Un agente encubierto: El sistema autónomo, ¿al servicio de nuestra seguridad?

¿Qué significa sentirse seguro? ¿lo has pensado? Por un lado, tenemos la seguridad emocional, la que nos regala protección, por la cual obtenemos validación y amor, lo que, a su vez, permite el desarrollo de una personalidad lo suficientemente estable para afrontar los problemas de la vida diaria. Y por otro lado es importante la seguridad fisiológica, vivir en un ambiente limpio, cómodo, tener un techo, comida, ropa, contar con salud, etc. y vivir en un lugar resguardado lejos de problemas que atenten nuestros bienes materiales o nuestra integridad física, hasta ahí estamos de acuerdo ¿no? Sin embargo, estas dos clases de seguridad ¿pueden coexistir por separado? ¿O se influencian una a la otra?

¿Alguna vez has analizado cuán seguro te sientes dentro de tu casa, tu trabajo, tus amigos o con tu pareja?

Tal vez para entender cómo opera nuestro centro de seguridad debemos conocer mejor la función de nuestro sigiloso sistema nervioso autónomo y cómo él nos prepara para adaptarnos a contextos en los que se ve afectada nuestra supervivencia.

El sistema nervioso autónomo viene del cerebro y va hacia nuestras vísceras, tiene una rama simpática y otra parasimpática. La rama simpática la activamos cuando sentimos miedo o nos sentimos en peligro y se activan nuestros sistemas de acción, el de lucha o huida.

En cuanto a la rama parasimpática existen dos vías de acción que se encuentran dentro del nervio vago: ventro vagal y dorso vagal. Recordando el ejemplo anterior, si esta situación de miedo, no la podemos resolver, nuestro cuerpo reacciona paralizándose o colapsando (activándose la vía dorso vagal); por otro lado, cuando sí logra encontrar refugio dentro de la conexión con el otro, logra obtener seguridad y confianza ya que su supervivencia está fuera de peligro (activándose la vía ventro vagal).

¿Nuestro sistema nervioso es capaz de dimensionar si una amenaza es momentánea o definitiva? ¿Puede saber si es buena o mala?

Al parecer no, debido a que precede a la emoción y cognición, (algo así como el sentido arácnido de Peter Parker en Spiderman) pues se activa ante las señales que sentimos y proyectamos como peligrosas de forma inconsciente, como reacciones somáticas rápidas que se predisponen a la acción. Sin embargo, aunque muchas las compartimos porque representan amenazas vitales humanas, existen otras de carácter personal regidas por nuestras experiencias y aprendizajes previos. Por lo tanto, descubrirlas y repararlas le corresponden a cada individuo.

Más allá de intentar entender cómo funciona nuestro sistema nervioso, el fin de este artículo es visibilizar la importancia de nuestras reacciones fisiológicas cuando experimentamos estrés, miedo, ansiedad o trauma, al permitirnos mirar más allá cuando queremos trabajar en nosotros mismos y en generar mejores respuestas ante situaciones estresantes, ya que un sistema acostumbrado a mantenerse hiperalerta, tendrá menos oportunidades de dar una respuesta regulada, así, procuraremos trabajar en el cambio de nuestros pensamientos pero también en el de nuestro estado fisiológico.

Así, por ejemplo, cuando algunas personas experimentan algún tipo de trauma, este “interrumpe el proceso de construcción del circuito autónomo de conexión segura y desvía el desarrollo de la regulación y resiliencia” (Dana, 2018).

Entonces el sistema autónomo gestiona el riesgo y dota de dinámicas vinculares que modifican nuestro estado a nivel corporal. Siendo muy importante también en la creación de la confianza y conexión con los demás ya que un trauma reemplaza las dinámicas de vínculo y conexión por patrones de protección, expresadas muchas veces de forma defensiva impidiendo un vínculo seguro, que permita construir relaciones sociales en las que se pueda encontrar apoyo, ayuda y regulación con el otro.

Es por eso que debemos entender que un trauma, de cualquier índole, experimentado a muy temprana edad genera un daño irreversible, alterando cómo el sistema autónomo debe regular las situaciones en las que nuestra supervivencia se ve amenazada, por lo que estos nuevos patrones de respuesta alterados psicofisiológicamente se vuelven normales y habituales, y se pierde la capacidad de volver a un estado de seguridad, haciendo que la persona, viva desde el dolor, el dolor de un evento no asimilado de manera correcta, un sistema nervioso alterado que no trabajará para él, lo que traerá como consecuencia que no se desenvuelva de manera saludable y desarrolle limitadas habilidades para entenderse, amarse a sí mismo y a los demás; y tratando a su vez sobrellevar los desafíos que representa vivir y crecer.

Seamos más empáticos cuando conozcamos a alguien que está sufriendo mucho a causa de un evento que no ha podido resolver, porque como vimos, a veces se requiere de muchas herramientas más, a parte de la valentía y el esfuerzo para comenzar a trabajar en uno mismo, pues así, entenderemos la complejidad de los procesos de recuperación de cada persona.

Referencias:

  • Dana D. (2018). La terapia poligaval: como unirse al ritmo de la regulación. Editorial Eleftheria.
  • Hernandez M. (2021, 07 de noviembre). Teoría polivagal.
  • Zambraya D. (2020, 29 de mayo). El Nervio Vago, la Teoría Polivagal y nuestro Bienestar.
  • Y si de repente. (2021, 12 de enero). Cómo modular el estrés. La Teoría Polivagal.

Intelectualidades Empáticas (Empatía I)

Introducción de Rigor

La palabra empatía, tal como aparece en frases motivacionales en redes y como se usa a diario, siempre me ha resultado sosa. Una versión desteñida y secular de lo que en otros tiempos se llamaba amor. Tanto, que he intentado darle un sentido menos pueril asumiendo que se refiere a la aprehensión de las circunstancias emocionales despertadas por determinada vivencia en determinado sujeto. Una versión intelectualoide del mal usado “Ponerse en los zapatos del otro”, que también resulta ser la frase favorita y menos clara para definir el término. Punto aparte.

Lo interesante

Resulta ser que en búsqueda de cuestiones más profundas, que colocaran la emoción humana y su comprensión cotidiana en un espacio un poco más importante, encontré una definición interesante que linkeo y pasaré a explicar a continuación:

Empatía

https://dicciomed.usal.es/palabra/empatia

La aproximación primera es bastante sencilla. Básicamente empatía no es lo mismo que simpatía; es la comprensión íntima y asimilación de la situación existencial de otro. Bien. Palabras de leguleyo que funcionan en cualquier corte.

Y ¿La promesa de novedad?

¡Empatía no significa empatía! No como la conocemos popularmente. No hasta mil novecientos y pico. En principio, la usaba Galeno escrita así: ἐμπάθεια (/empátheia/), significa «sentimiento/dolencia (pathos) intenso». Y dos siglos antes, Aristóteles, llamando ἐμπαθής (/empathḗs/) a los apasionados. Con todo el sentido del mundo, en es ‘dentro’; y páthos, ‘sentimiento’.

Poquísimo tiene que ver con ser comprensivo y escuchar al otro.

¡Ah! El alemán.

Sucede que el estructuralista Titchener (americano de nacimiento e hijo intelectual del Wundt) importó  a los Estados Unidos el término alemán einfühlung (empatía), desarrollado por Theodor Lipps en Psychologische Untersuchungen (Investigación Psicológica, 1907), como empathy.

Einfühlung (Se lee algo así como ainfiulõn) Es un término introducido a la existencia por Vischer.

¿Podemos realmente? ¿En cada situación? ¿Con cada persona?

Vischer era un poeta. Tenía la teoría de que el arte implica dos cuestiones: (1) una idea y (2) su manifestación. Así, la estética radica en el rescate de la idea pura, porque la cuestión de ‘manifestación’ se envilece con el tiempo. Desarrolla una extensa disertación sobre estos términos en su libro: Ueber das optische Formgefühl: ein Beitrag zur Aesthetik (Sobre el sentido óptico de la forma: una contribución a la estética, 1873) a tal punto que, sin haber acuñado un término específico, se le considera el originador del concepto primigenio de empatía: ‘sentimiento introducido’ por el hombre en los objetos que observa.

Embanderando la empatía

Sin embargo, es importante saber que el verdadero creador de la palabra (en alemán, al menos) es Hermann Lotze. En su libro Mikrokosmus, quince años antes de Vischer (1858), define la einfühlung como una traducción del término ἐμπάθεια referido a la ‘animación’ (de ánima) artificial de los objetos al atribuírsele emociones. Este es el concepto de empatía que atravesó el atlántico con Titchener.

Estética y psicología

Volviendo al tema de la estética, en las traducciones de textos freudianos, einfühlung (empatía) se refiere al ‘sentimiento introducido’ por un hombre en otro: la ‘proyección psicológica’. Así es que la difusión de los escritos psicoanalíticos, hizo popular la referencia de la palabra para el estado emocional de un sujeto observado por otro. 

Se trasladó el término estético a el análisis psicológico y, desde ahí con mucha facilidad al uso cotidiano, que no distingue diferenciación entre empatía afectiva y cognitiva. La primera referida al sufrimiento conjunto con el padeciente y la segunda, a la comprensión intelectual del sufrimiento.

El uso popular y actual del término está más incluso más alejado de otros más especializados: en 1895, Lasswitz llamaba einfühlung a la “propiedad física del sistema nervioso análoga a la capacitancia eléctrica relacionada con el sentimiento”.

Por supuesto, todas las frases motivacionales con intenciones optimistas que existen en las redes tienen alguna verdad dentro, pero no debería significar esto la tolerancia sobre la manipulación de un término y su extrapolación a cuestiones más profundas que aquellas que su definición reclama. El psicópata puede ser tan empático como un santo porque su capacidad de leer emociones no está limitada. Empatía no es bondad, ni amor, ni bien.

Goethe. Retratado como si acabara de leer las frases motivacionales de arriba.

Pequeña nota sobre H. Lotze:

Pensador alemán de mitad del siglo XIX, sostiene la conciliación entre mecanicismo y espiritualismo teísta en armonía. En Mikrokosmus defiende la realidad como el resultado de tres cuestiones: leyes universales, realidades captadas por la percepción y plano cósmico (los valores, que unifican conceptos).

Referencias

Colaboradores de Wikipedia. (2016, 18 abril). Friedrich Theodor Vischer. Wikipedia, la enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_Theodor_Vischer

Cortés, F. (2014, febrero). Dicciomed: Diccionario médico-biológico, histórico y etimológico. dicciomed.usal.es. https://dicciomed.usal.es/palabra/empatia

H. (2001). Etimología de EMPATÍA. etimologías.dechile.net. http://etimologias.dechile.net/?empati.a

MCNBiografias.com. (2010). Lotze, Rudolph Hermann (1817–1881). » MCNBiografias.com. http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=lotze-rudolph-hermann

Wikipedia contributors. (2021, 30 junio). Edward B. Titchener. Wikipedia. https://en.wikipedia.org/wiki/Edward_B._Titchener