Introducción a un sistema disociativo múltiple
Hablar sobre la posibilidad o existencia de otras identidades dentro de una misma persona, ya es de por sí, complejo, mas no imposible; se trata del trastorno de identidad disociativo conocido antiguamente como trastorno de personalidad múltiple. Démonos cuenta de lo siguiente, si a veces no sabemos exactamente, cómo nos sentimos o no logramos ver de dónde viene nuestra tristeza o por qué sentimos ansiedad, (gracias a una escasa educacional emocional) nos preguntamos ¿por qué estoy ansioso? ¿se imaginan escuchar voces de identidades con preferencias y gustos? Sería difícil ¿no?
En mi viaje para entender quién soy, he descubierto muchos caminos, muchos de ellos dolorosos, otros más fáciles de sobrellevar pero que al final me alejaban de mi fin principal: Saber quién soy ¿Qué tan difícil será construir una identidad con recuerdos inconclusos, sintiendo que todo es confuso, sintiéndose siempre extraño, no humano, con miedo a todo, sin que alguien te explique o contenga el miedo? ¿y si le pasa a un niño? Y si ese niño crece con ideas de “otros” susurrándole al oído… ¿Estamos hablando necesariamente de un trastorno esquizofrénico?

- Yo: Espera, a mí no me gusta esto.
- Alguien: Sí, sí me gusta.
- Yo: Claro que no.
- Otro: Eres realmente tonto.
- (Yo grito): ¡Quién dijo eso!
- Padre: ¿Con quién estás hablando?
*Nota: el presente dibujo es compartido, con el conocimiento y consentimiento necesario, con fines académicos..
Me recuerdo como una niña con un mundo interior muy rico, llena de fantasías y lugares increíbles, sin embargo sabía que era la única experimentándolo, sin duda, el que mis padres me hayan permitido explorar jugar hasta el cansancio, es algo que realmente no tiene precio, agradezco su sacrificio por darme una niñez lo más sana posible, aunque ya mirándolo a la distancia, los problemas siempre estuvieron allí… y es que no se trata de encerrar al niño en una burbuja y protegerlo de todo dolor y frustración, hacer esto, sería opuesto de protegerlo. Se trata de tener consideración sobre su condición, un niño solo tiene las herramientas para asimilar el mundo que le corresponden a su edad, por eso, el ser padres o estar al cargo de un niño es una tarea realmente importante, vital diría yo. Procuremos ser conscientes de quién debe cuidar a quién: El adulto al niño, hagamos el esfuerzo de empatizar con ellos, recordemos nuestra propia niñez.
Y qué pasa cuando, por diferentes variables ¿no podemos cuidarlo? y se ve expuesto a situaciones muy estresantes o traumáticas, sin que tenga aún la capacidad de entenderlo, qué pasa cuando aún no existen palabras para expresar las sensaciones ¿cómo entiendo un hecho si no sé definirlo?

Según la Teoría de disociación estructural “parte de la idea, de que nadie nace con una personalidad integrada, los niños pequeños operan basándose en diferentes estados del Yo que manejan diferentes necesidades como comer, jugar, sentir apego al cuidador, explorar el mundo, etc. Cuando crecen, estos estados del Yo que funcionaban semi independientemente se integran para formar una personalidad congruente, flexible y adaptativa”. Esta teoría está basada en los trabajos de Pierre Janet y otros autores, además de la teoría del apego de John Bowlby. Es hasta ahora la más aceptada a nivel mundial. (Van der Hart, et al., 2003, 2006); (Gonzales, 2010); (International Society for the Study of Trauma and Dissociation, 2011); (System long soul blog, 2021).
Aparentemente esto se logra entre los 8 y 9 años, por lo que, para que una identidad se integre en una sola y se defina así misma como un YO integrado, no deben ocurrir hechos que interrumpan dicha construcción y fragmenten la identidad, es decir no antes de los 8 años. Un niño que experimente un trauma, que sea constante en el tiempo (abuso psicológico, físico, sexual o de ritual), en donde sea maltratado, torturado y sobre todo humillado, desarrolla un trauma complejo con la posibilidad de disociar o no, a menos edad mayor riesgo de trauma complejo o disociación, ya que el niño cuenta con menos recursos para asimilar el evento (es por eso que alguna de las identidades pueden ser introyecciones de animales, objetos, etc. ya que utiliza sus recursos infantiles y fantásticos para protegerse).
¿Qué sucede si el trauma al que se ve expuesto por muchos años, no logra ser asimilado? Que tan doloroso puede ser, que el niño no entienda que le está pasando a él y que es perpetrado por las personas que se supone deben protegerlo… Lamentablemente pasa más de lo que nos gustaría aceptar, cerca del 1 al 3% de la población padecen de un trastorno disociativo de la personalidad (TID) (International Society for the Study of Trauma and Dissociation, 2011),
Una identidad que tenga sentido
El trauma antes de los 8 o 9 años interrumpe la construcción hacia una personalidad estable. Las diferentes partes del Yo permanecen separadas, no funcionan junto a las otras, no son capaces de cumplir varias de sus necesidades. A diferencia de un Yo congruente, flexible y adaptativo, que puede fácilmente asimilar la idea: “ A mí, me pasó eso” pero este Yo, no puede formarse si el apego con el padre es inconsistente, a veces es cariñoso y protege, y a veces es agresivo y maltrata, lo que no le permite experimentar un apego seguro por lo que el niño permanece en estado de alerta constantemente, sin saber cuándo sus necesidades serán satisfechas y cuándo su cuidador volverá a dañarlo, dándole paso así a la construcción de un apego desorganizado: “no sé cuándo confiar, no sé cómo sentirme bien”
Entonces… ¿Qué es el trastorno de identidad disociativo (TID)?
El trastorno de identidad disociativo es el resultado de la disociación crónica, derivada de maltrato o negligencia durante la infancia que termina siendo mal adaptativo pero útil para la supervivencia. El TID es mayormente identificado por los pacientes y por lo tanto diagnosticado en la adultez. Los criterios diagnósticos principales son:
– Amnesia disociativa: Incapacidad para recordar eventos importantes del pasado que pertenecen a la biografía de la persona, focalizada al olvido de traumas o situaciones de mucho estrés.
– Trastorno de identidad disociativa: Disrupción de la personalidad caracterizada por dos o más estados distintos de identidad. Vacíos recurrentes al recordar hechos cotidianos, información personal importante y/o traumática.
– Trastorno de despersonalización/ desrealización: Experiencias recurrentes de sentirse separado del cuerpo, como si fuera un observador externo de los propios procesos mentales y del cuerpo.

Como anécdota…
Llega a consulta mi primer caso de TID, admito que antes de conocer los temas sobre apego, trauma complejo y disociación estructural (desde luego temas muy pesados, por que conllevan mucho dolor emocional), hubiera pensado que la persona experimentaba algún episodio psicótico, es decir, fuera de la realidad. Felizmente ya estaba informada y como dicen a veces… realmente lo teórico se quedó muy corto en comparación a lo real. De pronto el dolor se apoderó de la persona… de todo el espacio… y solo tal vez sería la primera vez, que la identidad principal (host) aceptara por unos segundos lo que le pasó, para darle paso al protector principal del sistema (Sistema: denominación al conjunto de identidades que emergen para enfrentar la cotidianidad), quien relata los hechos de manera más clara, quien sí puede hablar de lo que pasó sin demostrar dolor. Y así luego la evaluación y análisis respectivo, puedo deducir que son un sistema con más de 3 identidades, que empieza en la fase principal, en la que aún no hay conciencia de que pertenecen a un mismo origen. Y trato de darles la bienvenida y decidimos empezar con el tratamiento. Después de algunos meses de psicoterapia, han logrado conocerse, cooperar y hacerse cargo de los alters más pequeños (alter: denominación más precisa que se le da a una identidad que nace de dentro de un sistema TID) logran ayudarse y sobre todo y lo más importante: a comunicarse, ahora se validan emociones y sentimientos, deseos también y se dan espacios para expresar sus pensamientos y propósitos. Aún hay un arduo trabajo por hacer y muchos caminos que recorrer, pero siempre es mejor hacerlo en compañía de alguien que pueda y quiera sostener. Esta vez es diferente, esta vez hay menos soledad y cuentan con las herramientas para salir adelante. 😊

Reconozco que al ser la primera vez en el que uno se entera de estos temas, le parezca inverosímil, increíble, y tal vez la idea de las identidades nos llama la atención, pero lo importante no está solo ahí, tal vez la reflexión más importante debería ser: ¿Qué tan espantoso fue lo que le pasó a este niño, que su identidad incipiente no pudo soportar y se fragmentó? ¿durante cuánto tiempo? ¿Por qué no lo protegieron?
Existe un gran respaldo clínico y científico, te invito a que investigues más si es que así lo deseas, también podrás : “Ver un lado increíble de la complejidad de la mente humana de la diversidad y la experiencia humana” (Delta system, 2019), pero sobre todo porque se necesita a más personas, clínicos y profesionales de la salud en general que se interesen por estos temas y se eduquen, necesitamos que estén capacitados para informar y prevenir a las familias para que sostengan luego del trauma, también a la sociedad para que la información llegue y se pueda derivar a pacientes que presenten algunos de los síntomas ya mencionados a especialistas o personas entrenadas en trauma complejo, es necesario que se reconozcan estas realidades, con el objetivo en común de proteger a la infancia, porque sí existen consecuencias y muchas de ellas incapacitan para siempre.
Si se me permite, me gustaría dirigirme a las personas que están leyendo este artículo y se han sentido vistos o tal vez, le ha recordado a alguien que conocen:
Si tú al leer esto te sientes identificado, busca ayuda profesional, este no es más que un proceso que intenta ser adaptativo, que se aferra a la vida, no hay nada de malo en tener contigo a tus identidades, ellas te protegen y te han permitido ser quién eres hoy. A mayor reconocimiento y validación mayor será el bienestar de todas las partes/alters/fragmentos e identidades.
Ya no estás solo.
Referencias:
- Gonzales, A., (2010). Trastornos disociativos Diagnóstico y tratamiento. EDICIONES PLÉYADES, S.A.
- International society for the study of trauma and dissociation, (2011). Guidelines for Treating Dissociative Identity Disorder in Adults, Third Revision. Journal of Trauma & Dissociation, 12:115–187, 2011.
- Long soul system blog, (2021) https://longsoulsystem.com/recursos/lista-de-libros/
- Long soul system – Trastornos disociativos. Canal de youtube. https://www.youtube.com/channel/UCyQyPhi2n-olE07cBgiLMMw
- Silberg, Y. (2013), El niño superviviente. Editorial desclée de brouwer, S.A.
- Van der Hart, et al., (2003, 2006). El YO atormentado. Editorial desclée de brouwer, S.A.









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