La cultura se define como el estudio antropológico del medio, englobando las ciencias, la política, religión, tradiciones, entre otras (Barrera Luna, 2013). Por tanto, la cultura comprende distintos ámbitos, según Grimson, el concepto moderno de cultura surge en rechazo a la idea de la “Alta cultura”, es decir que contradice la idea de que existe gente “culta” e “inculta” (Grimson, 2008). Esto se debe a que los estándares propuestos por la “Alta cultura”, reflejan costumbres que puedan ser identificadas con grupos pudientes, rechazando cualquier otra manifestación o pensamiento que no encaje en dichos estándares.
Actualmente resulta menos complicado establecer como cultura ritos y tradiciones indígenas, puesto que el estudio de dichas manifestaciones resulta enriquecedor. Sin embargo, la cultura no es estática, por lo que la sociedad juega un papel clave en la creación y permanencia de estas.

El relativismo cultural
En base a que cada sociedad establece niveles de estudios complejos, la comparación entre culturas resulta como un proceso inherente a la naturaleza humana, puesto que se busca comprender y establecer márgenes de similitud y disparidad. Como resultado, diversas corrientes establecen pautas intrínsecas, que establecen toda cultura tan digna de respeto como las demás. Si bien resulta cierto que el valor de una cultura no puede ser estrictamente cuantificado, la Antropología aporta una perspectiva científica más precisa al establecer juicios éticos sobre el valor de las diferentes pautas culturales (Harris, 2001). Ciertamente el cometer canibalismo, la guerra, el sacrificio humano, entre otros, son prácticas que atentan contra el bienestar. Lo que significa, que si bien el rol del investigador es el de no juzgar, tampoco resulta ajeno lo poco recomendable que resulta dicha práctica.

Supersticiones
Las supersticiones pueden ser agrupadas con un conjunto de creencias y acciones inherentes a la misma humanidad, que persisten hasta la actualidad, teniendo mayor prevalencia en sociedades primitivas o con un desarrollo científico reducido. Por otra parte, se evidencia que el cambio de supersticiones de una sociedad a otra, únicamente se limita a la naturaleza o contenido (Fluke et al., 2014). Por norma general, se establece una correlación causal errónea, asociando sucesos sin relación lógica. Conductas que pueden ser comparadas con las realizadas por parte de pacientes con trastorno obsesivo compulsivo, al establecer rituales que al no ser cumplidos generan episodios de ansiedad y estrés (Vásquez et al., 1999).
Así mismo, si se parte desde el modelo conductual de Skinner la obtención de resultados positivos frente a la realización de acciones especificas supone un reforzador, lo que sumado a una percepción de falta de control puede resultar en adquisición de comportamientos supersticiosos (Mieres et al., 2012).
En base a revisiones bibliográficas, gran parte de los artículos psicológicos afirman que el comportamiento supersticioso parte de la reafirmación de la ilusión de control, puesto que la incertidumbre puede resultar agobiante (Mieres et al., 2012). Ciertamente es más fácil atribuir la responsabilidad de las acciones a elementos externos, en especial cual la sociedad refuerza la existencia empírica de la suerte.

Supersticiones en relación con las tradiciones
Festividades como la Navidad, año nuevo, Halloween, entre otras, se han interiorizado en la cultura conllevando tradiciones asociadas a su realización. Un claro ejemplo, relacionado a la superstición, son las cábalas por año nuevo, cada comunidad presenta diferencias notorias. No obstante, tienen en común la relación entre la realización de acciones específicas con la ilusión de obtener resultados futuros favorables. Paradójicamente estas acciones supersticiosas no tendrían que realizarse por el alto desarrollo científico que caracteriza la sociedad moderna. A pesar de ello, la facilidad que supone las redes sociales para transmitir información contribuyen en la propagación de nuevos rituales o tradiciones.
Reflexión
Ciertamente la sociedad se encuentra en constante cambio, adoptando costumbres y creencias que enriquecen la historia y cultura. No obstante, se evidencia cierta negligencia al tomar como válidas, costumbres que se alejan del método científico. Pero, desde la perspectiva Grimson no se puede atribuir a una cultura “superior” o “inferior”, pese a las evidencias científicas. En contra posición, Harris presenta que ciertas costumbres no deberían de realizarse si atentan contra el bienestar social. Así mismo, es importante resaltar que la atribución irracional de sucesos puede contribuir a la creación de rituales poco saludables, por lo que es necesario realizar investigaciones que profundicen en la repercusión que pueda tener, en el bienestar psicológico, la creencia y práctica supersticiosa.
Referencias
Barrera Luna, R. (2013). El concepto de la Cultura: Definiciones, debates y usos sociales. 343.
Fluke, S. M., Webster, R. J., & Saucier, D. A. (2014). Methodological and theoretical improvements in the study of superstitious beliefs and behaviour. British Journal of Psychology (London, England: 1953), 105(1), 102-126. https://doi.org/10.1111/bjop.12008
Grimson, A. (2008). Diversidad y cultura. Reificación y situacionalidad. Tabula Rasa, 8, 45-67. https://doi.org/10.25058/20112742.321
Harris, M. (2001). Antropología cultural. Alianza Editorial.
Mieres, H. G., González, N. G., & González, A. F. (2012). La medición de la superstición y su relación con el locus de control. Revista de Investigación y Divulgación en Psicología y Logopedia, 1, 7-15.
Vásquez, R., Ortiz, J., Rodríguez-Losada, J., & Jaramillo-González, L. (1999). OCD IN CHILDREN AND ADOLESCENTS. Revista Colombiana de Psiquiatría, 28, 99-110.




Users Today : 18
Users Last 7 days : 562
Total Users : 116755