Comentarios acerca de las meditaciones kafkianas, segunda parte

Sigamos aprendiendo con doce más de los pensamientos de Kafka:

La salvación y la meta

Los escondrijos son innumerables, la salvación solo una, pero posibilidades de la salvación otra vez tantas como escondrijos. Hay una meta pero ningún camino; lo que nosotros llamamos camino es duda (26):

Los escondrijos son los remedios temporales, las soluciones a medias, por un tiempo pueden funcionar pero no pueden ser la base de algo estable. Una cosa es la salvación y otra la posibilidad de alcanzarla, en ese mismo sentido, una cosa es la respuesta definitiva y otra la manera en que se consigue. En esta vida tenemos la dicha de que, mientras respiremos, podemos continuar en busca de la solución, de la redención, de la salvación como dice Kafka.

La salvación es el amor, el propio Kafka pudo enfrentar sus últimos días gracias al amor.

Al decir que hay una meta, pero no caminos sino dudas, Kafka hace una afirmación muy interesante y un tanto dramática, es agridulce para quien admira al autor. A los medios les adjudica incertidumbre, pero en ningún momento dice que la meta es inalcanzable. No es ascedia (la tristeza que invade el alma, al de creer que el bien es inalcanzable) de lo que habla, sino de que el hombre, debe moverse hacia adelante a pesar de la duda y la inseguridad en que anda, y en ese momento -discrepando un tanto con Kafka- es que se vislumbra el camino.

A pesar de la inclinación al mal, la bondad es la verdadera naturaleza del ser humano

Además nos es impuesto hacer lo negativo; lo positivo ya nos ha sido dado (27):

Continuando con la idea del pensamiento anterior, no sólo la duda y la inseguridad son obstáculos en la vida. También está presente el problema del mal, este mundo corrompe hasta el punto de que pareciera (según Kafka) que estamos irreversiblemente condenados a hacer el mal. Y parcialmente es cierto, en más de una ocasión hemos hecho cosas malas (con diferente índice de gravedad), pero hay una diferencia entre ello, y encontrar placer y permanecer en el mal. La mundanidad te impone lo negativo, pero nuestra inherente bondad, lo positivo en nosotros, nos permite liberarnos de esa imposición.

Las intenciones con las que aceptas en ti el mal no son las tuyas, sino las del mal. El animal arranca de las manos el látigo al amo y se fustiga él mismo para convertirse en amo, y no sabe que esto es solo una fantasía producida por un nuevo nudo en la correa del látigo (29):

Como mencioné en el comentario anterior, es muy distinto encontrar placer en el mal. Cuando se abraza el mal, este brinda una falsa sensación de estar por encima de los demás, pues ya no hay reglas que seguir, la propia voluntad se impone sin aparente restricción. Pero en realidad, el supuesto nuevo amo, sigue siendo un esclavo (ahora de su propia maldad) que se flagela a sí mismo; pues obrar sin una guía moral es autodestruirse.

Lo bueno está en cierto sentido desconsolado (30):

Intentaré desarrollar ese «cierto sentido»: Seguir las reglas, obrar correctamente, y luego ver que a tu alrededor todo sigue igual o incluso empeora cada vez más, dando panoramas de un futuro desalentador e inevitablemente aprisionado por la maldad (y estupidez) de otros, en especial la de los que buscan o ya tienen cargos de poder (sea cual sea el área en la que se desenvuelvan), ciertamente puede entristecer a quien intenta ser bueno. El desconsuelo de los buenos es, en cierto sentido, el desconsuelo del bien, pero por ningún motivo es la derrota del bien.

Las cornejas afirman que una sola corneja podría destruir el cielo. Esto es indudable, pero no demuestra nada contra el cielo, pues los cielos significan precisamente: imposibilidad de las cornejas (32):

Las aves carroñeras con el pico ensangrentado debido a la putrefacción de la que se alimentan, representan a los malvados y el cielo a la bondad. Sin duda el mal pueden echar vuelo (como un ave de carroña) e intentar usurpar el lugar del bien (elevado como el cielo). Pero el bien, por más ignorado y despreciado que sea, es inconmensurable como el cielo, y esta siempre presente en la alturas; por otro lado el mal, es un punto negro, que parecerá como lo hacen las cornejas.

Antes no comprendía por qué no recibía ninguna respuesta a mi pregunta; hoy no comprendo cómo podía creer en poder preguntar. Pero yo no creía, solo preguntaba (36):

Cuestionarse es bueno, buscar respuestas lo es aún más, pero debe ser una búsqueda sabia y no necia. Todos hemos preguntado necedades y tonterías, son errores de la edad, que solo el tiempo, igual que a Kafka, nos hará concientizar.

El psicólogo Eric Fromm escribió todo un libro dedicado a esta cuestión

Su respuesta a la afirmación, él también poseía, pero no era, era únicamente temblor y golpear de corazón (37):

Aquí tenemos un personaje anónimo, (quizá ficticio), que poseía, pero no era, y, que cuando se lo dijeron solo pudo reaccionar con agitación, quizá aterrado. El poseía, podríamos hablar de cosas materiales, de poder terrenal, de lujos y comodidades, pero no era. Le faltaba precisamente lo más importante, el ser, el yo, el sí mismo. Cultivar nuestro interior, crecer en sabiduría, valores y virtud nos enriquece como humanos y eleva el ser. Esto es un bien infinitamente superior al que brinda las cosas de este mundo. No es que poseer bienes materiales sea malo en sí mismo; acumularlos, buscar el lujo, obsesinarse con ellos, es allí donde está el error, pues esto distrae la mirada y absorbe el tiempo que se puede invertir en el crecimiento como persona.

«Erich Fromm situaba la orientación al tener, en vez de al ser, como base de la conducta consumista o consumismo y advertía las consecuencias del consumismo en la realización del ser». (Barreiro, 2019)

Uno se asombraba de lo fácil que andaba el camino de la eternidad; es que en realidad lo bajaba (38):

En los momentos que uno cree que está llevando todo en orden, que todo va viento en popa, y que incluso es bastante sencillo el manejo de la situación, hay que detenerse y observar alrededor, pues es posible que no nos hayamos dado cuenta del mal que podríamos haber causado directa o indirectamente con nuestras acciones. Como me dijo un sabio profesor de Historia: querer volver al mundo un Paraíso, puede transformarlo en un infierno.

La desproporción del mundo parece ser, por fortuna, solo numérica (41):

«Del mundo» esas son palabras clave, Kafka se refiere a que la presencia de lo material, de lo superficial, de la maldad tiene una presencia abrumadora en la tierra. Pero… recordemos que la calidad (de la proporción; de la armonía; del bien) se impone sobre la cantidad. Allí está la fortuna, que menciona Kafka.

Reposar sobre el pecho la cabeza llena de asco y de odio (42):

¿Qué es lo que realmente nos hace bajar la mirada y pegar el mentón al pecho? Algunas veces puede ser simplemente el sueño o el cansancio, otras veces serán a pena, el dolo o la resignación, pero evitemos generar razones por las cuales, reposar la cabeza sobre el pecho se deba a guardar los sentimientos que menciona Kafka en este pensamiento.

Te haz enjaezado ridículamente para este mundo (44):

Siguiendo la línea del pensamiento 37. No hay que rodearse de cosas innecesarias, o por lo menos no en demasía, como quien adorna excesivamente a un caballo, el centrarse sólo en ello es ridículo para los ojos que ven más allá de lo mundano y que han contemplado el sentido de la existencia.

Hablando de hombres que buscaron el sentido, Viktor Frankl se vio despojado de absolutamente todo lo material que poseia cuando fue prisionero de los nazis, pero nadie le pudo quitar su ser y sus esperanzas (1991, p. 24).

A. es un virtuoso y el cielo es su testigo (49):

Recordemos qué es el cielo para Kafka (pensamiento 32). El cielo es el único testigo que necesita el virtuoso, pues no hace las cosas para ser reconocido u obtener recompensas venidas del exterior. La victoria y el premio del virtuoso, es la virtud misma, lo demás llegará por añadidura y a su tiempo. Por ejemplo, una persona recta trabaja por su vocación o por sus seres amados; el sueldo, si bien tiene su importancia, queda en un orden inferior, es solo una consecuencia del la labor bien hecha.

Referencias

Barreiro, C. (2019). Ser o tener, según Eric Fromm. Recuperado de https://lamenteesmaravillosa.com/ser-o-tener-segun-erich-fromm/

Frankl, V. (1991). El hombre en busca de sentido. Barcelona: Editorial Herder

Kafka, F. (2012). Obras Selectas: Franz Kafka. Madrid: Edimat.

¡No se pierdan la tercera y última parte!

Comentarios acerca de las meditaciones kafkianas, primera parte

La obra póstuma de Franz Kafka, «Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero», es una colección de 107 pensamientos, en las que el escritor reflexionó acerca de varias de las cuestiones más inquietantes para el ser humano, tales como: El bien, el mal, el sentido de la vida, la soledad, la compañía, la virtud, el vicio, la verdad y la mentira. Todo con la perspicacia y entendimiento propio de su genio.

Los 107 pensamientos tienen diversas connotaciones, son de carácter: Literario, filosófico, teológico, social y por supuesto, psicológico (entre otros). Si bien no son ningún dogma, ni aforismos irrefutables, pueden ser de gran provecho para quien los lea con prudencia y mirada crítica.

Me ocuparé de comentar 33 de estos pensamientos, los que considero más cercanos a la Psicología; agregaré su numeración original entre paréntesis y los dividiré en tres entregas debido a su extensión. Sin más que agregar, aquí están los primeros 12:

El camino verdadero va sobre una cuerda que no está tensada en la altura, sino muy cerca del suelo. Seguro que parece hacer tropezar más que ser andada (1):

  • En efecto, hablando en sentido figurado, el camino verdadero no puede estar en las alturas, siguiendo esa figura, vivir la vida sería una hazaña que sólo unos cuantos podrían lograr exitosamente, es por eso que Kafka propone la figura de que el camino está en una cuerda muy cerca del suelo; así el hombre, en medida de lo posible, podría vivir tranquilo. Pero irónicamente, de todos modos nos las arreglamos para complicar las cosas y terminamos tropezando con la cuerda en la que se supone debemos caminar. Afortunadamente siempre podemos levantarnos y subir nuevamente.

A partir de cierto punto ya no hay ningún retorno. Este punto ha de corregirse (5):

  • ¿Dónde está ese cierto punto? ¿Dentro de uno mismo, en el camino o en una intersección de ambos? Ciertamente ese punto es todo momento en la vida en donde uno cree que ya no puede cambiar. Kafka, consciente de la problemática, nos pide solucionar esos casos, y no ser derrotista ni indiferentes.
Hay que distinguir la naturaleza de las luchas

Uno de los métodos más eficaces de seducción del mal es la invitación a la lucha (7):

  • La lucha puede usarse para cosas buenas y malas, pero justamente por esa apertura a ambas opciones, y por la posibilidad de que la lucha se torne violenta y destructiva, es que puede ser un método tan seductor para caer en el mal obrar.

Es ésta como la lucha con las mujeres, que siempre termina en la cama (8):

  • Si bien el «siempre» es una sobregeneralización y el pensamiento es un tanto machista por adjudicarle esa característica, exclusivamente a la lucha con la mujer. Lo rescatable es que Kafka nos hace ver que, dar rienda suelta a los apetitos carnales para «resolver» las cosas, puede traer consecuencias muy negativas, de forma similar a como lo hace la lucha violenta y destructiva. Para constatarlo podría mencionar una obra maestra, que refleja con mucha certeza, los altos y bajos del ser humano. Hablo de “Los tres mosqueteros” de Alexandre Dumas, basta con revisar las páginas donde D’Artagnan busca redimirse y darle solución a los terribles problemas que consiguió por no controlar sus deseos libidinosos.

“A.” está muy henchido, cree haber avanzado mucho en el Bien, pues se encuentra, aparentemente, como un objeto siempre atrayente, expuesto a cada vez más tentaciones que proceden de direcciones hasta ahora desconocidas para él (9):

  • Es común ver que, mientras más recto sea el obrar, paradójicamente, más ocasiones de obrar el mal se presentan, porque la mente comienza a discernir con más lucidez las circunstancias y reconoce que las cosas que parecían no tener nada de malo, en verdad podrían tenerlo. En el ejemplo de Kafka vemos solo la apariencia de lo dicho anteriormente, no es un crecimiento en el Bien real, y cuando esto no es real, puede ocurrir un «pero» muy grave, que veremos inmediatamente en el siguiente pensamiento.

Pero la explicación correcta es que un gran demonio ha tomado sitio en él y que el sinnúmero de pequeños acude para servir al grande (10):

  • Esto obviamente es en sentido figurado, no se habla de una posesión paranormal. Ese «demonio grande» sería la soberbia, que atrae a toda clase de vicios. La soberbia enceguece, y la persona puede llegar a creer que hace bien cuando hace el mal.

Si fueras por una llanura, tuvieras el buen deseo de avanzar, pero sin embargo retrocedieras, sería entonces una cosa desesperada; pero como trepas una pronunciada pendiente, más o menos tan pronunciada como tú mismo, eres visto desde abajo; el retroceso sólo puede ser producido por la naturaleza del suelo, y no tienes que desesperarte (14):

  • Que terrible sería retroceder cuando quieres avanzar. Pero a veces hay problemas que solo son de nuestro mismo porte, y en el mejor de los casos tenemos todo a nuestro favor para superarlos, y si se falla, no es por una incapacidad propia, sino por razones ajenas, del exterior. No perdamos la calma y corrijamos los yerros, al igual que en el pensamiento número 5.

Como un camino en otoño; apenas ha sido barrido, vuelve a cubrirse con hojas secas (15):

  • A veces los problemas son seguidos de más problemas. Mientras se resuelven, mientras se sobrellevan, hay que recordar que es inevitable que se vayan; que el otoño también tiene bondades; y que aguardan el invierno, la primavera y el verano, cada uno con sus propios gozos y pruebas.

Una jaula fue a buscar un pájaro (16):

  • Si la prisión no tiene prisioneros, no es nada. El prisionero fuera de ella ya no es más prisionero, es libre. En el mundo, a veces tan contradictorio, en que vivimos parece que el mal busca quienes lo cometan, lo cual no es cierto por supuesto (eso sería librar de culpa al que obra mal). Pero cuando vemos como el mal se propaga tan rápido y aparenta tener control sobre el hombre, Kafka tiene un pensamiento al respecto (el número 32, el cual comentaré en la segunda parte) .

Leopardos irrumpen en el templo y se beben y vacían los jarros de los sacrificios, esto se repite siempre; finalmente, se puede prever y se convertirá en una parte de la ceremonia (20):

  • Imagen terrible, pero que simboliza con certeza hasta dónde puede llegar la capacidad del ser humano de acostumbrarse a todo, incluso al vicio y a la destrucción, y peor aún, a “normalizarlos”.

Del auténtico enemigo va un valor ilimitado hacia ti (23)

  • Ante adversidades realmente grandes, es cuando el valor del ser humano puede emerger en cantidades impresionantes. Pero no basta con valor, hay que saber manejarlo. Mucha valentía sin un plan de acción, puede ser derrotada de todas maneras. Kafka dice que el valor surge a causa “del auténtico enemigo”, de acuerdo pero ¿Qué vendrá de nosotros mismos? Sabiduría, calma, paciencia, mesura, y toda buena virtud que, junto con la valentía, nos ayudarán a librar una buena batalla.

Comprender la suerte, que el suelo sobre el que estás no puede ser más grande que lo que lo que lo cubren los dos pies (24):

  • Pero no todo es una batalla impresionante y gloriosa. No hay que temerle a la pequeñez que podemos tener en algunas situaciones de la vida; reconocer que no podemos abarcarlo todo por nuestra propia cuenta, nos pone en la situación legítima de recurrir a los demás, recibir su ayuda y dar la nuestra; entablar relaciones valiosas y crecer mutuamente como personas,  es toda una suerte, es toda una bendición para el ser humano. Así, muchos pies abarcarán todo ese espacio que no podemos cubrir con las plantas de nuestros pies.

Referencia

  • Kafka, F. (2012). Obras Selectas: Franz Kafka. Madrid: Edimat.

¡Aquí tienen les las siguientes partes!

Alicia en el diván

«Cuando el día se convierte en la noche y el cielo en el mar, cuando el reloj golpea fuerte y no hay tiempo para el té; y en nuestra hora más oscura, antes de mi rima final, ella volverá a casa al País de las Maravillas y hará retroceder las manecillas del tiempo» – Gato de Cheshire

Dedicado a: Romina L. N. H

Había una vez, una blogger que mientras estaba descansando fue absorbida por un huracán inmenso, y mientras se encontraba girando, cansada de luchar, se dejó llevar, puso algo de música, cerró los ojos, y volvió a Alicia, uno de sus libros surrealistas favoritos en toda la vida, dándose cuenta que el viaje más intenso, a partir de ese momento, era hacia adentro.

No había más tiempo, pensó, y a pesar del cansancio que le causaban tantas vueltas en el huracán, tan solo necesitaba escribir.

Puedes leerla, y pensar que lograrás comprenderla, pero créeme la verdad está entre líneas, las cuales solo aquel que se encuentre en medio de un desastre natural podrá descifrar.

Alicia en el país de las maravillas, será mi metáfora en esta historia, aunque claramente esto no sería posible sin el equilibrio perfecto de Lewis Carroll al mezclar la realidad con la fantasía.

Algunos autores consideran que el capítulo en el que Alicia cae a lo profundo de la madriguera, representa la puerta de ingreso al mundo del subconsciente.

ALICIA

Alicia es una niña – adolescente, a veces lo quiere todo responsabilizando a los demás, otras veces juega a asumir cada uno de sus pasos, vayan hacia adelante, o la hagan retroceder.

Incomprendida por los adultos que congelaron a su niño interior, no escucha consejos, rompe reglas, quiere trascender, ella no vino a este mundo a hacer lo que los demás le dijeran, o a lo que algunos llaman «Cumplir con su destino». Uno de sus mayores temores, es convertirse en adulto, y perder a su niña interior.

Con las emociones a flor de piel, por momentos se llena de tanta tristeza que inunda todo lo que tiene al rededor, incluso a sí misma. Por otros momentos, se llena de alegría, tanto como para sentarse a tomar una taza de té con seres extraños, observando con los ojos grandes, llenos de curiosidad.

Alicia reflexiona sobre las huellas que sus zapatos han ido trazando, y se cuestiona por las figuras que ha dibujado en su camino. No sabe hacia dónde ir, encuentra muchas flechas con direcciones opuestas, y está dispuesta a tomarlas todas al mismo tiempo, no quiere perderse de nada.

El tiempo no es un problema, piensa, si este no era el camino, daré media vuelta. El problema es detenerse, estancarse, por eso no para.

Vive el presente, observa, toca, huele, respira, siente. Cada que se encuentra con una criatura diferente, logra caracterizarla en su mente de una forma tan pintoresca, y a la vez tan clara.

  • Alicia: «No sirve de nada volver a ayer, porque entonces era una persona diferente», «¿Quién en el mundo soy yo? Ah, ese es el gran rompecabezas».

Curiosa, ingenua, atrevida, suspicaz, de silueta blanca y negra, dicotómica, o lo tiene todo, o no quiere nada. Niña, caprichosa, sabia, niña feliz, niña triste, niña que se pierde, niña que se encuentra. Adolescente que busca el equilibrio, y que desea vivir en justicia.

De pronto el mundo adulto se abre de un portazo frente a ella, entonces Alicia cierra los ojos un momento, y cae por la madriguera, iniciando una aventura que mezcla la fantasía y el sin sentido.

Los dilemas de Alicia podrían ser representados por el «Yo». Acorde a Freud, el «Yo» se remonta a la infancia, y hace referencia a todo aquel aspecto que sea moralmente correcto, bien visto socialmente y que de alguna manera ayude a la persona a controlar el ello con acciones bien vistas, además de servir como escudo y defensa al ambiente en el cual estamos expuestos. Sabater (2017).

CONEJO BLANCO

La aparición de este personaje retrata en milésimas de segundos, su personalidad. Estricto, parametrado, de orejas largas pero pobre escucha. Trae un reloj consigo todo el tiempo, mientras repite: «Es tarde ya….»

El conejo del reloj grande se encuentra fijado en el tiempo, sin embargo, vive en el futuro, y ha olvidado el hoy.

Conejo blanco, paranoico, obsesivo, desconfiado, sensato, responsable, personaje que a pesar de traer el reloj, intervino como una estrella fugaz en las reflexiones de Alicia. En una de estas pocas interacciones con Alicia, el conejo blanco, le responde de la siguiente manera:

  • Alicia: «Cuánto tiempo es para siempre?»
  • Conejo blanco: «A veces, un segundo».

Señor conejo, por momentos tan preciso con el tiempo, por otros momentos, tan atemporal. El temor de llegar tarde, aunque no comprendemos a dónde va con tanta prisa, nos llena de angustia, y mientras leemos el cuento, los fieles seguidores, realmente llegamos a desear con todo el corazón que llegue a tiempo.

  • Conejo blanco: «¡Llego tarde, llego tarde! ¡Para una cita muy importante! No hay tiempo para decir «hola, adiós», ¡llego tarde, llego tarde, llego tarde!». 

El Conejo blanco podría representar el «Superyó». El cuál es descrito por Freud, como aquel comportamiento heredado por una serie de reglas, generadas por el contexto sociocultural en donde crecemos, asimismo, este cumple las funciones de ser la contraparte del ello, dado que esta faceta lo que busca es velar por un cumplimiento óptimo de las normas y tener un
estricto seguimiento de la moral. Sabater (2017).

GATO DE CHESIRE

Uno de mis personajes favoritos, el gato visible – invisible, siempre sonriente (Aun cuando no se le ve, se puede escuchar- leer su risa).

El gato de Chesire es como un truco de magia, aparece para confundirte y desaparece para hacerlo aún más. Se desintegra de a pocos mostrando partes de su cuerpo de forma aislada, cada que quiere, aunque otras veces lo puede hacer de golpe. Impredecible, impulsivo, de colores, transparente.

Sus respuestas son encrucijadas, como su sonrisa en plena oscuridad. Vive el hoy, sin importar el mañana.

  • Gato de Chesire: «Siempre llegarás a alguna parte si caminas lo suficiente», «¿Cómo huyes de lo que hay dentro de tu cabeza?», «La imaginación es la única arma en la guerra con la realidad», «Si vas a llegar a la cima, agarra esta roca, y agárrate a ti mismo», «Qué bien te ves cuando te vistes de furia. Tus enemigos son afortunados de que tu condición no sea permanente. Tú también tienes suerte. Los ojos rojos le sientan bien a tan pocos», «Bueno, algunos van por aquí y otros por allá. Pero en cuanto a mí, personalmente, prefiero el atajo».

El gato de Chesire podría representar el «Ello». El cuál es descrito por Freud, como todo aquello que se basa en los rasgos de conducta primitiva, ya que se rige por la búsqueda de obtener placer inmediato, causante de la conducta en los primeros años de vida, y siendo la causa de lucha interna dado que es raíz de nuestra esencia y esta se encuentra presente a lo largo de nuestra existencia. Sabater (2017).


«Cuando hayas entendido esta escritura, tírala. Si no puedes entender esta escritura, tírala. Insisto en tu libertad.» – Gato de Cheshire 😉


REFERENCIAS:

Carroll, Lewis. Alicia en el país de las maravillas. Dautremer, Rebecca (il.). 2ªed. Madrid: Edelvives, 2011. 137 p. ISBN: 978-84-263-7969-6

Sabater, V. (2017). La teoría del inconsciente según Sigmund Freud. Obtenido de: La teoría del inconsciente según Sigmund Freud: https://lamenteesmaravillosa.com/teoriainconsciente-segun-sigmund-freud

Apreciaciones sobre la vida, la felicidad y la alegría

El mundo es demasiado grande como para que los hombres puedan entenderlo. En especial cuando pareciera que el hombre, al tratar de entender, no sólo al mundo, sino también a la vida misma, hace un esfuerzo “débil e inseguro”. Pero no hay que ser indiferente ante tal situación.

Dos perspectivas

Gustavo Flaubert, aparentemente cayó en una apatía impresionante. Él confesó en sus cartas, que, hace mucho tiempo, había dejado de creer en la vida, en la belleza y en sí mismo. Y que si seguía cultivando su arte, solo lo hacía por diversión (1989, p. 23).

La carta en la que Flaubert hizo aquella confesión, fue dirigida a la poeta francesa Louise Colet.

¿Cómo alguien de su categoría llegó a esa conclusión, incluso cuando sólo se refería a sí mismo? Hay que notar que el texto habla de su propia renuncia, no lo universaliza. Con una interpretación literal es claro entender que una indiferencia colosal se apoderó de él. Pero eso no fue suficiente para “dejarlo inmóvil”, pues Flaubert aún dedicaba su tiempo para el arte, tan vital para la humanidad como para él mismo (así solo fuese “por diversión”). Aun sin poder leer su corazón, no creo que eso sea un abandono total de parte suya.

Por su parte, Franz Kafka tuvo una salud muy frágil durante toda su vida, a eso agreguemos su depresión, melancolía o su muy conocida mala relación con su padre. Podemos suponer que tenía todo para mandar al cuerno al mundo y a la vida, sin embargo, no fue así. Es verdad que sí llegó a detestar su obra literaria, e incluso quiso que su mejor amigo la queme para que nunca fuese publicada (afortunadamente este último no le hizo caso) pero eso es otro asunto. El hombre siguió creyendo en el amor, a pesar de estar postrado en cama debido a una tuberculosis gravísima. Ya prácticamente desahuciado, Kafka todavía tenía la esperanza de seguir viviendo aunque sea un poco más, y casarse con la última mujer que llegó a amar.

Dora Diamant, la mujer que amó y acompañó a Kafka en sus últimos años de vida.

Al final, el matrimonio fue negado por el padre de su amada, y Franz murió por causa de la tuberculosis poco después (2012, p. 26). No obstante, la enfermedad solamente se llevó su cuerpo, el que no haya visto cumplidos sus últimos deseos no fue motivo para que maldijera a la vida. El ejemplo que nos da Kafka no es el de conseguir los objetivos anhelados sino de buscarlos hasta el último aliento (incluso literalmente, como en su caso).

No busco hacer una comparación entre estos dos genios, y mucho menos un juicio de valor. Solo diré que los dos se aferraron a la vida con lo que sabían/creían, y de la manera en que pudieron.

Sentido

El conocido psiquiatra Viktor Frankl sostuvo que el sentido de la vida es lo que te da esperanzas y motivación para seguir adelante y según sus postulados podrían ser varios motivos: Un trabajo de investigación, una vocación, un familiar, una pareja o Dios mismo.

¿Pero qué ocurre cuando tu fuente de esperanza tiene la debilidad de ser arrancada y deshecha sin la posibilidad de hacer nada al respecto? Pues Frankl tiene una respuesta, cuando uno se vea en esa situación o peor aún, cuando no tenga absolutamente nada —casi paradójica mente— aún se posee algo, nuestra libertad individual, nuestra existencia desnuda— de la cual podemos hacer uso para buscar nuevas esperanzas dentro de lo posible y también dentro de lo ideal.

En el propio caso de Frankl, durante los inicios de su periodo como prisionero de los nazis en los campos de concentración, llegó a estar desnudo y completamente rasurado; él ya no  era dueño, ni siquiera de un par de lentes, ni siquiera de un pelo en todo su cuerpo (1991, p. 24). Si vemos la efectividad de la propuesta de Frankl en su propia situación así de extrema, en circunstancias menos terribles como aquella, es muy probable que también pueda funcionar.

Con nuestra más íntima libertad siempre se puede elegir. Elegir amar, perdonar, apreciar la soledad y la compañía, y mil cosas más dirigidas al bien. Para uno mismo, es cuestión de examinar nuestra situación personal (tarea no tan fácil), en pro de hacer algo al respecto, ya de manera más especifica.

Volviendo con Frankl, durante su aprisionamiento, puso sus esperanzas en las investigaciones que podría hacer si quedase en libertad; en su esposa (que tristemente ya había muerto cuando él quedó libre) y en Dios (1991, pp. 23, 47, 97). Frankl, el día después de quedar libre, mientras caminaba, de pronto cayó de rodillas y comenzó a rezar numerosas veces: “Desde mi estrecha prisión llamé a mi Señor y él me contestó desde el espacio en libertad” (Frankl, 1991, p. 94). Por otro lado, al enterarse de la muerte de su esposa, transformó aquella esperanza depositada en ella. Si bien ya no podía tenerla a su lado, eso no significaba que tuviera que dejar de amarla.

Vida y libertad.
Viktor Frankl, detrás suyo, un cerco de alambre como los que rodeaban a los campos de concentración.

A todo esto, ni Frankl, ni su teoría juzgan cuáles son los motivos esperanzadores que podría tener otro individuo. En apariencia, esto podría ser facilismo de parte suya ya que, siendo Dios su fuente de esperanza más grande, tendría lógica esperar que Frankl se hubiera comprometido a convertir a la fe, a toda persona que siguiese su método terapéutico. Pero no fue así, y no por ello vamos a desmerecer su postulado de siempre buscar algo de que aferrarse para seguir perseverando en el recto obrar.

A mi parecer, lo último demuestra que Frankl tenía una gran comprensión —y compasión— de las demás personas y  sus propias luchas internas. De ninguna manera pienso que el Señor en quien creía (por su fe judía) haya pasado por alto aquella cualidad tan valiosa.

Recordemos que la propuesta de Frankl es científica, y tiene resultados comprobados. Pero justamente por ser del orden de la ciencia, no es perfecta ni infalible; y está sujeta al cuestionamiento y la crítica. De ahí el hecho de que me haya permitido hacer una apreciación, sin temor de quedar como un necio o imprudente.

La alegría de vivir

Marco Aurelio Denegri en un artículo suyo, llamado «La pomada de la invisibilidad y la alegría de vivir», nos dice que la ciencia no es el único camino para explicar las cosas que encontramos en el mundo: “De hecho, hay muchas cosas que la ciencia no ha explicado y que posiblemente nunca explique: La poesía, la religión, la creación artística, la vida misma” (2017, p. 142).

«El falso espejo» de René Magritte. Pintura usada para la portada de «Mixtifori» de Denegri, debido a que representa la temática abordada en el libro. El ojo ve, pero percibe según la profundidad del alma.

Sí no se puede explicar la vida científicamente —agregaría, en su plenitud—, entonces el asunto es similar con la alegría y la felicidad. No desconozco ni niego los estudios desde las diversas disciplinas que buscan entenderlas, es más, hay que perseverar en ello. Pero de haberlas comprendido definitivamente, ciertamente ya nos hubiéramos enterado, y las investigaciones en pro de ello quizás ya hubieran cesado.

Luego de todo lo expuesto, lo que sí puedo compartirles ahora (y con bastante seguridad, pues me apoyo de la voz y ejemplo de hombres que fueron capaces de entender la realidad en un nivel superior), es que la alegría no es la felicidad, y tampoco es la esperanza más sólida para vivir la vida. Debemos buscar motivos más fuertes, que puedan ser nuestra roca y cimientos.

La alegría, ante un episodio trágico se puede apagar o mostrarse muy frágil, pero ello no es razón suficiente para renunciar a ella. Por supuesto que la alegría nos puede ayudar mucho en nuestro paso por este mundo, y para lograr ese propósito, debe ser una firme y constante, no explosiva, ni payasa, ni accesoria.

A modo de cierre, les dejo una conmovedora reflexión, por parte de Denegri, inspirada por su tía, quien vivió abrazando con sinceridad y madurez, a la alegría de vivir: “haz logrado convencerme de que, efectivamente, de vez en cuando, este mundo trueca sus lágrimas por risas y contento” (2017, p. 145).

Referencias

Denegri, M. A. (2017). Mixtifori. Lima: Fondo editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega.

Flaubert, G. (1989). Cartas a Louise Colet. Madrid: Editorial Siruela.

Frankl, V. (1991). El hombre en busca de sentido. Barcelona: Editorial Herder.

Kafka, F. (2012). Obras Selectas: Franz Kafka. Madrid: Edimat.

Leopoldo Chiappo y William Shakespeare: Sobre bondades y tempestades

Resultado de imagen para leopoldo chiappo
El doctor Leopoldo Chiappo

Leopoldo Chiappo fue un ilustre hombre de ideas, psicólogo peruano, profesor universitario, filósofo, escritor y portador del singular mérito de ser nuestro primer especialista en Dante Alighieri. En esta ocasión quiero compartirles mis reflexiones acerca de los postulados principales sobre su “Psicología de la bondad”, un estudio magnifico acerca del hombre bueno, visto en “La Tempestad” de William Shakespeare. Si en mi artículo anterior sostuve que hay una gran compatibilidad de la Psicología con la Literatura, este es un momento oportuno para darles un ejemplo palmario.

Resultado de imagen para shakespeare
El cisne de Avon

William Shakespeare fue un dramaturgo talla prócer, no es necesario mayor presentación. En sus obras, se dedicó a mostrar la decadencia humana. En Macbeth, Otelo o Hamlet podemos encontrar claros ejemplos de lo trastornada que puede llegar a ser la mente del hombre, del hombre en decadencia por supuesto. No obstante, en su última gran obra “La Tempestad”, Shakespeare también nos brinda la otra cara; la auténtica cara del ser humano, la de un hombre que busca ser bueno.

Chiappo (2013, p. 157) sostiene que Próspero, el protagonista de la obra, es un hombre de categoría superior, debido a su benevolencia y bondad, en contraste al hombre vulgar, impulsivo y ambicioso. Apreciar el arte, culturizarse, meditar, es lo que llevó a Próspero a alcanzar la sabiduría.

Que no tema el lector de seguir leyendo, pues me encargaré de desarrollar las ideas universales dentro de la obra, revelando poco de la trama.

«Próspero y Ariel» de William Hamilton

Destierro, soledad, sufrimiento y meditación es lo que sirvió a Próspero para desarrollar poderes supranormales, y así poder convocar seres mágicos del mundo ideal. Esta es una representación simbólica del elevado entendimiento de las cuestiones de la vida. Chiappo (2013, p. 158) nos comenta esto como una experiencia psicológica humana de sublime categoría. Por otro lado, la angustia, la traición, los males de la vida en general, son los que atentan contra la idealidad que se presenta en la contemplación serena.  

“Del amor y de la esperanza nace el mundo ideal, del odio y del desencanto, su destrucción” (Chiappo, 2013, p. 159).

Nuestro cuerpo, al igual que las riquezas terrenas, es material. Por ello tanto el cuerpo como aquellas riquezas caerán al suelo, hechos polvo. Pero nosotros poseemos un espíritu, que permanece a pesar de la muerte de la carne, y como románticamente dice Próspero: “Estamos tejidos de idéntica tela que los sueños, y nuestra corta vida se cierra con un sueño” (Shakespeare, 2003, p. 53), es decir vamos más allá del mundo material a pesar de estar en el mundo material.

Chiappo nos comenta que corrientes de pensamiento como el agnosticismo, el relativismo y el nihilismo, amputan la capacidad de maravillarse y enceguecen la mirada hacia los ideales (2013, p. 159). Una cosa es ser realista y ver la vida con la cabeza fría y otra cosa es querer arrancarse la esperanza y el legítimo deseo de ver algo más elevado de lo que la mundanidad tiene para ofrecer.

Somos imperfectos y siempre estaremos proclives al error, pero cuando fallemos, no debemos dejar que la amargura y la decepción, corrompa a la noble melancolía que no deja de anhelar el bien y que lucha por lo ideal (Chiappo, 2013, p. 160).

Ante las desgracias y la aparente vacuidad de la vida, el hombre corre el peligro de caer en el escepticismo radical, amargando su vida y la de los demás. Pero la amargura y la muerte nunca tendrán la palabra final.

“La última palabra viene del espíritu, que es vida de vida” (Chiappo, 2013, p. 160). Se trata de ser sereno, ante los infortunios, las injusticias, la adversidad, el despojo y la soledad, así como lo hizo Próspero en “La Tempestad”.

Son la ciencia, el arte y la fe, los pilares que sostienen al ser humano. La misma historia de la humanidad se ha encargado de demostrarlo. Estos pilares nos protegen de no caer en la amargura, en la tristeza envenenada por la ira.  Chiappo (2013, p.161) nos dice que el gran fracaso no es el amoroso, el profesional, el comercial, etc. Más bien, el gran fracaso es renunciar a la posibilidad de reivindicación, de redención, y de la búsqueda de ideales.  

Darle cabida a la amargura del alma, seria denotar el fracaso existencial del hombre decadente. Chiappo llama al hombre amargo un “fracasado existencial primordial” (2013, p. 161).

Por otro lado, la alegría de vivir, la serenidad, la calma, la paz, el júbilo que viene del alma (y no hablo de placeres sensoriales) son las que nos llevan al auténtico deleite alcanzable en esta vida.

Ahora bien, el alma entendida en el arte y la ciencia, está ante el peligro de la vanidad y pretenciosidad, Chiappo nos advierte que para alcanzar la auténtica serenidad de vida, es necesario renunciar a las banalidades y confiar en el prójimo (2013, p. 162). También nos menciona que a esto, el Maestro Eckhart le llamaba “Gelassnheit” (es decir,  abandono, disponibilidad) y San Juan de la Cruz, “desasimiento”. En conjunción, hay que desasirnos, soltarnos de nosotros mismos y abandonarse a la benevolencia y buena voluntad del prójimo. Es así como uno puede vivir sin temor ni sospecha. Pero esto ha de hacerse con prudencia y no con incauta ingenuidad.

Resultado de imagen para manos de mujer y hombre juntas

No podemos controlar los corazones de los demás pero si podemos guiar el nuestro, siempre tenemos el poder de dar el paso de abrazar la bondad y la benevolencia propia. Este paso, en su simpleza, es sumamente difícil de concretar y puede que para lograrlo, cueste toda la vida en este mundo, pero no debemos permitir que eso nos desanime de perseverar en el intento. Busquemos salir al encuentro con el prójimo, no podremos “cambiarles la vida” a todos, pero debemos intentar “deleitar”, “complacer” o por lo menos “agradar” (como diría Shakespeare) a las personas con las que podamos relacionarnos. No sabemos cuán valioso podría ser el bien que estemos haciendo. Por supuesto Chiappo no era ningún iluso, y sabía que en el mundo hay muchas personas que, con terquedad y torpeza, hacen amargas e infelices sus vidas y las vidas de las personas que las rodean. Eso se debe combatir con dulzura, delicadeza y gentileza (Chiappo, 2013, p. 162), quizá eso le haga bien a la persona hostil, pero sin lugar a dudas, nos hará mucho bien a nosotros mismos.

La psicología de la bondad, habla de una bondad que parte del nivel psico-espiritual, por encima del bio-temperamental. La bondad de la que nos habla Chiappo va más allá del simple buen humor y la bonachonería (que si bien no son malos, tampoco son suficientes para sostener la vida). Pero es la Bondad, esculpida quizás, por los golpes de la vida, como la traición, el dolor y la hostilidad, la que es capaz de generar un amor más fuerte y elevado.

Chiappo (2013, p. 163) acuñó el neologismo “bienser”, que es el estado del ser humano, en el que refleja la nobleza del alma e irradia bondad en todos sus pensamientos, ideas, actos y respuestas. Hablamos de una bondad profunda, pura, desinteresada que no oculta nada detrás.

Resultado de imagen para manos de mujer y hombre juntas

Es cierto que Chiappo le dio más importancia al “bienser” que al “bienestar”. Yo creo que “bienser” y “bienestar” deben ir juntos, de la mano. La experiencia de bondad será más completa, más redonda, más detallista, cuando uno pueda “ser y estar” dentro de la misma.

El pensamiento de Chiappo es lúcido y fascinante, muy provechoso para el que escucha. Espero que los pensamientos e ideas expuestos en estas líneas, hayan sido beneficiosas y agradables (en el sentido Shakespeariano) para mis lectores. No tengan duda de que les contaré mucho más acerca de Leopoldo Chiappo y sus ideas, en próximas entregas.

Referencias

Chiappo, L. (2013). Hacia una psicología de la bondad. Estudio sobre «The Tempest»; de Shakespeare. Revista De Neuro-Psiquiatria64(2), 156-164. https://doi.org/10.20453/rnp.v64i2.1484

Shakespeare, W. (2003). La Tempestad. Buenos Aires: Editorial del Cardo.

El poeta; la poesía; y Carl Jung

Carl Gustav Jung es un referente de la psicología, su pensamiento fue ampliamente lúcido y sus teorías, como las de los arquetipos y el inconsciente colectivo son imprescindibles para el que quiera formarse en psicología o simplemente, para entender un poco más al ser humano. Más allá de esas teorías y otros postulados cuestionables, o de plano nocivos para la persona, que también defendía; hoy les quiero compartir mis reflexiones alrededor de un particularísimo ensayo suyo llamado “Psicología y poesía”.

Carl Gustav Jung

Primero debemos entender  (al igual que Jung en su ensayo) a la poesía en su sentido clásico, “poiesis” que significa “creación” o “producción”. Por ende, el poeta será todo creador artístico y la poesía será toda obra de arte. Con respecto al arte, quizá jamás podremos explicarla científicamente, pero Jung tuvo muy en claro que la Psicología es la ciencia ideal para relacionarse con el arte, en particular con la literatura, hablamos de una relación de apoyo y complementación. La Psicología no podrá englobar al arte pero si es capaz de describirla, de esclarecer su misterio en cierta medida.

Del alma salen todas las ciencias y del alma sale toda obra de arte (Jung, 1976, p. 9).

Para entender una obra de arte, sería de mucha ayuda entender la psicología personal del artista, del creador, pero quedarse solo en ello sería un error.  La auténtica obra de arte, va más allá de su creador y pasa a ser un tesoro de toda la humanidad.

El poeta se alza sobre lo ordinario, recoge en su alma lo más alto de sus vivencias y plasma con contundencia la expresión artística. Su creación, su poética, transporta al lector a una claridad de las cosas; lo lleva a sí-mismo y a esbozar lo más elevado de la humanidad. La conformación poética transfigura la conciencia humana (Jung, 1976, p. 12).

Si hablamos del proceso de creación artística, Jung, considera que es un proceso claramente psicológico en cuanto el poeta, mediante lo que comprende y conoce es que puede conformar su obra (1976, p.12). Y razón no le falta, también fue prudente al no decir que es un proceso puramente psicológico, pues ya podemos ver el alto factor espiritual que se encuentra presente.

Jung propone que tenemos “material psíquico” para la creación artística:

  • La pasión y sus destinos
  • Los destinos y su padecer
  • La naturaleza eterna, sus bellezas y sus espantos

Jung (1976, p. 18) nos cuenta que en el arte se integra lo inconcebiblemente elevado hasta lo grotesco y perverso. Mientras él elogiaba ambos extremos, hay voces más prudentes que consideran que el arte más elevada, debe buscar siempre la belleza y no lo grotesco. Pero eso no quiere decir que no se pueda usar lo bajo, como recurso para esta búsqueda ¿Qué sería del Siddhartha de Hermann Hesse, sin sus crisis y dolores del alma que se presentaron en su camino a la iluminación? La gran poesía es la que toca el alma de la mismísima humanidad.

Es el poeta entonces quien tiene la voz de miles y de miles de miles. Él es quien retrata y transforma la conciencia (o del inconsciente colectivo como diría Jung) de su época y de las posteriores. Un ejemplo valioso de esta idea sería nuestro Julio Ramón Ribeyro, ampliamente conocido por ser la voz de los que no tienen voz.

Muy a menudo, al poeta le toca sacrificar todo lo que al hombre ordinario le brinda una serena felicidad y todo lo que hace de su vida, más llevadera (Jung, 1976, p.22). El poeta tiene dentro suyo, una dualidad. Están su hombre común y su genio creativo, en constante conflicto, para ver quien se impone, pero en verdad es una lucha de nunca acabar en lo que dure la vida.

Tener el genio creativo es un don muy escaso, muy raro entre los hombres y como todo objeto raro, tiene un precio elevado que el poeta paga, en mayor o menor medida, con su propia vida.

Jung nos da esta figura: Es como si todo hombre naciera con una energía vital. Lo que ocurre con el poeta es que su arte demanda mucha energía vital, dejando muy poca para el desarrollo de la vida cotidiana. Esto no es necesariamente inevitable, al fin y al cabo es solo una metáfora, pero no por nada existen términos como “artista incomprendido” y “poeta maldito”, también se puede echar un vistazo al cómo vivieron muchos de los más grandes (y no tan grandes) artistas de la historia: unos victimarios y otros víctimas de vidas colmadas en desenfreno y excesos mundanos.

«El Jardín de los Poetas» de Vincent Van Gogh.
Es bien sabido que Van Gogh fue un alma atormentada que vivió muchas penurias en su paso por la tierra.

El auténtico poeta es un médico curador de heridas que lleva una llaga abierta.

Todo lo mencionado, nos muestra que el poeta, es alguien excepcional, su esencia y estado de conciencia está elevado por encima de los demás. Pero eso no lo vuelve un superhombre, al final sigue siendo de carne y hueso, sigue teniendo una voluntad e inteligencia sujeta al error, no tiene la vida resuelta y puede ser que ni siquiera esté plenamente consciente de su genio, y esto no es novedad. Ya Sócrates en su apología lo había notado, Platón es quien nos lo narra: “Así pues, también respecto a los poetas me di cuenta, en poco tiempo, de que no hacían por sabiduría lo que hacían, sino por ciertas dotes naturales y en estado de inspiración […] En efecto también estos dicen muchas cosas hermosas, pero no saben nada de lo que dicen”. (1985, p. 156)

Para darle un ejemplo importante a la propuesta de Jung, podemos pensar en Franz Kafka, gran referente de los artistas que pusieron en el centro de sus creaciones a la mente del individuo, el viaje interior y el diálogo con lo profundo del inconsciente (Giardini et al. 2017, p. 129).

Hermann Hesse es otro excelente ejemplo, de un artista que se sumerge en la interioridad del ser (sin mencionar que tuvo influencia directa de Jung, a quien conoció personalmente) terminaré mi texto con unas líneas de Hesse, que son oportunas para retratar gran parte de lo expuesto:

“El que yo tenga habitualmente en el campo de la conciencia, el círculo de las cosas que me interesan, no decide sobre el valor  y la supremacía de mi yo; solo significa que entre el círculo de la conciencia y lo inconsciente mantengo buenas relaciones, unas relaciones flexibles y dúctiles”. (2007, p. 163)

Hermann Hesse, escritor. Autor de obras maestras como el Lobo Estepario; Siddhartha y Bajo la rueda

Referencias

Giardini, A.; Baiardini, I.; Cacciola, B.; Maffoni, M.; Ranzini, L. y Sicuro, F. (2017). Comprende la Psicologí­a. Carl Gustav Jung: El inventor de la psicología analítica. Barcelona: Editorial Salvat, S.L.

Hesse, H. (2007). Pequeñas alegrías. Madrid: Alianza editorial.

Jung, C. G. (1976). Formaciones de lo inconsciente. Buenos Aires: Editorial Paidós.

Platón (1985). Diálogos I. Madrid: Gredos.

TRES HISTORIAS SOBRE ARTE SIN FRONTERAS

Una marinera majestuosa, una pintura de acuarela armoniosa y una versión teatral de “Hamlet” cantada en Hip Hop. Estas tres historias tienen como protagonistas a personas con habilidades diferentes, que vencieron estereotipos para darse un espacio en el mundo del arte. Demostrando que el arte es flexible e inclusivo.

Historia 1: Marinera en Silla de Ruedas

En la clausura de los Juegos Parapanamericanos del año 2019, se presentó una pareja que ofreció un espectáculo maravilloso al bailar Marinera. Cabe recalcar, que esta presentación fue la más ovacionada por el público y es que uno de los bailarines demostró que para expresar un arte no hay límites.

Javier morales lleva 10 años bailando Marinera y es el único bailarín campeón mundial que realiza este arte en silla de ruedas.  Bien, ¿qué fue lo que le inspiró para poder seguir sus sueños? Pues, la repuesta la brindó él mismo en una entrevista web para Perú 21, donde indicó que su fuente de inspiración proviene de su familia, que siempre estuvo ligada a la cultura peruana. Además de recordar que en sus reuniones familiares bailaban al compás del cajón y la guitarra. También, mencionó que su primo hermano es Gino Morales, quien es campeón laureado de marinera.

Es así que, al estar rodeado de una familia que cultiva diversos tipos de arte, Javier Morales, no se inmutó para continuar con el legado familiar y se dedicó a bailar marinera desde el año 2008.

Para concluir con esta primera historia, se rescata tres frases expresadas por Javier Morales en la cual denota una actitud positiva de la vida y una alta capacidad de sobreponerse a las dificultades. Las frases son las siguientes:

  • La única diferencia es que tú bailas con tus pies y yo con mi silla
  • El mensaje que quiero transmitir al bailar, es: “Los sueños sí se cumplen”
  • Considero que mi condición no es una debilidad al contrario es una fortaleza.

Historia 2: Pintando sin brazos

«Soy como un pájaro carpintero. No tengo brazos y tengo que estar picando. Tengo un cuello de boxeador porque camino con bastones y muletas, ejercicios que me han servido para tener fuerza muscular en el cuello y picar madera».

Son las palabras de Félix Espinoza, que padece de agenesia (no tiene brazos ni piernas) y esta condición es de nacimiento. Félix es natural de la Oroya y su madre adoptiva fue la directora del colegio “La Alegría en el Señor”.

Félix cuenta que estaba cursando la primaria, cuando en una clase de arte la profesora le presentó materiales para hacer un collage, cuando entre los materiales ve el pincel sintió que su alma y espíritu estaban ahí. Tomó el pincel con su boca y comenzó a pintar, su profesora notó sus aptitudes para la pintura, por ello, le dieron la oportunidad de estudiar una beca de Arte en el extranjero.

Estudiar en el extranjero le ayudó a mejorar sus técnicas e incursionar en el tallado de madera y pintado de murales. El trabajo de Félix es fino, delicado y digno de admirar. La temática de sus pinturas es de mitología ancestral peruana y costumbrista. Su obra ha sido expuesta en galerías de diversos países, donde ha tenido que aprender a lidiar con la incredulidad de quienes no creen que él es autor de sus obras.

Asimismo, la calidad de sus pinturas ha hecho que Félix participe de concursos, donde menciona que ha sido calificado por la calidad de su trabajo más no por su condición. Y es precisamente, una de las innumerables ventajas que proporciona el arte, el hecho de que ya no se mire a la persona desde una mirada vertical, al contrario, nos dirigimos a ellos de forma horizontal.

¿Cómo describir a Félix Espinoza? Como un ser humano que desborda alegría, de buen sentido del humor, con un gran talento y que nunca se amilanó para conseguir sus metas. Pues, la frase que le caracteriza es: “Con fe amor y perseverancia se puede lograr tus objetivos”.

Historia 3: Una obra de teatro inclusiva

¿Qué significa para ti mi vida? ¿Cómo te haces cargo de esta realidad? “Estoy aquí, pero no me quieres ver”
(Fuente: El Comercio)

Son las frases que forman parte de una obra de teatro basada en Hamlet, donde el elenco estaba conformado por actores con síndrome de Down y uno con discapacidad Intelectual. Esta obra de teatro fue puesta en escena en Lima, en el Teatro La plaza el año 2019 y la persona encargada de dirigir la obra fue Chela de Ferrari.

¿Cómo es que inició esta aventura? Chela de Ferrari, es una reconocida dramaturga y directora de teatro, que ha dirigido varias obras en su mayoría con temas de Shakespeare. Hamlet era un proyecto que lo iba descartando porque no encontraba a su protagonista. Por otro lado, Jaime Cruz, era un anfitrión con Síndrome de Down que trabaja en las butacas del teatro La Plaza, y que al enterarse que Chela buscaba un protagonista para Hamlet, decidió presentarse a la audición.

Cuando ambos personajes se encontraron en el casting, Chela de Ferrari se dio cuenta al instante que había encontrado al protagonista de su obra y decidió que su elenco estaría conformado por personas con habilidades diferentes.

Chela de Ferrari, comentó que tuvo que vencer sus propias creencias acerca de su elenco y es que expertos en esta condición le indicaron que los chicos con Síndrome de Down sólo podían trabajar como máximo una hora, sin embargo, este mito se rompió porque el elenco logró ensayar por cuatro horas todos los días durante un año.

También, mencionó que estaba expectante por la respuesta del público, afortunadamente, la recepción de los espectadores fue positiva, ya que, después de ver la obra varios afirmaron que se iban conociendo mejor la condición de Síndrome de Down.

Para lograr este efecto en el público Chela de Ferrari partió del lema icónico de Hamlet: “Ser o no ser”. A partir el cual realizaron el guion y lo musicalizaron, así cada actor contó sus experiencias a través de canciones.

Chela de Ferrari, logró en los espectadores una mirada empática hacia la condición de Síndrome de Down y en los actores la posibilidad de mostrar su mundo interno sin miedo. Además, la dramaturga destacó la ética y profesionalismo de su elenco, así como su capacidad de dar sugerencias creativas durante los ensayos que por supuesto fueron tomadas en cuenta por la directora.

Todo se consiguió gracias a Chela de Ferrari, quien fue una buena líder que trató con respeto a este grupo de chicos con Síndrome de Down y les dio la oportunidad de poder demostrar que para ellos no hay obstáculos para alcanzar sus sueños solo les hace falta espacios para brillar.

Elenco de «Hamlet» (2019)

ARTE COMO MEDIO DE INCLUSIÓN SOCIAL

Un gran problema que han tenido que vencer las personas con discapacidad, es el tema de inclusión social, sobre todo cuando existe el estereotipo de que discapacidad es igual a deficiencia. En cambio, si se considera a este grupo como aquellas personas que son diferentes en hacer sus actividades o funciones, las posibilidades de desarrollarse como seres humanos se extienden. Por ello, se va a cambiar el término de “persona con discapacidad” por uno más amigable que es: Persona con diversidad funcional o habilidades diferentes (Herrador, 2017).

El grupo de personas con diversidad funcional, es definida por la ONU como: “Personas que presentan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con el entorno, encuentran diversas barreras, que pueden impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás ciudadanos”.

Y es cierto, la principal barrera que deben superar este grupo es el de encontrar espacios más inclusivos. Las tres historias que se relataron son un gran ejemplo de que por medio del arte es posible vencer desigualdades, ya que, el arte es unificador.

También, es relevante detenerse y mirar a este grupo de personas con diversidad funcional y brindarles espacios de desarrollo en diferentes ámbitos. Ya que, es una realidad que no es ajena a nosotros, tal como afirma Malena Pineda Ángeles (Jefa del Programa de Defensa y Promoción de los Derechos de las Personas con Discapacidad):

“Convivimos con la discapacidad, aunque no nos demos cuenta, aunque parezca que no es parte de nosotros ni de nuestro círculo más cercano, comienza a estar más presente en el colegio, en el trabajo, en las ciudades, en la televisión, en el cine y en las organizaciones”.

ARTE Y RESILIENCIA

Es importante, tener en cuenta el concepto de Resiliencia que se define como la capacidad de sobreponerse a la adversidad, dicho concepto está ligado a las habilidades sociales. Que de acuerdo con Suria, García y Ortigosa (2015): “Es la necesidad de disponer de unas adecuadas Habilidades Sociales es fundamental para el buen ajuste personal y social, sobre todo, para un colectivo como es el de la discapacidad”.

Entonces, es imprescindible contar con un alto nivel de resiliencia, lo cual va a permitir que la persona logre un mejor desempeño social. En caso de las personas con habilidades diferentes, contar con una alta capacidad de resiliencia les va a permitir una mayor integración.

El estudio realizado por Suria, García y Ortigosa (2015) demostró que la integración psicosocial de una persona con habilidades diferentes depende de una alta capacidad de resiliencia. Ahora bien, para fomentar la resiliencia en una persona, es posible usar como herramienta al arte, ya que “el arte es sanador, capacita y habilita, es libertad, comunicación, creatividad, diversidad” (Herrador, 2017).

Como se observa, todo va ligado ya que una persona que posee alta capacidad de resiliencia va a tener un mejor desempeño social, y un medio para lograrlo es dedicarse a cultivar un arte.

Emprender una actividad artística no es solamente funcional para las personas con habilidades diferentes, lo es también para la sociedad. Así lo indica Herrador (2017):

En múltiples ocasiones el trabajo que se realiza con personas con diversidad funcional solo tiene el objetivo de que ellas sean “útiles a la sociedad”, centrándose en “reparar o compensar lo que esta defectuoso”. Con esta perspectiva de trabajo se olvida lo esencial, es decir, antes de ser “útil a la sociedad” las personas con discapacidad deben sentirse “útiles para sí mismos”, dicho, en otros términos, deben concebirse una imagen real de sí mismos, una imagen completa con sus dificultades, pero, sobre todo, con sus posibilidades y capacidades. Esta perspectiva de trabajo es en la que se enmarca principalmente la metodología artística, ya que se trabaja desde la emoción y el conocimiento de sí mismo.

Las personas con discapacidad a lo largo de la historia han sido consideradas desde tan sólo dos de estas acepciones: lo que son y lo que deben ser, sin darles un permiso o en el caso que nos ocupa, una oportunidad para lo que pueden o desean ser, y encontramos en estas dimensiones que el Arte es un medio ideal para favorecer estos campos tan olvidados en el colectivo.

Por otro lado, Ballesta, Vizcaíno y Mesas (2011), indican que las personas con diversidad funcional han sido limitadas a lo que son y deben ser, y no se les ha brindado la oportunidad para lo que desean ser. Siendo el arte un camino para demostrar su esencia en toda su plenitud.

Referencias

Admirable pintor peruano sin brazos recorre el mundo llevando su obra. (14 de agosto del 2010). RPP Noticias. Recuperado de

https://rpp.pe/lima/actualidad/admirable-pintor-peruano-sin-brazos-recorre-el-mundo-llevando-su-obra-noticia-287710

Ballesta, A., Vizcaíno, O., y Mesas, E. (2011). El Arte como un Lenguaje posible en las personas con Capacidades Diversas. Arte y Políticas de Identidad, 4 (6), 137-152. Recuperado de

https://revistas.um.es/reapi/article/view/146051/130461

Barrientos, E. (2019). Hamlet, una versión que rompe mitos. La República. Recuperado de

https://larepublica.pe/cultural/2019/10/11/teatro-hamlet-una-version-que-rompe-mitos-sindrome-de-down/

Félix Espinoza, el arte de un perseverante. (20 de marzo del 2014). Correo. Recuperado de https://diariocorreo.pe/peru/felix-espinoza-el-arte-de-un-perseverante-43083/

“Hamlet”: Una obra sin temor a profundizar en la frase “ser o no ser”. (08 de noviembre del 2019). RPP Noticias. Recuperado de

https://rpp.pe/cultura/teatro/hamlet-una-obra-sin-temor-a-profundizar-en-la-mitica-frase-ser-o-no-ser-noticia-1228887

Herrador, L. (2017). Nuevas metodologías pedagógicas: Arte y Discapacidad. Revista Internacional de Apoyo a la Inclusión, Logopedia, Sociedad y Multiculturalidad, 3 (1), 183-197. Recuperado de https://revistaselectronicas.ujaen.es/index.php/riai/article/view/4252/3477

Pineda, Malena. (16 de octubre del 2015). 16 de octubre: Día Nacional de las Personas con Discapacidad. Recuperado de

https://www.defensoria.gob.pe/blog/16-de-octubre-dia-nacional-de-la-persona-con-discapacidad/

Perú21TV. (04 de setiembre del 2019). Javier Morales: El peruano que conmovió al país bailando marinera en silla de ruedas. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=x2KLMkMK2hY

Rodríguez, J. (2019). “Hamlet”: La apuesta más arriesgada del teatro La Plaza. El Comercio. Recuperado de

https://elcomercio.pe/luces/teatro/hamlet-chela-de-ferrari-dirigia-a-un-elenco-de-actores-con-sindrome-de-down-en-el-teatro-la-plaza-noticia/

Suria, R., García, J., y Ortigosa, Juan. (2015). Perfiles resilientes y su relación con las habilidades sociales en personas con discapacidad motora. Psicología Conductual, 23 (1), 35-49. Recuperado de http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/57932

TVPerú. (12 de marzo del 2015). Casa Tomada: Oscar Medrano y Félix Espinoza. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=DgHikMp1EGg&t=589s

DERRIBANDO MUROS CON LA PELÍCULA PINK FLOYD

Palabras Clave: Aparato psíquico, trauma, sublimación

Mientras estaba cursando mis estudios universitarios tuve la oportunidad de ver una película llamada Pink Floyd – The Wall. Si bien la película tiene elementos surrealistas, también contiene aspectos psicoanalíticos interesantes por analizar. Es así que, decidí hacer un análisis de la película desde un punto de vista psicoanalítico, en donde encontraremos el proceso de construcción del aparato psíquico del personaje principal. Asimismo, vamos a observar la elaboración de un trauma y de qué manera se puede canalizar toda esta energía a través del arte.

ANÁLISIS

En primer lugar, se puede observar que el protagonista llamado Pink sufre la pérdida de su padre cuando apenas era un bebé, esta pérdida actúa como una huella mnémica significativa que luego se convierte en un trauma psíquico que lo va a acompañar a lo largo de su existencia.

El hecho de haber perdido a su padre a tan temprana edad hace que Pink anhele una figura paterna. En un desarrollo psicosexual normal, se suscita el complejo de Edipo en el cual el niño presenta sentimientos ambivalentes hacia el padre, esta situación se ve menguada en el protagonista por el anhelo que causa la ausencia paterna. Cuando el complejo de Edipo va culminando es porque el niño se identifica con la figura de su propio sexo, situación que no ocurre en Pink, provocando que busque figuras masculinas que reemplacen al padre perdido.

Las figuras masculinas a las cuales trata de acercarse contribuyen a que el trauma sea más profundo porque encuentra rechazo en esas personas. Por ejemplo, cuando era niño estando en el parque se acerca a un hombre para jugar con él, sin embargo, este lo rechazó. Al igual que el maestro de escuela quien lo humillaba por escribir poemas y le aplicaba castigos físicos. Estas situaciones aumentaron la frustración en el protagonista, quien se encontraba en una constante búsqueda de establecer un vínculo filial – paterno.

Por otro lado, en la película se resaltan escenas significativas que en sentido figurado son los ladrillos de un muro que Pink ha elaborado para poder alejarse del mundo exterior, las escenas son las siguientes:

Escena 1:

La madre de Pink se caracterizó por tener una actitud sobreprotectora haciendo que el vínculo con su hijo sea dependiente. Todo ello genera que en su adultez Pink se vuelva una persona llena de inseguridad y con problemas para tomar decisiones, esto se ve reflejado en las siguientes frases: “¿Mamá ella será buena mujer?” o “¿Mamá les gustará la canción?”; preguntas que se suscitan en el inconsciente.

La relación de dependencia con la madre se encuentra tan presente durante su adultez, que cada vez que Pink está frente a un problema o una decisión importante regresiona hacia su etapa de niñez. Hecho que se hace notar cuando decide casarse y en su cama se observa un Pink adulto echado en forma fetal, además las letras de la canción que en ese momento sigue a la escena denotan una actitud infantil en el cantante.

Escena 2:

Durante la época de colegio Pink Floyd no tiene buenos recuerdos de los profesores que le enseñaron, ya que no sólo recibía castigos físicos por parte de ellos sino también que humillaban a los alumnos en clase. Describe un sistema rígido de educación en el cual los profesores no incentivaban la espontaneidad ni la creatividad en los alumnos, es así que cuando el profesor de Pink Floyd descubre que escribe poemas este lo humilla delante de sus compañeros. Pink Floyd considera este hecho como un ladrillo más que se añade al muro que va construyendo en su inconsciente.

Escena 3:

Ya en su vida adulta decide contraer matrimonio y se ve que a pesar de sentirse enamorado siente desconfianza hacia su relación. También se muestra una escena mientras estaba pasando la noche con su esposa, en la que siendo adolescente y se sentía enfermo iba a dormir a la cama de su madre; al recordar ello Pink Floyd mientras duerme con su esposa trata de acercársele, pero ella le da la espalda. Esta relación que cae en la monotonía hace que su esposa engañe a PinK Floyd mientras estaba de gira. Este engaño es tan profundo que causa demasiado dolor en el cantante refugiándose en las drogas y siendo infiel.

Con esta última escena, la estructura del Yo de Pink Floyd que de por sí estaba frágil termina por romperse y es interesante la forma simbólica en la que está representada esta escena. En la cual se observa dos flores hermosas y una de ellas toma la forma de una planta carnívora que devora a la otra flor.

Continuando con el análisis, hemos observado que a través de estas escenas significativas Pink va construyendo un muro psíquico en su mente en el cual logra refugiarse por largo tiempo. Hasta que un momento de la película dice “¡Alto!” y decide hacer una elaboración del trauma, ya que se da cuenta que hay un muro que le impide ver el mundo exterior. Para ello, necesita saber de qué forma se fue construyendo ese muro que ha llevado a alejarlo del mundo y a ser metafóricamente un muñeco de trapo totalmente destruido y resignado.

Volver a revisar los sucesos que dejaron huella en su infancia, es un camino de regreso intenso y doloroso para el protagonista quien va reconociendo cada unos de los ladrillos que ayudaron a construir su muro.

El primer ladrillo del muro que revisa es la pérdida temprana del padre, es interesante ver cómo se muestra a Pink Floyd de niño recorrer un campo de batalla en el que entre varios soldados fallecidos encuentra a su padre, de esa manera metafórica Pink logra despedirse del recuerdo de su padre, quien se representa como un fantasma que se desvanece.

Después el protagonista empieza a reconocer, por ejemplo, que los excesivos cuidados de su madre no fueron buenos para su presente, ya que dice: “Tú ayudaste a la construcción del muro”. Asimismo, cuando se acuerda de su profesor quien enseñaba aplicando la violencia física, lo concibe en su mente como una marioneta que era manejada por un sistema rígido. De esa forma Pink entiende que su profesor fue también víctima de violencia física y empieza a perdonar.

El juicio que sucede hacia el final de la película es una forma metafórica de observar como el protagonista está en plena elaboración del trauma ya que se enfrenta a sus temores de forma directa.

CONCLUSIONES

En ocasiones se menciona que nadie posee recuerdos de cuando uno era un bebé, sin embargo, esta película me enseñó todo lo contrario. Como el caso de Pink Floyd quien pierde a su padre siendo él un bebé, dicho evento fue tan traumático para la madre de Pink Floyd que transmite todo este dolor en su bebé.

Al ser un duelo no elaborado por parte de la madre del protagonista, ella deposita todo ese temor de pérdida en el hijo, ya que no quiere volver a sufrir ese dolor. Es así que la madre adopta una actitud sobreprotectora hacia el niño generando un sinfín de temores e inseguridades que hacen del protagonista un adulto con problemas en diversos aspectos de su vida.

Sin embargo, no todo es negativo ya que el cantante sublima todos estos hechos a través del arte (la poesía) y esto ayudó a que el trauma no afecte de forma severa la personalidad del cantante. La sublimación, es una buena forma de sobrellevar una carga psíquica.

Al final cada persona puede haber sufrido durante su infancia, sin embargo, esto no puede ser motivo para seguir atrapado en los recuerdos tras un muro que impide disfrutar lo bonito del presente. Es cuestión de tomar la decisión de poner un alto, como en la película identificar aquello que molesta, aceptarlo y aprender a perdonar por los daños causados.

La decisión de indagar en nuestra propia historia personal, tal vez resulte un proceso doloroso, pero es necesario para avanzar. Este proceso requiere de acompañamiento terapéutico, donde el terapeuta actúa como guía y brinda herramientas para poder derribar ese muro que impide el camino hacia la construcción de un adulto sano.

REFERENCIAS

Parker, A. (Productor). (1982). Pink Floyd – The Wall (DVD)

La estética y pensamiento del Romanticismo en el arte y el hombre

Resumen

En este breve ensayo elegí a la época del Romanticismo como objeto de reflexión, ya que creo que dentro de este periodo encontramos el mejor y más completo manejo de las esencias invariables del arte, las poéticas, debido a su sustancia, pero también debido a su caácter innovador y fructí­fero para el ser humano, diferenciado del pensamiento de épocas anteriores y posteriores. Mi intención es justificar dicha creencia, recurriendo al pensamiento y expresión del Romanticismo, pasando por su contexto histórico, luego por el plano artí­stico, seguidamente de una breve mención del encuentro del Romanticismo con el hombre de hispano, para finalizar con una reflexión de corte filosófico.

Palabras clave: Pensamiento, estética, poéticas, belleza, verdad

Contexto Histórico

«Novena Ola» de Iván Aivasovzki

Es sabido que el modo de pensar del Siglo XIX, fue muy influenciado por la idea del cambio, de la transformación, por el deseo de un progreso material y moral en el ser humano. En este concepto de variación constante se ve plasmando el periodo artí­stico del Romanticismo, dejando atás el concepto formalista del Clasicismo. Es el Romanticismo el periodo en el que el hombre comenzó a darle un énfasis notorio a la sensibilidad, a lo afectivo, al idealismo y a la angustia por el propósito de la existencia de hombre.

«El Romanticismo rápidamente se posesionó del sentimiento humano hasta adquirir el poder de darle sentido a la vida, y situarse más allá de una simple acepción conceptual, porque pasó a ser considerado en el ámbito de dos perspectivas históricas: por un lado, lo refieren a una etapa histórica determinada, la cual se extiende entre 1780 y 1830 (…), pero, por otro lado, el Romanticismo, por su complejidad, desbordó estos lí­mites, pues, sus caracterí­sticas esenciales sobrepasaron en mucho el mero hecho de ser un movimiento cultural e histórico de efí­mera duración, para situarse en una constante histórica y presentarse como un fenómeno eterno«. (Yegres, 2015, p. 20)

El Romanticismo en el Arte

La manera del Romanticismo de aproximarse a la música, fue a través de una construcción orgánica, y para ello, es esencial dar énfasis a la armoní­a. Tanto en la música como en la vida, Romanticismo busca la armoní­a, la continuidad y la consonancia, libre de los esquemas que antes se usaban. Reflejando esto en la música, a través de disonancias; independizándose de tonalidades y haciendo que los acordes se vuelvan sonoridades autónomas. Compositores como Franz Liszt -el mayor referente y principal responsable de estos cambios-; Berlioz; Berg y Beethoven (como precursor), entre otros, dieron forma a esta nueva forma de expresión con la música.

«El caminante sobre el mar de nubes» de Caspar David Friedrich

Por otro lado, para la aproximación en la pintura, podemos hacer uso del análisis simbólico. En el cuadro «El caminante sobre el mar de nubes» pintado en 1818, nos muestra la representación del encuentro del hombre y su presente, con el camino hacia su destino y futuro definitivo. Este cuadro se convirtió en sí­mbolo del Romanticismo alemán (Deutsche Welle, 2015). Cualquiera de nosotros puede ser este hombre en el cuadro somos nosotros. Al no ver su rostro, uno mismo se puede posicionar en pintura. Nosotros somos los protagonistas de nuestro propio camino, y a pesar de nuestras debilidades (que pueden ser simbolizadas con el bastón que lleva el caminante), al igual que en el cuadro, podemos contemplar lo que nuestro futuro nos depara, un panorama incierto, con un camino largo y accidentado, pero al mismo tiempo somos capaces de vislumbrar un destino final gigantesco y eterno.

Johann W. von Goethe, poeta; novelista; cientí­fico y figura fundamental del Romanticismo

En el plano estético del arte en general, podemos apreciar que las poéticas de este periodo son de caácter revolucionario en cuanto a los usos de las técnicas de creación e interpretación, pero no existe un cisma violento en este nuevo acercamiento hacia el arte. Las poéticas del Romanticismo siguen buscando la belleza, estéticamente hablando, a través de obras más desafiantes. Esto precisamente se refleja en la manera de ver la vida en el Siglo XIX, como se mencionó anteriormente.

El Romanticismo y el hombre hispano

Cesar Vallejo se graduó como bachiller en Letras con su tesis «El Romanticismo en la poesí­a castellana»

La relación entre el Romanticismo y el hombre, no es solamente unidireccional, ambos se complementan e influyen. Por ende, la interacción del Romanticismo con las distintas razas de hombre, nos dan resultados particulares hasta cierto punto. A sabiendas de esto, Cesar Vallejo nos indica seis caracterí­sticas particulares del hombre español: «El predominio de la fantasía, expresado por una filosofí­a idealista; un fondo melancólico y exquisito sentimentalismo; refinada sensibilidad; predominio de los sentimientos de amor, honor, patriotismo y religión, traducidos en sublimes pasiones, violencias de sangre y misticismos fanáticos; el instinto por la belleza de las formas y lo sonoro y lo grandioso y como medio que facilitó el triunfo del romanticismo, el caácter vehemente y voluble de su Psicologí­a». (1954, p. 19)

Si bien el Romanticismo fue un movimiento europeo, su espí­ritu fue capaz de sobrepasar fronteras llegando así a Latinoamérica. Vallejo declaró que los poetas peruanos de su tiempo, lamentablemente, solo se limitaban a la imitación y no aprovechaban las posibilidades artí­sticas de nuestro choque y mezcla cultural (1954, p. 64).

Conclusiones

Ludwig van Beethoven

Beethoven dijo: «Lo difí­cil es bueno, lo difí­cil es bello, lo difí­cil está más cerca de la verdad» (Marshall y Cellan Jones, 2003), para referirse a la dificultad de sus composiciones.

Ahora, ¿Qué es la verdad para Beethoven?, o mejor dicho, ¿Quién es la Verdad para Beethoven? Para Beethoven, Dios es la Verdad. En sus propias palabras:

«Dios está más cerca en el arte. La música es una revelación más alta que toda sabidurí­a y toda filosofí­a… No tengo amigos. Debo vivir solo. Pero yo sé que, en mi arte, Dios está más cerca de mí­ que de los demás; yo me acerco a él sin temor; yo siempre lo he reconocido y comprendido. Por eso, la suerte de mi música no me inquieta; ningún mal puede provenir de ella; el que la comprenda se liberará de la miseria que arrastra a los hombres». (Plazaola, 2007, p. 591)

De aquí quisiera resaltar que Beethoven ubica a lo bello, junto a lo bueno y la Verdad y que se haya preocupado de no transmitir algún tipo de mal en su música. Y que buscase, mediante su obra, ayudar a la liberación los pesares y dolores del ser humano.

Si bien las poéticas pueden buscar en otros lugares, aparte de la belleza y aun así guardar una estética correcta (Plazaola, 2007, p. 277), puede que ir, hacia una belleza difí­cil; buena y de dimensión espiritual, en el plano estético, sea la manera más sublime y completa de expresión artí­stica. Beethoven y el pensamiento romántico en general lo afirmaban de este modo.

Oscar Miró Quesada (según Vallejo, 1954, p. 18) decí­a que «las emociones estéticas que la contemplación de la belleza produce, sacuden y revuelven el espí­ritu profundamente, agitando las actividades psí­quicas, sentimentales más ocultas; y siendo de este modo un poderoso reactivo para el alma».

Se debe darle virtud espiritual a lo material, para alcanzar una conmoción y deleite de corte bondadoso para el alma. Buscar la Verdad y la Belleza en un camino difí­cil, es lo que brinda el sentido de la existencia del ser humano.

Referencias

  • Deutche Welle. [DW Español]. 2015, agosto 10). Reencuentro con obras maestras Caspar David Friedrich: El caminante sobre el mar de nubes Euromaxx [Archivo de video]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=myDVbX9uOYI
  • Marshall, L. (Productora), Cellan Jones, S. (Director). (2003). Eroica [Pelí­cula]. Reino Unido: BBC.
  • Plazaola, J. (2007). Introducción a la Estética. España: Publicaciones de la Universidad de Deusto.
  • Vallejo, C. (1954). El Romanticismo en la poesí­a castellana. Lima: Juan Mejí­a Baca y P. L. Villanueva Editores.
  • Yegres, A. (2015). Filosofí­a, Ilustración y Romanticismo. Revista de Investigación. Caracas, Venezuela. Universidad Pedagógica Experimental Libertador. 39(86), pp. 11-38.