Hernán León

Bachiller en Psicologí­a, diplomado en antropología cristiana y en redacción académica y científica, y egresado de la Maestría en Humanidades por la UCSP. Soy un gran admirador de la literatura universal y el boxeo.

Un cuento de Ribeyro y el autosabotaje

Días previos a la pandemia, me había reunido con un viejo amigo de la universidad, cuando caminábamos sin rumbo definido, conversamos, entre otras cosas, sobre cuentos que nos habían marcado. Mi amigo me contó que dos cuentos de Julio Ramón Ribeyro lo impactaron grandemente: “La insignia” y “El profesor suplente”. Yo nunca los había leído, lo que en parte me había dado vergüenza, pues era consciente de lo enorme que es Ribeyro; en ese entonces fui un cómplice más de la indiferencia que se tiene con nuestro más grande cuentista. A pesar de ello, cuando me describió el segundo cuento a grandes rasgos, en aquel momento ambos nos sorprendimos del mismo; así es, incluso él se volvía a sorprender, y yo no pude evitar -aun después de despedirme de mi amigo- quedarme prendado de historia y de la idea por la cual fue concebida: el autosabotaje.

Ilustración de Christian Vargas, para la portada de la sexta entrega de la colección «Yo leo Julio Ramón Ribeyro», que escenifica un momento en el cuento «El profesor suplente».

El impacto fue aun más grande cuando lo leí, me sorprendió que en un cuento tan corto se encontrara tanta pericia y tino para capturar lo que significa este mal; además del proceso mental por el cual pasa una persona que se autosabotea. Al terminar el texto me quedé anonadado, sentí compasión por el pobre protagonista del cuento además de una especie de temor, al darme cuenta de la realidad representada con precisión en esta ficción. En otras palabras, me recordó que más de una vez yo mismo me saboteé o casi terminé por hacerlo. De hecho, la idea ya se había presentado cuando mi amigo me habló del cuento, pero se redondeó al acabar la lectura. De igual manera, el cuento me recordó que este fenómeno es algo humano y que no estoy solo, quizá todos en alguna ocasión fuimos víctimas del autosabotaje.   

Ahora estoy libre del shock, pero la impresión y la lección aprendida siguen presentes; por ello, tengo el deseo de compartirles la información reuní, acompañándolas con citas del cuento que las reflejan.

«No se trata de un gran puesto y los emolumentos no son grandiosos, pero es una magnífica ocasión para iniciarte en la enseñanza. Con el tiempo podrás conseguir otras horas de clase, se te abrirán las puertas de otros colegios, quién sabe si podrás llegar a la Universidad… eso depende de ti»

Una definición psicológica

El autosabotaje sucede cuando nos destruimos física o mentalmente: o cuando nos estorbamos emocionalmente o deliberadamente en nuestro propio éxito y bienestar, minando metas personales y cosas que valoramos (Berg, citada en Wilson, 2021). Es insidioso, profundo y universal; y emana de formas de pensar negativas (Bremmer, citado en Wilson, 2021)

Puede ser consciente o inconsciente. Un ejemplo de autosabotaje consciente sería consumir comida chatarra en exceso a pesar de tener la intención de comer sanamente. El sabotaje inconsciente se da cuando el daño está hecho, pero no fue reconocido en un principio; alguien con miedo a fallar podría dejar para última hora trabajos importantes, y así evitar (inconscientemente) la posibilidad de avanzar (Wignall, citado en Wilson, 2021).

En un primer momento puede ser difícil de creer que alguien se sabotee a sí mismo, a pesar de ello, la gente lo hace y las consecuencias son de lo más variadas, tanto en gravedad como en frecuencia. El autosabotaje (y pero aun el autosabotaje crónico) merma la voluntad y la motivación y puede dejarnos tristes, ansiosos y con baja autoestima.

«cayó finalmente en una banca, abochornado, entorpecido, como si tuviera un queso por cerebro […] Confundido aún, bajo la impresión de haber sido objeto de una humillante estafa»

¿Por qué nos autosaboteamos?

Nadie se autosabotea pensando que al hacerlo se está tomando una buena decisión, siempre hay una culpa, frustración o incomodidad cuando el sabotaje es consciente.

Wilson (2021) considera que estas son las razones por las que uno se autosabotea:

  • Evitar conflictos y esfuerzos
  • Seguir patrones de conductas negativos aprendidos en el pasado
  • Temor (que puede ser irracional) al rechazo o fracaso
  • Traumas del pasado que frenan la acción

«Él siempre achacó sus fracasos académicos a la malevolencia del jurado y a esa especie de amnesia repentina que lo asaltaba sin remisión cada vez que tenía que poner en evidencia sus conocimientos»

«distinguió al lado del portero a un cónclave de hombres canosos y ensotanados que lo espiaban, inquietos. Esta inesperada composición -que le recordó a los jurados de su infancia- fue suficiente para desatar una profusión de reflejos de defensa y, virando con rapidez, se escapó hacia la avenida»

Tipos de autosabotaje

Rovira (s.f.) sostiene que son los siguientes:

  • No finalizar las cosas: Dejarlas las cosas a medias o abandonarlas totalmente solo para evitar el temor a fracasar o al fracaso en sí mismo.
  • Procrastinación: Reemplazar actividades, por otras más placenteras o sencillas (que incluso pueden tener su importancia) es algo en lo que fácilmente se puede caer.
  • Perfeccionismo: La excusa ideal para no hacer las cosas es decir que no se está en el momento indicado, o no se tiene absolutamente todo lo necesario para hacerlas con una garantía asegurada de éxito.
  • Excusas: Al final cualquier motivo que se ponga como excusa impedirá el ponerse manos a la obra.

«Cuando llegó ante la fachada del colegio, se sobreparó en seco y quedó un poco perplejo. El gran reloj del frontis le indicó que llevaba un adelanto de diez minutos. Ser demasiado puntual le pareció poco elegante»

«A pesar de que las agujas del reloj continuaban girando, Matías se mantuvo rígido, testarudamente ocupado en cosas insignificantes, como en contar las ramas de un árbol, y luego en descifrar las letras de un aviso comercial perdido en el follaje»

Efectos del autosabotaje

Pérdida de oportunidades, en la privación de desarrollar nuevas habilidades y tener nuevas experiencias y vivencias que, en mayor o menor medida, podrían brindar resultados beneficiosos en la vida del individuo. Y acentuación de las razones por la cual es causado, dicho de otro modo, se entra en un círculo vicioso (Marquez, 2017)

«A los veinte pasos se dio cuenta de que alguien lo seguía. Una voz sonaba a sus espaldas. Era el portero.

-Por favor -decía- ¿No es usted el señor Palomino, el nuevo profesor de historia? Los hermanos lo están esperando. Matías se volvió, rojo de ira.

-¡Yo soy cobrador! -contestó brutalmente, como si hubiera sido víctima de alguna vergonzosa confusión»

Darse cuenta

¿Como evitar el autosabotaje?

Estas son unas pautas generales que pueden amoldarse a la situación personal de cada uno:

  • Darse cuenta: Concientizar, reconocer cuando el autosabotaje esté ocurriendo, o cuando esté por suceder, la situación puede ser complicada por su naturaleza inconsciente, pero el primer paso es detenerse y examinarse e identificar lo que induce al autosabotaje (Sánchez, 2017).
  • Ser flexible: Si es que ocurrió, siempre se pueden prevenir los siguientes. Lo primero es no ser tan duro con uno mismo por haber caído, no debemos ser jueces despiadados con nosotros mismos. Para una próxima ocasión hay que estar más alertas y hacer la identificación como indica el primer consejo (Sánchez, 2017).
  • Tener presente que muchas de las actividades en esta vida suelen ser actos de fe y ya conllevan cierto riesgo (desde cosas tan simples como usar el transporte público, uno sube al vehículo esperando que no ocurra un accidente, por ejemplo).
  • Permitirse soñar y tener metas que alcanzar, saberlas distinguir y ordenar. Cuando se busca y desea algo que es bueno en sí mismo (y mejor aún si es noble o virtuoso), no hay que tener miedo -o pereza- de ir por ello, por más que requiera esfuerzos y sacrificios exigentes, vale totalmente la pena. Y si acaso se fallara en la consecución de ese bien deseado, siempre hay más puertas que abrir y escaleras que subir -como dijo Franz Kafka-, de ninguna manera nos habremos fallado a nosotros mismos.

Un campanazo parroquial lo hizo volver en sí. Matías se dio cuenta de que aún estaba en la hora. Echando mano a todas sus virtudes, incluso a aquellas virtudes equívocas como la terquedad, logró componer algo que podría ser una convicción y, ofuscado por tanto tiempo perdido, se lanzó al colegio»

Aquí podemos apreciar que Matías pudo darse cuenta, y aunque sea por un instante, hizo algo al respecto para no perder su oportunidad, desgraciadamente no fue suficiente.

Epílogo y continuación imaginada

«y se aprestó a recibir a su mujer, que ya corría por el pasillo con los brazos abiertos.

-¿Qué tal te ha ido? ¿Dictaste tu clase? ¿Qué han dicho los alumnos?

-¡Magnífico!… ¡Todo ha sido magnífico! -Balbuceó Matías-. ¡Me aplaudieron! -pero al sentir los brazos de su mujer que lo enlazaban del cuello y al ver en sus ojos, por primera vez, una llama de invencible orgullo, inclinó con violencia la cabeza y se echó desoladamente a llorar»

Quiero creer que las lagrimas de Matías no cayeron sobre leche derramada; no lo habremos visto ejercer, pero el cuento no se llama «El cobrador que quiso ser profesor» sino «El profesor suplente», Ribeyro se preocupó por los marginados, es imposible que el título sea ironía o sarcasmo; este motivo y su final (abierto hasta cierto punto), me invitan a imaginar una hipotética continuación en la que al día siguiente le dieron una segunda oportunidad y al fin, Matías pudo impartir sus clases de Historia e incluso pudo llevarse aplausos reales y darle una alegría apoyada en la verdad a su esposa. De igual manera, tengo estos buenos deseos de superación para todas las personas que pasaron por momentos similares, y por supuesto, me incluyo.

Referencias

Marquez, J. (2017). Autosabotaje: cuando el enemigo está dentro de ti. Recuperado de: https://lamenteesmaravillosa.com/autosabotaje-cuando-el-enemigo-esta-dentro-de-ti/

Ribeyro, J. R. (1964). Las botellas y los hombres. Lima: Populibros

Rovira, I. (s.f.). Autosabotaje: causas, características y tipos. Recuperado de: https://psicologiaymente.com/psicologia/autosabotaje

Sánchez, E. (2017). El lastre del auto-sabotaje. Recuperado de: https://lamenteesmaravillosa.com/lastre-del-auto-sabotaje/

Wilson, C. R. (2021). What Is Self-Sabotage? How to Help Stop the Vicious Cycle. Recuerado de: https://positivepsychology.com/self-sabotage/

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