¿Qué temores aparecen cuando escuchamos la palabra suicidio? Tal vez lo que más se nos aproxime es imaginar uno de los escenarios más complejos donde nos podamos encontrar: la muerte súbita y repentina de un ser querido.
¿Qué encierra el suicidio?
Según la Organización Mundial de la Salud, lo define como el acto deliberado inicial y realizado por una persona en pleno conocimiento de su propia expectativa de un desenlace fatal.
Según sus estadísticas, la OMS data que alrededor de 800,000 personas en todo el mundo mueren por suicidio cada año, con mayor predominancia en hombres que en mujeres (la tasa de mortalidad media en el 2012: 11.4 por cada 100,000; 15 para hombres y 8 para mujeres; OMS, 2014; es decir, una muerte cada 40 segundos).
Mitos y verdades
Dentro de un fenómeno tan complejo como el suicidio vemos que el estigma y las barreras de los estereotipos, los prejuicios y la discriminación hacen más difícil la búsqueda de ayuda y de superación a dicho problema. Es cuando buscar los recursos de apoyo, información en líneas de ayuda y en sitios web para la prevención del suicidio, así como otras herramientas disponibles para la comunidad, es sumamente imprescindible. A continuación desglosamos algunos mitos y verdades:
MITO | REALIDAD |
Hablar del suicidio es una mala idea y puede interpretarse como un estímulo para quitarse la vida. | Está demostrado que hablar sobre el suicidio, en vez de incitar, provocar o introducir en esa idea, reduce el peligro de llevarlo a cabo y puede ser la única posibilidad que se le ofrezca el sujeto para el análisis de sus propósitos. |
El riesgo de suicidio es hereditario, por lo tanto, no se puede prevenir. | Recordemos que el comportamiento suicida tiene múltiples causas. Aunque se puedan encontrar varios miembros de una misma familia que hayan fallecido por este motivo, cada caso está influido por factores bio-psico-sociales particulares. |
Solo las personas con trastornos mentales son suicidas. | Los problemas de salud mental pueden ser un factor de riesgo de presentar estos comportamientos; sin embargo, no se les puede atribuir la causa directa (como si la relación entre problemas de salud mental-conducta suicida fuera lineal, evidente y unívoca). |
El que intenta un suicidio es un cobarde o un valiente. | Este criterio pretende equiparar el fenómeno del suicidio con una cualidad negativa/positiva de la personalidad; cuando en realidad es una condición transitoria a causa de un fuerte sufrimiento. |
La mayoría de los suicidios suceden repentinamente sin advertencia previa. | La mayoría de las muertes por suicidio han sido precedidas de signos de advertencia verbal o conductual (el 80%), solo algunos ocurren sin advertencia previa. Es por esto que es muy importante conocer los signos de alerta. |
Solo las personas mayores se suicidan, los niños no se suicidan. | Si bien el grupo de riesgo en nuestro país se encuentra entre los jóvenes, se han registrado muertes en las diferentes etapas de la vida, como por ejemplo, en niñas, niños y adolescentes. |
Una vez entendidos los mitos y verdades que engloba el suicidio, podemos comprender con un mejor panorama las señales de alerta. Algunas de ellas son las siguientes:
- Sentir desesperanza, impotencia, falta de valor, tristeza.
- Perder interés en actividades que, por lo general, se consideran agradables.
- Cambiar patrones de alimentación y de sueño.
- Sentirse ansioso, irritable, inquieto.
- Padecer dolor físico sin una causa física.
- Bajar el rendimiento escolar o laboral.
- Tener dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
- No querer estar en contacto con otras personas.
- Tener pensamientos suicidas o relacionados con la muerte.
- Tener cambios de personalidad o de humor repentinamente.
- Descuidar la apariencia o higiene.
- Regalar pertenencias significativas.
- Atender asuntos del final de la vida, como crear un testamento o poner en orden el seguro de vida.
- Despedirse de amigos y seres queridos.
Si alguna de estas señales te hacen ruido y las has podido presenciar en un ser querido o en ti mismo, ¡no estás sólo! Frente a estas características podemos vernos en un contexto complejo, pero la intervención inmediata es esencial y para poder prevenir el suicidio aquí hay una lista de acciones a tomar en cuenta:
- Escuchar con apertura y respeto, ante una declaración como quisiera morir, uno puede sentir mucho nerviosismo, pero lo mejor siempre es continuar escuchando y mantener toda la atención a la persona que en confianza nos revela dicha información.
- Generar un ambiente de comunicación franca en donde la persona que sé que manifiesta el riesgo de suicidio pueda explayarse con libertad y soltura, sin valores de juicio o alguna inseguridad que haga difícil la comunicación.
- Mostrar empatía y sensibilidad frente a los comentarios o ideas que se pueden estar presentando, ya que también ayuda explorar y tener una mejor comprensión respecto al sufrimiento de la otra persona y los motivos por los cuales quiere quitarse la vida.
- Evitar juzgar o interrumpir a la persona, ya que entendemos que, por el nerviosismo o por recabar la información dentro de ese contexto, podamos ser un poco intrusivos al momento de dialogar un tema tan complejo como es el suicidio. Esto podría ser que se retroceda en la intención de poder compartir su dolor y sería perjudicial ya que la comunicación se vería interrumpida y la persona se encontraría aún más vulnerable.
- Explorar la disponibilidad del apoyo social, siendo este tan importante, podemos hacerle notar que existen otras opciones de las cuales puede recibir ayuda, ya sean familiares o amigos.
- Exponer la posibilidad de recibir ayuda profesional, esta es una gran alternativa, ya que la consulta con un especialista podría ser beneficiosa para abordar el problema, mediante herramientas y técnicas terapéuticas o incluso con la intervención hospitalaria o de fármacos.
- Promueva factores protectores, en este sentido, podemos hacerle notar a la persona que entienda que hay cosas que tienen mucho valor y significado en su entorno, o que incluso existen propósitos y metas que se verían truncadas por el acto de quitarse la vida. Por ejemplo: terminar la carrera, obtener un ascenso en el trabajo, dejar a las mascotas desamparadas, etcétera.
El suicidio es sinónimo de sufrimiento. No importa la temporalidad del dolor, los tormentos del pasado, las preocupaciones del presente o la desesperanza del futuro, siempre se busca intentar con muchas estrategias, aminorar el dolor. Sea cual sea el caso, se debe propiciar un ambiente de comprensión, sin juicios de valor que hagan más difícil aun el momento que transita la persona y que experimenta la ideación suicida, o que pone de manifiesto la posibilidad de morir hasta acabar con su dolor por medio del suicidio.
Las redes de apoyo son fundamentales, pero también el propio autocuidado. Al ser esto una estrategia para poder anticiparnos al suicidio, podemos:
- Fomentar relaciones sociales saludables.
- Gestión del estrés.
- Realizar actividades físicas y culturales.
- Fomentar la comunicación en casa y estar alerta frente a los cambios sobre todo conductuales.
- Facilitar a los jóvenes (población de riesgo) los contactos de especialistas en atención de gestión de emociones/toma de decisiones.
- Contar con un personal capacitado para poder detectar y actuar ante el comportamiento de riesgo suicida en las instituciones educativas.
- Promover hábitos de vida saludable y los servicios de salud mental.
La prevención del suicidio es tarea de todos, porque representa uno de los fenómenos más insidiosos en nuestra sociedad. Todos somos miembros de una misma cultura donde la conciencia y la comprensión pública debe estar sumamente involucrada en la lucha frente a los pensamientos suicidas, debe haber una intervención a tiempo, prevención y la reducción del estigma.
Los medios de comunicación también conforman una gran ayuda y los grupos de apoyo desempeñan un papel muy importante debido a la difusión masiva, lo que garantiza el cuidado y la prevención ante conductas que atenten contra la vida. Este es un avance fundamental en la reducción de las barreras que solo nosotros somos capaces de superar. Salvar vidas al prevenir el suicido no solo nos hace una sociedad más empática, sino eficiente frente a un fenómeno que va en aumento.
Referencias
Organización Mundial de la Salud (2014). Preventing Suicide: A Global Imperative. Ginebra: WHO Press.
Contreras-Cordova, C., Atencio-Paulino, J., Sedano, C., Ccoicca-Hinojosa, F., & Paucar, W. (2022). Suicidios en el Perú: Descripción epidemiológica a través del Sistema Informático Nacional de Defunciones (SINADEF) en el periodo 2017-2021. Revista de Neuro-Psiquiatría, 85(1), 19-28. http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-85972022000100019
Gutiérrez-García, A., Contreras, C., & Orozco-Rodríguez, R. (2006). El suicidio, conceptos actuales. Salud mental, 29(5), 66-74. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252006000500066
National Institute of Mental Health (2023). Suicide Prevention https://www.nimh.nih.gov/health/topics/suicide-prevention