Joselyn Stefani Matta Arancibia

Hola 😊 soy Joselyn, trabajo como Psicóloga clínica con pacientes dentro del espectro disociativo, ansiedad, mediante la terapia analítico funcional y la teoría del vínculo de apego desarrollada por John Bowlby. Disfruto mucho de la música, dedico mucho de mi tiempo en aprender del ser humano, la consciencia, la neurodiversidad y últimamente de nuestra identidad.

¿Por qué el “sentimiento” es más fuerte que yo?

Exactamente… ¿Qué es ese sentimiento? ¿lo has pensado? ¿Qué es lo que realmente hace que quieras actuar de la misma forma una y otra vez? Aunque sepas que no es la mejor decisión porque termina haciéndote daño o porque terminas complaciendo a los demás y satisfaciendo nuestro sistema de recompensas, responsable también, de mantener muchas de nuestras conductas dañinas, ya que nos provee gratificación instantánea; sin embargo, no necesariamente nos convienen a largo plazo. (Chiaraviglio, 2020).

¿Te ha pasado?

Tal vez es porque automatizas un pensamiento o creencia, es decir, es tan automático que ya no lo puedes ni percibir. A veces la emoción es tan fuerte y repentina que solo te concentras en lo que sientes, (aún no has hecho consciente el pensamiento que refuerza que la creencia exista y se quede en tu cabeza) y de forma reactiva, provoca una emoción.

Las creencias se forman basadas en las emociones, si hago un juicio es porque existe una emoción.

“Hace frío afuera, en el frío debo abrigarme”.

Esta es una afirmación y una declaración porque viene de una experiencia, algo que has comprobado por repetición. Por lo general, puedes confiar en que es cierta.


“Si los demás se dan cuenta que fallé, me van a juzgar, van a creer que soy tonto o poco inteligente”.


Esta es una afirmación o declaración basada en una creencia que se puedo, o no comprobar, pero tanto como la primera, se toman como ciertas sin haberlas cuestionado, como el cerebro es especialista en simplificar procesos, te ahorrará el análisis de cada pensamiento. Es por eso que muchas veces nos cuesta ser conscientes de las cosas que pensamos y más bien creemos que solo las sentimos, que aparecen sin saber por qué, casi como con una necesidad compulsiva de responder a ese estímulo sin detenernos a analizar si es real o no.

Muchas de estas creencias las adquirimos de niños y las asimilamos así, como ciertas.                        

«No puedo dejar de sentirme así»

La forma en la que te sientes en relación a todo lo que te pasa, es igual a las imágenes que te haces en la cabeza y las palabras que te dices a ti mismo.
La crítica, el autosabotaje, la procrastinación, la desmotivación, etc. son algunas de las tendencias que adoptamos al actuar.

¿Por qué las repetimos?

No solo por costumbre, también lo hacemos porque no hemos encontrado otra forma de resolver nuestros conflictos, volviéndose familiar, por lo que desarrollamos tolerancia al dolor normalizando el sufrimiento y cayendo en un bucle, en donde creemos que no podemos hacer algo para sentirnos mejor, ya que no hemos descubierto el origen. Y es probable que no podamos hacerlo porque no hemos entendido la importancia y trascendencia que le daría a nuestras vidas hacernos cargo y decidir hacer algo al respecto. En vez de hacer eso analizamos tortuosamente nuestra vida cayendo en la victimización.
Por eso cuando de pronto descubrimos que nos estamos sintiendo mal, debemos hacer el ejercicio de mirar hacia atrás hasta llegar a los posibles pensamientos que sustentan estas creencias, que están controlando nuestras decisiones. Tú tienes el poder para decidir reestructurar tu pensamiento, tienes la capacidad de tomar decisiones que te ayuden a motivarte, a ir por lo que realmente quieres, por la vida que mereces.

Si aplicamos esto a las relaciones amorosas, podríamos empezar con las siguientes preguntas: ¿Cómo aprendimos a querer? ¿Cómo aprendí a relacionarme en pareja? ¿Es mía la creencia sobre el amor?

Si estas creencias me fueron heredadas de mis padres, por ejemplo, el tipo de relación que ellos formaron, creó una emoción que dio paso a mi creencia sobre cómo debe ser el amor. Explicándolo así, muchas veces podemos observar con reflexión que lo que aprendemos desde pequeños, dentro de nuestras primeras interacciones, son el inicio de lo que después serán nuestras creencias, nuestros principios, sistemas de valores, etc. pues son estas las que regirán nuestras vidas ¿cierto?

Pero… ¿me siento realmente cómodo con eso? ¿puedo crear mis propios juicios?

¡Claro que sí!

(sin dañar a nadie en el proceso, por supuesto.)

Desde luego, después de trabajar en uno mismo, encontrando esos escurridizos pensamientos que refuerzan creencias que ni si quiera son nuestras y que se camuflan como verdades rígidas y absolutas, las cuales, no se adaptan para todas las etapas de la vida ni con todos los roles que cumplimos como adultos.

Cómo bien decía Viktor Frankl:

Tus creencias son subconscientes  
Lo que tú crees controla lo que sientes,
Lo que sientes controla lo que piensas,
Lo que piensas controla lo que haces.
Marisa Peer.


Palabras clave: creencias, emociones, sentimiento, pensamientos, sistemas.

  • Fuentes:
  • Chiaraviglio N. (2020, 26 de junio). ¿Por qué nadie puede llenar tu vacío?
  • Frankl V. (2004). El hombre en busca de sentido. Herder Editorial.
  • Peer M. [Marisapeertherapy] (2020). How to change limiting beliefs.

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