En mi búsqueda por salir de mi zona de confort y afrontar la emoción de la vergüenza, me animé a tomar clases de impro con la Asociación Cultural Cable Roto, la escuela de clown en Arequipa. Realicé el taller de impro-lugar, algo que definitivamente sacudió algunas creencias que tenía sobre la vida misma (sí, a ese nivel de introspección).
Recuerdo que el primer día sentía un poco de miedo, ya que nunca había hecho algo parecido en mi vida y, por lo tanto, no sabía qué esperar. Es importante mencionar que sentir miedo no es algo malo; el miedo tiene la función principal de mantenernos a salvo, y lo sentimos especialmente cuando salimos de nuestra zona segura o zona de confort. Sentir y escuchar esta emoción es válido y necesario, entendiendo que está bien tener miedo cuando hacemos o experimentamos algo nuevo. La verdad es que, a veces, solo queda hacer las cosas a pesar del miedo, porque si dejamos que este miedo nos paralice, es probable que nos perdamos de experimentar cosas asombrosas y de seguir aprendiendo en el camino de la vida.
En fin, con miedo y vergüenza, me lancé. Para mi sorpresa, los juegos que nos propusieron (¡sí, juegos!), lograron que ese miedo y vergüenza se fueran desvaneciendo poco a poco. Así, comencé a aprender a confiar en mí misma y en el proceso de la impro.
La impro en el teatro, a diferencia del teatro tradicional, no tiene un guión establecido que los actores deban seguir, al contrario, la historia se va creando según la marcha de las ideas que surgen entre los actores (Escobar, 2020). Y una de las lecciones más grandes que me llevo de esta experiencia es entender que la vida misma es como una improvisación, nunca sabremos con total exactitud qué sucederá, solo podemos actuar en el presente con las herramientas que tengamos en ese momento. Y esto nos da el poder de actuar y reaccionar de manera diferente, o según el sentido que queramos darle a nuestra vida en el mundo.
La impro nos puede ofrecer las siguientes enseñanzas aplicables a nuestra vida:
Aceptación: En impro se busca aceptar de manera abierta la propuesta de la otra persona y actuar con disposición, lo que ayuda a salir de la zona de confort. Si lo relacionamos con la vida diaria, se trata de aceptar las cosas como se presenten y actuar en base a ello, en vez de lamentarnos por qué las cosas sucedieron como sucedieron. Como bien decía Carl Jung: “Lo que aceptas, te transforma; lo que niegas, te somete”. Además, nos ayuda a trabajar en equipo y a entender que, al ser seres sociales, poder relacionarnos óptimamente con las personas que nos rodean hará que la vida sea mucho más ligera.
Vivir en el presente: En impro, se debe prestar total atención a lo que está sucediendo en ese momento para poder reaccionar y hacer que la escena fluya. A menudo, nuestra mente está en el pasado o en el futuro, enfocada en los errores que pudimos haber cometido o en lo que vendrá, lo que nos lleva a vivir de manera automática. Estar alertas y conectados con todos nuestros sentidos nos permite vivir en el presente y responder al entorno con plena consciencia, siempre abiertos a lo que venga y a aprender. Si vemos el error como algo necesario para aprender, fomentaremos nuestra creatividad. Al estar más atentos a nuestro entorno y a lo que realmente está sucediendo, tendremos más agilidad mental, nuestras reacciones serán más auténticas y mejorará nuestra capacidad para resolver problemas.
Dejar de sobrepensar: Una de las ventajas de la impro es poder dejar de sobrepensar y enfocarse en lo que ocurre aquí y ahora. En muchos de los juegos que hicimos, la premisa principal era estar atentos a lo que sucedía a nuestro alrededor para responder según las indicaciones dadas. Si «la pensabas mucho», probablemente perderías. El problema del sobrepensar es que, a menudo, nos lleva a imaginar escenarios catastróficos, lo que nos paraliza y nos hace procrastinar acciones, tareas e incluso nuestros sueños.
En resumen, mi experiencia con la impro en la Asociación Cultural Cable Roto fue transformadora. Salir de mi zona de confort y enfrentar mis miedos me permitió aprender valiosas lecciones sobre la vida y la impro. Afrontar el miedo, vivir el presente y aceptar la vida como una improvisación son habilidades que todos podemos cultivar, y la impro es una herramienta maravillosa para lograrlo. ¡Atrévete a improvisar y descubre un mundo de posibilidades!
¡Si te ha interesado y deseas salir de tu zona de confort con impro, te lo recomiendo al 100 %! Puedes seguir a Cable Roto Teatro en sus redes sociales. Además, aprovecho para comentarte que actualmente están presentando su obra Tontonautas, un espectáculo lleno de impro, resúmenes de películas y playback musicales, donde el público participa de manera activa. No te pierdas esta oportunidad única de vivir la experiencia del impro desde otro lugar. Las últimas funciones son el 31 de mayo y 2 de junio, ¡así que corre a comprar las entradas a través de sus redes sociales!
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Referencias
Escobar, A. (2020). Improvisación Teatral. Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga – ESAEM. https://www.esaem.com/noticias/improvisacion-teatral/