La depresión, en la actualidad, la comprendemos y estudiamos como una enfermedad mental debilitante que afecta a millones de seres humanos en todo el mundo. El propósito del presente artículo es explorar cómo vivir con depresión, para ello, exploraremos sus conceptos básicos, antecedentes históricos, teorías contemporáneas, recomendaciones de manejo y brindaremos unas conclusiones finales sobre su gran impacto en la vida cotidiana de las personas con dicha condición.
El concepto de depresión:
La Organización Panamericana de la Salud la define como: “una enfermedad común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. La depresión es causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos”. En síntesis, hablar de la depresión es entenderla como un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una tristeza persistente, sentimientos de desesperanza y con conductas manifiestas como la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba. La enfermedad afecta no solo el estado emocional de una persona, sino también al funcionamiento a nivel cognitivo y físico (somatización).
Antecedentes históricos:
Para Zoch (2002) los precedentes en relación a la depresión refieren a una cosmovisión mágica/religiosa de explicar en el hombre primitivo, al avance de la humanidad salen personajes como Hipócrates (450 a. C.), quien hizo estudios sobre la melancolía (bilis negra), lo que fue un primer vistazo a la conceptualización de la sintomatología presente en la depresión como un término a expresarse.
Como podemos ver, la comprensión de la depresión ha evolucionado en el transcurso de la historia. Los síntomas de la depresión han sido documentados en diversas culturas desde la antigüedad, sin embargo, en el Siglo XX, la melancolía comenzó a ser reconocida como una enfermedad mental legítima, lo que llevó al desarrollo de tratamientos psicológicos y farmacológicos.
Teorías:
Duncan y Antonuccio (2011) ven la depresión y su curso desde una perspectiva cognitivo conductual, basado en ello mismo, mucho del manejo del curso del tratamiento tiene dicho enfoque, y apoyado a su vez, en el método de ensayo y error, experimentación y documentación de los hallazgos.
Las teorías contemporáneas sobre la depresión abarcan una variedad de enfoques, que van desde aspectos biológicos y genéticos hasta aspectos psicosociales y ambientales. Por un lado, las teorías biológicas sugieren que un desequilibrio químico en el cerebro (como la falta de serotonina) es la principal causa de la depresión, por otro lado, las teorías psicosociales enfatizan la importancia del estrés, las experiencias traumáticas y los factores ambientales en el desarrollo y mantenimiento de la depresión.
La vida universitaria:
Es una época de constantes desafíos, aprendizajes y adaptación. Para algunos, es una etapa de crecimiento personal, descubrimiento y nuevas experiencias. En cambio, para quienes luchan contra la depresión, esta fase puede parecer extremadamente complicada. Las presiones académicas, las expectativas sociales y la transición a la edad adulta pueden exacerbar los síntomas de depresión y hacer que cada día parezca una lucha. Vivir con ello representa un desafío único.
La depresión puede afectar la concentración y la motivación, asimismo, las interacciones sociales pueden ser agotadoras, ya que la depresión puede hacer que una persona se sienta aislada o fuera de lugar. La falta de comprensión de parte de la red de apoyo (padres, tutores, etc.) puede empeorar las cosas. Muchos estudiantes enfrentan el estigma asociado con la salud mental, lo que dificulta la búsqueda de ayuda.
La cultura universitaria, a menudo, promueve la idea de que el estrés y la ansiedad son una parte natural e inevitable de la realidad y que se naturaliza, lo que puede hacer que quienes luchan contra la depresión se sientan aún más solos y aislados. Se debe comprender que la depresión en la universidad no es una debilidad o un fracaso personal. La depresión es una enfermedad mental grave que requiere tratamiento y apoyo adecuados.
Propuesta de gestión:
Vivir con depresión es una situación difícil y confusa, pero existen estrategias efectivas para afrontarla. La terapia cognitivo-conductual (TCC) y los medicamentos (como los antidepresivos) son tratamientos comunes, recomendados por los profesionales de la salud mental. Además, un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio regular, una dieta equilibrada y técnicas de relajación, puede ayudar a reducir los síntomas de la depresión. Cuidar de nuestra salud física y alimentación, tener una adecuada red de apoyo, técnicas de autocuidado y ayuda especializada pueden no solo mejorar sino permitir que se lleve una vida de calidad.
Conclusión:
En resumen, vivir con depresión es una experiencia difícil que puede afectar significativamente la vida diaria de una persona. Una comprensión más profunda de sus conceptos, antecedentes históricos y teoría contemporánea, así como la implementación de recomendaciones de manejo efectivas, pueden reducir los efectos negativos de la depresión y mejorar la calidad de vida de los pacientes deprimidos. Sin embargo, es importante enfatizar la necesidad de aumentar la conciencia pública, el acceso a los servicios de salud mental y el apoyo continuo a las personas que padecen esta enfermedad.
Recuerda que no te tienes que encasillar en una etiqueta, tú eres valioso y merecedor de ayuda.
Referencias
Organización Panamerica de la Salud (s/f). Depresión. https://www.paho.org/es/temas/depresion
Zoch, C. (2002). Depresión. https://www.binasss.sa.cr/bibliotecas/bhp/textos/depresion2005.pdf
Duncan, B., Antonuccio, D. (2011). A Patient Bill of Rights for Psychotropic Prescription: A Call for a Higher Standard of Care. International Journal of Clinical Medicine, 2(4), pp. 353-359. doi: 10.4236/ijcm.2011.24061.
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