idea, de que nadie nace con una personalidad integrada, los niños pequeños operan basándose en diferentes estados del Yo que manejan diferentes necesidades como comer, jugar, sentir apego al cuidador, explorar el mundo, etc. Cuando crecen, estos estados del Yo que funcionaban semi independientemente se integran para formar una personalidad congruente, flexible y adaptativa”. Esta teoría está basada en los trabajos de Pierre Janet y otros autores, además de la teoría del apego de John Bowlby. Es hasta ahora la más aceptada a nivel mundial. (Van der Hart, et al., 2003, 2006); (Gonzales, 2010); (International Society for the Study of Trauma and Dissociation, 2011); (System long soul blog, 2021).

Aparentemente esto se logra entre los 8 y 9 años, por lo que, para que una identidad se integre en una sola y se defina así misma como un YO integrado, no deben ocurrir hechos que interrumpan dicha construcción y fragmenten la identidad, es decir no antes de los 8 años. Un niño que experimente un trauma, que sea constante en el tiempo (abuso psicológico, físico, sexual o de ritual), en donde sea maltratado, torturado y sobre todo humillado, desarrolla un trauma complejo con la posibilidad de disociar o no, a menos edad mayor riesgo de trauma complejo o disociación, ya que el niño cuenta con menos recursos para asimilar el evento (es por eso que alguna de las identidades pueden ser introyecciones de animales, objetos, etc. ya que utiliza sus recursos infantiles y fantásticos para protegerse).

 ¿Qué sucede si el trauma al que se ve expuesto por muchos años, no logra ser asimilado? Que tan doloroso puede ser, que el niño no entienda que le está pasando a él y que es perpetrado por las personas que se supone deben protegerlo… Lamentablemente pasa más de lo que nos gustaría aceptar, cerca del 1 al 3% de la población padecen de un trastorno disociativo de la personalidad (TID) (International Society for the Study of Trauma and Dissociation, 2011), 

Una identidad que tenga sentido

El trauma antes de los 8 o 9 años interrumpe la construcción hacia una personalidad estable. Las diferentes partes del Yo permanecen separadas, no funcionan junto a las otras, no son capaces de cumplir varias de sus necesidades. A diferencia de un Yo congruente, flexible y adaptativo, que puede fácilmente asimilar la idea: “ A mí, me pasó eso” pero este Yo, no puede formarse si el apego con el padre es inconsistente, a veces es cariñoso y protege, y a veces es agresivo y maltrata, lo que no le permite experimentar un apego seguro por lo que el niño permanece en estado de alerta constantemente, sin saber cuándo sus necesidades serán satisfechas y cuándo su cuidador volverá a dañarlo, dándole paso así a la construcción de un apego desorganizado: “no sé cuándo confiar, no sé cómo sentirme bien”

Entonces… ¿Qué es el trastorno de identidad disociativo (TID)?

El trastorno de identidad disociativo es el resultado de la disociación crónica, derivada de maltrato o negligencia durante la infancia que termina siendo mal adaptativo pero útil para la supervivencia. El TID es mayormente identificado por los pacientes y por lo tanto diagnosticado en la adultez. Los criterios diagnósticos principales son:

– Amnesia disociativa: Incapacidad para recordar eventos importantes del pasado que pertenecen a la biografía de la persona, focalizada al olvido de traumas o situaciones de mucho estrés.

– Trastorno de identidad disociativa: Disrupción de la personalidad caracterizada por dos o más estados distintos de identidad. Vacíos recurrentes al recordar hechos cotidianos, información personal importante y/o traumática.

– Trastorno de despersonalización/ desrealización: Experiencias recurrentes de sentirse separado del cuerpo, como si fuera un observador externo de los propios procesos mentales y del cuerpo.

Como anécdota…

Llega a consulta mi primer caso de TID, admito que antes de conocer los temas sobre apego, trauma complejo y disociación estructural (desde luego temas muy pesados, por que conllevan mucho dolor emocional), hubiera pensado que la persona experimentaba algún episodio psicótico, es decir, fuera de la realidad. Felizmente ya estaba informada y como dicen a veces… realmente lo teórico se quedó muy corto en comparación a lo real. De pronto el dolor se apoderó de la persona… de todo el espacio… y solo tal vez sería la primera vez, que la identidad principal (host) aceptara por unos segundos lo que le pasó, para darle paso al protector principal del sistema (Sistema: denominación al conjunto de identidades que emergen para enfrentar la cotidianidad), quien relata los hechos de manera más clara, quien sí puede hablar de lo que pasó sin demostrar dolor. Y así luego la evaluación y análisis respectivo, puedo deducir que son un sistema con más de 3 identidades, que empieza en la fase principal, en la que aún no hay conciencia de que pertenecen a un mismo origen. Y trato de darles la bienvenida y decidimos empezar con el tratamiento. Después de algunos meses de psicoterapia, han logrado conocerse, cooperar y hacerse cargo de los alters más pequeños (alter: denominación más precisa que se le da a una identidad que nace de dentro de un sistema TID) logran ayudarse y sobre todo y lo más importante: a comunicarse, ahora se validan emociones y sentimientos, deseos también y se dan espacios para expresar sus pensamientos y propósitos. Aún hay un arduo trabajo por hacer y muchos caminos que recorrer, pero siempre es mejor hacerlo en compañía de alguien que pueda y quiera sostener. Esta vez es diferente, esta vez hay menos soledad y cuentan con las herramientas para salir adelante. 😊

*Nota: el presente dibujo es compartido, con el conocimiento y consentimiento necesario, con fines académicos.

Reconozco que al ser la primera vez en el que uno se entera de estos temas, le parezca inverosímil, increíble, y tal vez la idea de las identidades nos llama la atención, pero lo importante no está solo ahí, tal vez la reflexión más importante debería ser: ¿Qué tan espantoso fue lo que le pasó a este niño, que su identidad incipiente no pudo soportar y se fragmentó? ¿durante cuánto tiempo? ¿Por qué no lo protegieron? 

Existe un gran respaldo clínico y científico, te invito a que investigues más si es que así lo deseas, también podrás :  “Ver un lado increíble de la complejidad de la mente humana de la diversidad y la experiencia humana” (Delta system, 2019), pero sobre todo porque se necesita a más personas, clínicos y profesionales de la salud en general que se interesen por estos temas y se eduquen, necesitamos que estén capacitados para informar y prevenir a las familias para que sostengan luego del trauma, también a la sociedad para que la información llegue y se pueda derivar a pacientes que presenten algunos de los síntomas ya mencionados a especialistas o personas entrenadas en trauma complejo, es necesario que se reconozcan estas realidades, con el objetivo en común de proteger a la infancia, porque sí existen consecuencias y muchas de ellas incapacitan para siempre.

Si se me permite, me gustaría dirigirme a las personas que están leyendo este artículo y se han sentido vistos o tal vez, le ha recordado a alguien que conocen:  

Si tú al leer esto te sientes identificado, busca ayuda profesional, este no es más que un proceso que intenta ser adaptativo, que se aferra a la vida, no hay nada de malo en tener contigo a tus identidades, ellas te protegen y te han permitido ser quién eres hoy. A mayor reconocimiento y validación mayor será el bienestar de todas las partes/alters/fragmentos e identidades. 

Ya no estás solo.

Referencias:

  • Gonzales, A., (2010). Trastornos disociativos Diagnóstico y tratamiento. EDICIONES PLÉYADES, S.A. 
  • International society for the study of trauma and dissociation, (2011). Guidelines for Treating Dissociative Identity Disorder in Adults, Third Revision. Journal of Trauma & Dissociation, 12:115–187, 2011.
  • Long soul system blog, (2021) https://longsoulsystem.com/recursos/lista-de-libros/
  • Long soul system – Trastornos disociativos.  Canal de youtube. https://www.youtube.com/channel/UCyQyPhi2n-olE07cBgiLMMw
  • Silberg, Y. (2013), El niño superviviente. Editorial desclée de brouwer, S.A.
  • Van der Hart, et al., (2003, 2006). El YO atormentado. Editorial desclée de brouwer, S.A.

Deséame

La dulce crónica de un pedido

Hoy, como una musa curiosa, me integro a la mente de una fémina quien piensa sigilosamente, a través de sonrisas, caricias agradables y sutiles muestras de afecto. Sin embargo, dentro de sí esconde un huracán que azota toda estabilidad amorosa, ahora, como fiel cronista romántica y hueca, me propongo llenarme de su esencia y describir algunas cuestiones que pueden suceder cuando la planicie matrimonial hace su entrada. Desde una mujer ,claro, de ellos, la musa se transformará después para descubrirlos. Por hoy, esto fue lo que me encontré:

«Cuándo me levanto, veo recuerdos echados a mi lado, aquellos que en su momento evocaron sonrisas y ahora solo despiertan muecas de resignación, y a veces, hasta de repudio por lo que hemos gestado hasta ahora, un gesto malsano que explota desde lo más profundo de mí».

«Sentimientos con sabor a hiel se forman e impregnan mi boca de amargura, esta cavidad que ahora dudo si te pertenece tiene gruesas telarañas esperando que dentro de sus tinieblas, la caverna sea descubierta. Pero, es muy temprano para tales cosas, mejor empiezo el día de una vez, un día que, irónicamente gira en torno a ti, en atenderte, evocarte, y pelear contra los recuerdos que llenos de nostalgia me abrazan haciéndome ver que esa vida que tuvimos ya no está aquí».

¿De dónde viene el deseo en las mujeres?

«En mi caso, conocer a una persona y que está sea inteligente, empática, curiosa y que huela bien. Si on top of that es good looking, me muero»

«Para mi, es especialmente atractivo que sean súper confident»

«Yo lo siento como un estímulo que va desde lo visual hasta el contacto»

«Del calentamiento global. Para mí el atractivo o «deseo» es la inteligencia, la creatividad, no caer en la monotonía, de ahí nace el deseo»

Cuando eres una musa romántica y hueca, impregnarte de la psiquis de muchas, a modo de encuesta, te permite apreciar bastantes cosas. De las frases más interesantes que he podido acoger para descubrir este mundo humano sobre el deseo encontré estas reseñas. Sabrán disculpar el spanglish, pero, cuando la encuestada determina sus gustos, para ella, los idiomas se vuelven pequeños para determinar aquello que su mente quiere expresar recurriendo de este modo a más de algún recurso extra. Eso le da paso inclusive, al humor, como la última encuestada.

El deseo, si nos aproximamos en el simbolismo que engloba, encontramos que se compone de anhelar, acciones para llegar a la ansiada satisfacción y, una sensación casi inmediata de satisfacción por haber cumplido. Este tópico es de esas pocas cosas humanas que el solo hecho de concebirlas ya significa una actividad placentera. Volvamos al plano de la informante del inicio, qué aspectos ha podido descubrir ella sobre su deseo y tal vez, pecar por una vez de manera graciosa, en generalizar hacia otras.

«El deseo, devino de un querer reivindicar mis teorías sobre lo que aprendí que estaba bien y lo que estaba correcto, influenciado además por ciertas ideas sobre el status, estilos de vida y lo que entendí, era comodidad. De este modo, quedé enmarcada en un torbellino de significados y significantes, aquí un resumen ínfimo al respecto:

  • Barba: sí la tiene, orgánicamente hay testosterona, si no la tiene, ese «maquillaje» que figura en la cara de ellos a modo de vellos se torna en algo totalmente en su contra, pero, puede implicar además un estímulo cosquilludo y dulce dentro de lo áspero que es, para que en noches cálidas sirva de acopio en un cuello helado. Así, he aprendido que se «usan» las barbas.
  • Manos grandes: entendí sobre ellas que independientemente de como luzcan y midan, mientras sepan acercarse y adormecer entre ellas un alma agitada, pueden verse con total libertad, el anhelo de tenerlas cercas es en sí mismo una fruta madura que pide a gritos ser comida.
  • Piernas: con o sin depilar, existe capacidad de decisión allí. No hay mayor relevancia, no obstante, cuando hablamos de un asiento cómodo en el que reposar, se descubre entonces un jugueteo y complicidad que no se aprende, se vive.»

Como se vislumbra, cuando miramos con la lupa de quien piensa en términos de deseo, los significantes tienen un significado totalmente opuesto a lo que pudiera describirse en otras ocasiones. Para verlo más claro, esta espiada mujer al hablar de: manos, barba y piernas, en lugar de pensar en la anatomía especifica que nuestro significante mental puede adjudicar, lo que hace es pensar en términos del objeto que desea, en él; a quien echa de menos aún teniendo en sus mañanas su respiración al costado. Esto es, pensar dentro del deseo, nótese además la contradicción en muchas de sus formas, es solo un ápice de cómo funciona este mecanismo en nosotros.

Particularmente, en mi posición de musa invisible e intangible, creo fielmente que este elemento funciona a través de lo aprendido, «lo que me dieron a probar alguna vez de forma satisfactoria y entendí que era bueno para mí lo buscaré muchas veces y de varias maneras». Así pues, el deseo en una mujer, e inclusive en muchos seres, puede tal vez deberse a lo que hemos entendido que es grato, aquello, que al haberlo volteado en múltiples formas fantasiosas en la imaginación, hemos decidido que, de tenerlo sería altamente placentero.

¿Se puede forzar el deseo?

Teóricamente, aunque nos parezca maquiavélico, sí. A través del deseo instrumental que muchos habrán escuchado en alguna revista o en esas clases ociosas del colegio donde reprendían más que enseñar, podemos dilucidar fácilmente como es esto. Ejemplo simple: Moni, necesita encontrar una estación de gasolina, el deseo de hallar este servicio deviene de que su auto se queda sin gasolina por lo que de un momento a otro quedará varada. ¿Me explico? Se que sí.

De este modo, vemos que existen algunos trucos para favorecerlo, en ámbitos tal vez más sociales la cosa no vendría tan sencilla, cuando intentamos discernir cómo funciona, es posible decir que grandes y suntuosas riquezas tangibles tanto corporales como las de objetos (dinero, mansiones etc.) pueden despertar cierto interés, una importancia que tal vez está más cercana a la ambición, pero deseo al final del día. ¿Podemos juzgar y señalar a alguien por esto? Depende de cada humano, pero, sí me lo preguntan, creo que el deseo legítimo se basa en querer aquello que no se tiene, aquello que sabemos va a satisfacer, así que, juzgar placeres no viene al caso.

¿Cómo quiero que me desees?

Volvamos a husmear en la memoria y pensamientos que, como autopista en hora pico están en su apogeo en la mente de ella.

«Cuando me miras, existe costumbre, es un cuaderno de notas abierto, donde cada palabra habla en un tono gris todo lo aburrido y tedioso que llevamos aquí a cuestas. Se que tal vez muchas de mis actitudes se han escurrido a lo largo de los años, pero, sigo aquí, ardiente y esperando ser bonita para ti. Para mi, a veces lo soy, ahora, tal vez lo dudo más que antes, pero, mi esencia de quererte, anhelarte y saber que será satisfactorio aún brilla y se llena de esperanza»

Al mismo tiempo, se que muchas de nuestras historias tienen encuentros que han hecho sacar de cada uno lados oscuros, por suerte, cada uno muy reversible, aún recuerdo que me pedías a gritos ciertas horas para dedicártelas, recuerdo a su vez todas las veces que a solas dijiste que mi nombre, aún siendo común, se lleno de júbilo por ser yo quien lo tenía. ¿Alguna vez, hoy, pensaste en eso? Me gustaría que recordaras que yo a modo de ofrenda entregué mi cariño y miradas no por obligación, ni por ambición desmedida, sino por el deseo de saber que estabas para todos, pero en especial para mí, quiero que me desees y sepas de manera incontrolable e intuitiva que sí nos unimos, más que un placer orgánico, existe una unión de quien desea poseer al otro no con fines de guerra y ganancia, sino con el objetivo de reafirmar que te escogí por sobre todo, y por sobre todo te sigo eligiendo, pese a los trucos del deseo. Así, quiero que me desees».

Finalmente, descubrimos que el deseo más allá de un babydoll, evoca actitudes, formas de llevar a cabo las cosas y saber que tras cada una de ellas, existe una bocanada de satisfacción ¿Cómo te gusta que te deseen?, ¿Qué cosas has aprendido que producen en ti deseo? Esta quimera humana, que ha surgido de nuestra inquietante y por siempre infranqueable necesidad de querer más, suele transformarse, reavivarse, reponerse tras momentos duros y por sobre todo, nunca perece.

Cultura y superstición

La cultura se define como el estudio antropológico del medio, englobando las ciencias, la política, religión, tradiciones, entre otras (Barrera Luna, 2013). Por tanto, la cultura comprende distintos ámbitos, según Grimson, el concepto moderno de cultura surge en  rechazo a la idea de la “Alta cultura”, es decir que contradice la idea de que existe gente “culta” e “inculta” (Grimson, 2008).  Esto se debe a que los estándares propuestos por la “Alta cultura”, reflejan costumbres que puedan ser identificadas con grupos pudientes, rechazando cualquier otra manifestación o pensamiento que no encaje en dichos estándares.

Actualmente resulta menos complicado establecer como cultura ritos y tradiciones indígenas, puesto que el estudio de dichas manifestaciones resulta enriquecedor. Sin embargo, la cultura no es estática, por lo que la sociedad juega un papel clave en la creación y permanencia de estas.

Relativismo cultural | SurySur

El relativismo cultural

En base a que cada sociedad establece niveles de estudios complejos, la comparación entre culturas resulta como un proceso inherente a la naturaleza humana, puesto que se busca comprender y establecer márgenes de similitud y disparidad. Como resultado, diversas corrientes establecen pautas intrínsecas, que establecen toda cultura tan digna de respeto como las demás. Si bien resulta cierto que el valor de una cultura no puede ser estrictamente cuantificado, la Antropología aporta una perspectiva científica más precisa al establecer juicios éticos sobre el valor de las diferentes pautas culturales (Harris, 2001).  Ciertamente el cometer canibalismo, la guerra, el sacrificio humano, entre otros, son prácticas que atentan contra el bienestar. Lo que significa, que si bien el rol del investigador es el de no juzgar, tampoco resulta ajeno lo poco recomendable que resulta dicha práctica.

Relativismo: qué es, origen, críticas, ejemplos y características

Supersticiones

Las supersticiones pueden ser agrupadas con un conjunto de creencias y acciones inherentes a la misma humanidad, que persisten hasta la actualidad, teniendo mayor prevalencia en sociedades primitivas o con un desarrollo científico reducido. Por otra parte, se evidencia que el cambio de supersticiones de una sociedad a otra, únicamente se limita a la naturaleza o contenido (Fluke et al., 2014). Por norma general, se establece una correlación causal errónea, asociando sucesos sin relación lógica. Conductas que pueden ser comparadas con las realizadas por parte de pacientes con trastorno obsesivo compulsivo, al establecer rituales que al no ser cumplidos generan episodios de ansiedad y estrés (Vásquez et al., 1999).

Así mismo, si se parte desde el modelo conductual de Skinner la obtención de resultados positivos frente a la realización de acciones especificas supone un reforzador, lo que sumado a una percepción de falta de control puede resultar en adquisición de comportamientos supersticiosos (Mieres et al., 2012).   

En base a revisiones bibliográficas, gran parte de los artículos psicológicos afirman que el comportamiento supersticioso parte de la reafirmación de la ilusión de control, puesto que la incertidumbre puede resultar agobiante (Mieres et al., 2012). Ciertamente es más fácil atribuir la responsabilidad de las acciones a elementos externos, en especial cual la sociedad refuerza la existencia empírica de la suerte.

Supersticiones en relación con las tradiciones

Festividades como la Navidad, año nuevo, Halloween, entre otras, se han interiorizado en la cultura conllevando tradiciones asociadas a su realización. Un claro ejemplo, relacionado a la superstición, son las cábalas por año nuevo, cada comunidad presenta diferencias notorias. No obstante, tienen en común la relación entre la realización de acciones específicas con la ilusión de obtener resultados futuros favorables. Paradójicamente estas acciones supersticiosas no tendrían que realizarse por el alto desarrollo científico que caracteriza la sociedad moderna. A pesar de ello, la facilidad que supone las redes sociales para transmitir información contribuyen en la propagación de nuevos rituales o tradiciones.

Reflexión

Ciertamente la sociedad se encuentra en constante cambio, adoptando costumbres y creencias que enriquecen la historia y cultura. No obstante, se evidencia cierta negligencia al tomar como válidas, costumbres que se alejan del método científico. Pero, desde la perspectiva Grimson  no se puede atribuir a una cultura “superior” o “inferior”, pese a las evidencias científicas. En contra posición, Harris presenta que ciertas costumbres no deberían de realizarse si atentan contra el bienestar social. Así mismo, es importante resaltar que la atribución irracional de sucesos puede contribuir a la creación de rituales poco saludables, por lo que es necesario realizar investigaciones que profundicen en la repercusión que pueda tener, en el bienestar psicológico, la creencia y práctica supersticiosa.

Referencias

Barrera Luna, R. (2013). El concepto de la Cultura: Definiciones, debates y usos sociales. 343.

Fluke, S. M., Webster, R. J., & Saucier, D. A. (2014). Methodological and theoretical improvements in the study of superstitious beliefs and behaviour. British Journal of Psychology (London, England: 1953), 105(1), 102-126. https://doi.org/10.1111/bjop.12008

Grimson, A. (2008). Diversidad y cultura. Reificación y situacionalidad. Tabula Rasa, 8, 45-67. https://doi.org/10.25058/20112742.321

Harris, M. (2001). Antropología cultural. Alianza Editorial.

Mieres, H. G., González, N. G., & González, A. F. (2012). La medición de la superstición y su relación con el locus de control. Revista de Investigación y Divulgación en Psicología y Logopedia, 1, 7-15.

Vásquez, R., Ortiz, J., Rodríguez-Losada, J., & Jaramillo-González, L. (1999). OCD IN CHILDREN AND ADOLESCENTS. Revista Colombiana de Psiquiatría, 28, 99-110.

Las bendiciones de la vida según Mark Twain

“Las cinco bendiciones de la vida” es un cuento escrito por Mark Twain, en el que retrata las experiencias, pruebas y penurias que se pueden presentar durante la vida en este mundo. En este texto esbozaré algunas reflexiones que podemos obtener del relato.  Les recomiendo encarecidamente que si no han leído el cuento, lo hagan antes de leer mis reflexiones, para que con las impresiones particulares que se hayan llevado, las comparen con las mías. Y de paso, no se privarán de la grata sensación que da el apreciar algo nuevo.

Aquí tienen un enlace con el cuento, es directo y mordaz como el propio Twain: https://www.nexos.com.mx/?p=39003

¿Ya lo leyeron? Empecemos entonces… Las bendiciones (o dones) de la vida (o del mundo) son la Fama, el Amor, la Riqueza, el Placer y la Muerte. Depende de cómo se concibe la manera de ver las cosas, unas pueden ser más atractivas que otras, o por el contrario, no generarían interés alguno, incluso podrían generar un rechazo inmediato. Es importante notar que es un “hada buena” la que se encarga de entregar los dones a nuestro protagonista sin nombre, y que a su vez le advierte que solamente uno es valioso en realidad. Ella podría representar el destino, las fuerzas sobrenaturales, incluso la divinidad o también el mero paso del tiempo, tenemos que recordar la cualidad de bondad que Twain le adjudica al hada, pues no es ninguna ironía o sarcasmo.

«Espíritu de la Noche» de John Atkinson Grimshaw

Al inicio, el hombre -joven en ese momento- del cuento eligió el Placer y lo vivió inmediatamente. En efecto se embriagó con él, pero se dio cuenta de la levedad, y decepción que genera la satisfacción de los impulsos, “Pero todos resultaron a su vez breves y frustrantes, vanos y carentes de sentido” (Twain, 2016, p. 750). El placer en sí mismo no es malo, lo que ocurre es que hay que educarlo, saber darle el lugar que le corresponde, no hacer que sea el centro en el que gira nuestra vida, por más atractivo que pueda aparentar; además debemos saber en qué complacernos. Por ejemplo, el placer que genera una relación de pareja, si es guiado por un amor genuino (que vas más allá del deseo) tiene mucho provecho y redondea la relación; por otro lado el placer inmediato que generan los vicios o el libertinaje, te enceguece y te hace esclavo de ellos o si se les supera, de todos modos dejan una sensación de frustración y arrepentimiento. Volviendo al cuento, el muchacho terminó entrando a cuenta de que desperdició los años de su juventud al tener como centro al Placer, y deseando otra oportunidad para elegir.

René Magritte: el principio del placer
«El principio del placer» de René Magritte

En efecto el hada buena le dio otra oportunidad, y el joven eligió el Amor, ello causó que extrañamente, el hada derramase algunas lágrimas. Ahora pasaron muchos más años que su época placentera, y en el transcurso, el hombre tuvo que ver morir a todos sus seres queridos. Cuando su última -y más querida- persona, una mujer (no se especifica cual era su vínculo con él) murió, nuestro protagonista dijo lo siguiente: “Por cada hora de felicidad que me ha vendido el Amor, ese mercader traicionero, he pagado mil horas de aflicción. Desde lo más profundo de mi alma, yo lo maldigo” (Twain, 2016, p. 751). Les confieso que esas palabras afligieron mi corazón, en verdad se puede sentir la impotencia del personaje. Lo peor es saber que muchas personas en este mundo llegan a estados similares, el dolor que les toca enfrentar es tan grande que a veces no lo pueden resistir y se llenan de amargura y tristeza. De todos modos debo mencionar que la visión de Twain con respecto al Amor, si bien tiene cierta lógica, queda incompleta. Es verdad, amar trae consigo pruebas y dolores, y si aún admitiéramos que en cantidad podrían sobrepasar a la felicidad que también brinda, no la superará nunca en calidad. Asimismo, uno debe amar sabiendo que nada en esta vida es eterno. Hay que luchar con todas nuestras fuerzas, pero a veces no se podrá hacer mucho por evitar una pérdida; debemos traer a conciencia ello, y saber asumirlo (si es posible, con ayuda de otros seres queridos o por profesionales de la salud).

«This is Love» de George Harrison, muestra dulce y verídicamente algunas de las bellezas del amor.

Regresemos al cuento, nuestro personaje, desgraciadamente, con el corazón herido y rencoroso, se encontró con el hada nuevamente quien le volvió a dar la chance de elegir, ella esperaba que haría una mejor elección pero cuando vio que él eligió la Fama solo pudo suspirar y dejarlo a su suerte. En el inicio del ocaso de la vida, el hada regresó y vio que el hombre curtido por los años, estaba pensando mejor pero seguía en soledad. El hombre se dio cuenta más rápido que la Fama, en su apogeo, termina por despertar la envidia, el odio, y el escarnio de los demás, y en su decadencia, solo despierta lástima y desprecio  (Twain, 2016, p. 751). Así como el placer, la fama no es mala en sí misma, e incluso puede ser una herramienta muy valiosa cuando se quiere transmitir un mensaje provechoso y de bondad, pero claro, se puede usar para todo lo contrario y dispersar necedades y vanidades en los demás y en uno mismo. El propio Twain goza de una fama inmensa, sin ella no estaríamos reflexionando acerca de este cuento. No obstante, lo que escribió no deja de ser cierto, la gente famosa puede ser adulada un tiempo y luego los quieren ver caer… La paz y privacidad que brinda una vida discreta, en ese sentido, no tiene precio.

Les recomiendo escuchar «Fame» de David Bowie (junto con John Lennon), donde deja en evidencia a ese lado lúgubre de la fama: https://www.youtube.com/watch?v=aQINihWd7ts

El hada aún le permitió elegir una vez más, pero a causa de todo lo vivido, la mentalidad del hombre se tornó agria y desvergonzada. Eligió la Riqueza, a pesar de que ya sabía que todo lo que conseguiría sería nuevamente las frustraciones del Placer y la Fama. “¡Compraré, compraré y compraré! Deferencia, respeto, estima, adoración… Todas las falaces gracias de la vida que el mercado de un mundo trivial es capaz de proporcionar sin límites” (Twain, 2016, p. 752). 

Así como la fama, la riqueza puede ser usada para fines nobles, pero tiene el peligro de que uno quede esclavizado por ella. Además es efímera, el mismo cuento menciona que solo pasaron tres años para que nuestro hombre, ya llegando a una edad avanzada, se quedase sin nada. Es más que se viera sumido en la pobreza. En efecto, la riqueza material puede envanecer la mente y el corazón, estemos conscientes o no de ello. La riqueza te puede sofocar con tanta pompa, la pobreza te puede ahogar al hundirte en ella, ambos extremos son peligrosos, pero no intransitables. Eso sí, la tranquilidad que brinda una vida modesta pero estable, puede liberarnos de todas las contrariedades de los dos estados polarizados antes mencionados (Defoe, 2012, pp. 14, 15).

TRESCIENTOS AÑOS DE ROBINSON CRUSOE - Qué Leer
«Robinson Crusoe» de Daniel Defoe es, entre muchas otras cosas, una lección acerca de que los verdaderos tesoros no son materiales.

El protagonista, ya mayor, y demasiado golpeado por la vida y por sus propias elecciones, generó una agria resignación en su corazón. No obstante, también desarrolló cierta sabiduría, pues por fin entendió que detrás al Placer, le sigue el dolor; al lado del Amor está la aflicción; que a la Fama la acecha la vergüenza y que la Riqueza rápidamente se torna en pobreza -espiritual mayormente- (Twain, 2016, p. 752). Pero no asumió este saber con calma, sino que lo hizo con enojo y hartazgo, es por eso que pidió el último don, la Muerte. Pero el hada buena ya no tenía a la Muerte consigo, se la entregó a un niño, un niño muy querido por su madre. El pequeño le dijo al hada que eligiera por él. Qué misterio ¿Cuál habría sido la situación del niño? ¿Acaso estaría desahuciado y la Muerte no podía ser elección sino el único camino? (El hecho de que el hada eligiese por él, osease, que él no ejerciera su voluntad en la decisión, podría fundamentar esta suposición). Twain hace una llamada a la conciencia, la Muerte puede llegar en cualquier edad de la vida. Repito la idea dada al abordar al Amor, hay que saber que la muerte es inevitable, y aceptarla con serenidad. Es verdad, es una tarea muy difícil, entrar a conciencia de ello puede ser deprimente o causar temor, pero hay maneras de enfrentar esto, reconocer nuestra temporalidad, apreciar lo que está presente (nuestra vida, nuestras bondades, nuestros seres queridos) y no angustiarse por lo que todavía no llega (la misma muerte), e incluso acoger la esperanza de una vida después de fallecer. Estos son remedios que ayudan a ver de una manera más madura y serena a esa otra parte de la vida.

San Francisco de Asís y la hermana muerte corporal | Diócesis de Celaya
San Francisco de Asís decía que la muerte es una hermana que guía a la vida eterna.

Para terminar, nuestro héroe curiosamente se quedó sin la muerte (una muerte inmediata) y tuvo que vivir su vejez. Si bien el cuento acaba de manera agria, yo interpreto que el hombre termina con la oportunidad para pensar y meditar sobre todo lo vivido; y liberarse de la amargura y tristeza en la que se vio comprometido.

Como podemos apreciar, los dones de la vida que propone Twain, tienen sus implicancias, su pros y sus contras. La Fama y la Riqueza, no se conceden a todo el mundo. El Amor, el Placer y la Muerte son más democráticos, llegan a todos en mayor o menor medida, y su correcto desarrollo depende de cómo nosotros actuemos con ellos. Es importante resaltar que el cuento afirma que el Placer, la Fama y la Riqueza, no son realmente dones, sino “préstamos temporales» y «disfraces provisionales” (Twain, 2016, p. 752), estoy de acuerdo con los tres primeros, y el propio cuento lo fundamenta. Pero el Amor es diferente, el Amor no es una apariencia tampoco en un “mercader traicionero”, el amor salva, nos dignifica. Le acompañarán mil peripecias, pero siempre vale la pena luchar en nombre de él, solo hay que saber dónde se vierte nuestro amor. De todas maneras, las observaciones de Twain no dejan de tener mucha verdad; el cuento es bastante certero, y te deja con el deber de pensar, porque su protagonista sin nombre no es nada más ni nada menos que una representación de la propia especie humana, entre muchas otras razones a descubrir.

Referencias

  • Defoe, D. (2012). Robinson Crusoe. Barcelona: Ediciones Brontes S.L.
  • Twain, M. (2016). Cuentos Completos. México DF: Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. de C. V.

La psicología en la transformación de la educación

Actualmente se vienen dando muchos cambios en el contexto educativo, uno de los principales es dejar de lado la educación estricta, en donde la memorización y los exámenes han dejado de ser protagonistas, para dar paso a una educación más inclusiva y comprensiva, que tiene como objetivo la interiorización en el alumno las ganas de aprender y ser mejor cada día, más allá de hacerlo por el reconocimiento o el afecto de los adultos que lo rodean. Es así que para la Psicología está claro que las ventajas de una educación feliz son muchas, como una mejor adaptabilidad del estudiante en diversos ámbitos, el aumento de habilidades sociales y de relaciones interpersonales satisfactorias, una mejor conducta social, la mejora de autoestima, la facilidad en el aprendizaje y el desarrollo de la resistencia a la frustración. Por otro lado, la consigna es que el profesor debe proponer a sus alumnos expectativas positivas, despertar su interés si ve que los contenidos que se están desarrollando no lo generan por si solos, personalizar las actividades para una mejor motivación y la estimulación de su avance en la mejora de su rendimiento como el restado de su esfuerzo y dedicación.

Definición de aprendizaje

Es relevante hacer la diferencia entre el aprendizaje y la enseñanza, ya que el primero tiene que ver con el alumno y con los conocimientos que este va a desarrollar a lo largo de la clase, y el segundo involucra al profesor como el canal que hará posible este aprendizaje, y así garantizar el desarrollo de sus habilidades tanto cognitivas como afectivas. Por lo que la educación no solo implica conocimientos en el ámbito académico, sino también conocimientos de vida que ayuden al alumno en su auto concepto y en su desarrollo personal.

Según Schunk.D. “El aprendizaje es un cambio perdurable en la conducta o en la capacidad de comportarse de cierta manera, el cual es resultado de la práctica o de otras formas de experiencia”. De esto se desprende que, el aprendizaje provoca un cambio en la persona, que sin práctica no hay aprendizaje, y que se aprende de la experiencia de los demás y de la propia. Asimismo, es importante resaltar que la enseñanza es el procedimiento por el cual el docente dará las pautas a sus alumnos, y que estos al poner en marcha estas indicaciones lograrán el aprendizaje.

Enfoques sobre aprendizaje

Como ya se ha expuesto, existe una transformación de la educación en base al análisis de la psicología, sobre mejores posibilidades de aprendizaje. Según Fenstermacher, hay tres maneras de concebir la enseñanza, cada uno de ellos tiene objetivos y propósitos distintos dentro de la educación. Se observa que lo particular de cada enfoque es lo que cada docente pretende lograr en sus alumnos, llevándolo a utilizar una dirección, tono y estilo diferente. Es así que tenemos tres tipos de enfoques, que nos dan a conocer varios escenarios, sobre la puesta en escena de propuestas muy diversas.

Enfoque Ejecutivo: Es la enseñanza estructurada, que busca un conocimiento específico y produce un aprendizaje particular.

Características del enfoque ejecutivo

a) El docente: planifica las clases, las desarrolla, evalúa su trabajo, se retroalimenta y vuelve a ponerlo en práctica, se convierte en un gerente de los estudiantes y los recursos disponibles por lo que se convierte en el actor principal en la relación maestro-alumno.

b) Contenido: se convierte en un elemento específico que el estudiante debe asimilar y dominar.

c) Concepción de enseñanza: el docente emplea sus habilidades en manejar tiempos y contenidos afines de generar mayores posibilidades para el aprendizaje.

d) Estudiante: Es considerado un ser pasivo que asimila en función de lo ordenado por el director de ejecución. El estudiante ejecuta, pero siguiendo un plan establecido por el maestro con el fin de retener contenidos específicos.

Enfoque Terapéutico: Ayuda al estudiante a mirar en su interior, permite su crecimiento personal y el desarrollo del yo.

Características del enfoque terapeuta

a) El docente: se convierte en un guía y asistente del estudiante para que logre alcanzar su propio conocimiento.

b) Contenido: Es un saber de naturaleza edificante, relativo, pues es elegido por el estudiante de acuerdo a sus intereses; por tal motivo es diverso según los intereses y necesidades de cada uno.

c) Concepción de enseñanza: el docente asiste en la selección, desarrollo y evaluación de lo que el estudiante está interesado en aprender para convertirlo en una persona auténtica.

d) Estudiante: en este enfoque es el actor principal, el que elige ser y aprender.

Enfoque Liberador: Reflexiona sobre la naturaleza humana, comprende otras formas de percibir el mundo y crea individuos íntegros, morales y libres.

Características del enfoque liberador

a) El docente: se convierte en un modelo como académico y ejemplo para el estudiante, por lo que debe poseer virtudes y conocimientos que pueda mostrar frente a ellos. El profesor es un hacedor de conocimiento.

b) Contenido: deben ser conocimientos tratados con profundidad, calidad y de las maneras (de producción de conocimientos y actitudes) que el docente considere. Es decir, el profesor debe conocer la episteme y la gramática de la disciplina que enseña, no desde la opinión o la información, sino participando de las formas de producción de esos saberes.

c) Concepción de enseñanza: se trata de liberar el pensamiento del estudiante de los estereotipos que trae y así desarrolle su propio espíritu. Por eso el modelo debe recrear las formas de producción de los saberes o conocimientos.

d) Estudiante: aprende los contenidos de calidad y puntos de vista críticos frente a ellos, de esta manera establece una nueva relación con el saber.

¿Qué hace que estos enfoques sean diferentes?

Si bien existen alternativas, no hay un enfoque mejor ni peor, ya que cada uno responderá al objetivo que se quiere lograr de acuerdo al contenido y al estilo del docente. Entonces estilo ejecutivo estará más dirigido a la enseñanza de contenido formal en donde el alumno debe ser pasivo y en mi opinión no le permite desarrollarse en su totalidad, pero que bien podría darse cabida entre los estudiantes de la facultad de derecho de cualquier universidad, en donde aún se exige cierta rigurosidad y disciplina en la enseñanza; el estilo terapéutico en un contexto donde es necesario abordar conceptos como la autoestima y el autoconocimiento, para la realización de las sesiones; y el liberador que comprende no solo lo académico, sino los principios y valores del educando, así como su formación personal, siendo el docente un referente educativo importante en todo sentido. A continuación, ejemplos más extendidos de lo tratado, esperando una mejor comprensión.

Ejecutivo: Es la enseñanza estructurada, cuando el docente como el director de ejecución, busca lograr un conocimiento específico y particular en el estudiante que tiene el papel de pasivo y dirigido en la enseñanza. Por ejemplo, Juan estudia la carrera de derecho y en su clase de derecho tributario, su profesor les ha dicho que solo dictará cátedra y que lo único que le interesa es que se aprendan de memoria los artículos de la normativa trabajada. El contenido del curso es planificado por su docente, su metodología es dar el curso la primera hora y hacer preguntas de lo trabajado en la segunda a modo de puntos extras. El docente ya indicó que el examen será oral y que tiene la facultad de preguntar cualquier tema del curso, porque es su obligación dominarlo, y que de lo contrario, no esperen aprobarlo.

Terapéutico: El docente es elegido por el alumno y como guía de este, lo ayuda en su introspección, permite su crecimiento personal y el desarrollo de su yo. Por ejemplo, Karla ha empezado hace poco la carrera de psicología, y en el curso de observación del comportamiento, su docente le ha dicho que para ser una buena psicóloga y saber observar a sus pacientes, tiene que auto observarse ella primero y encontrar sus fortalezas y debilidades, ya que necesita auto examinarse y estar en equilibrio con ella misma para poder trasmitir esa inteligencia emocional en sus futuros pacientes.

Liberador: El docente se presenta como un modelo moral y académico, que ayudará al alumno a reflexionar sobre la naturaleza humana, formando individuos íntegros, morales y libres, de pensamiento crítico, y capaces de salirse de los parámetros de lo convencional. Por ejemplo, Rosa estudia psicología, y siempre quiere llegar a tiempo a la clase de experimental, porque su profesora no es nada convencional. Su docente explica el tema y luego van a la práctica, buscando artículos académicos, y debatiendo en clase de los mismos, aplicando los conocimientos adquiridos. La calidad del contenido de ese curso es sin duda uno de los mejores, y la profesora no solo se remite a lo académico, ya que es muy incisiva con los principios y la ética del psicólogo en el campo de la investigación. Rosa ha visto a varios compañeros interesarse en el curso, solo por la forma de enseñar de la docente.

Por un aprendizaje feliz

Manuel de la Rúa, profesor titular en Cuba, quien ha desarrollado investigaciones en ciencias sociales, teoría curricular y el uso de las TICs en la enseñanza, resaltó tres ideas claves para una educación de calidad, en su conferencia titulada educación y felicidad. Primero, la unidad afecto – cognitiva en el proceso de formación es condición necesaria para la educación feliz, el disfrute de aprender y enseñar potencia el desarrollo personal de los alumnos y la escuela debe continuar transformándose para cumplir bien su función social. Segundo, nos da las características de una educación feliz como son: la seguridad en el contexto educativo para que el estudiante no se sienta vulnerable por ninguna circunstancia; atrayente en el sentido de lograr el interés en los contenidos que el profesor está impartiendo; el respeto basado en una relación horizontal y en el diálogo; la empatía que debe existir entre el profesor y el educando para que pueda imperar una relación armoniosa; que todos los alumnos tengan la posibilidad de éxito en base a su esfuerzo y dedicación; que se enfrenten retos para promover en el estudiante su crecimiento académico y personal; y por último que se dé la inclusión de los intereses del alumno en su aprendizaje continuo para un ambiente retador que motive su desarrollo personal y en su compromiso con la sociedad como persona. Tercero, la transformación para disfrutar del aprendizaje como un proceso personal de desarrollo que implica la participación activa del sujeto que aprende.

Eduardo Aguilera, especialista en problemas de la infancia en el Gobierno de Chile, nos dice que, el sistema educativo actual nos pide productividad y no felicidad. Existen refuerzos sociales para la sobre exigencia, y padres orgullosos de los logros de sus hijos, logros que en verdad son los logros de los padres y que sus hijos hacen realidad para hacer a sus padres felices pero no a ellos mismos porque a veces confundimos conceptos, pensamos que nuestra felicidad está en lo que haga feliz a nuestros padres o a los demás, no pensamos en nosotros mismos, lo que traerá como consecuencia adultos infelices y confundidos con su vida en el ámbito laboral y profesional. La auto exigencia desgasta mentalmente y está mal si se aplica para que los demás te quieran y no porque te interesa verdaderamente ser el mejor.

Para finalizar, la educación ha sufrido grandes cambios, y la psicología como agente activo, ha sido la base para lograr su desarrollo, involucrando las emociones, y el estudio del desarrollo cognitivo del alumno, más allá de las capacidades que estos puedan tener, ya que si bien debe esperarse el mejor resultado, la educación y más propiamente dicho, el proceso de aprendizaje, debe responder a las particularidades y al sentir del estudiante, para velar por su bienestar como persona, y logro de su desarrollo integral, que lo hagan sentirse apto y a gusto, para enfrentar futuros retos, siento el docente el encargado de ejecutar el mejor modelo de evaluación para lograr en estos un desarrollo pleno, no solo a nivel académico, sino a nivel personal. Asimismo, contrariamente a un enfoque ejecutivo, se debe tratar de formar la crítica y la autonomía en el alumno, para que sea un ente capaz de dar soluciones y lograr un cambio, y no solo este resignado a seguir las instrucciones que le dicta el sistema. Por otro lado, la educación debe tener como finalidad formar ciudadanos emocionalmente estables y cómodos con su entorno, que aporten a la sociedad, de acuerdo a lo que los motiva, y los hace felices.

Bibliografía

Fenstermacher, G. y Soltis, J. (1998). Enfoques de la enseñanza. (3.° ed.). Buenos Aires: Editorial Amorrortu.