Maria Alejandra Muñoz Muñoz

Directora Consultora Warayana Psicóloga Clínica

Nueve consejos de una psicóloga infanto-juvenil

1. DIÁLOGO INTERNO:

Necesitamos enseñarles a los niños a escuchar con mayor atención su diálogo interno, a manejarlo, a hablarse con un tono de voz amable y amigable. Ten en cuenta el tono y ritmo de voz, las palabras de aliento, de reflexión y de consuelo que utilizas al hablarle.

El diálogo interno está relacionado con nuestra conciencia, autoconcepto y autoestima, y determina gran parte de nuestras emociones.

«Pensamientos –> Emociones y Sentimientos –> Conducta», la voz interna es una de las principales causas de la conducta infantil, por lo que, si buscamos modificar una conducta, es necesario partir por modificar los pensamientos.

Ten presente que en la infancia le estás enseñando cómo construir sus pensamientos.

2. AUTOIMAGEN Y AUTOCONCEPTO:

La diferencia entre autoconcepto y autoimagen es que el primero se refiere a la opinión que tenemos de nosotros mismos, mientras que la autoimagen se refiere a cómo nos vemos a nosotros mismos. En gran parte, en base a ambos se desarrollará la autoestima.

Autoimagen: Ten un espejo en casa a la altura de tu niño, para que pueda identificarse con su aspecto físico, reconociéndolo y valorándolo. Crea junto a él rutinas de aseo personal y de autocuidado, puedes descargar estas rutinas buscándolas como «pictogramas». Un álbum de fotografías le dará acceso a evocar algunos recuerdos de momentos agradables, pero especialmente a reconocerse en distintas etapas de vida.

Autoconcepto: Si quieres fomentar esto, empieza por observarlo, escucharlo y conocerlo con plena conciencia. Exprésale de distintas formas que es valioso, por ser quien es, tal y como es.

3. PALABRAS MÁGICAS:

Enséñale a pedir perdón cuando corresponda, enfatiza que es un acto de humildad, de toma de conciencia, explícale que pedir perdón cuando nos equivocamos nos abre la posibilidad de mejorar como personas. Del mismo modo, encontrar motivos para sentirnos agradecidos es una virtud que se desarrolla desde la niñez, mediante el ejemplo.

Northrup (2012) menciona que cuando ponemos en práctica la gratitud durante quince o veinte segundos, nuestro organismo experimenta varios cambios fisiológicos sutiles y beneficiosos, como la disminución de los niveles de estrés y el fortalecimiento del sistema inmunológico, entre otras.

4. TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN:

Cuando se equivoque, no le juzgues ni critiques, recuerda que tienes los siguientes cinco minutos, aproximadamente, para ser su guía.

Ayúdale a expresar sus emociones desagradables (como el miedo, la tristeza o el enojo) en un entorno de seguridad y confianza.

Enséñale a analizar las consecuencias de sus actos, a buscar soluciones, y a ser proactivo. Esto a la vez estimulará en ti la escucha activa, comprensión, paciencia y gestión del estrés.

5. EXPRESIÓN EMOCIONAL:

Llorar es una estrategia de desahogo, es parte de nuestra liberación emocional, fomenta la empatía y la solidaridad en los demás, entre muchos otros beneficios. Por eso, llora delante de él cuando el sentimiento sea auténtico, muéstrale en primera persona que llorar está bien y que tienes la confianza de hacerlo en su presencia.

Una vez que las emociones se han expresado, el siguiente paso es averiguar exactamente cuál fue el problema.

6. INTELIGENCIA EMOCIONAL:

Crea junto a él un diccionario de emociones, no solo con las emociones básicas, sino también con las que se desprenden de estas.

Coloca ejemplos y narra lo acontecido en tu día a día, nombrando la emoción identificada, explícale cómo se siente esta emoción y en qué parte del cuerpo se siente.

También puedes utilizar recursos de apoyo como las películas, para tener un diálogo reflexivo breve sobre la conducta de determinados personajes.

Jugar junto a él te brindará apertura para entender su mundo interno; estimula su imaginación, hazle preguntas reflexivas, crea junto a él una rutina de lectura y lean cuentos e historietas todas las noches.

7. APRENDIZAJE:

Permítele descubrir el mundo con todos sus sentidos. Este punto es muy importante, porque cuanto más grande sea la conexión con sus sentidos, habrán más probabilidades de que tenga paz emocional.

Huele cosas junto a él, velas aromáticas, flores y frutas; escuchen música, ayúdale a descubrir los sonidos que le relajen y los que le activan; bailen juntos por casa. Si te escucha cantar por las mañanas, por ejemplo, mientras manejas de camino al colegio, su voz tendrá mayor libertad.

Alienta su originalidad y creación de ideas, con proyectos personales como, por ejemplo: “Piensa en una idea de emprendimiento», «Piensa en una actividad sobre reciclaje”, “Crea un cuento sobre algún personaje de un cuento que ya conozcas, como el Capitán Garfio”.

8. EDUCACIÓN SEXUAL:

Para poder brindarle una adecuada educación sexual es necesario psico-educarte: busca libros, videos y material específico acorde a su rango de edad.

Ten presente lo siguiente para prevenir un abuso sexual: Si el niño no quiere tener contacto físico con alguien, por ejemplo, dar un beso al saludar a esa persona, no le presiones y no permitas que terceros lo hagan. Por el contrario, dale soporte a su postura. Enséñale a respetar su espacio personal y el de otros. Repítele, mediante ejemplos, que los secretos a esa edad, no están permitidos. Mírale a los ojos cada vez que vuelvan a encontrarse, el contacto visual es una estrategia maravillosa para reconocer cuando los niños están incómodos, confundidos o heridos por distintas situaciones. Asimismo, motiva su autonomía en cuanto a su higiene personal.

9. EDUCACIÓN PARA LA VIDA:

Dale responsabilidades en el hogar y, conforme pase el tiempo, cámbialas por otras de mayor dificultad; fomenta la lectura; la escritura de un diario personal; ayúdale a identificar sus talentos, y bríndale las herramientas para potenciarlos.

Recuerda que el hogar es el principal centro educativo: enséñale sobre la naturaleza y sobre el manejo de propinas, construye una relación saludable con la alimentación, con el ejercicio y con el hábito de sueño, y, de igual manera, enséñale el arte de apreciar y de permanecer —mental, emocional y conductualmente— en el presente.

REFERENCIAS:

Northrup C. (2012). Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer (Crecimiento personal).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *