Porque cuando uno inicia, se aventura y sueña…
A veces me sucede (tal vez más frecuentemente) sentir que no me merezco el lugar en el que estoy o cuando intentó algo difícil y me preocupa que los demás descubran que no soy «tan» buena como parezco…
Internalizar «lo de creérselo» es ser capaces de asumir que nuestros logros son producto de nuestra propia capacidad y esfuerzo. A pesar de ello, los constantes fantasmas nos impiden seguir avanzando cuando tenemos éxito, reconocimiento o simplemente no somos capaces de asumir que son producto de nuestro propia capacidad y se desploma la oportunidad en disfrútalo, (hablo en plural porque creo que esto nos pasa a todos en un momento) espero no ser la única sino esto sería un monólogo o confesión mía, cosa que dudo…
Resulta más común de lo que creemos el problema del síndrome del impostor. Te impide disfrutar las cosas buenas que consigues, además te genera mucha inseguridad, es un verdadero drama poner todo el trabajo necesario, conseguir los resultados y después ser incapaz de celebrarlo porque no acabas de creerte que sea mérito tuyo.
Sin embargo, aunque no todo sea miel sobre hojuelas quiero darte 5 claves prácticas para superarlo. Recuerda esta frase: «Lo que te limita no es lo que eres, sino lo que crees que no eres».
Antes que nada…
El síndrome del impostor que también se conoce como síndrome del fraude, es un fenómeno psicológico que sufren algunas personas de éxito. Básicamente consiste en pensar que sus logros no son producto de su inteligencia, de su capacidad, de su esfuerzo sino que son producto de la suerte de las circunstancias o solo «una verdad» o «una buena imagen».
Pero hay que decir que…
En realidad no es un trastorno mental que está reconocido oficialmente, ni está incluido en ninguna de las versiones del DSM (Manual Diagnóstico de Enfermedades Mentales) pero sí es un fenómeno psicológico bien conocido.
El síndrome del impostor
El término fue acuñado por las psicólogas clínicas Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978.Cuando alguien que tiene síndrome del impostor recibe un ascenso. La persona no lo explica por su preparación, ni por sus méritos, sino piensa que es porque ha transmitido una buena imagen a sus superiores o porque estaba allí en el momento justo o porque ha tenido la suerte de que las cosas hayan salido…
Pero… ¡Detente!
Es bien sabido que el impostor puede hacerte daño y puede limitar tu desarrollo, porque todos tus éxitos lo sacas a factores externos a ti. Simplemente estás quitando el poder de disfrutarlo pero también el poder de mejorar, evolucionar y de conseguir más cosas. Sientes que no eres capaz y peor aún, que no encajas, que no te mereces lo que tienes y por eso muchas veces no te atreves a mostrarte cómo eres de verdad. por miedo a no gustar o a que te «desenmascaren».
Pero… ¿Por qué algunas personas con éxito se sienten así y otras no?
Como otros trastornos psicológicos las causas del síndrome del impostor suelen estar en las experiencias de vida de cada persona.
Para explicarlo mejor vamos a ver algunas posibles causas por las que se produce…
Una primera causa es la dinámica familiar
la opinión de la familia no cambia y aún así esta persona va creciendo con la idea de que es el inteligente, mientras que a otro miembro se le describe como «el simpático», «el gracioso» pero no el que destaca por su capacidad y esa sensación de estar siempre por debajo de otro nivel intelectual pueda ser que desarrolle una visión de la vida en la que por más que se esfuerce nunca va a ser suficiente.
Lo mismo ocurre por ejemplo cuando hay una gran presión por parte de los padres ya que ellos han tenido mucho éxito y ponen precio y presión sobre el hijo y sus logros u expectativas. Es posible que siempre se sienta obligado y que nunca esté satisfecho con lo que hace y también ocurre al revés. A veces aquellas personas a las que en la infancia se les dijo que eran «los mejores», «los más listos» cuando se enfrentan a la vida real y a sus obstáculos se sienten muy presionados y se dan cuenta de que las cosas no son tan fáciles para ellos como les habían dicho y aparecen miedos, a convertirse en «impostores» el miedo a defraudar. Estas personas se esfuerzan el triple para compensarlo y suelen terminar agotadas y desgastadas.
Otra causa que puede provocar el síndrome del impostor es la idea personal que cada uno de nosotros tenemos sobre el éxito…
Sobre el fracaso o sobre nuestra propia competencia porque cuando eres demasiado exigente contigo mismo y solo te conformas con la perfección, será un tanto (bastante) difícil que la alcances porque la perfección no existe, entonces vas a castigarte cuando cometas errores y cuando tengas éxito no vas a valorarlos de forma justa (cosa que me pasa con frecuencia).
Es muy importante que redimensiones el éxito que no tenías. No te compares constantemente con los demás sino contigo mismo, con tus posibilidades, tú eres tú única medida válida de progreso y los errores también son parte de la vida y nos ayudan a aprender.
Otra posible causa de síndrome del impostor es el pesimismo defensivo para no defraudarnos
Si las cosas no salen bien la persona tiene miedo a fracasar y por eso intenta mantener «bajitas» sus expectativas sobre lo que va a conseguir. Cuando conseguir un éxito importante es algo que «nos espera» y no sabes cómo asumirlo, entonces vas a creer que tus habilidades no justifican (necesariamente), que solo has tenido suerte y has logrado engañar a los demás haciéndoles creer que eres mejor de lo que eres en realidad…
Si padeces síndrome del impostor puede hacerte la vida muy difícil. Puede tumbarte en tu desarrollo profesional, por el miedo de no estar a la altura. Vas a tener más estrés porque te vas a exceder con el esfuerzo para intentar evitar errores a toda costa, y claro, cuando lleguen los logros no vas a saber disfrutarlos…
Pero hay algunas claves que pueden ayudarte a superar el síndrome del impostor sin piezas a ponerlas en práctica desde hoy mismo vas a ver como poco a poco vas transformando tu visión sobre ti mismo.
~La primera clave, para superar el síndrome del impostor es reconocer que existe y que lo sientes.
¡Fíjate! presta atención a tus emociones, cuando los demás reconocen tus logros, cuando consigues algo que deseabas mucho. Las ideas que vienen a tu mente, ¿sientes qué te lo mereces?¿Es justo por qué te has esforzado o crees que solo te ha pasado por buena suerte? Si es así, estaría bien que lo escribas así vas a tener más claridad sobre cuáles son tus pensamientos negativos y vas a poder empezar a cambiarlos.
~ En segundo lugar, para superar el síndrome del impostor deja de compararte con los demás y de pensar en lo que van a pensar de ti. Enfócate en el valor que tú mismo estás aportando. Una técnica que (me) funciona es desafiar las (mis) propias afirmaciones. Si has conseguido algo valioso para ti y enseguida piensas que fue buena suerte o en realidad no es mérito tuyo, desafía tus pensamientos y pregúntate, ¿Qué he hecho yo para conseguir esto? Cuando lo hagas, vas a darte cuenta de que normalmente son tus acciones las que han traído ese buen resultado. Céntrate en poner valor en el mundo desde tu autenticidad, desde tu pasión, porque eso es precisamente lo que te convierte en único.
Cuando lo que haces está alineado con tu identidad y con tus valores ya no puede ser un impostor…
Porque estás siendo tú mismo y nadie más que tú puedes serlo.
~ La tercera clave para superar el síndrome del impostor es dejar atrás el perfeccionismo. Está muy bien que tengas el deseo de hacer las cosas lo mejor posible, pero no te obsesiones con la perfección. Quítate la idea de que si no sabes algo o si cometes algún error, los demás van a pensar que eres un «fraude». Entiende que no somos perfectos y que todos nos equivocamos porque somos humanos.
Eso no le quita ningún mérito a las cosas que consigues, al contrario, se lo añade…
~ La cuarta clave para superarse, es no evitar las dificultades y atreverte asumir riesgos y nuevas oportunidades. Porque cuando sufres el síndrome del impostor puedes caer fácilmente en el autosaboteo. Rechazar desafíos, oportunidades, ascensos, solamente porque dudas de tus propias capacidades, porque sientes que no vas a hacerlo bien o crees que no te lo mereces (pero claro si no te involucras al 100%).
Finalmente ¡La cereza del pastel!
La (auto)compasión
Aprende a ser amable contigo mismo. Mira, todos tenemos un diálogo interno constante y lo que nos decimos condiciona nuestra manera de ver la vida.
La compasión contigo mismo es esencial, porque no tratamos a casi nadie tan mal como nos tratamos a nosotros mismos.
~ Reconoce que eres humano, acepta tus debilidades y lo que tienes. Compréndete a ti mismo, como el ser humano único, imperfecto y valiosísimo que eres.
Si sigues probando o intentando las cosas sin terminar de tirarte a la piscina porque la agua está muy fría, entonces (déjame decirte) siempre vas a tener síndrome del impostor.
Por eso abraza las dificultades, asume riesgos controlados y aprovecha con curiosidad y sin miedo las oportunidades que se presentan, porque cuando sales de tu zona de confort, allí no hay donde esconderse, eres tú mismo ante tu propia vida y ante tu propio aprendizaje.





Users Today : 17
Users Last 7 days : 662
Total Users : 116754